domingo, 30 de marzo de 2008

Jugándose la (calidad de) vida


Buscando detrás de canciones nuevas, pasos y gestos se encuentran espejos de luz. En bici, volando, un ratito a pie y otro caminando. En barco o en un tren de lejanías. Soterradamente o por derecho. A la primera persona del verbo Cádiz que ayude a comprender esta ciudad piensan regalarle el tiempo, tres mil años del tirón, y la fe del pueblo cadista y cofrade. La copla del pregonero Sanz suena a plegaria azul. Escuchada junto al mar, a bordo de un caballo de metal o en medio del bullicio o del silencio pertinente, suena distinta y evoca cosas en boca de Cádiz, capital cultural del pasado futuro, cumbre de las mejores quimeras, nación de nacionalidades indisoluble, voluble, insolvente, patrimonio de la humildad y la paciencia. Veamos a cómo está la calidad de vida en Cádiz.
A la primera persona que ayude a Alejandro a salir de este infierno, y quizá se refiera esta estrofa a la avenida de la desesperación y posterior caravana del puente, le regalan un perrito piloto. El euro pa quien lo quiera, canta, y el euribor también. Mejor que coger el tren de los momentos se antoja un paseíto en Vapor o un tiro de catamarán, más tipico sí lo hay, y llegar a Cádiz con cara de velocidad. La saludable y utópica iniciativa del Consorcio de Atascos de la Bahía de proporcionar una bicicleta a los viajeros del mar aún no ha calado hondo, claro, pero de alguna manera hay que empezar o terminar. Dos semanas lleva en marcha la experiencia. Los usuarios del "rapidito de El Puerto" pueden coger una bici gratis para darse un garbeo por Cádiz o trasladarse a la ciudad portuense de tal guisa. Ya lo han hecho unos cuantos. No muchos, pues se han cruzado muchos días de lluvia. Una docena de estrenos de manillares. "Muévete por la Bahía". Las condiciones son claras: tener más de dieciocho años, presentar el deneí o pasaporte y fotocopia de los mismos, a dejar en la ventanilla, firmar un contrato de préstamo gratuito, conducir "con la diligencia debida por calles pavimentadas" y devolver la bici en condiciones. No vale llenarla de pegatinas bordes ni chocarse contra el puesto de la Aduana, donde por cierto no hay control antidopaje pero sí bombillas nuevas. En caso de siniestro, "llamar inmediatamente a la terminal marítima", dicen los del Consorcio. En caso de fallecimiento no hace falta llamar. O sea, que las bicis son de Huelva, como la declaración de Rodríguez de Castro en la Zona Franca, que le sale a devolver un montón de pasta y algunas bicis que se llevó prestadas.
Nada más salir del puerto gaditano, rumbo a lo desconocido, lo más aconsejable es aparcar la bici, aunque ya quitaron los modernos aparcabicis de la Diputación porque se quedaron mohosos por falta de uso, o quizá mejor doblar la bici en mil y metérsela en el bolsillo. Ir en bici por Cádiz significa jugarse la vida, desde san Juan de Dios hasta la esquina de Comes, la peligrosa esquina del viento, donde las rotondas invisibles y las curvas imposibles agrian el carácter de la gente. Si a esa altura sigue vivo, el ciclista se siente contento de la vida alegre y divertida, y le esperan lindas sensaciones por la Alameda, el parque Genovés, la Caleta, los castillitos, la luz marina, los cláxones, los fernandos alonsos que pueblan la vía, frenazos en seco, carga y descarga de mal humor, el futuro en doble fila, momentos intermitentes que me quede como estoy, el ritmo de la ciudad que no viene en los folletos turísticos. Quizá por eso Alejandro Sanz se pregunte dónde han guardado los sueños, las promesas, el ayer y el miedo. No hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes ná desde lo alto de una bicicleta por las calles de Cádiz. A tomar por saco la "bijicleta". Calidad de vida, aro, aro, carriles imaginarios para bicicletas en la dictadura del coche, la que fomentan autoridades y los demás consumidores. Carriles sobre la acera, líneas de colores pa matarse gratis que conducen a la misma pared, el muro de la incomprensión. No hay sitio, no hay tiempo, y el Sanz canta que a la primera persona del verbo Cádiz piensa enseñarle hasta el mar, y que a las primeras personas que le lleven a la verdad y no le quieran juzgar, como al baranda de la Zona Franca, piensa invitarles a Cádiz, que pronto, gracias al cambio climático y a las funestas circunstancias vaticinadas por el agorero Al Gore, estará dentro del mar. Otros ya la ven suspendida en el tiempo, una ciudad con mágica luz y un mar tremendamente celeste, tesoro que resiste a la prisa y transmite sosiego y tranquilidad. Eso, eso, tranquilidad. El mar. Peor lo pone el director de la Red Sísmica Española, Emilio Carreño, un zangangui que dice que el terremoto que sacudió Lisboa en 1755 y llegó a Cádiz en forma de tsunami, que es como se llama ahora al maremoto, podría repetirse en 2205. Menos mal, llegaremos vivos al 2012. Algunos más vivos que otros. Pájaros y pescados. También anuncian con mala idea que en el 2050 habrán desaparecido gran parte de especies marinas, y eso sí que no. Huelga en el freídor. El gachó de la cosa sísmica advierte que estos fenómenos retornan cada 450 años y que las pérdidas serían más devastadoras. Claro, en aquella época no había pegous, ni inmobiliarias, ni hotel Playa, ni corrupción urbanística en primera línea de playa. Ni bacterias en la playa, ni hamburguesas xxl, ni alertas por el escarabajo comunista, pero ya había palmeras de chocolate, puentes de oro en Grazalema, cumbres de jefes de estado en los baches de La Viña. Sin puente no hay cumbre, amenazaba ya Teófila en el mil setecientos y pico.
A buen recaudo la bici, que hay que devolverla antes que Rodríguez de Castro, el visitante ocasional, ser urbano por nones, acude a la vía peatonal, al centro comercial, y comprueba que llevan razón los tangos escritos por Carlos Lencero para el nuevo disco de Chano Domínguez: "El fuego que a mí me quema no se apaga con el agua, que se apaga con candela". Fuego en Columela. Conjugando con fuego en Cádiz-Cádiz. Arde la calle al sol de Poniente, se pasean las tribus humanas por la pasarela presuntamente peatonal. El club de calidad de vida, como lo llaman, no carece de clases. La Nueva no es tan Nueva, mira las tiendas añejas guiñando el ojo a la gente, y San Agustín no ve casi ná, igual que agoniza la tenue luz en las calles de San Francisco de junto. Casi a oscuras, suenan ecos de Steve Wonder aflamencados, alguien toca la sensibilidad de Cádiz por una monedas. Junto a Segundo y Rosita. A media luz. Ese lentísimo ayuntamiento no tiene luces para el inicio del paseo comercial, tó lleno de bancos, ya sabemos dónde está el dinero, en el fondo del mar, matarile, y de pronto se hace la luz, treinta por ciento de beneficios, y Columela brilla con todo su esplendor, pero de peatonal nada. No vea cómo está el tráfico de niños en Columela. Las madres, y sobre todo las abuelas, van a toda leche y frenan en seco para conversar con otras madres y abuelas suicidas, y los atascos son peores que los del cruce del río San Pedro. La vorágine en coche de capota. Imposible adelantar por la izquierda, hay gente que frena en seco, ocupa la calzada con bolsas, organiza corrillos monumentales, se amotina a las puertas del negocio sin fin. Pasa un tipo haciendo negocios inmobiliarios por teléfono. Los mendas del mercado negro arrojan al suelo el género que más gusta ahora, colores atigresados, cinturones de leopardo, espejismo de lujo, fachion glamú, y de improviso alguien exclama algo, agua en su idioma, y guardan las cosas en un periquete en un atillo, esta gente conoce incluso a los queos de paisano, y disimulan apostados en las esquinas. Los maniquíes de las franquicias son chivatos, cuidaditos, y el tiempo se para en un longines de verdad, sin falsificar, hasta que la carrera de coches de capota llega al Palillero, pa respirar. ¿Tosso? ¡Ejem! En el escaparate de la tienda de Tosso, la de toda la vida, hay un cartel que dice: "Este zapato se encontró ayer en la plaza. La madre que lo perdió puede pasar a recuperarlo". Y un zapato de bebé. La madre que lo parió. Arte de verdad, artesanía comercial frente a la uniformidad, frialdad y malas hechuras de las franquicias que lo invaden todo co sus contratitos basura y su ropa de usar y tirar. Que han arrinconado los multicines, dolby sistem, ya no hay sitio ni pa los subtítulos en gaditano. La última peli de Woody Allen sólo se proyecta en Cádiz. Increíble pero cierto. Al lado del zapato de Tosso, expertos en comunicación de carne y hueso. Aún quedan personas humanas. Un bolsazo a la primera persona que recoja el zapato de Cenicienta. En Cádiz hay días cenicientos y tardes de neón y de cartón.

Noviembre 06, Crónicas Urbanas (Diario de Cádiz)

Bien público

Los tres músicos de Picasso



Ahora que los chavales sólo se acercan a la sección de hip hop de los supermercados, van Fito y los Fitipaldis y alcanzan el primer número uno en ventas del rock hispano en mucho tiempo. Ahora que el rock es un estilo más del maremágnum musical, con todos sus derivados, despojado del espíritu rebelde de antaño, va Elvis y se convierte en dominio público en casi toda Europa. Ya se sabe que Elvis vive, nadie lo discute, y que sus mánagers y familiares siempre han sido unos vivos, viva el royalty en adobo, pero pocos habían caído en la cuenta. En la UE, a los cincuenta años muere la propiedad intelectual, la licencia privada de las canciones, que pasan directamente a primera línea de playa. Cosas de la ley de costas musical, donde también prima la especulación y el pelotazo. El rock & roll antropológico ya es público. Paco Alba, también.
Las piezas de ritmo sincopado que hicieron bailar y crecer tantos tupés en movimiento, que influyeron de modo decisivo a varias generaciones de cantantes y músicos del planeta, comienzan a estar a libre disposición de quien quiera editarlas sin tener que pagar derechos de autor. Cualquier persona con dinero suficiente puede publicar "Rock around the clock", de Bill Haley, temas emblemáticos de Chuck Berry o la mencionada obra inicial de Elvis Presley, desde las grabaciones para Sun Records hasta el trascendental 1956, considerado el año del "boom" del rock and roll. "Mistery train", "Thats all right mama", "Heartbreak hotel", "Hound dog" ... y el año próximo, El Rock de la Cárcel. Sálvese quien pueda. Y lo peor está por venir para autores y descendientes que en las últimas décadas han amasado fortunas gracias a célebres grabaciones, clásicos del rock y sucedáneos. La música clásica y el jazz ya conocen esta circunstancia en primera persona, ya ven cómo proliferan las recopilaciones de artistas de primera fila o de géneros como el blues.
La caducidad del copyright de las obras musicales se ha demorado en Estados Unidos gracias a una iniciativa de Sonny Bono, el ex marido de la recauchutada Cher, quien logró que saliera adelante su proposición ante el Congreso yanqui, en 1998, por la cual nunca antes de 2019 expirarán los derechos, y en algunos casos hasta cien años después de su registro.
Otra cosa no, pero el amor de los americanos a la música es tal que el rock ha sido considerado patrimonio cultural por el Congreso de Estados Unidos, en cuya biblioteca se guardan grabaciones originales de Elvis Presley y Bob Dylan, por mencionar los casos en que un artista revolucionó el cuerpo y la mente del público, respectivamente. Aquí en España, mejor quedarse como estamos, no vayan a archivar en el Congreso un bodrio de los Hombres G, que la culturilla musical patria deja mucho que desear. ¿No lo sabe ya?
En Europa, en cambio, el rock será un chollo desde ya, por no hablar de la que se avecina cuando los derechos de los años sesenta vayan al garete, afectando a las apetitosas discografías de Beatles, Stones, Bob Dylan y tantos otros.
Las discográficas de tronío ya han echado cuentas y lloran pérdidas de medio billón de dólares hasta 2010, según el diario británico The Economist, que cifra el déficit en 500 millones de discos, el 3 por ciento del volumen del negocio total de música grabada. La piratería ya no será piratería, así las cosas, y se producirán hechos asombrosos. O quizá todo el mundo será pirata y la música se irá al Caibe. Camino va.
El legendario Cliff Richard, quien fuera líder de los Shadows, ha puesto e tema en manos de la Comisión Europea. Reclama que los derechos se mantengan al menos hasta 7 años después del fallecimiento del autor, y teme que sus canciones sean explotadas y alteradas sin tan siquiera citarle. Esta práctica ya es habitual en otras materias musicales.
Si la cosecha Elvis del 55 y 56 ya es de dominio público de ahí que la familia haya vendido a su padre y se editen cientos de recopilaciones de diverso pelaje, ocurre lo propio a los clásicos negros y blancos de la época: Chuck Berry, Buddy Holly, Eddie Cochran, Fats Domino, y tantos otros. En Cádiz, por trazar una línea paralela, para mosqueo de la Asociación de Autores del Carnaval, ya son de dominio público Los Bisabuelos de los Viejos del 55, los Sarracenos, los Julianes y los Guajiros. Paco Alba que está en los cielos y Enrique Villegas que está en la avenida del soterramiento jamás se forraron con los derechos de autor, maldita sea, y su obra, como la de tantos otros, es de dominio público, está al cabo de la calle desde que salió de un cuarto de ensayo. A ver quiénes son los peseteros en esta cuestión.
Todavía es pronto, pero en unos años se pondrán a temblar los herederos de Jimi Hendrix, Bob Marley y un sinfin de nombres de postín. Seguro que Yoko Ono tiene alguna idea para que Europa apoquine por la obra de su marido. Por cierto, la Justicia americana se niega a soltar en libertad provisional al asesino de John Lennon. Tendrá que escuchar el Rock de la Cárcel entre rejas, aunque el año que viene sea un bien público.

Octubre 06, Cultura (Diario de Cádiz)



viernes, 28 de marzo de 2008

Rock en peregrinación

Puerto Real acoge mañana sábado la jornada de Rock Gaditano en el Exilio, iniciativa promovida por una plataforma sociocultural que pretende denunciar las restricciones existentes en Cádiz para el uso de los espacios públicos, el déficit de locales donde ejercer la cultura libre, así como promover grupos de la zona y servir de punto de encuentro. El festival reivindicativo contará con numerosas actuaciones y diversas actividades, todas ellas gratuitas, a partir de la una de la tarde en la caseta municipal ferial de Puerto Real, aunque la organización ha citado a los asistentes en la plaza de San Juan de Dios de Cádiz, una hora antes, para después partir en tren a la localidad vecina, enclave de la simbólica peregrinación, que pondrá especial énfasis en que la ciudad necesita un inequívoco impulso a la cultura y el ocio creativo, sin recortes ni botellódromos, en libertad y sin ánimo de lucro.
Una carga policial en la plaza de la Cruz Verde durante el Carnaval, la suspensión indiscriminada de diversos conciertos por parte oficial y sin denuncia previa vecinal, la criminalización de fiestas por parte de la autoridad, el cierre de la Casa de la Juventud como lugar de conciertos desde 2004 figuran como algunas de las piedras angulares de los argumentos de dicha plataforma, que destaca el carácter lúdico de la jornada de hoy. No en vano, hasta la madrugada podrá disfrutarse de conciertos de diversa índole, así como exhibiciones de break dance, skate board, malabares, graffiti, street soccer y ludoteca, amén de comida popular y zonas de encuentro y exposición.
La música correrá a cargo de formaciones gaditanas tan dispares como Kambayá, Dub Explosion, Cobaya, Código Rojo, Kool, Inestables, KPA, Chapando Bares, Fundación de Raperos Atípicos de Cádiz, Intifada, Estanco de Guardia, Los que Echaron de la Fiesta, Más Madera, Common Places, Bajos Fondos y la Murga Azulejera Castellonense. Entre los grupos hay guiños carnavaleros, como la murga de Cascana, toques de reggae, rock duro, rap, ska, hip hop y un montón de estilos más.

Marzo 08, Cultura (Diario de Cádiz)

Se vende

Los carteles llegan hasta la entrada de Jerez. Se venden parcelas de no sé cuántos metros cuadriculados en el término municipal de El Puerto, tó pirateao con rotulador de varios colores, teléfono, dirección y nif. Sniff. Algo huele mal en el sector agropecuario. Llamas al susodicho, no sin antes preguntarte en manos de quiénes se encuentra la tierra que pisas, y te dice con una hartá de faltas de ortografía que posee cuarenta terrenos, los habrá heredado, qué suerte. Te pide una millonada en dinero b, lo ve claro, parné oscurito y eufemístico, se les está acabando el chollo a los espe-cula-dores. Lo pagarán caro. Lo pagarán los demás mortales, of course, a tanto el metro tuneado de poca vergüenza, cada tarde se inventan un nuevo impuesto fullero e indirecto, o un truco del almendruco para endiñar a los pobres paganinis, víctimas del olivo, que es como llaman al maldito euríbor. Debajo del euríbor, la copla. Por no hablar de los tipos de interés, unos tipos demasiado interesados que se están deshaciendo de los restos de temporada antes de que caiga la dura tormenta. Insumisión, oiga, ni un papel mojado más, ni un machacante más a esos siniestros personajes. Claro que, bien pensado, estamos rodeados. Por las calles abundan los signos del cambalache continuo, se vende cuerpo serrano, se vende coche en buen estado, se vende al mejor postor, se vende moto puntera, ¿ha dicho moto? ¡Noooo! ¡Llegan las motos! Peores son los moteros de aquí, los indígenas salvajes que practican el mimetismo cutre a toda leche, pa caballitos los de la Feria, luego viene la Feria, ufff, y la casualidad, o tal vez la causalidad, ha querido que soltasen a la calle, con pase de pernocta o algo parecido, al Farruquito. Sueltan al Farruquito justo con las carreras, un día en las carreras, Farruquito pone cara de velocidad mientras escucha campanas en el emepetrés. Un acelerón y ya estamos en Jerez. Total, el que no corre, vuela, y pa mí que está tó relacionao. Está tó cubicao. En Jerez y en El Puerto han puesto un cartel que dice: Se vende dignidad de segunda mano. Y nadie la quiere comprar. Aproveche la oportunidad. Farruquito y la desaceleración, pa matarse de risa o algo.

Marzo 08, El alambique, El Puerto (Diario de Cádiz)

Hago lo que pidas

En un chat de soledad aparece un mensaje directo al mentón: "Busco un hombre para legalizar mi situación. Hago lo que pidas". Las nuevas tecnologías al servicio del ser humano, una llamada perdida al amor imposible, el móvil del matrimonio inconveniente, las cosas claras, cruda realidad intercalada en ciencia ficción. El telegrama urgente de una mujer ilegal dispuesta a (casi) todo vuela a ras de hielo al final de un día que arrojó otra agria victoria del morbo. Victoria y víctima tienen nombre de mujer. Verdugo no tiene nombre. El fanatismo en directo, el alimento de las bajas pasiones, tó por los suelos. Palabras enormes frente a vacíos mínimos. La vergüenza de jueces y políticos al aire, igual que la vergüenza de periodistas y espectadores. Desde "lo" de Lady Di, se buscan emociones teledirigidas para exprimir los corazones de la gente. No estamos locos, qué va, y sabemos lo que queremos: caminar sobre el alambre.

jueves, 27 de marzo de 2008

Vértigo

En la bella localidad toledana de Tembleque, ubicada entre Villacañas y Mascaraque, no imaginan la cantidad de veces que estos días se acuerdan los gaditanos de su pueblo, carpetano, romano, visigodo y musulmán antes que cristiano. Abstenerse de rimar con Baldasano, por Dió. Bastante tienen los hinchas cadistas con mentar el Pozo de las Lamentaciones como para acordarse ahora de las castas de quien pegó la espantá hace ahora una vuelta y dejó el considerable marrón que mantiene en ascuas al personal. ¿Qué pensaban, que no iban a sufrir? Algunos sufren ansiedad, y los demás, tembleque. Mucho vértigo al mirar hacia abajo. Antes miraban hacia arriba, ahora "pabajo", y al final nos iremos todos al mismísimo Caribe. Con dos victorias estaríamos arriba, piensan los optimistas, y con dos derrotas, en el hoyo, barruntan los derrotistas. Mejor mirar hacia adelante y encarar la situación con audacia e inteligencia. Audacia de Gustavo López, inteligencia de Lorenzo Buenaventura, amor propio de Raúl López, orgullo y dignidad de Andrés Fleurquin. Quedan doce y hacen falta doce. La gente, lejos de sentimentalismos y chovinismos y surrealismos, se ha dejado ya de pamplinas, vamos a los números, las cifras, la estadística del canguelo. Tembleque cuenta 2.500 habitantes, herederos indirectos de la batalla de las Navas de Tolosa. Quedan doce finales, y quienes echan las cuentas fijan en doce los puntos necesarios. ¿Para qué? Para volver a empezar. En Segunda no se puede prometer el cielo, pues queda tan cerquita el infierno. Doce de doce, el infierno del Doce. En lugar de hermanarse con Bogotá o Montevideo, ese lentísimo Ayuntamiento tendría que hermanarse ya con Tembleque. Barla ya prepara las maletas para tantear el mercado de Tembleque, ya regresó de su periplo por Brasil, Burundi, Bélgica y Bulgaria. Ya se sabe que Barla va por la be en busca de un medio centro, mientras a Kosowsky le dan hasta cosquis por la calle y a Bangoura le mira el tuerto del gol. Sale el sol, huye el gol.
Restan tres rachas por disputar, si entendemos por racha un grupo de cuatro partidos. Hay entrenadores que trabajan sobre la base de las rachas de ocho partidos, pero otros las reducen a cuatro para que el horizonte no se dispare entre fantasías y bobaliconadas. Observando la tabla de rachas del Submarino, García Remón no comenzó del todo mal: siete puntos de doce, pero en los siguientes cuatro encuentros llegó la crisis, cero de doce, a Baldasano le entró el tembleque, o quizás otra cosa, y llegó el presidente más valiente, valiente Muñoz, para arriesgar a fondo. En síntesis, el Cádiz ha sumado en las siete rachas completadas un total de siete, cero, siete, cinco, nueve, dos y cinco puntos. La mejor racha con Calderón, nueve puntos entre las jornadas 17 y 20, precisamente coincidiendo con la última victoria del Cádiz a domicilio, en Sevilla el trece de enero. Desde entonces no gana para disgustos, con rachas de dos y cinco puntos, diez puntos en los últimos diez partidos. Dos puntos en los últimos cinco partidos como visitante. Las cifras cantan, como cantan las nubes cuando se levantan y no permiten discurrir en condiciones, algo así como los árboles del bosque, metáfora que caerá en desuso cuando el calentamiento global convierta el globo en un solar. Antes, hay que intentarlo, no bajar la guardia, nunca usar el verbo bajar, por favor. Hay quien milita como acólito anónimo de la cofradía del Descendimiento. Más que humildad y paciencia, virtudes nada frecuentes que no se aprenden ni se aprehenden en la universidad de la pelota, vienen el dolor y el sacrificio. Treinta y ocho puntos, así se titula la pesadilla. Y queda lo peor, ajústense los cinturones de seguridad, señores pasajeros, que vamos a atravesar una zona de turbulencias.
La montaña rusa. Totalmente confirmado, como dice el inefable Quique de la Fuente, que ya se ha lanzado incluso al estrellato del anuncio televisivo. Al Cádiz le tiemblan las piernas, totalmente confirmado. Ser o no ser.
Mientras ensayamos los saques de esquina y evitamos los remates de cabeza ajenos con un carabinero apostado tras la portería rival, saludemos a Vidal, el David que venció a Goliat, el recordado gallego de nuestras entretelas. Ya se sabe que Vidal trabaja en Elche pero sigue censado en Cádiz. Así que vuelve Vidal, pero no para salvar al Submarino con sus peculiares dotes. Viene para continuar la racha del club ilicitano, y dale con la rima de Baldasano. Si el Submarino no ha disfrutado de rachas con suficiente poderío para tornar su trayectoria, tan sólo dos rachas de dos victorias consecutivas, algunos de los aspirantes al ascenso pueden presumir de lo contrario. El Málaga, sin ir más lejos, ganó los siete primeros choques de la Liga. La Real Sociedad lleva cinco rachas de dos partidos consecutivos sumando tres puntos, qué de números, oiga, y el Numancia ha cosechado en lo que va de segunda vuelta tres derrotas, las mismas que en todo el primer ejercicio del año.
El Elche, por sus partes, ha disfrutado de dos rachas victoriosas precisamente ante los grandes de la categoría, aunque fuera de su campo no se comporte con la misma contundencia. Por cierto, he aquí la pregunta del millón. ¿El Cádiz es grande? A tenor de la clasificación, nasti de plasti. Por historia, quizá un poquito. Por afición, enorme. Por si acaso, mejor ir de corderito ante el Elche de David Vidal, adalid de la cantera por antonomasia. Muchos recuerdan la labor de Vidal con la cantera, su mano dura con Mágico, las majaretadas pa matarse de risa, algunos catenaccios que él niega desde la distancia del tiempo fugaz y caprichoso, más peligroso que el viento idiota. Vidal, genio y figura, abre el periodo decisivo del torneo. Queda lo peor. El Cádiz aún no se ha medido con los gallitos del año, y aun así, ya ha perdido cinco goal averages de los nueve disputados en la segunda vuelta. Quedan Elche, Xerez, Albacete, Numancia, Spórting, Ferrol, Real Sociedad, Celta, Nástic, Málaga, Sevilla Atl. y Hércules. Una de dos. Truco o trato, nada de medianías, la gloria o la miseria. Si el hiperbólico Submarino gana los próximos tropecientos partidos, a la Champion del tirón. Si no, ya veremos. Y los mandamases volverán a anunciar las buenas nuevas sin que sean buenas ni nuevas, y ya estarán pensando en la planifiación del futuro, aro, aro, del Diez del Centenario y del Doce del Bicentenario Terry. Mañana, si acaso.

Marzo 08, Submarino Amarillo, Deportes (Diario de Cádiz)

miércoles, 26 de marzo de 2008

Sóli2

Otro picotazo en la lengua. Si Lázaro Carreter levantase la cabeza, qué diría de los hombres sólidos de la pradera, de los proyectos de pasado, de la contaminación del rico y hermoso habla natural a estas alturas. El recordado académico, acaso ajeno a la surreal academia de la lengua en tomate gadita, firmó artículos y varios libros sobre la materia, el calentamiento global del idioma popular, un juego de palabras hermoso y siniestro a la par, tan cruel como significativo y en constante evolución. Imagino, por ejemplo, que Lázaro preguntaría al viento, sin obtener respuesta, por qué hay personas sólidas, como los residuos urbanos esos tan apestosos; por qué el mundo se ha llenado de gente sólida, y si alguien conoce a algún vecino líquido o gaseoso. Yo creo que es algo. Va por temporadas. Antes se llevaba lo solidario. Ahora se ha puesto en boga el elogio solidificado: Fulanito es un profesional sólido, trae una idea sólida, maneja una estructura sólida, parece un tipo sólido. En cada noticia, en cada declaración pública, en todos los discursos se cuela algún elemento "sólido". ¡Agua de coco! Y si encima el hombre sólido o la mujer sólida aparece con un proyecto sólido, la leche en vinagre. Hoy llaman proyecto a cualquier cosa, queda fino, me gustó el proyecto, nos sumamos al proyecto de no sé qué, cuando en realidad se trata de trabajitos normales, carajotás o programas que antes tenían nombre. Hoy despojamos del nombre a los actos, vulgarizamos los gestos, adaptamos las actitudes, moldeamos la esencia de las cosas, las metemos todas en un saco sin aristas, no hay tiempo para pensar, y así nos va, que no nos enteramos de ná. Y olvidamos regar cada mañana.

martes, 25 de marzo de 2008

... Y se rompió

Se ha roto en Cádiz. Literalmente, España se ha roto en Cádiz. Un motivo más para festejar. El Bicentenario de la Inmaculada Constitución, la capitalidad cultural iberoamericana, la cumbre de jefes de estado latinos, la gran barbacoa de la democracia y ahora el día de la banderita. ¡Viva la Pepi! De aquí al 2013, va a ser un no parar. La otra noche se cumplieron los peores augurios, o acaso fueran los mejores, y España se rompió en mil pedazos. Más bien se rajó, como vaticinaban, y cayó redonda, una, enorme y libre. Contento tiene que estar Rajoy. Tres veces sonó el himno de España la Rota, tres, mientras jalaban de la manivela nuestros prebostes. Y al final ocurrió lo que se barruntaba. En la plaza Sevilla tuvo que ser, mi arma. Hay que ver la que está liando Zapatero. Flag golosina, envidia cochina.
Cádiz 2012 será ... un bastinazo, ya lo dice el anuncio. Cádiz 2012, todos a la Sierra. De momento, Cádiz ha demostrado al mundo lo que es capaz de hacer ... con un pedazo de bandera: escoñarla sin compasión, dejarla pal arrastre, abrir el debate sobre la humedad reinante y la sucesión de doña Tecla, montar la pajarraca. Todo ello, sin una pizca de improvisación. En cuatro años, todos seremos una bandera, abanderados de la libertad, por más que reje Rajoy sobre la rajada rojigualda. Llueve sobre mojado. El sol sale para casi todos. Hay quien, no obstante, no ha entendido aún las virtudes que atesora la trimilenaria ciudad, por ejemplo, el sieso autor de cierto libro sobre las mil y pico ciudades que debe conocer antes de coger el camino del mancomunao, grueso volumen que ha indignado a propios y extraños en un lugar privilegiado de las librerías de postín de este culto y pintiparada rincón de la Piel de Toro. Cádiz no merece un lugar entre el millar de lugares con encanto del mundo. Hombre, por favor. Sólo Arcos de la Frontera, en el Sur del Sur. La gente no respeta ni que estamos en pleno cobazo del 2012, ya vuelan hacia las Américas los pájaros peperos y pájaros psociatas, cada uno por su lado, cada uno de ellos a costa del agropecuario público. Así que habrá dos 2012, lo que traducido resulta 4024, mande un ese eme ese al número ese y le sacaremos un par de leuros, incauto.
Lo dicho. Ese Lentísimo Ayuntamiento y el Consorcio antes llamado Mocedades, volcados de pleno en tales conmemoraciones, que por algo dentro de cuatro años hay elecciones, preparan con esmero empanao. De ahí que el mundo entero, y parte del extranjero, se halle pendiente de Cádiz, ojo avizor. Mirando con lupa en el corazón del centro neurálgico del planeta, la dichosa plaza de Sevilla. Con ustedes, la monumental y única Aduana, por la que se pelean a piñas los mejores arquitectos e ingenieros, así como los gaditanos de bien siempre al loro por las cosas de Cádiz-Cádiz aunque les cueste la vida alegre y divertida. A su vera, la estación de penitencia de Cádiz, estación terminal, pizza cuatro estaciones, un dolor de cabeza para taxistas, indígenas y visitantes ferroviarios, una estación del siglo antepasado, una estación del pasado inmediato y otra estación del 2002, llamada vulgarmente la soterrada, de cuando se inauguró el primer metro de Andalucía en loor de multitudes. A ver si toman ya medidas. La banderita de setenta metros, el pin de solapa intercontinental. Y al frente, el Palacio de Congresos, donde sortean los pisos que sobran en Cádiz, donde se presentó en sociedad un tal James Bond junto a la gran Halle Berry. Berry, Teo, Bond y otros concejales del montón, se llamó la peli.
Entre tantas virtudes universales, Cádiz confiesa también sus pecados, ahora que la Santa Iglesia ha clasificado unos pecadillos de nuevo cuño pa meter miedo al personal, pánico total en las comunidades de vecinos. Evasión de capitales no se practica en Cádiz, pero desde hace un par de décadas la evasión de la capital a poblaciones cercanas, y otras no tan cercanas como Castellón de la Plana, parecen dignas de mención. Delitos ecológicos apenas se dan en Cádiz, pues no hay ni zonas verdes. Acumulación de riquezas, tampoco, tan sólo los pasos de Semana Santa estrenan cunas cositas de oro y plata pa disimular cada año el ruinazo que soporta Cádiz en lo alto. Así que nada, todos al cielo de Cádiz, tol mundo iría del tirón al cielo de Cádiz si no fuera por el resto de nuevos pecados, sobre todo el de las drogas, incluido el pirriaque. Aquí manda mucho Drogados y Construcciones, amén de la economía submarina, la injusticia social, la manipulación genética, toma genoma gaditano, y la gula. Cádiz es de comer, ¿tendrá delito? Ahora saludan desde el infierno todos los politiquillos que han soltado algunos embustes durante las erecciones, fueron sin querer, y los capillitas asoman el coco advirtiendo que aquí nunca podría ocurrir lo que el calendario ha deparado en Valencia, Fallas y Semana Santa a la vez, al caribe el sexto mandamiento, no desearás al prójimo más próximo, acuda al confesionario dermoestético, abierto hasta el amanecer. Más inmobiliarias que iglesias, menos humildad que paciencia, mucho dolor y sacrificio. Vuelven los patos al parque, 2012 patos y una grulla.
Más pecados: dejar a Pepeblás fuera del Senado, la publicidad del yovoy, arrojar pipas al suelo, hacer una llamada perdida a la dignidad, no combatir a los chiquilicuatreros del nuevo siglo, pedir indulgencia, perder el norte, tener un póster de Baldasano, hablar bajito, hipotecarse hasta las cejas con tal de hacerse con una parcelita en el limbo y practicar el eslálom gigante aprovechando la cera de las calles. El último, que cierre, que entra la corriente.

Marzo 08, Crónicas Urbanas (Diario de Cádiz)

lunes, 24 de marzo de 2008

A una carta

Letizia gobierna ya desde el Diez Minutos. "Elija el mejor el peinado de Letizia". Sálvese quien pueda. Pasando las páginas del día, o quzá sea un periódico del otro día, llaman famoso a un prestigioso productor de jazz. "El más famoso del mundo". Hace años nadie decía que Miles Davis era un famoso trompetista. Era Miles Davis, simplemente. Hoy hay una baraja con ases de quita y pon, y números trucaos, y si la carta cae boca arriba, rollazo mediático, dichosa palabreja. Si cae boca abajo, a los leones. Otro día cambiarán las tornas. Hoy dan dos páginas a Britney Spears en un diario "serio", maldita sea, mientras acusan a los artistas de titiriteros y desprecian y deprecian sus obras y sus gestos. No vale recurrir al acomplejado tópico cañí, el oportunista lamento acerca de las cosas de "este país", mezclar al Chikilicuatre con la Belén Esteban para ilustrar la actualidad y medir la inteligencia de la gente de aquí. Como si los ingleses no tuviesen su ración de bazofia, son los inventores del fútbol y del amarillismo, o los yanquis no sufriesen a la citada morena arrepentida o a la misma Paris Hilton. Juré que nunca mencionaría a ambas adalides de la idiotez supina y ya ves, salieron sus cartas del tirón. Voy a barajar de nuevo.
Ya suena mejor. Bruce Springsteen anuncia su próxima visita para julio, coincidirá en España con Bob Dylan. ¡Grandioso! Highway 61 y Thunder Road, pa jugárselo todo a una carta.
El otro día vieron a Bob Dylan disfrazado de mujer, con peluca y faldas, dando un garbeo en bici por el balneario de Punta del Este, lindo rincón costero a 140 kilómetros de Montevideo, Uruguay. La relaciones públicas del hotel Conrad así lo confirmó a la prensa local. Semanas antes, en México, el juglar practicó boxeo en un conocido gimnasio sin ser reconocido. Dylan no es famoso.

domingo, 23 de marzo de 2008

Fantasmas

En la foto se ve a Jesucristo, mismamente, con cara de circunstancias, a la vera de unos cuantos macetones la mar de floridos, que alguien sin nombre cambia cada mañana, y a su abuela. Juanito ve a su abuela con total claridad, pero sólo en las fotos digitales. La leyenda de las mujeres fantasmas en el barrio alto. Solera, decadencia y hermosos rincones por descubrir. Espectros de ayer y de hoy. Pase, no tema.
Juanito se acerca a su casa y trae un par de instantáneas, "mira a mi abuela, clavaíta, la pobre". En la parte inferior de la encalada pared, un rostro angulado envuelto en brumas, el brazo apoyado en el sillón y el traje de lunares que Juanito lleva grabado en su memoria desde que su abuela se fue, si es que se fue su abuela, porque miras la foto y la ves con ese aire tan digno y encantador que lucen las señoras mayores a la edad en que poco importa el figuroneo. Ella, que está muerta, sería capaz de atravesar paredes y de enfrentarse a problemas tan duros como las entendederas de los seres casi vivos, que últimamente no escuchan, ven sólo lo que les interesa y en general andan con los sentidos más bien averiados. Atrapados por el gran espejismo, no son capaces de advertir la verdad revelada, ni siquiera ciegos de pasión.
Juanito, en cambio, ve a su abuela, quizá sea el espíritu que habitó esa morada, pero los megapíxeles no engañan, imposible abandonarse a la imaginación, al querer y al ojalá. Sombras, luna llena, miedo a la claridad, yuyu familiar. Juanito no quiere publicidad, ni rollazos mediáticos; pasa de contar la historia de su abuela, a riesgo de que aparezcan los fantasmas fulleros de la tele para apropiarse de un pasado que juega en el patio, se monta en borricate de la razón empírica y corre por los pasillos de la nostalgia del futuro. No hay fronteras. Ni verdades hipotecadas.
Juanito vuelve otro día al mismo lugar imposible con otra foto bajo el brazo. Es su abuela con el mismo traje, la misma sonrisa y una mirada perdida en las profundidades del mar. Flores frescas, memoria virtual, ver para creer, claveles y amapolas. ¿Cómo era tu abuela, Juanito? Mi abuela era maravillosa. Es maravillosa. Más quisieran muchos fantasmas, los que no tienen abuela.
Enero 08, El Alambique, El Puerto (Diario de Cádiz)

La ruta del papel de plata

Los últimos de la fila se consumen de costa a costa. Consumen sus dosis inhaladas en papel de plata, como si quemasen el tiempo que no les tocó vivir. El viaje conduce a ninguna parte, con paradas en la esquina de la ansiedad y en los portales del desprecio. De algo hay que vivir. De un lustro a esta parte, los asientos traseros de los Comes que enlazan Cádiz y El Puerto marcan a sus ocupantes con letras de fuego. "A veces llevamos el infierno a cuestas", ilustra un chófer, obligado por las circunstancias a afilar sus sentidos, sobre todo el sentido del peligro a bordo. Los enganchados a las drogas duras que se desplazan varias veces al día a El Puerto difieren de otros, de quienes acuden impulsivamente a los centros comerciales con urgencia innecesaria, en que la soledad acucia, y la motivación es una sola, y la vida apenas tiene aristas. No hay tanta diferencia.
Dos generaciones de adictos al caballo, la coca, el crack o la base, o todo a la vez, incluida la metadona, se dan cita en los buses verdes. "La hora crítica, tras el almuerzo", apunta un conductor con muchos kilómetros en lo alto. "Cuando se juntan nueve o diez en la parte de atrás, malo. A lo largo del día el goteo es constante, y hay gente que no incordia y que hace uso de su derecho a viajar, a nosotros nos da igual lo que piense o haga el cliente, pero cuando se juntan unos cuantos y hay bulla, pasamos un rato malo. A veces se pelean entre ellos, hay navajas, amenazas, gritos, porfías, y la gente se asusta. No me extraña".
Huele a "plomo quemado", la combinación del papel de aluminio y las sustancias químicas que inhalan los adictos a polvos asesinos. "Desde el volante se ve absolutamente de todo, se ve todo, aunque haya gente que no lo crea, y ya no me sorprende nada", señala otro compañero, que ha asistido a escenas dantescas. En la época, todavía no muy lejana, en que los yonquis solían chutarse con jeringuillas, ya prácticamente en desuso, vio cómo un chaval se administraba una dosis junto a su abuela, que le acompañaba en el trance. Hay casos tremendos, y otros tan sencillos como la muerte misma. Imposible precisar el perfil del usuario de la ruta del papel de plata, hay gente de toda clase y condición. Desde carne de presidio, que relata sus peripecias a viva voz en libertad condicional, hasta matrimonios en fase inicial, con trabajos estables y niños a su cargo. Desde jóvenes imberbes sin futuro, empujados por el hastío y el desencanto, hasta cuarentones con mil golpes en su historial.
Los conductores más avispados conocen al dedillo la vida y costumbres de los enganchados. "Hay gente que se pone al final del bus para formar bronca o fumar descaradamente, pero también hay seres solitarios que visten bien, muestran buenas maneras y se sientan en las primeras filas para disimular o no formar parte de la masa, para ir tranquilos y no causar sospechas entre los policías o secretas que en ocasiones entran en el bus". Pero la parada en el supermercado portuense de la droga les delata, así como la rapidez de movimientos. "Se bajan en la parada del bar Transporte, y se suben a los quince minutos en el mismo bus que regresa a Cádiz. Una de dos, o van al cementerio o van a por droga. Y nadie va al cementerio tres o cuatro veces al día, ni todos los días del año". Macabra comparación.
Los conductores lamentan que la empresa haya retirado el servicio especial de vigilancia que en dos ocasiones dio buenos frutos. "No tenemos nada contra ellos, sólo queremos la seguridad de todos. Es indignante que hayan retirado otra vez a los vigilantes".
Así las cosas, los chóferes con contratos temporales y escasa vida laboral pagan los platos rotos. Los trabajadores fijos, respaldados por el comité y la situación, se niegan en su mayoría a trabajar en la ruta El Puerto-Cádiz, así que los novatos o jóvenes son llamados a filas por nones, lo toman o lo dejan. Hay chóferes que saben tratar a los yonquis con diplomacia y serenidad, se ponen a su nivel o emplean el respeto mutuo como mejor arma de comunicación. "La cosa no es fácil, pues a veces te meten la cara en el volante, te gritan que no tienen suficiente dinero, meten bolsas de pescado, bicis, de todo, y avasallan a los demás. Pero se trata de aplicar la psicología humana", remarca un joven pero experto trabajador, a quien estos usuarios tan especiales le llaman Paco, Eduardo, Jose, Antonio, Jefe o como se llame.
No es fácil hablar con alguien que no tiene tiempo para tonterías. Entre ellos, los yonquis recurren a códigos internos, lenguajes inasequibles, y al mismo silencio. La vida se reduce a dinero, dosis, dinero, dosis, euforia, ansiedad, alivio, dolor y vuelta a empezar. Da igual la mentira o la verdad, las cosas pierden valor, y la gente también, pero hay quien distingue entre las personas y sus alrededores. Hay quien sabe escuchar y quien se deja querer una mijita. Hay quien se ha dejado la vida en el autobús. Entre ellos hacen listas para echarse de menos, conocen la vida, aunque sea miserable, de sus semejantes. Más que la propia. Es difícil entablar una comunicación fluida con los últimos de la fila, de la misma manera que con otras personas con otros problemas. Pero se conocen casos individuales: veteranos que sobrellevan la adicción en el hogar paterno; jóvenes que duermen en la calle, entre cartones; parejas que un día se dejaron llevar por el lema de sexo, droga y rocanrol, y se quedaron sin sexo y sin rocanrol. Se quieren a su manera, con complicidad y prisas.
Al otro lado, una señora de mediana edad, que frecuenta el bus por cuestiones laborales, se queja del olor que desprende la droga y de ciertos desmanes que contempla entre Valdelagrana y el puente Carranza, cuando los yonquis se sienten menos observados o pasa el riesgo de sorpresa policial.
La pasta base que se vende a tropel en la zona alta portuense, la ya tristemente célebre barriada de José Antonio, auténtico guetto urbano heredero del legendario Vietnam que se ubicaba junto al actual Paseo, no cuesta más de seis euros por papelina. Se ha convertido en la droga alternativa al caballo y la coca, por su inmediatez y precio. La base es la mugre de la coca, los desperdicios que quedan tras la depuración de la cocaína. La hermana pobre, la hermana adulterada de la coca, que ya no es tan exclusiva, que se sirve en todas las mesas de ricos y nuevos ricos. La sustancia base cobró gran importancia en los suburbios de paises latinoamericanos, donde quizá la inventaron por pura necesidad, como ocurrió con el crack en el caso de los marginados yanquis. La pasta base, y otras mezclas de coca con caballo y similares, matan a la velocidad del rayo.
Enero 07, Crónicas Urbanas (Diario de Cádiz)

El hombre que le partió la cintura al mundo


Mané trabaja de cocinero en el restaurante de Súper Paco, en Roche. Fíjate tú qué dos leyendas del fútbol amarillo. "Cuando él se fue del Cádiz llegué yo, en el 72; y cuando me marché, en el 83, vino de vuelta", recuerda Manuel Cosano Bernal, genio y figura, que regatea al olvido con todo el arte del mundo. "Mi mujer me dice que yo podría ser ahora multimillonario. ¿Qué quieres?, le pregunto yo. Antes había otra mentalidad, a mí me gustaba pescar, a todos nos gustaba el cachondeo Yo cojo el fútbol de hoy y no me tomo ni un cubata", bromea. "El fútbol de hoy es para inteligentes. Cualquier chavalito llega a un Primera y le dan un Ferrari. Yo conducía un Seat 1500 con las marchas en la mano". Y no vea cómo corría la banda, cómo practicaba el lindo deporte del engaño, la finta, el frenazo en seco y el gol imprevisible. Mané protagonizó los dos primeros ascensos del Cádiz, como Rosado, y se queda, de todas todas, con el Cádiz del 77, el "mejor equipo de la historia", y con "los tres años de Balmanya", precisamente antes de alcanzar la gloria. Mané nunca fue suplente, tan sólo quedó relegado al banquillo por el sargento Olsen, obligado por la norma de los sub20. Mané habla como jugaba; apura las palabras en la línea de fondo, enseña los verbos al defensa y los dispara con vehemencia y doble intención. Mané, toda una vida en el Cádiz, rezuma ahora cierto dolor cadista. Como casi todo el mundo, pero con más veras.
Entre el ayer y el presente, un abismo. "En el fútbol está todo inventado. Hoy quien más corre es el que gana. Puedes tener dos futbolistas sobresalientes pero los cogen un par de defensas normalitos, se pegan a ellos y ni se coscan. Ya no hay extremos como antes, dribladores, ahora nadie encara al defensa, sólo unos pocos como Messi. Y pagan fortunas por los defensas, no es normal los dineros que dan por gente como Cannavaro o Sergio Ramos". Mané pasa del pasado, cuando los defensas de Santander o Granada parecían muros infranqueables, al hoy descarnado y cruel. "Hace un año que no voy al estadio Carranza. Ya sabes que estuve en los juveniles, que tengo el carnet de entrenador de Regional, pero un día me dijeron que entrase por la puerta de los carros, por donde entran los mutilados, y no volví más. No voy a perderme ná", suspira. Como otros tantos veteranos de postín, Mané, dolido con los detalles del club, contrapone el cariño galleg. "Estuve sólo un año en el Deportivo de la Coruña, y medio año lesionado, y me mandaron los billetes de avión y de hotel para asistir al centenario del club. Qué diferencia".
Preguntado sobre el ojo del huracán que se cierne sobre la profesionalidad, la actitud de la plantilla cadista, azuzada en parte por el mismo presidente, Mané se muestra rotundo y castizo: "¿Qué coño van a hacer? Ya no tenemos opciones, tras tantos meses que si se sube, que si se baja, y los jugadores se han venido abajo. Es normal. Lo que hay en Cádiz es mucho derrotista, sólo en Cádiz existe ese fenómeno destructor. Estuve el otro día con Súper Paco en Sevilla y no veas la afición, una maravilla, qué manera de apoyar a los suyos. Aquí, es cierto, las cosas han cambiado en los últimos años y el 90% de los espectadores de Carranza son jóvenes que animan mucho al equipo. Cuando yo jugaba no perdonaban ni una. Y a mí, menos. Pero se mantiene el derrotismo en todas las esferas, y al gaditano no le pasan ni una. Yo mismo fui el jugador del Cádiz que ganaba menos, siempre fui el que menos cobraba, desde las 50.000 pesetas con 16 años hasta el millón y medio de pesetas en el 83. ¡De pesetas, no de euros, ehin!", matiza con cierta sorna. "Menos mal que Manuel de Diego me subió una mijita en el 77 ..."
En Cádiz, la cantera nunca lo tuvo fácil. "Llegaba uno de fuera y le daban quince o veinte millones de pesetas, y a nosotros, las migajas". Pero en el campo no había clases, ni distinciones, tan sólo talento y amor al Cádiz, un equipazo. Hicieron tan buenas migas aquellos mitos del Submarino, antes de que el Submarino adoptase tal condición, que "cada vez que vuelve a Cádiz, el chileno Carvallo viene a buscarme, pregunta por mí y volvemos a recordar los viejos tiempos junto a Villalba, Quino, Baena, Ibáñez ..." Hay fotos que lo atestiguan, y cariños de ultramar, y recuerdos en color sepia, y camisetas descoloridas, y goles como soles, y viejos que anhelan ese juego tan pulcro como voraz. Una década de Mané, además, dio para mucho, entre otras cosas se convirtió en ejemplo para los chavales: ejemplo de orgullo, digndad y clase. Mané, a veces, desesperaba al entendido y venenoso público gaditano: como un torero crecido en su propia leyenda, si se encajaba, retaba una y mil veces al defensa, le buscaba las cosquillas, daba pases imposibles, chutaba como si nada y ejercía de jugador vacilón en la cancha, como si estuviera en el colegio, con una naturalidad insultante. Ya no quedan futbolistas como Mané, para tristeza eterna del fútbol. Hasta sus escasos detractores echan de menos al extremo gaditano. Por algo será. Será por la emoción que impregnaba al fútbol.
Habla tan clarito Mané, auque con respeto a pasado y presente del club, que llega a decir que "aquí se criticaba a los nuestros con culaquier cosa y se idolatraba al que venía de fuera, y no sólo en fútbol. Mágico González, de hecho, se cachondeó de todos los gaditanos, pero se lo perdonaba todo porque era muy grande, un monstruo irrepetible. Pero se cachondeó de tol mundo", indica entre bromas y veras.
Retorno al presente. "Al Cádiz lo veo por la tele, leo las crónicas y escucho la radio, como cualquier aficionado, y creo que hay que echar a diez o doce futbolistas del tirón. No tienen categoría para estar en el Cádiz. Hay que hacer una limpia en condiciones y buscar profesionales para que lleven las riendas de la cantera, y no amigos del presidente. Gente que sepa. Profesionales del fútbol. Los profesionales se equivocan menos. Otra cosa es la suerte, que la pelota entre o no entre. Y hace falta gente de Cádiz. Que me digan qué fichaje ha hecho Benito, hombre, por favor". A Mané se le nota indignado cuando habla de su Cádiz, "el mejor mirado de Segunda, pero no la mejor plantilla como dijeron. Mentira. Había cinco o seis plantillas mejores". Mané tilda de pesetero a Muñoz, considera que el presidente "quiere quitarse de enmedio, si no lo ha vendido ya", y califica la situación actual de "auténtico desbarajuste". Eso sí, mantiene la esperanza de que "un grupo de gente de Cádiz compre las acciones del club y se dedique de lleno al fútbol".
Las excusas, los argumentos técnicos no sirven para Mané a la hora de comprender lo ocurrido durante la temporada interminable del 07. "¿El campo estrecho y corto? Sí, hombre, estrecho y corto, le van a doler las piernas a los futbolistas", y ríe a mandíbula batiente, con ese gesto de jugador pícaro y especial, con la exquisita calidad que siempre atesoró el extremo gaditano. Mané vuelve la vista atrás y piensa en voz alta: "No hace tiempo que no se ve una cintura partía en un campo de fútbol". Mané quebró un montón de ellas, que le pregunten a Stielike, el infatigable nibelungo del Madrid de los setenta y tantos. "A Stielike no le partí la cintura, la rompí dos cinturas en aquella jugada". Gol.

Mayo 07, Submarino Amarillo, Deportes (Diario de Cádiz)

Arquitectura de la felicidad turística

El mundo al revés. Se acaba el verano oficial y retorna el calor, ven a la escuela de calor. Arde la calle al sol de Levante, tribus de turistas buscan, comparan y no encuentran algo mejor. Andalucía, déjate llevar por las sensaciones. Ahí estás tú, disfrazado de explorador, abres tu particular google y aparece ante tus ojos un panorama único, la leyenda del tiempo y del espacio. Por ahí van unos tipos promocionando el producto andaluz, "consuma turismo andaluz", y eso hace el personal a salto de mata. Más allá de nuestras mentes diminutas, Cai se alza luminosa y bullanguera, guiña con complicidad a sus compañeras de legado andalusí y vende tol pescao. Tol pescao vendío.
Los cuatro costados de la joya turística de Al Andalus respiran envidia sana y se ponen de acuerdo para despachar sus mejores quimeras. Alrededor de la Catedral de Cádiz, la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba y la Monumentalidad de Sevilla giran las tiendas de cachivaches, mercado común del souvenir, globalización del eurosablazo. En Cádiz prima el chovinismo extremo, en Sevilla no andan a la zaga, y en las medinas árabes del antepasado brilla el color y limpian las calles. Cádiz, con diferencia, es la ciudad más guarra, la capital del respeto nulo a lo propio y a lo ajeno, ya se sabe, cada gaditano lleva un vikingo dentro. Claro que una cosa es el centro turístico y otra donde vive la gente, como cantaban los Pata Negra veinte años atrás. En la calle Larios de Málaga apenas arrojan papeles y bolsas al suelo, gran calle peatonal, un mundo peatonal al servicio del capricho fugaz del turista y del paseante malagueño, que hace suya la calle. Larios es ancha, larga y cuenta con numerosos afluentes. La calle Ancha de Cádiz es la única calle andaluza llamada Ancha que no es ancha ni ná, aunque sí encantadora, oasis entre tanto coche. Cuando llegue el segundo puente, Cádiz será puro coche. Las hermanas andaluzas superan a Cádiz en vocación peatonal, pero también disponen de más suelo y de más parné para cumplir sus anhelos. Y quizá de más empuje empresarial y político Sin embargo, los expertos turísticos hablan del milagro gaditano, del espectacular crecimiento contra viento y marea. Por ago será. La playa y el sol, los factores más antiguos del turismo, los que intentan arrinconar algunos esnobs, para vender huecos platos turísticos decorados, dejan a Cádiz en mejor lugar. No hay más linda playa en el sur de Europa, no hay arenas más finas, no hay litoral más amplio que el horizonte, en Cádiz, la Victoria, a pesar de barbacoas y botellones varias. El turista compara. Málaga tiene a Picasso, Málaga posee zonas verdes incrustadas en el horroroso desarrollismo de los sesenta, el mismo que se cargó Cádiz de Puertas de Tierras afuera, pero Cádiz tiene una playa, varias playas para fardar. Cádiz no tiene a Falla, en Cádiz se mima más al foráneo que al lugareño gran paradoja del localismo exacerbado. Pero el museo de Picasso malagueño, pa qué nos vamos a engañar, no es la gran maravilla de la creación, más que nada por su contenido. Poca cosa, comparado con otros museos del mundo como las casas de Pablo Neruda, sin ir más lejos, o quizá yendo la mar de lejos, al fin del mundo, Las casas museos del poeta universal chileno, en Santiago, Valparaíso y sobre todo en Isla Negra, son dignas de alabanza. Las de Picasso, Alberti, Falla, García Lorca, carecen de majestuosidad y no se pueden contemplar tantas obras porque éstas siguen en manos privadas. Normal. La ruta turística de García Lorca, en su Granada del alma, merece la pena, en especial asistir a las actividades programadas por su Fundación en la Huerta del poeta. La de Alberti, huérfana de tantos atractivos, sumida en el olvido y en cierto oscurantismo, no se promociona como debiera. De Falla, mejor ni hablar. Para la mayoría del planeta, Falla fue granadno. Por algo será.
En las angostas calles que conducen a la Mezquita cordobesa puede el visitante escuchar los rumores del Guadalquivir y ver pasar por un cinema de juguete imaginario todas las imágenes de un mundo rico en cultura y en fragancias. Igual que en Granada, donde la Alhambra reina por derecho y anula el resto de atractivos turísticos, Córdoba es mundial gracias al legado andalusí. Cuentan que Bob Dylan, tres años atrás, exigió una visita privada a la Mezquita para tocar en la ciudad regida por Rosa Aguilar, y que también paseó de incógnito por la Alhambra granadina a finales del siglo pasado. Como Lou Reed y Patti Smith, iconos de la cultura rock transoceánica.
Cádiz, en esta clasificación turística apresurada, gana en playas, pero pierde en ruído de fondo, en volumen de negocio, en tantos detalles pequeños e importantes. Sevilla, ya se sabe, tiene un color especial y un poderío imponente en el aspecto turístico. Cádiz es pionera en casi todo, según sus triunfalistas políticos de uno y otro signo, pero sigue a años luz de sus hermanas andalusís. La mejora del casco histórico comercial gusta al turista, que combina su amor al pasado con las luces de neón, parece un avance. El servicio de hostelería, que según la propia patronal necesita de mano de obra especializada, intenta alcanzar las cotas deseadas. Pero no parece de recibo que el turista sea zarandeado literalmente por abusivos precios y ofertas escuálidas. El descaro de quien quiere hacer el agosto a costa del prójimo, el pan de hoy y el hambre de mañana. Valga como ejemplo algún restaurante a la vera de las playas gaditanas, de la Victoria y de la Caleta, que practican la puñalada a traición. Nada que ver con la profesionalidad y los precios de otros, como en el Mentidero, en el mismo paseo marítimo o en el centro del centro. Una ración de pescaíto, por ejemplo, cuesta tres veces más donde los sinvergüenzas. Cuidaíto con las carteras, los bandidos acechan.
Alguien prende el televisor y aparece el filósofo Punset con sus pelos alborotados, con toa la cara de Garfunkel recién levantao, y sin pretenderlo habla de Cádiz. Un invitado, también pensador, se refiere a la arquitectura de la felicidad, una cosa muy católica, y dice que la gente suele llorar cuando ve o siente cosas hermosas, con las obras de arte o las puestas de sol, con las canciones o las pinturas, y recuerda lo que falta en su vida. Cádiz, la ciudad que sonríe por no llorar, aparece de pronto en el corazón de la arquitectura de la felicidad, pues Punset dice que el ser urbano de hoy en día haya alivio y alegría, dicha y ausencia de ansiedad, merced al encuentro casual. Las ciudades donde aún las personas se encuentran de casualidad, hombre, Pepe, qué alegría verte, son más alegres y divertidas. La gente conoce más de cerca la felicidad fugaz y huye mejor de la soledad, aunque sea hacia adelante. Lo de la arquitectura alude a iglesias, templos, estadios, garitos, y de eso Cádiz también anda sobrado. Igual que de falta de humildad.
El turista medio se queda alucinado con las charlas callejeras del gaditano de pro. En medio de la vía, ocupando toda la vereda, con frenazos en seco o pasitos palante y pasitos patrás, el encuentro casual se ejercita en Cádiz varias veces al día. A grito limpio, en numerosas ocasiones, o con expresiones onomatopéyicas, síntesis del vámonos que nos vamos que al visitante asusta o enamora, cautiva o aborrece.
Los turistas preguntan al viento, sin encontrar respuesta, por qué en Cádiz vale más caro el autobús urbano que en otras capitales, pese a que los recorridos suelen ser mucho más breves; por qué en Cádiz se rompen las cosas por deporte; por qué en Cádiz la oferta cultural escasea, a la par que se incrementa la demanda de torneros fresadores, los currelantes galácticos de la nueva centuria. ¿Y por qué en Cádiz tantas mujeres se han teñido de noruegas con lo guapas que estaban morenas de verde luna?

Septiembre 07, Crónicas Urbanas (Diario de Cádiz)

sábado, 22 de marzo de 2008

33 pasos


Oigo pasos. Toda la semana escuchando pasos. Abro los ojos; oigo pasos. Abro los oídos; siento pasos. Abro la ventana; los pasos se acercan, a paso de horquilla, pasos llamados por el silencio. De chico, mis padres me invitaban a asomarme al silencio, me enseñaron a escuchar. No eran noches de fiesta. Hoy las fiestas lo invaden todo, prendes la tele y salen cristos y vírgenes por todas partes, y gente de fiesta. Los canales locales echan el resto en las fiestas, aunque sean de guardar, y guardan energías durante el resto del año. Qué despliegue. Como hay que respetar los silencios, me callo, y observo con atención todo lo que pasa alrededor del ruido reinante. No entiendo de la misa ni la mitad. Pero al menos los silencios, breves y poco rentables, dejan hablar al corazón de la gente, y yo me entretengo escuchando palabras jamás pronunciadas, mirando imágenes que dicen que hablan por sí solas. La gente está sola.

viernes, 21 de marzo de 2008

Dylan, por Dios


Vente pal Sur, Bob.
A tres meses de su anunciada gira española, pocas fechas confirmadas, muchos rumores y la gente en ascuas. El flamante Príncipe de Asturias se coronará en julio a su modo, de ciudad en ciudad, de plaza en plaza. A punto de concluir su periplo americano, que le ha llevado a México, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay, el trovador mira de nuevo hacia Europa. Fijan ya la partida en Reykjavik, el 26 de mayo. Dylan cantará por primera vez en Rusia el 3 de junio, en San Petersburgo, y tras un breve paso por Austria, Suiza o Francia, dedicará el mes de julio a España. Dicen que sus representantes negocian un total de catorce actuaciones, lo que traducido resulta un mes en España, lo nunca visto. Los fanáticos, abundantes y variopintos, esperan que alguien dé la vez. Parece que han firmado ya contratos para Ávila, Pamplona, Vigo, Lorca ..., nada se sabe de Andalucía. Ya se sabe que el viejo maestro rula por el mundo cargado de leyendas, su luz brilla de distinta manera cada noche, no es un tipo caro, ni exigente con los organizadores, aunque su particular carácter huraño alimente topicazos.
En Chile, Bob rechazó la suite de lujo porque no le gusta el parquet de color oscuro, no aceptó la invitación de la presidenta Bachelet y disfrutó de cierto anonimato.
Dylan acostumbra a realizar giras de un par de meses en recintos de media capacidad y, en ocasiones, en ciudades insospechadas, una manera como otra cualquiera de conocer mundo y ampliar la clientela, de no sentirse solo y de vivir en el escenario. Dylan vive en los escenarios.
Vente pal sur, Bob.

jueves, 20 de marzo de 2008

Silencio

Silencio. Mejor callarse. Estos días, entre tanta violencia y tantos embustes, en plena batalla entre pares, no se puede hablar. Silencio. Hay mujeres y hombres, progresistas y conservadores, blancos y negros, luces y sombras, memoria y olvido, agua y fuego. ¿No hay más? ¿Dónde están los matices? No hay matices. Silencio. Kramer contra Kramer. Dos españas intolerantes, dos sexos a la gresca, un par de razones para tirar palante, la diferencia reside en la igualdad, la igualdad apenas existe, y el silencio se apodera de todo, hasta que suena la música de la redención. Sin palabras. Entran ganas de hablar, eso sí, y rescatar del pozo de la incomunicación algunos detalles de ayer y de hoy. Pintar un paisaje sentimental desprovisto de inmobiliarias, hipocresía, cargos de conciencia y cargos de desconfianza mutua, sueldos de quita y pon, asesores que moldean la realidad a su gusto, encuestas putrefactas, suspensiones de pago, alcohol por todas partes y la Feria al caer. Por la calle pasen trajes de gitana sin gente dentro, espectral imagen de la cultura de masas. Alcohol, violencia, accidentes de tráfico, malos tratos, brumas del silencio. Busquen causas y factores, pregunten en la calle, hallarán las respuestas en el viento, o quizá de puertas adentro. Silencio. La gente habla en los foros y demuestra su intolerancia anónima, sus espectaculares faltas de ortografía. "Vusco travajo". ¿Con papeles o sin escrúpulos? En la consulta médica, una señora encopetada cuenta maravillas de la chica boliviana que trabaja en su mansión con vistas al mar. Educada, tierna, discreta, emprendedora. Raja Rajoy sobre la inmigración y sus votantes potenciales los contratan a plena dedicación. Silencio paradójico.
Otra mujer, la viuda de Alberti, merece unas palabritas más bellas que el silencio, por su audaz pregón carnavalesco. María Asunción, que no suele despertar grandes elogios ni cariños, lo bordó. Ironía, crítica, humor de ida y vuelta, clase y categoría. Hay quien piensa que Rafael sigue escribiendo a su antojo entre el cielo y el infierno, mientras persigue los ecos y las pisadas de la Arboleda Perdida, hoy en manos de Tecnoguasa.
Marzo 08, El Alambique (Diario de Cádiz)

El nervio de la ciudad

Sube la bombona, baja la basura, sesenta céntimos de amnesia colectiva. Qué pronto se olvidan las muertes evitables con tanto ruido de fondo. Los maestros de la contaminación acústica inician la jornada tempranito, cagüendié, a martillazo limpio. Siempre dicen que "ya queda menos" para que concluya el festival de destrozos y recomposiciones de lugar. Cortan azulejos sobre el suelo, taladran el cerebro de los vecinos de abajo, que despiertan entre sudores y pesadillas, los albañiles se parecen a los dentistas; esgrimen tornos, hielan la sangre, causan daños colaterales. Pero ganan menos, mucho menos para disgustos. Un paseíto por Cádiz confirma que la seguridad brilla aún por su ausencia, una simple charla con los obreros especializados constata que la ley del silencio se impone en medio del escándalo del urbanismo insostenible. Oh, tornero fresador, manos a la obra. Más tarde que nunca comenzarán las obras de otros tropecientos aparcamientos subterráneos, la ciudad será un queso gruyere y el futuro acabará en doce. ¿Y después del doce? Toca madera.
Los pérfidos ecologistas, esa gente de mal vivir que sólo pone pegas al progreso, y que junto a otros malvados monstruos sólo persiguen que España se rompa en mil pedazos, se han hecho, nunca mejor dicho, de la escandalera diaria. Cádiz supera el nivel de decibelios fijado por la Organización Mundial de la Salud, sobre todo por las noches. Más de seis puntos por encima de lo permitido tras la caída de la tarde y casi tres puntos de día. Ese Lentísimo Ayuntamiento anunció años atrás la creación de un mapa de ruidos. Ni que el mapa lo hubiera perfilado Juan de la Cosa, ío. Los ecologistas, gente derrotista, apunta directamente a los repartidores de butano, cuyo insidioso ruido pasa de castaño oscuro a la hora del cabezazo, la siesta cañí. No sólo del tráfico vive el ruido. Ese butanero, personaje legendario que protagoniza chistes de cuernos y otras hierbas, ejercita la percusión a la peor hora del día, agita las bombonas con mala leche, avisa así a los vecinos de su presencia, naranja contra naranja. Insidioso ruido, ruido sieso. A la hora desnortada del cafelito, un butanero de pro, encaramado en la camioneta de lata, niega la mayor. "Mentira, nosotros no hacemos ruido adrede; es imposible no chocar las bombonas, mire, mire", y simula el ruido a traición. "Hay ruidos peores, la moto a escape libre, los notas de la basura a las tantas de la mañana". Butanero chivato. Mejor no hablar de la fama de don juanes, tan recurrente en cuplés verdes y popurrís equis. Secreto profesional. Un butanero jamás revela sus fuentes. A ver si respetamos un poco, por favor. A la vuelta de la esquina, otra furgoneta naranja, no, por Dios, y casualmente el mismo signo de contaminación acústica.
Hasta los sesudos columnistas, tan preocupados por la situación de la patria, tan ocupados en echar a Zapatero como sea, escriben ahora sobre la contaminación acústica, con las castas del camión de la basura y el artefacto de la limpieza estilo guerra de las galaxias. Imaginen cómo estarán las mojarritas a su paso por la Victoria con tanta iluminación, por no hablar del gran homenaje al medio ambiente, la barbacoa mundial. Se impone un sonómetro, medidor de escandaleras, para comprobar que la media se sitúa en 61,7 decibelios en horario nocturno y 67,8 de día. Una barbaridad. Por cierto, la ciudad vecina de El Puerto de Santa María, desde hace años centro de reunión de los moteros más salvajes, acaba de adquirir un sonómetro, ese lentísimo ayuntamiento tomará medidas. A ver cuánto miden las cosas más horrorosas.
Puso el otro día el dedo en la llaga el defensor del pueblo andaluz, el gran José Chamizo, cuando dijo que no sólo la movida juvenil provoca ruido en las poblaciones. Con motivo de una conferencia pronunciada en Carmona, el cura campogibraltareño, tras incidir en que 18 de las 23 ciudades andaluzas con más de 50.000 habitantes superan los índices de ruido admitidos, vaticinó que las autoridades incompetentes, en un futuro no demasiado lejano, prohibirán la entrada de coches en el interior de los cascos urbanos. Será más allá del doce, claro, Cádiz hará oídos sordos, claro, que para eso tendrá dos puentes, dos, y mil quinientos agujeros donde depositar las casas inoxidables con cuatro ruedas. Se asoman los fenicios ya, dispuestos a saludar las buenas nuevas.
La lista de los cuarenta principales del ruido sería harto interesante si no fuera por la cantidad de aspirantes que se suman a diario. Desde el camarero que a las siete de la mañana golpea la barra del bar y los contornos de la cafetera con mala idea, hasta los aires acondicionados y neveras gigantes, las sirenas de las ambulancias, pasando por la viva voz de la gente, que exclama en voz alta: ¡Silencio! Silencio, el Viernes Santo.
A la hora del almuerzo, los maestros, que están a punto de dar de mano y largarse a Jerez, machacan las entendederas del personal con una postrera exhibición de poderío. Los vecinos aprietan los dientes, ponen alta la tele, se encasquetan los auriculares, hacen lo que sea con tal de evitar tamaña agresión a las claras del día. Cádiz es Beirut con más escombros. Cádiz, capital del escombro inteligente. Cádiz, pionera de todo, en cabeza de la nada.
Chamizo, que es un hombre muy discreto, capaz de guardar un secreto y de no chillar a los cuatro vientos, subraya que los ruidos que superan los umbrales de la OMS motivan "desequilibrios del sistema nervioso". En una ciudad tan hermosa, con una gente tan encantadora, con una luz tan embaucadora, convendría no levantar la voz a no ser que fuera más bella que el silencio. ¿Silencio? El Viernes Santo.
Octubre 07, Crónicas Urbanas (Diario de Cádiz)

El rock se pira

El rock reacciona. Una plataforma sociocultural de reflexión y reivindicación en torno a las restricciones del uso de espacios públicos en Cádiz ha presentado su proyecto "Rock en el exilio", variopinta jornada de carácter artístico cuyos objetivos no son otros que promocionar los grupos de la Bahía y denunciar el escaso apoyo y la mala disposición que a su juicio dispone el Ayuntamiento gaditano hacia este tipo de actividades culturales. Con los colectivos La Fábrika y Akople Local al frente, dichas asociaciones responden así a diversos excesos cometidos por la autoridad: la carga policial indiscriminada en la plaza de la Cruz Verde, el entorno del Falla y la Caleta durante el Carnaval, el desalojo del concierto de Kambayá en el bar Estrella del Mar, la irrupción policial en una fiesta privada de La Fábrika y la supresion de conciertos, entre ellos los que se organizaban en la Casa de la Juventud. El colectivo ha explotado y toma la acción.
"Rock en el exilio" quiere llamar la atención sobre "la nula iniciativa de la Administración local para estimular la creatividad y la cultura", reprocha la falta de espacios públicos y muestra su preocupación por "el recorte de libertades" que contrasta con la historia de la revolución liberal que se conmemorará dentro de cuatro años y "rompe la imagen de Cádiz 2012 como metrópoli moderna y desarrollada". De ahí que el colectivo haya decidido escenificar "la peregrinación de la ciudad que sonríe, por no llorar, y mudarnos por unas horas a una localidad vecina, ya que aquí no podemos tocar".
Las entidades organizadoras, hartos de sufrir el bloqueo institucional de sus actividades, proclaman
que "nunca el rock fue pisoteado como ahora", al tiempo que nunca hubo una oferta gratuita y creativa como la que plantean. La gota que colmó el vaso del sector rockero mencionado sucedió el 30 de enero en la controvertida fiesta que terminó de modo intempestivo por mor de la actuacion policial, que volvió a repetirse en Carnaval. Los organizadores del concierto denunciaron la desmedida intervención policial, denuncias falsas por desacato, imposición de multas acogiéndose a la ley antibotellón y la criminalizacion del acto en los medios.
La jornada, que se celebrará el 29 de marzo en la caseta municipal de Puerto Real, contará con fútbol callejero, stands informativos, actuaciones musicales de quince grupos de estilos variados, ludoteca y comida popular.
"No queremos una ciudad donde la cultura sea pasto de catetos, mercaderes y oportunistas, donde las iniciativas gratuitas y autogestionadas mueran asfixiadas por el peso de leyes absurdas, silenciadas por la razón de la fuerza. Somos un tejido creativo y artístico sólido, organizado e independiente. Hasta ahora lo único que hemos recibido de las autoridades han sido falsas promesas, demostraciones de fuerza y autoritarismo, sanciones, calumnias, hemos sido tratados como criminales o cuanto menos como personas menores de edad o con necesidad de ser tuteladas. Queremos que nos dejen en paz, que nos dejen pensar, crear y actuar", concluyen los promotores de la iniciativa.
Marzo 08, Cultura (Diario de Cádiz)

La invasión de las cotorras


Han venido para quedarse. Forman un escándalo horroroso. Se reproducen a velocidad de vértigo. Suponen un riesgo para las especies autóctonas. Son voraces y agresivas. Chiquititas pero matonas. Su aspecto alegre, colorista y exótico engaña de primeras. Ruidosas, gregarias, roedoras, veloces en su vuelo, las cotorras argentinas son capaces de hablar tan bien y con tanta propiedad como sus compatriotas humanos, aunque aún no alcanzan el nivel de Valdano. De hecho, ya pulula por la red un blog de cotorras argentinas. Y en Cádiz y su Bahía, campan por sus respetos, dan color al día y sonido a la noche. Los clientes del hotel Atlántico, sobre todo los que sufren insomnio o los que llegan estresaos perdidos, ya las conocen. Si no tenían bastante con los loros gaditanos, toma cotorras argentinas. Y, ¡ojo, Pepeblás!, no están empadronadas. Eso sí, el resto de especies, incluida la urbana, comienza a encabronarse. Las cotorras amenazan con sumarse a los acontecimientos del 2012, por la misma cara, colarse en la jaula del monumento a la Consti del 78 y dejar en pañales a estorninos y palomas. Con la de pájaros que hay en Cádiz.
El cambio climático las trae y las lleva, así como los incautos que las arribaron décadas atrás y las soltaron sin atenerse a las consecuencias. De la familia papagaya, aunque diferentes a loros o cacatúas, las cotorritas verdes con pecho gris, conocidas como myiopsitta monachus, se pueden ver ya en cantidades industriales por el entorno del parque Genovés, la plaza de Mina y otros enclaves naturales, las escasas zonas verdes gaditanas, y también se han instalado en otras poblaciones de la Bahía. En El Puerto de Santa María son ya legión, visiten el campo de golf de Vista Hermosa y alrededores. Expertos en la materia aseguran que las cotorras argentinas han invadido ciudades españolas como Barcelona, Cádiz, Madrid, Málaga, Valencia y Santa Cruz de Tenerife.
No sobrepasan los treinta centímetros de altura y pueden vivir hasta veinticinco años, bastante menos que sus hermanas las cacatúas, otras aves ornamentales de cuidado, afectuosas y de colorido plumaje. Las cotorras proceden de América del Sur. En Argentina y Chile ya han padecido sus efectos, con cuantiosas pérdidas en campos y cosechas a causa de su poder devastador. Millones de dólares al garete. Qué graciosas las cotorritas, ¿viste? Lejos de ser esos pajaritos simpáticos que niños y mayores cuidan y acompañan durante años, las cotorras asesinas, digo argentinas, ocultan aviesas intenciones. Nada que ver con los hermanos argentinos de ida y vuelta, claro, que tienen en Cádiz su casa, por mor de la fuerza de ultramar. Lástima que el autor del monumento a la Constitución de 1978, quizá presionado por ... las circunstancias, no haya mantenido su idea original, pues el pensador que ha sido sustituido por ese pajarraco era mismamente Lucas Lobos pidiendo a gritos un buen puchero. Y el globo terráqueo, un balón. Un pañuelo. Algún mal pensado ya desgrana chistes sobre argentinos, igual que ellos se chuflean de los gallegos, quizá con ribetes machistas ahora que una mujer se ha alzado con el poder en la República Argentina. Los loros "deben hasta de callarse". Aquí en Cadiz se practica más el estilo "por bajini", acaso más peligroso. Habla mal que algo queda.
En el acuario Gadir de la calle San José, que también funciona como pajarería, saben mucho de aves exóticas, lobos con piel de cordero. "No hay mucha variedad, lo que hay es una cantidad asombrosa de cotorras argentinas. Son pequeñas, pero fuertes y resistentes, y se adaptan de maravilla al clima suave de esta tierra. Ahora quizá se vean menos que hace unas semanas, porque ha llegado el frío del otoño, pero las cotorras soportan el tiempo, buscan árboles tropicales, se alimentan de frutos, flores y semillas, y desplazan a las que no son de su especie".
Las tiendas de animales no venden cotorras y demás, en líneas generales, aunque se despachan a precios desorbitantes en internet. Una cacatúa a tres mil dólares en la red, cariñosa y buena gente, capaz de arrancarse por Los Chunguitos y de darles sopas con ondas a los mejores octavillitas de Cádiz. Lo dicho: en la red pagan bien por las galeritas de moño amarillo. Y en Cádiz pagan el pato los vecinos de las zonas verdes, sin caer en la cuenta, acaso, que las cotorras son capaces de alterar el equilibro del sistema ecológico. Y parlotean más que Al Gore poniendo filminas. Si se cumplen los vaticinios y el verano se dilata hasta más allá de los seis meses al año, si no lo ha hecho ya, Doñana sería el reino de las cotorras, el sector turístico cantará por alegrías y la verdad incómoda quebrará tópicos y metáforas. Ya nadie hablará de loros y cacatúas viperinas, las mismas que llenan las esquinas de porfías, medias mentiras y cotilleos varios. Este asunto no lleva segundas. Ni segundas B.
Si las cacatúas nidifican en las cavidades de los árboles viejos, las cotorras construyen paritorios con ramitas de plantas espinosas. Tardan 26 días en incubar. Más que familias, poseen tribus que se mueven en bandadas, y demuestran que además de chillar una hartá, aportando su granito de arena en la insostenible contaminación acústica de este siglo, aprovechando el tiempo en otros menesteres. No paran, las joías. Y en lo mejor del querer, alguien da la vez y apunta la próxima estación. ¡Pájaros, a volar!
"Son escandalosas", agrega el propietario del acuario Gadir, que confirma la plaga de cotorras, la conquista de horizontes lejanos de una especie que recaló en la Península Ibérica a finales de los años setenta, en su condición de oriunda, y ya forma parte del paisaje y del ruido de fondo de este rincón de la Piel de Toro. Cuidado con las cotorras, son capaces de tomar la voz cantante en la capitalidad cultural y en la cumbre de jefes de estado de países iberoamericanos. Y no están empadronadas. Si por Rajoy fuera, las obligaría a suscribir un contrato especial para aves inmigrantes. "Prometo no dar el coñazo".
Noviembre 07, Crónicas urbanas (Diario de Cádiz)

Puerto Churri

Han levantado el castigo a Puerto Churri, mira tú qué gracia, pero a El Puerto le restan muchos años de condena. Pretenden vendernos ahora otra gallina de los huevos de oro: no sé cuántos atraques a mano armada, un centro de ocio "de lujo" y venga ladrillazo parriba y pabajo. Para quien ande pez en el tema o posea menos memoria que un pentium de plastilina, conviene recordar algunas cosillas del puerto especulativo, digo deportivo, que iba a dar cienes, miles de puestos de trabajo y que, a la postre, se convirtió en la madre de todas las batallas político-urbanísticas y en pionera de los pactos antinatura. Oh, qué tiempos aquellos, cuando los petrodólares narcotizaron la voluntad de prebostes y paisanos. El Puerto versus Marbella, un tupido velo. Dos décadas después el binomio suena a Puerto III y a Alahurín de la Torre, turismo carcelario de calidad. Unos gachós con chilaba dieron coba a los comunistas, que a su vez dieron coba a los ciudadanos, y luego, al tensar la cuerda para transformar una playa, un tesoro de la naturaleza, en suelo urbanizable por la misma cara, pusieron de acuerdo a psociatas y peperos y les salió todo de balde. Todo por el progreso de la ciudad, aro, aro. El famoso Pegou, un pegote que aún colea. Un cuarto de siglo se cumple de aquel cambalache. Los mil quinientos empleos se quedaron en cinco y los yates de postín, en barquitos de papel y alguna embarcación cargada de ilusiones en el paraíso del "pase usted sin problemas, sin aduana". Puerto Churri sigue sin aduana. Lo dicho: el parné fácil juntó a los enemigos íntimos, esos que ahora simulan tirarse los trastos a la cabeza, y El Puerto perdió varias décadas. En busca del tiempo perdido querrán ahora prometer otro cielo urbanizable. Algunos de los mafiosos que se cargaron Puerto Churri marcharon luego a Sanlúcar, donde casualmente se produjo el mismo pacto para arrebatar la alcaldía a los ilusos comunistas, y a Chipiona, y qué sabe nadie dónde se tejen los manejos del futuro que nunca está por venir. Otros politiquillos prosperaron una jartá desde empresas ficticias, y sus compinches no digamos. Y se tiraron directamente al golferío, a los campos de golf. Así que no venga ahora nadie con carita de pena. Ya no cuela. Que si tenemos dinero, que si el asunto es rentable. Eso ya lo sabemos. Dinerito tostado al sol, malas compañías, ¿dónde está la crisis? Puerto Churri siempre ha sido rentable para unos cuantos. Para El Puerto, una ruína.
Febrero 08, El Alambique (Diario de Cádiz)

miércoles, 19 de marzo de 2008

La Liga es sueño


Dos décadas atrás, los clubes que sirven de ejemplo para la humanidad futbolística en apuros, aquellos que sueñan despiertos con mejorar su condición y retornar a viejos laureles, estaban en Tercera. El Submarino Amarillo vivía épocas doradas, Espárago se aprestaba a firmar la mejor temporada del Cádiz en Primera, mientras las revelaciones del futuro se arrastraban por campos infernales. Eso dicen. Getafe y Villarreal, el mundo al revés, se miran en el espejo del éxito. Al tiempo, otros, los envidiosos, juntan las piezas, enumeran los platos rotos, echan cuentas y no salen. Imposible practicar la matemática automática en fútbol. Basta con echar un vistazo a las tablas clasificatorias de los últimos cuarenta años para conocer días de vino y rosas o navegar por aguas turbulentas. No hay una ciencia redonda que garantice el pelotazo, aunque convivan factores indispensables, y no sólo la diosa Fortuna, ¿ehin?, que llevamos siglos esperando que tres por cuatro sean doce. Oh, no, el Doce. Tres por cuatro suman lo que sea, salga el sol por donde fuera, fuera malos farios, vámonos que nos vamos pa Las Palmas del tirón, pedazo de puente de Chemana Chanta. Pronúnciese en condiciones, estilo canario. Allí, en las Islas más o menos Desafortunadas, el Cádiz acabará crucificao o resucitao, ya se barruntan las crónicas, los topicazos, el transistor pegado al pabellón auditivo y las palabras altisonantes. Otro año tirao, comentarán los derrotistas. Échale más alpiste al canario, María. Dicho de otro modo, échale más maría al canario, qué despiste. Habrá que preguntar a la señora de la maría de los ruiseñores cómo se trae uno tres puntos de Canarias.
Para convertirse en un Getafe o un Villarreal, además de mucha moral hace falta cuidar el mínimo detalle, no desfallecer a la segunda de cambio ni tirar por tierra el trabajo de los de antes con tal de ponerte tú delante. Por supuesto, para transformarse, por arte de birlibirloque, en un Villarreal o un Getafe es necesario que nadie pegue la espantá en verano, que el sucesor del predecesor del antecesor no escatime esfuerzos ni leuros en lo que es la temporada, que no se trabaje mayormente lo que es el absurdo en despachos y mentideros, que haya estabilidad, una planificación de categoría, un entrenador de primer orden y la afición. De hinchada, perfecto. Lo demás, manifiestamente mejorable. Ah, y hace falta dinero, parné, machacantes, y que la gente se lo crea. Pero no que se lo tenga creído, que es una cosa horrorosa que se da en los bares los lunes, miércoles y viernes por la tarde, sino en los entrenamientos y en la encarnizada lucha semanal. Por ejemplo, Gustavo López hablaba el otro día de "carrera por el ascenso". Para saber si el Cádiz va bien o va mal, obsérvese la cara de Gustavo López los domingos por la tarde. No falla. El argentino, como buen argentino, sale a ganar siempre, para él no existen los amistosos, y mira siempre hacia el siguiente partido. Buenaventura los arenga entre la cruda realidad y el deseo voraz. Otra cosa es el aficionado medio que un día se ve en la Champions League y al día siguiente en la miseria, a medio camino entre los delirios de grandeza y el complejo de inferioridad.
Por ahí andan los estadísticos analizando la trayectoria de Getafe y Villarreal. Por cierto, en el equipo madrileño jugaron, y de categoría, cuando eran muy jovencitos, los hermanos menores de Baldasano. El innombrable. Veamos: el Getafe militaba en Tercera cuando su próximo rival europeo, el Bayern de Munich, se alzaba con tres títulos consecutivos europeos. Mediados de los años setenta. El Cádiz forjaba poco a poco el primer ascenso a Primera, acaso con una de las mejores plantillas de su historia. Mucha "culpa" de aquello tuvieron Gutiérrez Trueba, Vicente Alonso y, por supuesto, el peculiar Manuel de Diego.
Aunque haya personas humanas que piensen que para ser feliz en la Liga española hay que echarle jeta, cosa que desde el verano vienen haciendo los mandamases y mandamenosos amarillos, conviene fijarse en la letra pequeña. El Getafe, mira tú por dónde, se bandeó por los estadios de Segunda B en los años noventa, de modo intermitente, y salió del Pozo sólo hace seis años, el año 2002, el año del soterramiento. Por su parte, el Villarreal, hermano de colores, hechuras y procelosas aguas porcelanosas, también pisó los campos de Tercera en los años noventa, grandes curas de humildad, hasta que el poderoso caballero, la suerte y el trabajo desembocaron en el actual Submarino levantino, tercero en la tabla, capaz de ganar los dos partidos de Liga al Barsa y de defender su tronío en Europa a pesar de las lesiones. No hay un manual de instrucciones, pero para ser Villarreal o Getafe se necesita arrojo, saber arriesgar en el momento oportuno. Y en Cádiz el momento oportuno pasó de largo, ya volverá, pero pasó de largo cuando el club se dejó ir en Primera, dejó ir a Espárrago, se dejó caer un rato y hasta hoy, Mostovoi. No es que hubiera que arrojarse la casa por la ventana para convertirse en nuevo rico, es que con un par de detalles el Submarino continuaría en Primera. Mejor dejarlo.
Tampoco es que la suerte esté tocando cada tarde la puerta amarilla, lo de Armando pasa de castaño oscuro. El hombre se pasa todo el año en el banquillo, tras una década en amarillo, y cuando el club de sus sueños llama al guardameta, ocurre lo que ocurre. Porca miseria.
En cambio, de Castellón tuvo que llegar el ansiolítico del domingo, Natalio pelopincho, personaje de historieta gráfica que también sueña despierto, le preguntan por Primera y dice que sí, que quiere jugar en Primera. No, espérate. Entonan ya el "Natalio, quédate", huérfana como anda la gente de ídolos, que los ídolos se han ido por la puerta chica del caprichito andaluz. Y el marrón, pa Calderón, a quien se la están dando mortal. Donde hay confianza hay asco.
El año en que Getafe y Villarreal transitaban por la mala senda de Tercera, el Cádiz de Juan José, el mismo Calderón de la vida cadista es sueño, Linares, Barla, Dieguito, Montero, Mágico y Jose disputaba la célebre liguilla de la muerte que Irigoyen se sacó de la manga. Para los olvidadizos: al Cádiz le endosaron cinco en Las Palmas, Mágico firmó la maravillosa tarde del triplete ante el Rácing, y el Submarino cayó en Copa ante el Madrid.
De memoria mejor ni hablar. Los marineros de agua dulce no caen en la cuenta de que todo pasa, nada queda. Ya queda menos para que el Cádiz se encuentre mejorcito de lo suyo. Moraleja: A dos pasos de la gloria, a tres pasos de la miseria ¿En qué quedamos? Cosas del esquizofútbol.
Marzo 08, Submarino Amarillo (Diario de Cádiz)

El Niño vuelve a Cai


Si El Gordo pasó de largo, El Niño toca de nuevo en Cai. Ha vuelto, un cuarto de siglo después. El guitarrista José Antonio Fernández Mariscal se ha dejado querer sólo unos meses, los que median entre la reaparición de la legendaria banda gaditana y la inminente publicación de un doble disco muy especial: la reedición de "Más allá de nuestras mentes diminutas", el primer disco de Cai, y piezas en directo e inéditas pertenecientes a un concierto en el Cortijo de los Rosales y a la penúltima versión del grupo señero. Cai presentará oficialmente tal lanzamiento, su debut convertido en legado, y de paso dará gracias a la larga vida del rock andaluz, en la sala Galileo de Madrid y en locales de Barcelona y, por supuesto, Cádiz. Más allá de los límites de la memoria histórica, Cai también se renueva con respecto a su reciente formación y juega con el tiempo. Entre el pasado y el porvenir. Lo próximo será lo nuevo del viejo Cai. Los músicos ya han recibido peticiones de melómanos y distribuidoras de puntos tan remotos como Japón.
Cai mira hacia atrás sin ira, y sin falsas nostalgias, y se recompone de nuevo con vistas al mar. El retorno de El Niño ha replanteado la filosofía del grupo, refundado hará unos nueve meses por Diego Fopiani y Paco Delgado. Ambos componentes originales de Cai se desprenden, muy a su pesar, de la sección de vientos con la que arriesgaron nuevos arreglos en su propuesta escénica, y se quedan en quinteto. El baterista y vocalista Fopi, los guitarristas Delgado y Niño, Ignacio Olivera que pasa al bajo y el impar Blas Lago a la teclas, como heredero del gran Chano Domínguez, quien por supuesto intentará participar en la siguiente etapa del grupo. El disco "Más allá ...", que irrumpió en el efervescente 1978 a través de una compañía independiente llamada Lacochu , se edita bajo el sello del prestigioso pianista gaditano, quien precisamente dio sus primeros pasos en Cai con sólo dieciocho años. Chano se ha ocupado de restaurar el sonido en su estudio barcelonés. Cai dice adiós a los vientos, de momento, para permanecer fiel al fluido sónico del primer disco, una joya descatalogada durante décadas. Influida por el rock progresivo e influyente en varias generaciones de músicos. Luego surgirían "Noche abierta", otro disco redondo, quizá más maduro y original, y "La canción de la primavera". Los nuevos y viejos Cai suenan más guitarreros, ofrecen tonalidades diferentes a las expuestas en Bornos, Diputación, Pemán y Ubrique en el año 2007.
Fopiani anuncia que la banda buscará recintos para tocar en Cádiz y Jerez, las ciudades que vieron nacer y supieron querer al grupo, y que en los próximos conciertos se podrán escuchar algunas de las nuevas composiciones que los Cai pretenden publicar más adelante. "Será un aperitivo para los aficionados, aunque nos centraremos en plasmar con fidelidad el primer disco. Lo tocaremos completo, la gente lo estaba esperando y no queremos defraudar. El Niño se ha volcado en el proyecto, el grupo suena distinto, el público nos transmitió que quería a Cai lo más parecido al original, aunque sin estancarnos. Con la vuelta del Niño se nota, además, que somos tres miembros de los Cai de hace treinta años". Cai ya monta las piezas míticas del primer disco, incluidos los pasajes instrumentales que conferían a la obra un ambiente tan especial, en "Alameda" y otros momentos estelares del disco. Ni que decir tiene que las guitarras vuelven a cobrar protagonismo. "Más Cai que jazz", subraya Fopiani.
El disco complementario que acompaña a "Más allá ..." contiene parte del recordado concierto en el Cortijo de los Rosales, en 1979, y tres temas pertenecientes a los postreros Cai, cuando se marchó Fopi y llegó Kiko Guerrero, de Imán Califato Independiente. Otro grupo emblemático que ha retornado a los escenarios con notable éxito.
Diciembre 07, Cultura (Diario de Cádiz)

Triana inmortal


Hay que ver cómo está el patio. Un grupo de hijos del agobio tributa un nuevo homenaje a la franquicia más rentable e influyente del rock andaluz. Triana nunca morirá; su obra mantiene la vigencia que sólo poseen los elegidos y parece capaz de frenar el tiempo. Si la viuda de Jesús de la Rosa continúa recibiendo pingües royalties en su Argentina natal, la heredera de Tele Palacios, que dispone de los derechos del nombre del grupo, quiere rendir tributo a ambos, algo así como rendir cuentas a la memoria histórica de esta tierra, y lo hace de un modo engañoso pero brillante. Triana tiene nuevo disco, nueva formación, pero usa la vieja leyenda, el logotipo de siempre y las hechuras de una música irrepetible. Polémica asegurada.
El único superviviente de Triana, el guitarrista Eduardo Rodríguez Rodway, que se retiró del mundanal ruido hace tiempo y vive en Los Caños de Meca, nunca estuvo de acuerdo con las segundas partes de Triana. Y ya vamos por las tropecientas partes. Rodway ya criticó al batería portuense Juan José Palacios, pues a su juicio Triana murió cuando De la Rosa perdió la vida en accidente de tráfico, el 14 de octubre de 1983. Pero Tele, por necesidades económicas, mantuvo viva la llama y editó dos álbumes a finales del pasado siglo, amén de salir a la carretera bajo las siglas del señero barrio sevillano. Hoy, un lustro después de la muerte de Palacios, que falleció en Lora de Estepa en 2002, a los 57 años de edad, tras un concierto de sus Triana, su viuda reinventa la historia. Eso sí, el nuevo disco suena bien y evoca una época de creatividad irrepetible. Juan Reina canta en nombre de La Rosa con pleitesía. El resto de la banda está compuesta por Emilio Grueso, Andrés Herrera "El Pájaro", Raúl Fernández, Santi Campos y Marcos Gamero. El disco se titula "Un camino por andar", ambigüedad pura, y contiene piezas con sabor trianero y una versión de la mítica "Señor Troncoso". La guitarra de Herrera, que estuvo con los Chanclas, Pata Negra y un buen número de bandas andaluzas, brilla con luz propia.
Triana trabaja ahora con el mismo representante que acompañó a Tele en sus últimos años de carrera, Daniel Martínez, quien explicó días atrás que el grupo que firma el nuevo álbum fue ya concebido por Palacios hace una década, pero sus componentes ni siquiera aparecen en el video de presentación por respeto a los verdaderos Triana, a su memoria, su legado y su infinita afición. En dicho video participan Morente de la Puebla y Manuel Molina.
Por los recónditos mundos cibernéticos late la controversia en torno a los nuevos Triana. División de opiniones. Unos admiten el pecado de adoptar el mismo nombre que lució el trío que más discos vendió en la historia del rock en español, aunque aplaude el homenaje. ¿Tributo o estafa? Hay quien recuerda que numerosas franquicias musicales anglosajonas siguen volando alto, desde los Platters a los Doors, y que incluso el mismo De la Rosa tocó en los Bravos cuando éstos no se asemejaban ni a su sombra. Digamos que Triana se considera inmortal, y su música eterna, pero en ciertos círculos no consienten que se utilice su nombre en vano. ¿Amor en vano? Como el viejo blues. Toca rasgarse las vestiduras. Algunos pasajes del nuevo disco recuerdan a Jesús, a su teclado, a la vehemencia de Tele a la batería y al toque mágico de Rodway. Recuerda al futuro que pasó de largo. Las letras del álbum abundan en la pérdida, la melancolía, la libertad, un punto existencialista que en Jesús se antojaba innato. Veinticuatro años sin Jesús no son nada. En breve se celebrará la inauguración de la plaza sevillana que llevará su nombre. La plaza Jesús de la Rosa, frente al pabellón deportivo de San Pablo. Largo tiempo reclamando justicia, pugnando contra el olvido, poniendo voz al silencio. Jesús cantó por última vez el 12 de octubre del 83 en San Sebastián, rulan por ahí los emepetreses del concierto. Triana casi nunca sonaba bien en directo. Los siguientes Triana se diferencian del original hasta en tal circunstancia. Tele Palacios sonó de categoría cuando en los albores del flamante siglo retornó a su pueblo, al colegio de San Luis, donde confesó que quería comprarse una casa en El Puerto. Y calló las voces discordantes con una espléndida actuación. Hoy toca en el cielo con Jesús aquello de "hey, amigo, ¿cómo estás esta mañana?".
Enero 08, Cultura (Diario de Cádiz)