sábado, 2 de agosto de 2008

Tiras de humor: tías buenas

Ponte la Pamela, Anderson. Hay pibas que van a la playa en camisón. En salto de cama. Hasta las gordas se sienten obligadas a bajar a la playa tó apretás, pa partirlo tó. Hoy, sol mediante, hay que ser sexy a toda costa, y si una no resulta demasiado favorecida por los gustos del nuevo siglo, basta con salir de la peluquería con el tupé de la Amy Westinghouse "eza". Las tías buenas se ven desde lejos; no, espérate. Las tías buenas siempre caminan por la orilla acompañadas de un capullo integral, a ser posible un latin lover de casapuerta repleto de aros, tatuajes y serrín. La playa democratiza, orgullo de la bajundad, y las corporaciones dermohistéricas globalizan una jartá. Hay pibas que se pasaron con el tamaño de los globos, tías buenas de mentirijilla y pibas de rompe y rasga. Lo que hay es una crisis tremenda de belleza, la desaceleración de la ética cosmética, el plástico y el plexiglás. La sempiterna juventud de los cohone. Se venden menos coches, menos tapas de atún encebollao, menos pisos, pero aún nadie ha llorado las pérdidas del sector de la carne empujá. La playa es el verdadero ministerio de igualdad. Igual da acudir a la llamada del Lorenzo con las hechuras de una vedette o de un donette. Lo importante es ser sexy, como en el anuncio de la tónica. Por cierto, nadie discute por qué le dieron el anuncio al feo de Adrian Brody, por juntarse con una tía buena, la Pataky, operá por los cuatro costados. Fíjate tú lo que le importará al Napias que le llamen capullo. Pues nada.
Agosto 08, Verano (Diario de Cádiz)

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