viernes, 20 de agosto de 2010

Juan Perro vuelve a la escuela de calor

Santa Catalina conocerá esta noche las nuevas canciones de Santiago Auserón, piedra angular del rock hispano

Hace falta valor. Aquí está, él tiene la llave de la escuela de calor. Juan Perro ha vuelto para no quedarse quieto. "Todo el que sale a un escenario se siente un poco prostituta", afirma en su web. Santiago Auserón, la voz cantante de uno de los grupos fundamentales de la historia del rock hispano, Radio Futura, presenta esta noche en Santa Catalina su nueva colección de canciones, "La nave estelar" y muchas más, y acaso suenen en formato inesperado algunas de las piezas registradas a fuego en la memoria colectiva, tal vez Anabell Lee, puede que La Estatua del Jardín Botánico, seguro que 37 grados a la sombra. Juan Perro lleva años gestionando su propia dignidad artística a través de su editorial, La Huella Sonora, y ha librado auténticas batallas contra la rutina, amén de vivir aventuras variadas desde los inicios del punk, la frivolidad enamorada de la moda juvenil, la profundidad del mar, el rock moderno, el acento latino que desembocó en amor incondicional al son cubano y el jazz pintiparado y arreglado expresamente con vistas al futuro de la radio muerta. Atada y bien matada. Auserón rompió una lanza recientemente por Diego Manrique, el último locutor superviviente de Radio 3. Juan Perro fue periodista aficionado antes que fraile de la presunta movida, con la que nunca comulgaron en exceso los hermanos Auserón y compañía, quienes firmaban a finales de los setenta curiosos artículos musicales en Disco Expréss bajo el seudónimo de Corazones Automáticos. Poco antes, en vertiginosa transición, Luis y Santiago trabajaban como delineantes en una empresa constructora, hasta que éste se marchó a completar sus estudios de Filosofía en la Sorbona parisina, nada que ver con la Gomorra madrileña. Radio Futura viró en diversas ocasiones, pasó del colorín al claroscuro, teloneó a Elvis Costello en el 79 y a renglón seguido, convertido ya en piedra angular del rock español, gobernó la Piel de Toro merced a un directo demoledor, supo dar calidad y diversión y volvió a reinventarse con La Canción de Juan Perro, el eslabón de esta cadena, el disco glorioso en la frontera de casi todo. Radio Futura prefirió no vivir de las rentas, ni del ralentí, y se despidió de la afición en gran momento creativo y comercial, con veneno en la piel, y Santiago bautizó su estilo de nuevo, vino a llamarse Juan Perro y se juntó con otro que tal baila, el gran Kiko Veneno, para pasear un cancionero doble sensacional por el país en llamas. Auserón cantó en el colegio La Salle de Puerto Real, por entonces templo del rock en la provincia, tanto con Radio Futura como con su alter ego perruno, aún se recuerdan sus interesantes, sesudas e inteligentes ruedas de prensa. El lenguaje de Juan Perro siempre se diferenció de sí mismo y del resto del planeta rockero. Santiago escribe con precisión, se bandea entre lo complejo y lo sencillo, deja huella sonora y literaria en todo lo que hace o deja de hacer. Zaragozano del 54, personaje de cómic, voz emulada por extraños devotos, trovador del rock contemporáneo, desencantado de tanto rollazo mediático, autor de cuatro discos en solitario, un álbum de versiones en comandita con su hermano y un fantástico paseo por la negra flor de su repertorio con orquesta, Santiago Auserón ya sabe que Cádiz es La Habana con más parados de larga duración, y que Compay Segundo, de cuya amistad gozaba, tenía alma de comparsista. Desmarcado y siempre en su papel, Juan Perro garantiza felicidad cantante y sonante, invita a bailar y a reflexionar, hace falta valor, Juan Perro vuelve a la escuela de calor.

Agosto, Verano, Diario de Cádiz

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