Mostrando entradas con la etiqueta El submarino. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta El submarino. Mostrar todas las entradas

martes, 12 de abril de 2011

Fernando Carvallo, en el corazón del sueño

Fernando Carvallo, tomando un helado en Los Italianos el sábado por la tarde, junto a su mujer y un amigo español que luce la camiseta de la Universidad Católica de Chile. Dieciocho los ojos. El legendario futbolista, expuesto en besamanos al sol de la calle Ancha, recibe parabienes diversos de chicos y mayores. Los chavales conocen a Carvallo de oídas. Los demás se acercan a su ídolo y, de primeras, confiesan su edad. "Cuando tú jugabas en el Cádiz yo tenía diez, catorce, quince años ...", y el chileno sonríe y acepta los elogios con su habitual timidez, aunque se muestra amable, tan educado como siempre e incluso dicharachero. Habla por los codos del Cádiz, de Cádiz, de fútbol. Carvallo, con el paso del tiempo, parece más grande aún. Fuera de las estampitas muestra el mismo tipo de futbolista pinturero. Se levanta y todas las miradas se encienden, ni que fuera a lanzar un córner. Pura nostalgia de futuro. Viene de jugar un partido de pádel con Ricardo Ibáñez, su inseparable compañero de medio campo, y apura el mantecao antes de marcharse a ver los choques del Madrid y del Barsa. Recuerda su viaje al corazón del Ajax, donde se gestó el fútbol total que ahora practican Messi y compañía. Piropea a Cruyff, Quino, Baena y tantos otros. Confirma que nunca pudo jugar contra Mágico González, pero sí lo hizo contra Esparrago y además conoció a un jovencísimo Pepe Mejías a punto de despuntar en las categorías inferiores del Submarino. Y su mujer comparte con él su amor por Cádiz, dice que ha encontrado Cádiz mucho mejor, a años luz del Cádiz de mediados de los setenta. Está linda la vieja ciudad trimilenaria. Tiesa pero hermosa. Los Carvallo tienen un hijo de treinta y cinco años, "Fernandito", que nació en Cádiz. De seguro que su padre habrá revivido estos días momentos inolvidables, no en vano pasó la mejor etapa de su carrera futbolística en esta tierra, entre los veinticinco y los treinta tacos. A sus 62 perfectamente llevados, bromea que se halla "en el minuto ochenta del partido". Qué va, Fernando, no te queda ná, espeta un gachó. "Y tú estás en el entretiempo", tercia con gracia chilena. Carvallo recurre, como no podía ser de otra manera, al rico lenguaje popular de su tierra. "Cuando llegué a Cádiz y decía 'al tiro' (del tirón, deprisa, ahora), la gente levantaba las manos como si fuese a disparar". Alza los brazos para ilustrar la anécdota. Lorena ríe como una niña y pronuncia la palabra mágica: "huevón". Fernando sostiene, con razón, que el vocablo pertenece ya a la conversación diaria chilena y admite mil interpretaciones. Como algunas palabras del habla de Cádiz. Carvallo habla de fútbol y vida con idéntico entusiasmo. Cero kilómetros de distancia entre la infancia, adolescencia o juventud de sus interlocutores, o las tres cosas a la vez, y esta persona tan mítica y cercana. En la foto de Antonio Vázquez para La Voz, Carvallo, durante el partido del centenario cadista.En el recuerdo, Carvallo, tomando un helado en Los Italianos. En el corazón del sueño. Qué alegría. Hasta pronto.

martes, 5 de abril de 2011

¡Vuelve Carvallo!

Vuelve a Cádiz el ídolo de los niños de los setenta, Fernando Carvallo, pequeñito pero matón, grande entre los grandes de la historia del Submarino Amarillo. El pelotero chileno, hoy prestigioso entrenador, jugará el Partido del Centenario. Preparen la memoria selectiva, disfruten de nuevo de esos pases imposibles, las faltas a la escuadra, los saques de esquina envenenados y la clase y distinción de este hombre, dentro y fuera de la cancha. Carvallo disputó 135 partidos con el Cádiz a lo largo de cuatro temporadas, del 73 al 78. Anotó 24 goles y rubricó centenares de obras de arte. Fue fichado por Gutiérrez Trueba, el presidente que acuñó el lema "Con el Cádiz, a Primera" que fructificó años después (en botas de Carvallo, Baena, Mané, Villalba, Ibáñez y compañía). Un amistoso en agosto del 73, que enfrentó en Carranza al Cádiz con la Unión Española de Chile, cambió el destino del jugador y del propio club cadista. Dicen que Carvallo, un gran pedagogo, entrena como jugaba, con inteligencia, amor al juego de calidad y suma destreza en el arte del engaño. Fernando ha dirigido planteles técnicos para la Unión Católica, donde debutó como futbolista, la Unión Española y el Palestino, entre otros. Por cierto, el padre de Carvallo, que también fue futbolista de renombre, participó en el Mundial del 50, en Brasil, y jugó contra la España de Zarra y Matías Prats. Ni que decir tiene que Carvallo, que llega hoy a Cádiz, encontrará un club en descomposición, a años luz del Submarino, a pique de un repique. Viviendo de glorias pasadas, como la ciudad trimilenaria. Observen el cromo de Carvallo, la equipación y, sobre todo, el balón de cuero de verdad, y no la pelota de playa cambemba que impone hoy la fifa. Carvallo forever.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Las edades del Submarino Amarillo


El Cádiz celebra su centenario de mala manera, en Segunda B, como corresponde a un club, y acaso a una ciudad, de sube y baja, entre dudas y extremos históricos. Ahí radica la miseria y la gloria del Submarino, claro está, en sus proezas y en sus fracasos. Los que comparten otras devociones futbolísticas, caso de los colchoneros, saben de lo que hablo. Hablamos de deporte, suena ya un poco demagógico y esdrújulo lo del "sentimiento", a cofradía del dolor mutuo, a secta del mar. Fútbol es fútbol, como dijo un yugoslavo. Lo dicho, el Cádiz celebra cien años como por arte de ansiedad, y ni la wikipedia se pone de acuerdo en torno a su edad. Cien años o más bien setenta y cinco. Otros clubes nacionales no han sumado trayectorias de otras sociedades de fútbol previas, si bien es cierto que hubo un Cádiz en 1910, y que se jugó al balompié años antes, en el muelle, en las plazas, gaditanos versus marineros británicos, fueron los ingleses quienes introdujeron el fútbol vía marítima, que es como suelen introducir las cosas a Cádiz, vía marítima. Ni que decir tiene que han surgido voces discrepantes por mor del centenario dichoso, no está el baile para florituras, ero digo yo que los dirigentes cadistas o quien sea, alguna fuerza que quede viva en Cádiz, podría meter mano en la wikipedia y aclararnos la cuestión, si es que pudiera caer rayos de luz sobre la historia de la historia de la historia. Lean:
"El Cádiz Club de Fútbol es un equipo de fútbol de la ciudad de Cádiz, Andalucía.
Fue fundado en 1935 . Compite por primera vez en el Campeonato Nacional de Liga de Segunda División en la temporada 1935/36, bajo la denominación de Mirandilla F.C. En junio de 1936, cambia su denominación por la de Cádiz F.C., nombre más representativo de la ciudad. El hecho de que celebre el centenario en 2010 se debe a que en los años 70-80 se encontraron documentos de un antiguo club existente en la ciudad y que se llamaba Cadiz CF, fundado en 1910, pero que nada tenía que ver con el Mirandilla FC y en consecuencia con el actual Cadiz CF. Por lo tanto el verdadero centenario debería celebrarse en el año 2035".
Versículo equis, capítulo cuá del evangelio según la wikipedia.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Mágico

Quien no ha visto a Mágico González jugar en Carranza no sabe lo que es una tarde de arte puro. Dicen que el salvadoreño reina ahora virtualmente, en la red de redes, gambeteando al destino, haciendo virguerías con Maradona, que tampoco es una persona cualquiera. Jorge González recaló en el verano del 82 en la Pensión Argentina, calle Conde O'Reilly, Cádiz, y allí nació el mito, Paco Perea le apodó Mago en el Diario, la gente flipó en colores con sus pases milimétricos que casi nadie entendía, los frenazos en seco, las roturas de caderas a tutiplén, unos golazos en Valencia o Barcelona, las espantás, los pibazos, las noches sin fin, y los entrenamientos. Cuentan que Mágico, como ahora Messi, enamora en los ensayos. Antes de marcharse a la ducha, colaba varios golazos por lugares inverosímiles, jugaba con los niños, bromeaba con Rovira, y anuncia buenas nuevas. Mágico indómito, Mágico forever, a quien entrevista José María Aguilera en La Voz. Ahí va. Genio y figura. Mágico representa las glorias y las miserias del Cádiz infinito, los anhelos incumplidos y los días de vino y rosas, las quimeras y las certezas, las luces y las sombras. Cádiz, como Mágico, se ha quedao dormía. Y conoce la feliz desdicha como si la hubiera pintado en el cielo por vez primera.

Un Centenario mágico. Jorge Alberto González Barillas, el mago de El Salvador, el mejor futbolista que ha pisado jamás Carranza vestido de amarillo, no se olvida del cumpleaños de su 'padre'. No podrá estar en la fiesta en persona, pero al menos mantiene en Cádiz su espíritu y celebra desde el otro lado del charco los cien años de una existencia marcada en parte por las genialidades del salvadoreño. Mañana encenderá las velas y soplará pidiendo un deseo que no pronunciará porque tampoco hace falta. Repartirá el trozo del pastel entre sus pequeños y sus amigos, compartiendo un sueño del que fue protagonista. Y con la panza bien llena, al calor de su hogar, revivirá esos momentos únicos e inolvidables, los mejores de una historia mágica y ya centenaria. ?Cádiz, felicidades?.
?El Cádiz, su Cádiz, cumple mañana cien años.
?Sí, ¿cómo se me podía olvidar? Desde aquí mando toda la enhorabuena para el club. Para mí es sinónimo de sentirme orgulloso, dejadme que me incluya en lo que a cadismo se refiere. Quiero mucho al Cádiz.
-Por supuesto que no podía faltar, nadie le olvida. Pero, ¿podrán verle los cadistas en estos días tan especiales de nuevo por el Ramón de Carranza?
?Yo ya vivo en Cádiz. En presencia tal vez no, pero en mi mente sí, desde luego. Espero que lo paséis lo mejor posible, como Cádiz se merece. Yo lo celebraré aquí en mi casa, no hay problema. Lo más importante es el club, mucho más allá de Mágico.
-Pero algún día podría volver a Cádiz.
?Si así me inspiro y me da vida, sólo imaginándolo y sintiéndolo desde acá, allí respirando ese aire característico sería increíble.
-¿Qué significa para el 'Mago' el Centenario del Cádiz?
?Son cien años de mucho tesón, trabajo, de querer hacer las cosas bien, de sacrificio, de gente que en el club se ha dejado el pellejo para que se mantenga en una posición digna. Y dentro de un fútbol difícil como es el español, más ahora que ha sido campeón del mundo. Para mí es un orgullo y me encanta que este equipo cumpla su Centenario, porque da prestigio de buen hacer.
Y usted lo sabrá bien, pues escribió muchos de los capítulos más recordados.
?Así lo quiso Diosito con los destinos de cada uno. Me siento privilegiado de formar parte de esa historia.
?Lástima que se produzca tal celebración en unos tiempos tan oscuros.
?Bueno, Cádiz es de Primera, y estemos donde estemos la afición es lo más lindo que ha tenido el equipo. La que motiva, la que inspira. Hay que saber estar donde sea. Ahora nos toca Segunda B, un peldaño más bajo, pero en las situaciones más difíciles es cuando más hay que estar juntos, unidos.
?¿Cómo sigue al Cádiz desde tan lejos?
?Lo sigo hasta donde puedo. Me molesta cuando sé que las cosas no van bien, pero me mantengo de la mejor manera posible para mandarle la positividad al equipo. Hay que animarse y una vez más saber estar donde nos toca.
-¿Qué recuerda de esos años en el equipo amarillo?
?A mí particularmente Cádiz y el Cádiz me traen vida. En esa década traté a gente tan bella, tan humanas, tan arropadoras. Fueron unos anfitriones estupendos. Yo llegué muy joven y todo lo veía desde otro cristal diferente, con la sensación de algo nuevo donde iba a tratar de dar lo mejor de mí, como persona y como futbolista.
-¿Imagino por asomo que dejaría tan buen recuerdo en la entidad?
?Nunca pensé que llegara a tanto, por eso me siento privilegiado y he de darle las gracias a Dios por haberme dado esa época tan importante.
-No todo fueron alegrías, también hubo momentos más regulares...
-Es que yo era muy vago. Era muy joven y llegué a un país civilizado, donde las cosas se hacen de forma muy profesional, y me costó adaptarme. En la vida hay cosas buenas y malas, y en Cádiz aprendí mucho, a hacerle frente a las adversidades y salir victorioso.
-Sobre todo en los comienzos.
?Fueron duros porque me costó adaptarme al fútbol profesional. En el Salvador este deporte era diferente, no tan profesional.
-En cambio, en la ciudad pronto se sintió un gaditano más.
?A la ciudad me adapté muy rápido. Es muy abierta, la persona es amiga, acogedora. Me encontré muy bien. Se me hizo difícil en lo profesional. Los horarios... fueron dos años fuertes para mí. En cuestiones de multa y en lo disciplinario yo dejaba mucho que desear. Pero no era porque yo quisiera hacer daño, sino que me costó adaptarme por mi forma de ser y de pensar. No lo hacía por maldad, ni para llevármela de que podía jugar o me daba igual jugar o no. Quería pero no podía por mi forma de ser.
-¿Es cierto que siempre tuvo la ayuda de sus compañeros?
-De los compañeros, del vecino, de todos a los que nos gustaba el fútbol en ese entonces. Y siempre recibí apoyos por todos lados. Conversábamos, pláticábamos, me motivaban para que poco a poco fuera encontrándome. Compañeros estupendísmos. Manolito, Pepe, Chico Linares... Me da hasta escalofrío, se me pone la piel de gallina porque verdaderamente sin ellos yo no hubiese podido hacer equipo. Y es que, sin el Cádiz, Mágico no habría existido.

Sus recuerdos
-¿Cómo fue su entrada en Cádiz?
-Llegué solo. Siempre he ido solo, a mi manera, y lo sorprendente es que lo disfruté, y lo poquito que haya podido dar espero que lo hayan podido disfrutar y aprovechar. Yo intenté dar lo mejor de mí al equipo.
-Primero se topó con Milosevic.
Sí, Milosevic. Siempre estará en la historia del Cádiz, hay que tenerlo en la memoria. Formó un Cádiz aguerrido, de Primera y de Segunda, con mucho sacrificio dentro de la cancha que trataba de dar lo mejor a la afición desde el míster al utillero.
-El cadismo siempre se lo reconoció. Por cierto, ¿qué me dice de la afición?
-Es de Primera. Nada más puedo decir. Y en todos los aspectos. A mí me hizo sentir así.
La afición cadista le ha encumbrado como su gran ídolo, pero ¿quién ha sido para Mágico el mejor jugador que ha pasado por el Cádiz? ¿El mejor escudero?
?El mejor jugador siempre es el que inspira. Y eso lo hace una buena afición, que no se olvide. Entonces hay que tener en cuenta a Pepe Mejías, 'Pepito'. Un crack, una estrella con la que pude compenetrarme y hacerme fuerte. Había muchos mas. Su mismo hermano Salvador, Chanito, Chico con su arrojo y entrega.
-¿Y el mejor amigo que dejó aquí?
?Dejé tantos amigos que no sabría decir.
-Hablamos de Milosevic, de Mejías, de la afición. ¿Y qué me dice de Manuel de Irigoyen?
?Tendré en la memoria que fue un gran mandatario. Supo llevarme, hacerme estar en la ciudad y en el club. Fue muy inteligente y lo consiguió, por eso es muy lamentable que esté ausente en este momento tan especial. Sin él no hubiera existido Mágico. Dentro de que era serio, correcto y formal, me supo dar un poco de comprensión y por eso pude dar lo mejor de mí. Por eso mando mi pésame a todos los que se han dejado el pellejo por el club, como Rovira, Pepe, Irigoyen... Han sido muchos.
-¿Tan difícil era lidiar con Mágico González?
-Sí que lo era. Porque el fútbol tiene sus intereses creados, y yo me veía en una situación extraña, distinta, incómoda, que no comprendía demasiado bien. Yo quería dar lo mejor de mí cada domingo por el reencuentro con la afición que me hacía sentirme un poco alguien. Pero había que hacer más.
-Se habla de muchas sanciones.
A los principios me ponían muchas multas. Y no sé si era buena o mala idea, porque yo honestamente no le daba el sentido al dinero que se le debe dar. Era joven, y poco a poco he ido aprendiendo a darle su sitio, pero en aquel entonces no era capaz.
-¿Llegó a pasar hambre?
-Tal vez sí pasé hambre, pero era mi modo de ser, que me descuadraba los tiempos de comida. Y por descuidos míos. De todas formas, no era un hambre desesperada.
-Irigoyen le supo llevar. Pero vaya choques que tenía usted con Vidal.
-David Vidal, a su manera, también sabía lo que quería. Y lo consiguió.
-Con Espárrago las cosas fueron más fáciles. Dentro de lo que cabe, ya había madurado.
-Con Víctor hicimos la mejor temporada de la historia del club. Conjuntó un buen equipo y se nos dieron las cosas bien, dando satisfacción a la afición.
-¿Se arrepiente de algo de su paso por el Cádiz?
-No, no cambiaría nada. Me quedo con las salamandras en el vestuario del club, con las dimensiones del terreno de juego... Aunque pensándolo bien, sólo querría estar un poco más con los que ya no pueden estar. Y darle un beso al césped del Carranza.
-De momento continúa jugando al fútbol, aunque sólo sean 'pachanguitas'.
-Sigo siendo a mi manera. Trato de ser lo más normal posible. Y de vez en cuando juego en el ?Panzas y Jorobas FC?, como digo de broma con mis amigos. Me encanta jugar al fútbol, y lo consigo una media hora en condiciones, sin que se me caiga una oreja (jaja).
-¿Sigue haciendo cosas imposibles?
-Ya no puedo hacer más. Imposible inventar. Sólo disfrutar.
En su momento llegó a vestir la camiseta del Barcelona, aunque finalmente no se concretó el fichaje. Sin duda podría haber jugado en un grande mundial. ¿No le da pena haber dejado escapar esa oportunidad?
-No, no me da pena, habiendo jugado en Cádiz no hay pena. Si no, te estaría mintiendo en esta entrevista. Para mí el Cádiz es más importante y no me arrepiento de nada. Y es que sin Cádiz no habría Mágico.
-En el Salvador nadie le olvida, le demuestran su cariño día a día.
Sí, y eso me agrada. La vida me da satisfacciones bonitas con el pueblo. Con sus defectos y cualidades, me quedaré en El salvador. No me quejo mucho. En estos momentos estoy aquí con mis dos pequeños. Parece que ahora, a mi edad, me ha dado por hacer lo que no podía antes.

sábado, 19 de junio de 2010

Esperando el milagro

"Ya no dependemos de nosotros mismos". La frase de la semana. La repiten en los bares, en las plazas, en los mentideros donde se cuecen las habas y las cosas importantes de Cádiz. Por la salvación de Cádiz, el Cádiz y su Madrugá. "Si el Submarino se hunde, ¿qué nos quedará?", pregunta al aire un veterano gaditano sentado al borde del mundo mundial, en San Juan de Dios, esperando uno, dos, quizá tres milagros. Nunca se sabe. En el fútbol, como en la vida, el destino dura noventa minutos. Ya se sabe que la tanda de penatis se inventó en Cádiz. Con el agua al cuello, a pique de un repique. "Y para colmo, el Mundial", sugiere un compañero de fatigas. Abordados al azar numerosos paganinis al sol decisivo de la semana fantástica del "´sálvese quien pueda", la gente ríe y llora por los cuatro costados, se acuerda mayormente de Muñoz y parte de su familia, de la crisis, del segundo puente y de los bancos suizos, de primos y primas, de centenarios y bicentenariazos, de excusas perfectas para tirar hacia adelante y de los argumentos del caracol. Siempre nos quedará el cazón en adobo. Tampoco es pa ponerse así. Retrasos en las obras del Doce, el Cádiz a un paso del descenso, el segundo puente en el aire, apocalipsis ya y un poco de guasa. "Mira tú por dónde, el Baldasano nos empujó al pozo, Florentino va a parar las obras de La Pepa y ahora, el asesor que ficharon pa buscar la ruína al Cádiz, Del Bosque, nos da el primer disgusto del Mundial", dice Manuel Pinto, simpático pensionista congelado a quien el porvenir ni siquiera asusta. "Hay que ganar y esperar, no dependemos de nosotros mismos, ojalá se den los resultados favorables". Ay, qué casualidad, ahora una reforma laboral, la gente no respeta ni que estamos en el Mundial. El Mundial del olvido. La Liga de Ciudades Fenicias.
"Ya no dependemos de nosotros mismos". "Antes dependíamos de Astilleros, luego del turismo, ¿y ahora?" Manuel se contesta a sí mismo. "De unos políticos torpes, de unos banqueros avariciosos, del chapú y de un balón". La religión, el nuevo opio del pueblo, el pantallazo.
Si Cádiz pertenece al pasado, la gente viene de vuelta. Atentos a la jugada. Camino de la plaza de las Flores, donde Luisa reina en el país de nunca jamás, una señora responde al primer toque. "¿El Cádiz? Lo único que nos queda, hijo, pero como dice el Ayuntamiento en la tele, con el Cádiz en Primera, en Segunda y en Segunda B. Y quince años ya con la Teo". Y otros quince con el señor Muñoz. "Pa mí que nos salvamos", sentencia ella sin dejar hablar a su marido. Como si fueran Abelardo y Eloísa, ambos dos enfilan Compañía hacia el desastre total, contentos de haberse conocido. María Dolores y Agustín, el amor contrapuesto y paradójico, el amor a unos colores. Estos días, la gente cuelga la bufanda amarilla a sus vírgenes de cabecera, reza al Santísimo Cristo de la Liga Profesional y aguarda otro milagrito. "Veo más fácil que se quede el Cádiz en Segunda a que hagan el puente para el Doce", suelta Agustín. Pero se lo piensa un poco: "También corremos el riesgo de desaparecer". ¿Así de pronto? Nada se pierde, todo se transforma. Salvemos la categoría de La Pepa.
Las esperanzas van por barrios, como las alegrías o los martinetes. En esta encuesta nada científica se comprueba fielmente que las ilusiones decrecen, la llama del optimismo se va apagando a medida que se acerca el lugar del crimen. En el casco histórico, una de cal y otra de arena, y en las inmediaciones del estadio Carranza, miedo al terror, pánico al futuro inmediato, no se mueve ni la célebre china de la avenida, el personaje creado por un internauta que tanto juego ha dado en el foro cadista en las últimas semanas. El misterioso caso de la china de la avenida, otro enigma gaditano por resolver. La china espera también un milagro, y nadie cree los rollazos de primavera de políticos, mandamases políticos y demás prebostes que tanto en Cádiz dan que hablar. En el mismo sitio, a la misma hora, como Canelo pero con falda tobillera, la submarina amarilla no aparece esta vez. Lástima. Habrá ido a coger sitio. Ya venden entradas pa la catástrofe mayor. En Cádiz ponen chinchetas a las pamplinas encadenadas, siempre nos quedará Tornadito. "Con las carnes abiertas", ilustra a las claras Tomás Molinero, vecino de La Laguna, industrial, sufridor de Cádiz y sus circunstancias. "Se veía venir, llevamos unos años en el alambre, jugando con fuego". ¿Tres mil años? "Desde que el Cádiz bajó a Segunda, hace cinco años, no levantamos cabeza, Hay que invertir dinero, señor Muñoz, no siempre llega el milagro". ¿Que no? Aparece un tipo, que responde por José Luis López, que porta en su cartera las cábalas y cálculos de la última jornada futbolística, saca el recorte del Diario y echa cuentas. Toda la vida echando cuentas. Cincuenta puntos. Triple empate con Albacete y Murcia. "Vamos con los maletines, señores". "Como bajemos otra vez, pasaremos años en el olvido". Qué sabe nadie. Otro milagro espera La Pepa. "Vaya chantaje con el segundo puente", incide José Luis. "Ahí van a quedar los cuatro pilotes, lo que el viento se llevó". La Pepa y Carlos el Legionario. Tampoco es pa ponerse así. Buena excusa la crisis. "Ahora vendrán con cuentos chinos". La amenaza amarilla. "Dirán que el Cádiz ha bajado por la crisis y que no hay dinero pa ná". Ni pal Museo del Ná, la puerta del mal, la aduana, la plaza de Sevilla, la estación de buses, la doble vía hacia la eternidad, el oratorio del submarino, la chalada claridad, los proyectos del Doce al mismo cielo cuadrado y el Cádiz, a punto de caramelo. "Lo siento, no todo el mundo puede ser de una ciudad de Segunda B".
Cerca de la playa, en jornada la mar de agradable, hay quien se presta a hablar sin tapujos. Dos prejubilados, Diego Muro y Juan Santamarina, apostados en la barandilla del sol, atribuyen la culpa de todo a Muñoz, Zapatero y Nostradamus, por este orden. La Profecía del Trece, el centenario del Cádiz y la estadística. "Tanto decir que nos bastaban cuatro puntos de seis, hombre por favor, un presidente y unos deportistas tienen que ir a por la victoria, no confiar en un punto para luego buscar un milagro. Así nos va, camarones que se duermen se los lleva la corriente, toda la vida así, dejando las cosas pa pasado mañana". "Y sin hacer fichajes para mantener el nivel". "Se han creído que somos tontos". "Un poco tontos sí que somos". "Carajotes". Terapia en grupo. Primos hermanos, primas a terceros, borreguismo ilustrado, y la Madrugá que se pierde sin remedio.
Otra vez a la vera del tres cuartos de estadio Carranza, un joven en camiseta aparca la moto, arroja el casco al asfalto y apunta: "Muñoz, vete ya". Yuyu, compra ya. "Teófila, nos comemos la Tribuna con papas". Centros comerciales, hoteles de cinco estrellas, trabajo para dos mil millones de gaditanos ... Algo ha pasado con el futuro, parece que ha dado esquinazo justo antes de pasar por Cádiz. Cádiz pasa mucho del futuro. Raquel Puente, de La Laguna: "Ya vale de fútbol, de fiestas y de cachondeo, a ver si nos ponemos a trabajar". Siempre quedará la economía submarina, el porvenir sin iva, el centenario de la ruína, el bicentenario de Doña Josefa cabreá. La gente parece cabreá. Cuidado, que viene el despido baratito. "Más excusas para llorar nuestra suerte". Se buscan culpables, se buscan excusas, se espera un milagro. "Ya no dependemos de nosotros mismos".
 
Junio 10, Cádiz, Diario de Cádiz

lunes, 11 de enero de 2010

Víctor Espárrago vuelve al Cádiz

Bienvenido, don Víctor. Vuelve el caballero. Tercera etapa en el Submarino Amarillo. Pasando fatiguitas en la zona bajísima de Segunda. Sin Gracia. Vuelve el míster que firmó la mejor temporada del Cádiz en Primera , 88-89, y quien lo devolvió a la máxima categoría, no hace ni cinco años. En busca del tiempo perdido. ¡Uruguayo!

viernes, 13 de noviembre de 2009

Gente que canta, cuchillo en la garganta

Qué ratito más bueno para futboleros y pendencieros. Pocas manifestaciones de la vida moderna ofrecen tanta emoción como un derbi entre hermanos a la gresca. ¿Quién dijo miedo? Efervescencia grupal, que diría un psiquiatra de masas antes de pegarse un tiro en la sién. Cien disparos al aire por cada golpe de aliento. Lucha de clases en las gradas del circo romano, espuma blanca en la cresta de la ola, clima de alta tensión en el fondo del mar, la secta del mal, lo peorcito de cada casa, más mequetrefes hay en tribuna pero no chillan. Por una vez, el Sur lleva la voz cantante.
La labor del tío del megáfono no parece baladí. Lanza al aire consignas a viva voz, pone en guardia al personal para entonar algún himno guerrero, admite sugerencias si se tercia y, aunque parezca lo contrario, ordena el caos con cierta destreza y hasta serena los ánimos en un momento dado. Sus directrices, captadas al vuelo en medio de la vorágine, son seguidas casi al unísono por los brigadistas de Fondo Sur, que esta tarde se asoman a la puerta del gol sin el banderón del Che pero con el orgullo reforzado. "¡Fascistas fuera del estadio!" La consigna viene al pelo, algunos niñatos béticos lucen símbolos nazis, una bandera de la España franquista, prohibida pero consentida, y otros signos de provocación. La tarde promete. Al fondo a la izquierda, casi nada es lo que parece, los gestos, las palabras y los silencios cortan el aire. De cómo la gente salva un punto en el último instante.
Hay partidos sin principio ni final, y partidos que no necesitan descanso. Sin apenas respiro, el psicodrama del Cádiz-Betis ofrece varios nudos y un montón de desenlaces posibles, se amontonan los dimes y diretes, arde la sangre y el Sur se retuerce de placer y de dolor, habla por la herida e incluso obra el milagro. Acuerdo Norte-Sur en lo mejor del querer. Los cánticos de las Brigadas Amarillas rebotan en el corazón propio y el Norte los hace suyos hasta completar una escena memorable. Ocurre antes de lo previsto, cuando las rimas aún no han subido de tono. Ocurre en la cúspide del gol de la victoria fugaz. Y resucita en los postres, con todo perdido. La aparición de signos pretéritos, emblemas odiosos y proclamas con guasa sevillana encienden la mecha. El público local echa un ojo al juego y otro al adversario ubicado a tiro de piedra. Las miradas matan cualquier atisbo de compasión. Caza de fachas desde el Fondo Sur. No conviene elevar una voz a la categoría de anécdota, ni mucho menos de noticia, pero se escucha de todo. Desde el clásico "¡míralos, míralos, ya se han mosqueao!", que evoca días de colegio, hasta el grito común contra los "fachas", para los más radicales "españoles", que invade a ratos las gradas. Hay quien se lo toma en serio y cita a sus rivales en la calle. "Luego, luego nos vemos", con profusión de expresiones callejeras la mar de curiosas. Más de uno/a amaneció ronco/a el lunes por la mañana. De todos modos, la expresión "fascista" parece ahora más acorde a una situación mental que a un lugar político. Pero más político que religioso. El fútbol, como ocio del pueblo y religión de este tiempo, retrata a la gente. En las Brigadas Amarillas, heterogéneo grupo crecido al amparo de los otrora temibles ultras, hoy respetables aunque cadistas hasta la médula padres de familia, no encajan los "fachas". Del grito antifascista se extrae un sentimiento de clase obrera, se pueden adivinar historias familiares y personales, años en el dique, la crisis industrial, el desencanto y otros factores. No entienden los brigadas cómo se puede ser de ultraderecha viniendo de un barrio pobre, de ahí la feroz respuesta del domingo. Los gritos racistas encontraron su respuesta.
La hinchada amarilla marca estrechamente a los fanáticos verdiblanos, el resto de aficionados vecinos comparte la tarde con su anfitriones sin problema alguno. Y en el centro de la tormenta de ideas, tampoco llega la sangre al río. Ellos vienen de Primera, nosotros de Segunda B. En el momento crítico del choque, el Sur fuerza el empate. Ya pasó en Primera, cuando la afición cadista salvó algunas victorias en casa, no mienten quienes a veces atribuyen empates o victorias al empuje del público. Desde dentro, se siente la marea, se escuchan rumores de alta mar, se intuye el porvenir inmediato, alguien canta el gol como un pálpito, el ritmo del canto del sur del estadio mantiene el partido vivo. Al repertorio habitual, que el tío del megáfono marca según el interés de cada pasaje, se añaden grandes pamplinas, bastinazos en do mayor, frases sin sentido, contiagioso ánimo en ritual dominical ya ancestral, hasta la igualada final. Ya se sabe, en estos casos brilla el lado oscuro y florecen rencores y maldiciones mutuas, aunque también se advierte cierto respeto, se acuerdan de los muertos de ambos bandos, que es como dar recuerdos a la familia, y las madres pagan el pato. También se la lleva un mortal un gordo, el gordo, siempre hay un gordo al que disparar ocurrencias. Suenan canciones y golpes de efecto de toda consideración, alguno de ellos provoca cierta vergüenza propia, el "aquí hay que mamar", por ejemplo, pero otros suenan a gloria. El Sur teatraliza el partido como si le fuera la vida. El gol que da la vida. Dos tantos como soles ha celebrado el Sur este año, el resto cayó en el Norte, como la lluvia de agua y dinero.
Saltan chispas y brota el humor negro y el ataque verbal a la yugular, donde más duele, los santos. Riman a la Virgen de Triana con una mujer de la cale, y al Cristo del Gran Poder con una mujer a secas. Piden a Lopera que se quede. La cosa se pone criminal, venas saltás y caritas desencajás, y alguien deja caer lo de "suporter que canta, cuchillo en la garganta". Ufff. Nos vemos en la calle. Tampoco es pa ponerse así. Al menos, la gente está viva. Y se comporta con la misma agresividad que un político, un negociante, un soldado, un poeta. Efervescencia grupal. Voces como cuchillos. Fascistas, terroristas, banderas españolas, andaluzas, vascas. En el descanso, que nunca debió llegar, canta La Hoguera la copla del 2012, pero sólo el estribillo, había tiempo para escucharla entera. Tiempo de goles. En el Sur, los goles unen tanto, la imagen se mueve loca, se abrazan en trance los ocupantes de filas distantes, nadie sabe cómo recompone luego la figura la grada, tras tamaño terremoto de alegría. La alegría dura un rato suficiente y vuelve al final. Una joven, que no ha tenido bastante, irrumpe en el silencio final con el peor insulto de la tarde: "¡Sevillanooooooooo!"
Diego estuvo tristón. Ogbeche mostró el torso, regaló la camiseta. Nadie lloró. Fue un desahogo.
Noviembre 09, Deportes, Diario de Cádiz

miércoles, 7 de octubre de 2009

Consuelo de tontos

Cuidado con el cachondeíto, que se puede volver en contra cual bumerán repleto de reproches y trocitos de realidad. Desde hace unos días circula por ahí una promoción especial, la edición de un deuvedé especial con todos los goles del Xerez en Primera. Antes ya hubo quien propuso como hijo adoptivo al nota que marcó el primer gol en Chapín, en propia meta. Ahora, rizando el rizo, el primer tanto de verdad lo anotan con la mano, con las dos manos, valga la expresión sin rima ni contemplaciones. Tampoco el Submarino está para tirar cohetes, oiga, y en la historia cruzada de ambas rivalidades, vidas paralelas, espuma en la cresta de la ola, confluyen varias curiosidades para acallar comentarios o quizá ara azuzarlos y voltearlos en la rueda de fuego del destino caprichoso. Otra más del destino, las gracias, igual que las desgracias, nunca vienen solas. Sin memoria no hay futuro. Y viceversa. Hasta hace un par de semanas, cadistas y xerecistas rivalizaban también en puntazos negros, mal de muchos, consuelo de tontos. Mañana, el destino dictará sentencia. Qué sabe nadie.
El destino depara casualidades, causalidades, circunstancias la mar de entretenidas, las estadísticas adobadas de ayer y de hoy, esgrimirlas en tertulias sólo es cuestión de tiempo. Los tiempos del gol: gol en propia meta, gol en defensa propia, gol en solitario, gol con la mano, gol churretoso tv punto com.
El primer gol en Primera fue sin querer, tanto en Jerez, semanas atrás, como en Cádiz, allá por septiembre de 1978. El fino estilista Landáburu lanzó un saque de esquina con su habitual mestría y el cadista Canito, llegado del Español de Barcelona, introdujo la pelota en su portería, silencio en Carranza, cero a uno para el Rayo Vallecano. Luego, en los diez postreros minutos del encuentro, el roteño Villalba registró los dos goles de la remontada amarilla. Victoria o espejismo. El Cádiz inició la Liga como el Xerez de este siglo, de aquella manera, con goleadas en Sevilla, Valencia, Madrid y Bilbao, recibió quince goles en cuatro partidos y sólo marcó uno, no sé si le suena, aunque dio la sorpresa en Carranza al imponerse al Madrid, golazo de Baena a la salida de un córner, y a la postre empató en el Nou Camp antes de despedirse de la máxima categoría con más pena que gloria, por así decirlo. Ese año debutó el gran Pepe Mejías, curiosamente en Jerez, con motivo del destierro contra el Español decretado tras los incidentes ante la UD Salamanca en el célebre choque de los bocatas rellenos de piedras, primera reconversión frustrada, primera herida de muerte para Astilleros, primeros lunes al sol. Ahora llueve sobre mojado, y la tabla clasificatoria ofrece guiños al pasado y el porvenir; por ejemplo, en Primera comparten el fondo los azulinos de Jerez y los amarillos del segundo submarino amarillo, el Villarreal, y ambos se enfrentan este fin de semana a cara de perro. Y en la miseria de Segunda se halla otro club relacionado íntimamente con el club amarillo, el Castellón de la tierra prometida. Así que menos cachondeíto, que las cosas se vuelven en contra, como el viento remolón.
En el mismo año 78, amén de una Constitución hermanada con La Pepa, el destino ofreció al Cádiz el mismo rival copero, Las Palmas. que también eliminó a los gaditanos. El equipo canario contaba con Miguel Muñoz en calidad de técnico y jugadores extraordinarios como Carnevali, Brindisi, Morete, Germán y Castellanos. Y el Cádiz participaba por vez primera en el Trofeo Carranza con sendas derrotas ante Inter de Milán y Vasco de Gama. Nadie sabe cuándo invitarán al Xerez al Trofeo, que ya no es lo que era, ni siquiera en el 78 era lo que fue, conjugue usted los verbos como le venga en gana, aquí el que no llora no gana, y viceversa.
La historia se repite, dicen los sabios expertos de la cosa futbolística y de los ciclos de la vida. Como se vuelva a repetir la historia, habrá cachondeíto seguro. Como dice la gracia, nada que ver con la seriedad de Gracia, el próximo domingo Diario de Jerez regala a sus lectores todos los goles del Xerez en Primera, de primera mano, reserve su ejemplar.
 
 
Mágico, la diferencia
 
Algunas de las expresiones de Mágico González en la entrevista concedida a Paco Ceballos: "A mí Cádiz me ha dado vida". "Yo vivo en Cádiz, aunque sea salvadoreño y viva en El Salvador". "Ahora Jorge está normal. A Diosito le pide normalidad". "Jugar al fútbol ahora es como sacudir la colcha, como renovarse, el partido, la ducha, la familia, los amigos".
Octubre 09, Deportes, Diario de Cádiz

martes, 15 de septiembre de 2009

Orígenes del Submarino Amarillo, principios del cadismo

Una cuestión de principios. Y de finales. El cadismo siempre tuvo sus principios. Y sus desenlaces. Los orígenes del Cádiz se remontan al capricho o al azar. Con el presunto centenario a la vuelta de la esquina, y la incertidumbre de quien no sabe si sube o si baja en la escalera del deseo voraz, no conviene dar muchas vueltas a los papeles, ni a los vientos que barruntan días dispares, ni al propio amor por los colores del sol amarillo con calzonas azul marino. Los principios del Cádiz resultan inescrutables, como los destinos del Submarino, no tan opuestos a otros clubs hermanos andaluces. Nacidos para sufrir, la paradoja de un deporte creado para la diversión y abocado a convertirse en ocio del pueblo, religión del siglo XXI, la excusa y la razón de ser, una de las tres patas del triángulo mágico, principios y finales del gaditanismo. Pura novelería. Cádiz nunca vivió ajena a la novelería, y en verdad la historia escrita cada lunes a viva voz da un poco por los anales a la enciclopédica existencia del club en busca de un nombre y un estadio, la identidad y los principios.
Hay mil Cádiz y un denominador común: el lenguaje. Tropecientas ciudades de la luz inmersas en el mar antepasado y otras tantas maneras de entender la vida. No cuadran las cuentas, pero qué importa. Dicen que el primer gol del Cádiz CF lo anotó el gran Camilo Liz, el gallego más influyente en la historia del fútbol gaditano, descubridor de Mágico González, que se marchó este verano al cielo azul y amarillo. Fue el 15 de enero de 1939, a pase de Díaz, con la derecha, ante el temible Sevilla de los Stukas, tres años después de la transformación del CD Mirandilla en el Cádiz de las actuales entretelas. Nadie se pone de acuerdo en torno a los primeros pasos del Submarino, la gran incógnita, misterio por resolver de antes y después de la Guerra, pero la Federación Española de Fútbol reconoce los orígenes del club en 1910, más bien los orígenes del fútbol en Cádiz y la afiliación en el Gobierno Civil de los primeros equipos del emergente deporte que llegó en barco hablando inglés. Guachisnais Club de Fútbol 7; Futuro Submarino 0. Antes incluso del Segundo Puente, cuando la Pepa sólo contaba con un siglo de vida. A pique de un repique del olvido.
El primer Cádiz de la posguerra, que perdió contra el Sevilla por 2-5 en la Copa Andalucía, formó con Pinilla, Núñez, Soto, Cordero, Bohórquez, Mateo, Camilo Liz, Luis, Roldán, Caqui y Espinosa de los Monteros. Pero el primer equipo de Cádiz que fomentó el deporte del balón con sus sonados triunfos se llamaba Español de Cádiz, primer campeón de Andalucía en 1916, cuando no había rotondas ni teléfonos celulares. Más de treinta futbolistas figuraban en la plantilla gaditana, por entonces los planteles no eran fijos. El Español se trajo el trofeo, pasó por encima de Málaga y Huelva y nació la madre de todas las mareas amarillas, cientos de cadistas, más bien españolistas de Cádiz, viajaron a la remota Sevilla, ciento y pico de kilómetros de larga y azarosa travesía, y medio Cádiz recibió a la postre al equipo en la estación de tren, a años luz del soterramiento que enterró el tren del gol y convirtió la alegría en una terminal de lejanías.
El Español se constituyó en el Once del siglo precedente, y el Mirandilla el Dieciséis, para tormento de historiadores, aunque ya funcionaban por entonces el Cádiz Sport Club y el Cádiz Balompié, amén de un rosario de entidades de mayor o menor trascendencia. El Mirandilla fue el primero que lució los colores de arena y sol, y el Español, el equipo que se las tuvo tiesas por vez primera contra el Jerez, en la Copa Spencer. El Español tuvo que retirarse de la competición andaluza en la campaña 17/18 por mor de una epidemia de gripe de verdad, y no una pandemia paranoica con ínfulas de negocio redondo farmacéutico como la que amenaza con resfriar a medio planeta gaditano en estos tiempos de marcha atrás, gripe a en la segunda a. El Español de los principios del Cádiz recibió tro golpe durísimo cuando los jerifaltes del fútbol, por entonces ya un poco mafiosillos, dejaron fuera al club gaditano del primer torneo de liga nacional. El Español no figuró en Primera, ni en Segunda, y cayó en desgracia. Numerosas cartas al director porfiaban en el Diario de Cádiz en torno a la situación actual y el porvenir del club de fútbol, todos clamaban justicia y unidad y lamentaban que Cádiz era la única capital andaluza sin club en primera línea de fútbol y sin un estadio en condiciones. Muchos años tardó el Cádiz, o como se llamase, en hallar un estadio en condiciones, el peregrinaje resultó costoso pero entretenido, cosas del destino, vivir para sufrir, hasta aquí hemos llegado.
En los albores del siglo nuevo, en la soledad del mundo tecnológico, caen por su propio peso los tópicos alrededor del destino y el sufrimiento. Ahora que el Cádiz pretende estabilizar su trayectoria tras el puro vaivén de los últimos años, Submarino con más veras, conviene mirarse en los historiales de clubes hermanos para sostener que nada es lo que parece y que nadie es mejor ni peor que nadie. Y que todos han pasado por sus principios, sus finales y sus tormentosos periodos de escasa fertilidad, por así decirlo. La histora cadista queda clara, todo el mundo la lleva grabada en la mente con sus cambios de humor intempestivos, sus glorias y miserias, pero en otros lugares cercanos también conocen la oscuridad. A saber.
El próximo rival, el Córdoba, vivió sus mayores alegrías entre el 62 y el 69, en Primera División, pero en la ciudad lejana y mora nadie olvida la Tercera del 84 o la Segunda B entre el 85 y el 99, toda una generación en el Pozo.
El Betis, por su parte, conoció la Tercera entre el 47 y el 54, y la Segunda más reciente, del 91 al 94, mientras que el Recreativo de Huelva pasó fatiguitas en el fondo del mar, del 40 al 57 y del 68 al 74, por no hablar de la década de los noventa, que pasó practícamente en Segunda B. Sin gripe B.
En fin, los principios del cadismo exigen fidelidad, humildad, paciencia, amor al fútbol bien jugado, ganas de cachondeo, un poquito de "tricnina" y el punto de escepticismo combinado con la fe ciega que baña esta tierra desde que los fenicios instituyeron el primer día del club.

Septiembre 09, Deportes, Diario de Cádiz

Mágico documental

Alcances y el ocio del pueblo. Maradona y Cruyff, polos opuestos del factor social de la pelota. Política y cultura, alma, corazón y vida. Talento e inspiración. Dioses en la cancha, líderes en la pantalla, personalidades públicas, vicios privados, las vueltas que da la vida, el fútbol, las causas perdidas, todo viene de abajo, todos los grandes del fútbol vinieron a Cádiz. Lunes al sol, tarde sin fútbol, charlita en torno a los documentales sobre Cruyff y Maradona hasta que surge la figura de Mágico, una vida de película, una leyenda de cine. Al sur del fútbol, Víctor Espárrago para una palabra a la altura del medio campo y la juega con delicadeza y distinción. El célebre ex jugador y técnico uruguayo, que firmase la mejor temporada y el último ascenso del Submarino a los cielos de Primera, comparte coloquio con el versátil Hugo Vaca, que reparte al más puro estilo criollo, y David Almorza, catedrático defensor del juego bonito, del alumno universitario y de la educación. Hablan con pasión sobre los futbolistas más grandes de la historia, el Maradona de las tinieblas, el Cruyff que jugó en Segunda, el argentino mundial, el holandés errante y ... Mágico González. "Tenía la cabecita loca, pero me impactó como futbolista, no supo compaginar la vida deportiva y social, pero aquí se le adora. Era rápido, preciso, tenía salida y freno. Pero el fútbol es mucho más que un deporte, llegas a un status de vida muy peligroso si no estás preparado, hay que recuperar los valores". Víctor Espárrago aprovecha para lamentar "el deterioro actual del mundo, la degradación política, la pérdida del respeto en la familia, las cosas que se nos van de las manos, el todo vale ..."
Espárrago, quien mejor supo entender a Mágico, continúa: "A mi llegada a Cádiz no quise escuchar nada sobre la fama de Mágico, Lo traté igual que a los demás, llamándole González. Conmigo triunfó, pero también fue suplente. Jamás me dio problemas, era sensible y genial, coqueteó con ciertas cosas pero era muy grande". Almorza subraya que Mágico carecía de la disciplina de Cruyff y del afán de notoriedad de Maradona, "no le interesaba el dinero, quería jugar". "Con las imágenes colgadas en youtube hay para hacer un documental impresionante sobre Mágico". De veras. Hay una cinta que reúne a Maradona y Mágico en un amistoso con los colores del Barsa, en la famosa gira americana. Dibujitos animados. "Si lo hubieran visto entrenar, daba para veinte películas". Hugo Vaca recuerda cuando Mágico se quedó a vivir en su casa, su humildad, la huella que dejó en Cádiz. Y la terna de tertulianos abunda en la escasez actual de líderes (en el fútbol, en la vida), acaso neutralizados por don dinero y su señora mercadotecnia. El sabio Espárrago reconoce a Messi como el próximo fenómeno mundial, y a Xavi e Iniesta como el ejemplo de sencillez y humildad. Vaca traza líneas paralelas entre individualismo y trabajo colectivo. El tiempo vuela, entre las épocas en que Argentina y Cataluña necesitaban rescatar su dignidad y el futuro, que ya es pasado. Hoy, en los clubes que mandan en el negocio, "si no estudias, no juegas". Pero el futbolista nace, crece, se reproduce y "a los treinta y cinco años es un jubilado, ya no le dicen adiós por la calle, ni firma autógrafos, es uno más en la vida y no está preparado para vivirla". Espárrago, que conoce los orígenes del fútbol y sus factores económicos y sociales, sabe en carne propia que "hay que pasar por muchas cosas para ser alguien" y aboga por la formación, sinónimo del porvenir.

Septiembre 09, Cultura, Diario de Cádiz
La foto es de Joaquín Pino

lunes, 27 de julio de 2009

Luis, en el Triángulo de las Bermudas

"¿Es usted Luis Aragonés? Claro ¿Le puedo saludar? Como no. Soy colchonero, también, y me solidarizo con usted. Enhorabuena, campeón. Gracias. Hay que ver lo que le han jorobado en la selección. Y más que me van a jorobar. Breve pero intensa conversación entre turistas. Lugar, un quiosco de prensa en la costa oeste. Uno de ellos es Luis Aragonés, que veranea en El Puerto de Santa María desde hace años, siempre de un modo discreto, siempre con un casino a su vera, pues a Luis Aragonés le gusta apostar y ganar. La última vez que perdió fue en Cádiz, la postrera derrota en casa de la selección, ante Rumanía, gol de Marica. Abstenerse graciosos. La gente se chufleó del combinado español, al que tachó de chirigota. La chirigota que construyó Luis, el sabio de Hortaleza, hoy comanda la clasificación mundial, ostenta la supremacía europea y enamora a cada paso que da. Su timonel, por cierto, un tal Del Bosque, también mantuvo cierta relación con Cádiz: ejerció de asesor para que el Submarino ... bajase a los mismos infiernos. La vida da muchas vueltas. Luis Aragonés se da una vuelta por El Puerto y encuentra cariño. Luis parece terco y malas pulgas ante la prensa, que lo crucificó antes de tiempo, sus razones tendrá, pero cara a cara, sin desconfianzas, apenas da miedo. Infunde respeto. Los rojiblancos lo veneran. En Cádiz, el Atlético de Madrid, que la próxima temporada contará con los gaditanos Juanito y Jurado, dos figuras con jota que jamás jugaron con el Submarino, cosecha amores y rencores. El fútbol no da respiro.
A punto de cumplir los 71 años, Luis Aragonés se encuentra en paro, curiosa paradoja del éxito rotundo y el fracaso ajeno. Bien es cierto que acaba de trincar cuetro millones de euros tras la rescisión de su contrato en Turquía. O sea, un parado de lujo. Como los dos peloteros que estos días lucen sus talentos en el youtube, año 84 en Estados Unidos, gira mundial del Barcelona que luego entrenaría Luis: Mágico González y Maradona, en las filas culés. No coincidieron de forma oficial, pero ambos pisaron el Carranza, el estadio y el Trofeo, el torneo cuyo palmarés preside precisamente el club colchonero. Luis logró el ascenso del Atlético a Primera, tras los dos años en el infierno. Luis encabeza también la saga de entrenadores con más partidos en Primera, 757, y fue uno de los empleados del club que más narices echó a Gil, además de Kiko, otro atlético cadista, responsable primero del oro de los Juegos de Barcelona, artista rojiblanco que mereció más cariño por parte de Gil, otra vez Gil, el recordado presidente a quien la hinchada cadista puso la cruz cuando se llevó por la cara a Kiko y Quevedo. Muchos años antes, el máximo goleador de la historia del Cádiz, el gran Paco Baena, se convirtió en el traspaso millonario por excelencia, Gutiérrez Trueba lo vendió al Atlético de Vicente Calderón. Baena jamás olvidará sus años rojiblancos, tampoco los hermanos Collar podrán borrar de su historial sus años primerizos en Cádiz, con Enrique al frente del porvenir. Ni Luis Aragonés puede sustraerse del poder hipnótiico y encantador del Triángulo de las Bermudas. Aragonés llama así al triángulo Sanlúcar, Sevilla, Cádiz, del Guadalete al Guadalquivir. Luis conoció a Pepa, su mujer, cuando jugó cedido en el Recreativo de Huelva, hace ahora cincuenta años. La onubense tuvo con él cinco hijos, y éstos le dieron once nietos, once. A Luis le encanta el flamenco, y los chistes inteligentes, y las partidas de cartas, y un tiempo alejado del mundanal ruido.
En el segundo año de Gracia, un tipo igual de profesional y de serio que el mismo Luis, salvando las distancias de veteranía y trayectoria, el Cádiz busca delanteros y gente por la izquierda. El Cádiz retorna a la play station, pero el Carranza, estadio de la paz, queda marginado de la Peace Cup, la Copa de la Paz, que se disputará a la fresquita en las ciudades donde el verano pide a gritos una pizca de aire.
¿Qué querrá decir Luis cuando anuncia que le van a jorobar más? El campeón de Europa estrecha la mano de su admirador y se marcha a su rincón preferido del Triángulo de las Bermudas.

Julio 09, Deportes, Diario de Cádiz

martes, 9 de junio de 2009

Más submarino que nunca

Las vueltas que da la vida. Más submarino que nunca, el Cádiz parece un caballito de feria, un coche de choque, un algodón de colores que se estira como el tiempo y se come como el regaliz. Dulce y paradójico. Ya lo dijo el otro día el emblemático y sintomático José González: sería menester que el Cádiz diera menos bandazos, pues en seis años la condición de club ascensor que adorna a los amarillos se antojó taquicárdica, reinventóse el esquizofútbol. En seis años, tres ascensos y dos descensos. ¿Quién da más?
La vida da tantas vueltas, sorpresas que da la vida, que a estas alturas de película, los equipos que subieron de la mano con el Cádiz en la gloriosa temporada del 05, con Espárrago al frente de la plantilla, dirimen ahora un puesto en Segunda B. Celta y Alavés, a un paso del Pozo. Miedo al infierno, nadie se pone de acuerdo, ¿dónde queda el infierno? Para los del "resultado da igual", en el tercer escalón de la Liga, diez veces pisado por el club amarillo, y para los "manque pierda" el Pozo está en Segunda, así que se admiten apuestas, a ver quién sufre más en lo alto de la hoguera. Todo el mundo habla de "sufrir", como si jugase el destino un torneo de masoquismo puro y duro. Las estadísticas, los sueños y las vanidades están para romperse, y los tópicos, pa ná. El año del regreso a Segunda, un lustro atrás, el Cádiz coincidió en la categoría con otra gente de sube y baja, algunos de los cuales han pasado fatiguitas en Primera o se hallan a punto de ascender a la gloria este mismo año. Para bruscos giros del destino, el turrón duro de Alicante, el estadio Pobre Pérez para el Cádiz y Rico Pérez para el Xerez. Los jerezanos necesitaban el otro día un pinchazo del Hércules, el rival que envió al Cádiz al mismo Caribe por la parte de abajo. Pues penalti en el último minuto, también muy dudoso, y pelota al palo en la misma portería donde varió la suerte de Abraham Paz el fatídico domingo de marras.
El tiempo pone al personal en su sitio, pero cambia las cosas de lugar. Y viceversa: el tiempo deja en pañales a la lógica y la gente cambia de ciudades, de estadios, de circunstancias, como quien "descambia" un verbo en el Cortinglé de las palabras malditas. "Descambiar", gran verbo gaditano. Fíjate tú si cambian las cosas en un año que hasta Luis Aragonés se ha ido al paro, de la Eurocopa a la pasión turca y ahora al olvido, por mor de la dictadura merengue, que puede con todo hasta en años de tripletes del rival, basta con mirar la tele, sólo salen Florentino y Belén Esteban. De los diabéticos, mejor ni hablar. Desde el año 94 no se enfrenta el Cádiz al Betis en Segunda, la temporada del desastre amarillo y del ascenso verdiblanco a Primera. Esa misma temporada, el otro Submarino, el Villarreal, lo pasaba fatal en las últimas posiciones de la tabla. Hoy viaja a Europa con todos los gastos pagados y, para colmo, la tierra castellonense da empleo a miles de gaditanos. Oh, mercy. Ya tenemos dos equipos de Segunda para el Trofeo, a ver quién invita al Xerez. Y dale con el Xerez. Habrá que hacerle el pasillo. Hala, a comerse la boca, como cartageneros y cadistas, campeones por nones, la reivindicación de un colchonero amarillo, Rubiato, la evidencia de que Caballero y Fran pueden jugar juntos, la Gracia en forma de entrenador serio y formal. En cambio, no valen formulismos, ni frases hechas, ni axiomas en el fútbol. Calderón, a quien vituperaron el año de Baldasano y cía, salva al Huesca sin problemas, y sin trampas, no como el Osasuna o el Sporting, beneficiados por rivales sin ganas de ganar y trencillas de última hora. Ay, Lopera, con lo que hizo Lopera por el Cádiz ... y ahora nos vemos en las mismas. Aprendiendo lecciones, que es gerundio.
Más vueltas de la vida. Hace veinticinco años, cuando Mágico González pegó la espantá y dio nones el Barsa, a ver quién tiene cohone de decir "no" al Barsa momentos antes de partir el vuelo hacia los Usa, el Cádiz de los hermanos Mejías se fue a pique, pero sólo tardó unos meses en retornar a Primera, paseo triunfal ante clubes que años después han caído en desgracia o similar: Logroñés, el mismo Cartagena, Calvo Sotelo, Granada, Sabadell, Oviedo y Lorca. Ese año, tras perder en Cartagena, el Cádiz pasó catorce jornadas sin conocer la derrota. En las últimas jornadas, ya en Primera, el Cádiz buscaba sustituto para Benito Joanet. El elegido, el levantino Paquito, hoy curiosamente en el organigrama del Villarreal, acudió varias tardes a Carranza disfrazado, con gabardina, gorra y barba canosa. Luego llegó la conquista de Primera, los años más felices del cadismo. Los milagros, la marcha de Mágico a Valladolid, la mejor temporada de la historia firmada por Espárrago. Veinte años atrás, las vueltas de la vida.
Hoy, la memoria selectiva se acuerda de Lobos y Pavoni, de los héroes de Chapín y de los villanos de Nunca Jamás.
Estos días, la gente pide granizadas a granel, los que fueron a Irún jamás olvidarán la granizada de limón y los siete barriles de cerveza que alguien olvidó en plena calle y que fueron desgustados con sumo gusto en un periquete.Pa granizada, la que cayó más de veinte años atrás en Santander. Arbitraba Guruceta, y el Cádiz recibió tres goles en un cuarto de hora.
Ni que decir tiene que el hospital de Zamacola ha decidido con enorme acierto crear la unidad de enfermedades raras. En el sitio y en el momento preciso. No habrá camas libres ni en verano, oiga. Cadistas, capillitas, carnavaleros ... La enfermedad más rara, sin duda, la amarilla. Bendito cadismo, digno de todo un estudio sociológico. Más submarino que nunca, memoria de plastilina, corazón de hierro forjado, el Cádiz retorna a ninguna parte. Tres ascensos, dos descensos, no hay respiro. Si el tiempo pone a cada uno en su lugar, ¿cuál es el lugar del Submarino? Qué sabe nadie.

Junio 09, Deportes, Diario de Cádiz

lunes, 25 de mayo de 2009

Ya somos de segunda

Observen al baranda de los Usa festejando el ascenso del Submarino a Segunda A, la gente se ha vuelto loca, la tele también, todo parece amarillo, el color que da suerte y sentido en Cádiz, el sol de un gol, un gol de Toedtli bastó, el gol que cogió Washy a los diez minutos del partido de ida, la cámara de Washy le cogió las vueltas al cabezazo inesperado, en jugada de tiralíneas. Un cántico ahogado, un grito de gol por anticipado, la emoción de un instante y la alegría común, más quisieran los mandamases de este mundo pequeño ostentar el poder de una afición amarilla, submarina es. En youtube se encuentra el vídeo de Washy, aquí somos tan torpes que se escacharra el vídeo. Ese gol devuelve al Cádiz al lugar que le corresponde, de momento. Nunca debimos cruzar el Guadalete. Al estribillo del cuarteto de los Rolling Estones, semana santa, fútbol y rocanrol. Carnaval eterno en Cádiz, la ciudad que sonríe al olvido. Ahora invocan al cielo, a la Primera, somos de Primera, un estadio de Primera, una afición de Primera Clase, un poquito de humildad y paciencia ... somos de Segunda, por fin, pero tanta manifestación amarilla, baños multitudinarios y paseos en carroza suena a fuegos de artificio, no en vano venimos de Primera, tres años y pico atrás, tres mil años y pico por delante y por detrás, así que los rollazos mediáticos mejor se los dejamos a Obama, amarillo es !!

viernes, 22 de mayo de 2009

Bulerías de Irún

Elija un titular para la semana de pasión en amarillo. Buscando un cuelo en Irún. El porvenir no se sortea. Revienta la reventa en Irún. Tamborrada hacia Segunda. Gerundios para ir jorobando al prójimo. Tres días despejando a córner. Se rifan guantás en Donostia. A cabezazo limpio. Se venden entradas por detrás (criminales). Miedo a perder. Nada que celebrar. El Cádiz tiene un "poblema".
El Cádiz tiene un "poblema": la clasificación de Segunda A. Por hache o por be, nadie quiere ver la tabla de Segunda A. Si acaso, la ve al revés, con tal de no toparse con la cruda y cruel realidad. Vidas agridulces sin fin. Nadie hablar del Jeré, y mucho menos del Xerez. Ponga una equis en el stadium del Gal, ná que ver con Vera y Barrionuevo. Hablamos del Xerez, que va como un tiro desde que su presidente ordenó ensayar el tiro a puerta y dio ejemplo contra un puticlú (perdón local nocturno). Que se pare el tiempo, desearía el cadista forofo en un giro malicioso del destino. "Una humillación". "Tol año aguantando el tirón". "Lo peor que nos podría pasar". Algún que otro directivo, periodista o fuerza viva de Cádiz, si es que en Cádiz aún quedan fuerzas y además vivas, habla por bajini del disgusto por llegar, algo que nadie quiere mentar con todas las palabras. "Calla, niño, que el año que viene veremos perder al Jeré 0-5 contra el Barsa, ¡el año que viene iremos a ver al Barsa a Jeré!", sube la voz, y luego se desgañita un incondicional del Submarino en cierta pizzería del Paseo Marítimo. Horas antes de la sesión de patás y tente tieso en Carranza, el personal piensa en amarillo, se retrata en amarillo, se pone amarilla de birras, se solidariza con los músicos para que cese la ley del silencio en los bares, un cantautor entona la plegaria del toquetazo vestido de amarillo, se juntan trovadores y raperos, padres de familia y niños malos. Malo será. Cuidado, hay gente que quiera que suba el Xerez. Los hosteleros de ida y vuelta, algunos chóferes de autobuses verdes y amarillos, los contrabandistas de ilusiones y los traidores con piel de cordero. Y los que ná se juegan en el envite. Está la cosa tan malita que hay hosteleros del Cádiz hasta la médula y del Xerez en la de Ubrique, por no hablar del turista derrotista de cruceros, que se encajará en Jeré ná más bajarse del barco. Hay gente que sigue tocando madera. Gerundios para jorobar al prójimo. Un destacado cadista, que además trabaja en el club, apunta desde el anonimato que el éxito del equipo vecino de color azulino restaría valor a la temporada cadista, que en el fondo ha constituido un trámite forzoso, año de transición, trabajo extra para paliar el fracaso de Alicante, turrón del duro. "Sería muy duro ver a los grandes en Chapín". Precisamente en Chapín, la playa del último ascenso, qué lejos queda el 2005. Premio al caballero. Dan lluvia en el norte. Visite el futuro piloto, tal día como pasado mañana subió el Cádiz a ninguna parte. Como ven, estos días en Cádiz no riman Xerez, ascenso y Primera. Ni por asomo. Dale la vuelta al Diario, trágate los cuplés del año pasado, conjuga el perdón, la humildad y la paciencia. Bulerías de Irún, alegrías de Cádiz.
Camino de Irún, buscando un cuelo al borde de la frontera, revienta la reventa, nadie sabe quién ejerce de Goliat y de David en la capital irundarra. Socio número Tropecientos vende gorrito de lana y regala entrada fetén pal stadium Gal, fila siete, al lado de Patxi Iriondo, muy cerquita de Iñaki Alonso, que tiene un "poblema" muy gordo.
Todo el año esperando nada, persiguiendo fantasmas, borrando sombras, y en una décima de segundo, como cantaba Antonio Vega, se despacha la cosa a la altura del corazón sincopado. Tanta expectación pa que el socio número Equis anuncie que no puede ir a Irún, que no se siente mu católico, que tire de la cadena y regale la entrada. Al tiempo, en Teleteo, erre que erre, los rótulos vuelven a jugar una mala pasada e informan sobre el Real de Unión de Irán. Y dale con Irán. Los que irán a Irún te saludan. Partido de alto riesgo nuclear, el planeta fútbol en juego, la leche en vinagre, al garete las guerras carlistas, visite la ermita y el museo romano, póngase tibio en los asadores, en Irún también son de comer y de beber, y no veas el porculo que dan con los tambores en los Sanmarciales, las fiestas de San Pedro y San Marcial, cuyo momento álgido, decibélico y simbólico se sitúa los 30 de junio con los Alardes de San Marcial. Añadir a los Alardes de Iñaki Alonso, y a irundarras célebres como el periodista Jon Sistiaga, el cantante Luis Mariano, el investigador Ramón Iribarren, la jartible Amaia Montero (ex cantante de la Oreja de Bangkok) o los hermanos Muguruza, fundadores de Kortatu o Negu Gorriak, rock radical vasco. Sin olvidar a López Ufarte, Irureta o Patricio Arabolaza, el primer goleador de la selección española.
Los que vayan a Irún podrán conocer los restos romanos de la Bella Easo, grandes magdalenas, y porfiar con los orígenes de San Sebastián como hacen los arqueólogos aquí a cuenta de los fenicios, que si se asentaron a la vera del Aguapá, que si Teófila es más antigua que el reconstruido casco urbano de Irún, devastado por un incendio durante la Guerra Civil. De política, ni hablar. De turismo, perfecto. Si allí tienen Fuenterrabía y Oyarzun, Hondarrubia y Hendaya, en los límites del bien y del mal, acá doña Teo tiene Vistahermosa junto a Fuentebravía, a la orilla del mar, enclave pionero del turismo en la Bahía gaditana precisamente por mor del influjo de los habitantes y visitantes norteños. Si en Irún no saben a ciencia cierta quiénes fueron sus primeros habitantes, en Cádiz los indiana jones se hacen tirabuzones con las factorías de salazones.
En Irún mandan los socialistas, hay wifi, y perfilan un plan de calidad de servicios encuestando a los ciudadanos por teléfono en torno al tráfico y a los aparcamientos. Aquí ya veremos en el Trece, de momento los políticos practican el mismo estilo de juego que el Real Unión de Irún: marrullero. Pero sus ilustrísimas Teófila Martínez y González Cabañas, demuestran saber de fútbol. ¿Que no? Ella, que lo impulsa todo, ofreció la otra noche la crónica perfecta del choque de ida. "No se ha visto fútbol". "En Irún hay que jugar por abajo". Y él, otro que quiere que suba el Jerez porque no tiene más nones que decirlo, se irá para Irún, donde no cree que el Cádiz reciba cinco porque "no somos el Madrid". Siempre nos quedará Irún. Y Raúl López, el superviviente, cadista de Jerez, santo y seña de ascensos, fatiguitas y pundonores. "Esperemos que sea un esguince", soltaba el lateral a la salida de Carranza. Igualito que los famosos de la Isla de los Carajotes, donde cogen la baja por un torcedura de ná.
Otro superviviente de los buenos, historia viva del cadismo entre siglo y siglo, celebró ayer sus bodas de oro. Adolfo Bolea y Lucía Lafont Barbudo se casaron en Cádiz hace cincuenta años. Y el ex futbolista catalán se siente gaditano desde hace 53 tacos, según confiesa el fino interior que sabía jugar a favor del viento de Levante.
Un gol en el Gal. En Irún han colgado el cartel de "No hay billetes". En Cádiz tampoco hay billetes, viva la economía submarina.

Mayo 09, Deportes, Diario de Cádiz

viernes, 15 de mayo de 2009

Nacidos para sufrir

"¡Ahí va la hostia pues!". Los vascos siempre contaron con mucho predicamento en Cádiz, por mor del fútbol, los astilleros, la maldita guerra ... El Submarino, antes de surcar la profundidad de los mares en su condición de equipo ascensor, se midió con recios conjuntos de altos hornos y juego directo, el Norte y el Sur en la promoción de la vida. Éibar, Sestao y Baracaldo, por este orden. Camisetas de rayas, campo enfangado, aficiones nobles y emoción a raudales. A continuación, una de casualidades y otra de suspense, varias historias en una. La eliminatoria contra el Real Unión invita a soñar y a intercambiar cábalas.
El Baracaldo, único equipo que en la presente temporada ha ganado dos veces al Real Unión de Irún, cerró la trilogía vasca en 1976, ante un Cádiz nacido para escalar a Primera y que estuvo a punto de descender al infierno, una historia repetida. Una de las mejores plantillas de la historia que, al año siguiente, con algún retoque, consumó su ascenso a la gloria. Pero antes pasó fatiguitas. Vicente Alonso, el presidente de entonces, solicitó al concluir la Liga a Luis Escarti que se hiciera cargo del plantel con vistas a la promoción. Para que salvase el cuello al club amarillo. "Un marrón", confiesa. Marrón al cuadrado, por Escarti nació en Baracaldo. Miembro de una extensa familia de ocho hermanos, conoce de primera mano las vueltas de la vida. Cuando quedó viuda, a los 44 años, su madre tuvo que retornar a la Fábrica de Tabacos, de la que salió vía excedencia para formar la familia en el País Vasco. Así que los Escarti, unos nacidos en el Sur y otros en el Norte, se reparten por ambos costados de la Piel de Toro, como el corazón de una madre.
Cuando el azar, y el destino del balón redondo, unió a Baracaldo y Cádiz en la promoción decisiva, el diario El Correo Vasco tituló: "Un baracaldés a cargo del Cádiz", y la gente más fanática no ahorró adjetivos chungos dedicados a Escarti, "desde moro hasta renegado", pasando por algún que otro recuerdo a su madre. El joven Luis Escarti, avezado entrenador de urgencias con veintitantos años pero ya amplia experiencia en el club, donde hoy vuelve a liderar la cantera, se enfrentaba a su reto más complicado. "Él, que a los seis años acudía por la mañana al estadio de Lasesarre y por la tarde a San Mamés", para ver al Baracaldo y al Athletic, respectivamente, se disponía a hundir en la miseria a su pueblo natal, por así decirlo.
Años después, politiqueo al margen, Escarti recuerda que el Athletic de Bilbao "era el equipo de los españoles", cuando los españoles aún no se dividían en blancos o culés, ni en rojos o azules, ni en listos o tontos. Curiosamente, sin democracia en libertad condicional, en plena dictadura, el país se llenaba de peñas bilbáinas, en Cádiz gustaba mucho el Athletic. Escarti recuerda con tristeza el abucheo general en la final de Copa de anteayer. "Hoy hay mucho miedo, mucho odio, rencores que en el fútbol nunca habían entrado. Es como si nos ponemos a silbar el himno francés o inglés en un partido de selecciones. No hay respeto". Lo que hay, asimismo, es una censura considerable y un ruido de fondo curioso.
Curiosamente, el Real Unión, que militó en Primera División antes de la Guerra, disputó su último partido en casa, en el año 32, ante el Real Madrid, a quien dejó fuera de la Copa meses atrás, en heroicos partidos aparentemente desiguales. "También el Ejido eliminó a Español y Villarreal. El Real Unión cogió fama por sus partidos ante el Madrid, pero no era el potente Madrid de los últimos meses. El Cádiz era el rival más temible en el bombo, por su afición, por la gran campaña que llevamos. El ambiente del domingo será espectacular ..." Escarti sueña en voz alta y se acuerda hasta de la Virgen del Rosario. "Hay que ascender como sea, aunque sea en el último minuto ..." Luis frena en seco, iba a decir de penalti, pero rectifica en su fuero interno, más vale no recordar la pena máxima, la máxima pena de Alicante. "Nos vio bajar, de aquella manera, toda España, pues habían terminado todas las competiciones e incluso todos los partidos de la jornada final de Segunda. Minuto 96, tiro al palo, al cuerpo del portero y fuera, por Dios ..."
El Baracaldo del 76 "tenía un equipazo", y recibía a sus adversarios "en un campo parecido al antiguo Marqués de Varela, con el público pegado y un ambiente de categoría", rememora Escarti como si fuera ayer. Lecciones que imparte el fútbol para quienes quieran asumirlas. El Cádiz venció en la ida con holgura, tres a cero, goles de Villalba, Carvallo y Quetglás, y se las prometía felices. "Pero lo pasamos fatal en Lasesarre". El Cádiz perdió 3-2 y salió airoso del trance, pero sus jugadores aún están despejando de cabeza la retahíla de centros y saques de esquina que encadenaron los vascos, que son insistentes e inasequibles al desaliento en todos los órdenes de la vida. Cuentan las crónicas que Escarti, en los momentos críticos del choque de vuelta, dejó el banquillo y se puso a rezar. "Es cierto, me puse a rezar". Y agrega que "Bocoya realizó un partidazo, todo resultó complicado desde el jueves, pues recibimos una carta comunicando el castigo a Ortega y para colmo, en Bilbao, se lesionó Mané". "Yo pensé: como perdamos la promoción, con tres a cero en la ida y para colmo habiendo nacido en Baracaldo, me tengo qiue ir de Cádiz", ironiza ahora. Aquella plantilla ofrecía, además, otros nombres vascos como Cenitagoya y Urruchurtu, amén del gran Ricardo Ibáñez, "uno de los mejores futbolistas de la historia del club", rubrica Escarti. Sin obviar al chileno Carvallo, acaso el más brillante de todos. "Como jugador y como persona. Mágico fue muy grande como jugador, pero también un desastre como persona. Aún recuerdo cuando vino la Fiorentina a por él y se perdió cuatro días, o cuando se rajó de la gira del Barcelona ..." Las cosas del Mago. Carvallo era diferente a todos, como el actual director deportivo del Real Unión, López Ufarte, o el legendario ariete del Éibar que se enfrentó ante el Cádiz, José Eulogio Gárate, que luego triunfó en el Atlético de Madrid y en la selección hispana. Escarti era un niño por entonces. Y en los tiempos de la promoción contra el Sestao ya dirigía el Cádiz juvenil. Este vasco-andaluz puede ronear de haber participado en épocas tan dispares como apasionantes junto a Márquez Veiga, Alonso, De Diego, Irigoyen y Muñoz. Y de haber trabajado en el Cádiz junto a Balmanya, Arza, Barinaga, Olsen, Mateos, Moreno y Milosevic. Los recita de carrerilla. Hoy, curtido por mil batallas, advierte que "hay que tener cuidado, y no confiarse ni con un tres-cero en la ida". La vida, a dos partidos. Confianza ciega en los suyos. El fútbol, ya se sabe, es un estado de ánimo. Y la suerte, un tiro al aire. Muñoz sacó la bola amarilla, Iniesta marcó y enarboló la amarilla, al Barcelona le atrasaron el alirón con otra camisola amarilla, y la fiebre suele ser amarilla.
Posdata para agoreros y acojonados: el Real Unión no posee misiles nucleares, ni fabrica armas químicas. Si leyó en los letreros de Onda Cádiz que el Cádiz se enfrentará al Real Unión de Irán, no tema, fue un error, como lo del himno en la final de Copa.

Mayo 09, Deportes, Diario de Cádiz

viernes, 24 de abril de 2009

Músicas de gol en el juicio final

Ahora que todo llega a su fin, que el fin justifica los medios de locomoción y que los locos locutores anónimos expresan sus sentimientos a viva voz, la voz del jugador número doce, como se llamaba antes a la incondicional afición futbolera, se alza sobre palabras huecas, dineritos frescos, emociones dispares, agoreros impertinentes y luces de neón. Llegó la hora de la verdad, la autoridad olvidó el medio día del club, salió el sol en pos de tres puntos de oro y el elegido para la gloria fue el Submarino, ¡amarillo es!, a quien sólo le restan unas aceitunas con hueso para rematar la faena antes del juicio final. La marsellesa suena de categoría en boca del fiel público del Fondo Sur, en el fondo del sur late un corazón más grande que la bandera de Che Guevara, que está hecha de piedra ostionera, casi veinticinco años ondeando al viento cadista en el rincón más amarillo del planeta. Si un partido decisivo en Carranza supone una experiencia cuasi religiosa, desde el núcleo de impenitentes y orgullosos brigadistas, infiltrado en las entrañas de la incansable hinchada las cosas se ven de otro modo. Con permiso del banderón, claro, pantallazo total cuando el Cádiz ataca y miles de pulgadas de pasión cuando el enemigo acecha. Panorámica pa sufirir en condiciones.
Como el fútbol constituye un estado de ánimo y la música es capaz y capataz de alterar hasta el humor propio del aficionado y del pelotero, arriba y abajo de la escena definitiva del domingo por la tarde, los chavales ejercitan la garganta a pleno pulmón y emplean cada cántico en el momento preciso del choque, con tal de acojonar al adversario. Se llenan la boca ahora unos y otros de piropos a la afición, tras sacarle las pestañas y someterla a un par de años para olvidar. Desde el fondo del sur del sur, uno siente que el publiquito de tribuna ha acudido a un espectáculo versallesco y horizontal, y sólo murmura cuando hay que murmurar. La alta preferencia se deja llevar por los caprichos del viento y los fondos, en el fondo, actúan e interactúan a su antojo, sobre todo al sur del sur. "¡Que contesten!", arengan los brigadistas a sus prójimos de Carranza, y no es que la gente conteste mucho. Si acaso, el Norte mira al Sur y a veces los extremos se tocan, quizá porque su punto de vista sea vertical, viva el fútbol vertical y los ritmos mundiales adaptados a la idiosincrasia gaditana.
A lo largo de la azarosa historia del Cádiz, el jugador número doce ha anotado dos goles, en este caso justamente anulados por el trencilla de turno. Se cumplen noventa años del primer gol espontáneo de la historia amarilla. El club todavía funcionaba como Español de Cádiz, más vale no moldear demasiado la historia porque se convierte en plastilina y las cuentas no cuadran, cien años ni de coña. Así que el 26 de enero de 1919, en el Campo de Tiro Nacional, un tipo saltó al campo y chutó a puerta para quebrar el uno a uno que imperaba en el marcador. En 1926, en el campo de Ana de Viya, precisamente ante el mismo rival, el Betis, otro espectador ingresó en la cancha justo cuando una jugada amarilla iba a concluir en gol y empujó la pelota hacia las mallas, jorobando la jugada del equipo local. Calculen la cantidad de cosquis recibidos por los espontáneos, hinchas demasiado activos. Hoy en día, la afición no marca, pero empuja.
Puro contraste en la grada. La gente padece la igualdad del juego y la estrechez del resultado, la gente suspira, grita, se estremece, pone en solfa al destino configurado por algún sieso manío, habla sola y a la postre, celebra la ceremonia de la confusión. Con un ojito al marcador, por si marca el Alavés. El menda del marcador trabaja menos que el recordado encargado del marcador simultáneo dardo, que daba todos los resultados de la jornada con misterio incluido. Hoy apenas ofrecen los cambios de humor de los encuentros de Segunda y Primera, pero el público más entregado y audaz conoce todos los movimientos del balón interplanetario. Cuando marca el Alavés corre un rumor por el estadio, y cuando el Xerez da la vuelta al partido, silencio seguido de comentarios aviesos. "Vamos a concentrarnos en los nuestro". "Sí, pero que marque el Alavés". Alabimbombá. En el corazón de la grada amarilla no se puede esconder el sentimiento, la paradoja, la humillación del futuro no deseado, al enemigo ni agua, todas las ideas de hermanamiento y buenos deseos se quedan en teorías cuando el marcador simultáneo ríe o llora, qué le vamos a hacer, el Xerez va como un tiro, por la gloria de Antoñito el Repeinao, y el Cádiz va camino de comprobar en sus carnes que las alegrías con vino de Jeré son menos, o algo así, y que se aprende una jartá de los triunfos agridulces. Quienes asisten al partido sin querer mirar al vecino, cuando llegan a casa se llevan el disgusto. De camino, junto a la gasolinera de marras, un cartelito significativo de la presunta crisis: "Compro oro".Tres puntos de oro.
La mejor afición del mundo aparte barrunta lo mejor. A lo largo del partido, que dura mil horas por lo menos, la gente del sur del sur se debate entre "uys" ajenos, de primeras, hasta la agonía final. Suspiran por la salud de Toetdli, que tiene nombre de desayuno reconstituyente en la fase de ascenso. Para subir hay que bajar. Cosquilleos, críticas por lo bajini, admiración por todo lo alto, centrales de categoría, Raúl a la selección (López, por supuesto), primeros piropos para el pundonor de Erice, camisetas para todos en el descanso, mesa de firmas para exigir música en directo en los bares, contra la ley del silencio, y venta de fanzines cadistas. Washy luce una camiseta de Cai, rock y fútbol en perfecta comunión. Y de vuelta al sufrimiento, los brigadistas no cesan en su empeño, pero no hay manera de que se produzca la explosión amarilla en todo el estadio, el marcador no es simultáneo, el marcador cambia de humor como el esquizofútbol, las alegrías de Cádiz, las bulerías de Jerez con equis. "¡Y el plus pal salón!", exclama alguien en la grada mientras suenan ecos de Chapín, junio del 2005, parece que fue ayer.

Abril 09, Deportes, Diario de Cádiz

jueves, 2 de abril de 2009

Submarino rico, pobre submarino

En el país de los submarinos, la cosa está muy mal. Juguemos al juego de las diferencias entre los submarinos más ultramarinos del país de Nunca Jamás. Uno va como un tiro, no confundir con el club de Harry el Sucio, y el otro suspira por la Liga de los Fenicios. El Submarino levantino come champiñones, se codea con los punteros, va camino de conviertirse en ricachón pese a contar con la población de Puerto Real, pero se comporta de modo solidario, compromiso social que algunos sospechan contiene gato encerrado. El otro Submarino lidera el torneo de los anhelantes, en busca del tiempo perdido, en la tierra del chapú, se abandona a la suerte del 69 y debe hasta de callarse, maldita sea la humildad y exigencia que pide el míster con menos Gracia del planeta fútbol. El Submarino de Villarreal, cuyo Carnaval de Cádiz tampoco tiene rival, toma medidas contra la crisis: el año que viene los socios parados renovarán su abono gratis total. El presidente Roig creará un fondo común compensatorio: empleados, jugadores, directivos y patrocinadores arrimarán el hombro para cubrir los huecos que deje la congelación de precios y las "becas" para desempleados. Pan y circo, será que el fútbol se ha convertido en primera necesidad en el país de los submarinos.
Mientras doña Teo aspira a presidir la Liga Fantástica de los Fenicios, el fenicio presidente cadista se piensa el segundo medio día del club, no bastó con el sablazo de los abonos antes de que la presunta crisis cayese a plomo sobre el nuevo rico mundo llorón. Los Mustang entonan el Submarino Amarillo de los Beatles, cuarenta años después, y renace Matigol, el pelotero chileno que estuvo a punto de recalar en Cádiz cuando despuntaba no más. Cuatro submarinos en la seleccion española, campeona de Europa, cuya última derrota ocurrió, cómo no, en Cádiz, cero a uno contra Rumanía, gol de Marica, ejem, ejem ...
Abre en Cádiz un bar, el hermanito pequeño del bar Gol, bajo el nombre de Submarino Amarillo. El de Villarreal, regido por el apellido Roig que también suena a Mercadona, cuando la bolsa sona no exploten a los trabajadores de Mercadona, afloja la manteca con mayor facilidad que su homólogo gaditano, claro está, pero desenfunda con menos arte que Antoñito el Repeinao, el chófer del presi del Xerez. Sigamos con el juego de las diferencias. En Villarreal hay parné, cerámicas, calzado, fábricas de verdad y miles de gaditanos exiliados. En Cádiz hay un ruinazo considerable, más parados que en media Europa, un montón de sordos de Astilleros, y una directiva de la cofradía del puño. Así que menos lobos, Lucas Lobos. Total, aquí la gente traga con todo y el llenazo en la grada queda prácticamente garantizado, en Primera y en Segunda B, pero no conviene tensar mucho la cuerda, ehin? Aquí manda lo que Vera Luque define como el triángulo mágico del chovinismo.
En otros rincones del país de los submarinos en apuros se estilan estrategias novedosas para captar clientes o no perder socios, la crisis del fútbol se antoja paralela al ladrillazo en desgracia, el dinerito moreno, los ejecutivos con escasos escrúpulos y el blanqueo de capitales de provincia. Por ejemplo, un posible adversario del Cádiz en la fase decisiva de la temporada, el Leganés, ha puesto en marcha una oferta especial ,un 2 por 1 a veinticinco euros, como el Mercadona de la chirigota del Sheriff, que iba al 3 por 4, que traducido resulta Doce, oh, el Doce, todo Cádiz está ya listo para el Doce, aro, aro. A ver si el Mercadona financia la nueva fase de las obras, porque a este paso no hay cohone de tirar la Tribuna ...
Otro que tal baila la crisis del parné mentiroso y la edad que no perdona es Etxeberría, el extremo bilbaíno, que se ha postulado para jugar el año que viene gratis total en el Athletic de sus amores. En Cádiz a este tipo de personas se les llama cariñosamente carajotes, pudiendo coger una buena prejubilación y hartarse de mercadillos del Doce de aquí a la eternidad, sin dar un palo al water, ya está aquí la Liga de los Fenicios pa sacarnos a todos de quicio.
Aguardan al Cádiz dos platos de ali-oli: dos soles para hacer goles, el Écija y el Marbella, sartén de Andalucía y costa del sol a tutiplén, antes del rubicón postrero ante Ejido y Jaén. Y los chavales del Villarreal B, a la vuelta de la esquina, a ver si los Roig se dejan caer y presentan de una vez la promoción definitiva del Mercadona: carrito de la compra gratis para todos los parados de Cádiz. ¿Que no? Otra solución estribaría, no en encabronarse demasiado sino en empadrnarse del tirón en Villarreal, de forma masiva, y asistir a la Liga de Campeones por la misma cara. Cuidado con las ideas, Roig ...
En El Puerto, por ejemplo, lo que trinquen los malandrines de Puerto Churri por la presunta Copa Davis se destinará a salvar al Portuense. Pan y circo.
Culaquier parecido con la realidad, mera coincidencia.

Abril 09, Deportes, Diario de Cádiz

jueves, 26 de marzo de 2009

Buscando un cuelo


El Xerez va como un tiro, pa que aprenda el Submarino Amarillo, que debe ensayar con más intensidad el disparo a puerta, observen la puntería del presidente del Xerez.
Todavía hay clases. Caniches en Tribuna, gente sin pedigrí en el Fondo de la picaresca amarilla. Se está perdiendo tó, hasta los trucos del almendruco para buscar un cuelo en Carranza. Ahora basta con tener amigos. Antes se jugaba uno la vida o practicaba el "cueling" con todo el arte del mundo. Hoy, por mor de los tornos, los carnés plastificados, la huella digital y la profesionalidad de porteros y guardias de turno, imposible entrar por la misma cara, salvo que seas vip guay o colega de alguien con mucha mano. Pero el caniche blanco del sábado pasado, amén de demostrar que el personal está canino y que algunas van al estadio con poses de Victoria Beckham de la Bahía, abre una puerta a la esperanza. Abre la puerta, niña, que entre la corriente.
Siempre hubo clases. En tiempos no demasiado pretéritos, el Cádiz repartía localidades entre la gente importante y mantenía a raya a quienes pasaban fatiguitas, aun dejando ciertos resquicios para el cuelo. Los pases de favor, inventados para comprar silencios, pagar cuentas pendientes, rendir tributo al personal más peligroso de la ciudad o devolver favores, nunca pugnaron en igualdad de condiciones con el cuelo. Ya crecieron los niños que cruzaban la puerta J de Preferencia infiltrados en equipos de barrio, las montaneras que se formaban a menos cuarto, los "rempujones" al grito de ¡invasión!, la falsificación como modo de vida, la señal del portero justo a tiempo para trincar los cables, echárselos al hombro y poner cara de currelante, o la cuerda. Ay, la cuerda que subía y bajaba, como el mismísimo Submarino, y alzaba de forma cuasi milagrosa a los reyes del equilibrismo.
Así en Carranza como en el Falla, el cuelo no tiene rival. Entre los veteranos nadie olvida al médico gaditano que se adentraba en los foros más inhóspitos de la manera más sencilla, descarada y efectiva. "Usted no sabe quién soy yo", frase mágica y casi infalible, que lo mismo servía para una semifinal del concurso que para un Trofeo de campanillas. Bastaba con poner cara de fiscal, lucir hechuras de cobrador del frac, guiñar el ojo al destino inmediato y saber esperar. Y caminar con paso firme, sin mirar a derecha e izquierda, como el célebre chico del hielo, que cada domingo portaba una enorme barra de hielo y entraba en Carranza con cara de prisa, que voy, que voy, ya estamos dentro, no falla. Trompetistas de la banda de música, presuntos directivos visitantes con más rostro que espalda, alpinistas del mundo moderno: la memoria deja casos impresionantes. Las torretas de Carranza presenciaron escaladas monumentales, mejor olvidar trágicos accidentes, había cuerdas por todas partes, y escalones invisibles hacia el cielo, y ventanas con dirección gol, rendijas que permitían colarse hasta el mismo cuarto-baño, un salto de dos metros y viva el Cádiz.
Hubo un tiempo en que los costados del estadio invitaban al cuelo masivo, aun con riesgo a perder la vida. En ambos fondos, junto al marcador simultáneo dardo, en Preferencia, y daba mucho coraje llegar al final de la escalada y ser trincado por el pescuezo por el guardia de marras. Pero "lo" de las torretas se antojaba demasiado peligroso. Partidos en el aire, pies de vértigo, la valentía en do mayor, héroes de lunes en el colegio, padres de familia entre el cielo y el suelo, montañas de niños, amigos para siempre. Hoy hay que tener amigos.
A continuación, hecho verídico de los tiempos en que no había móviles, ni internet, ni rotondas, y doña Teo aún no había soterrado el tren del gol y los malandrines aún no habían retirado el peaje del puente. A pique de un repique, casi a la hora hache, nuestro hombre se acerca a la puerta elegida, donde un portero un poco desnortado lo recibe con cara de domingo en adobo, hola, qué hay, resulta que no tengo entrada, claro, pero debo entrar un momentito, sólo un momentito, para dar un recado muy urgente a mi cuñado, en casa ha ocurrido algo muy grave y tengo que buscarlo como sea, haga usted el favor, no le engaño, ¿cómo le voy a engañar?, por mi madre que estoy aquí en cinco minutos ... mil gracias, no sé cómo agradecerlo ... el gachó ya está dentro. Tras un breve titubeo para tantear la situación, nuestro hombre vuelve a salir por otra puerta, una puerta distante para evitar mosqueos, y reclama a su portero que le entregue un tiquet o algo, un comprobante, pues debe salir un momentito, es sólo un momentito, para realizar un gestión urgente de carácter familiar y en unos minutos vuelve, sin más problemas, gracias, usted. El nota ya cuenta en su poder con la contraseña, da una vuelta a la redonda, entra por otra puerta y, ni corto ni perezoso, pues ya salen los equipos al césped, sale por la primera puerta de marras, donde el portero parece ya un poco escamado, y cumple con su promesa, gracias, buen hombre, ya encontré a mi cuñado, que ha salido corriendo para la casa, muchas gracias por todo, y sin más contemplaciones el tío busca otra puerta y ya está dentro, íííííínnnn. El trabajito que cuesta burlar a la autoridad. Eran otros tiempos, claro, ahora más bien la autoridad se burla del consumidor. Ejem.

Marzo 09, Deportes, Diario de Cádiz