viernes, 31 de julio de 2009

Sergio Monroy, las aventuras de un chicuco gaditano por el mundo

Una noche, en el corazón de Nueva York, tras una actuación enmarcada en el "Chicuco Tour", a Sergio Monroy se le acercó el saxofonista, compositor y arreglista Tim Ries, director de la sección de vientos de los Rolling Stones, y lo invitó a Filadelfia. Dicho y hecho. El pianista gaditano y su troupe aceptaron el desafío y enfilaron en su furgoneta hacia el siguiente destino de su gira americana. Monroy y su cuarteto dieron la campanada en Filadelfia, lo mismo que a lo largo y ancho de su periplo, las aventuras de un chicuco por el mundo antes de presentar su nuevo disco en su Cádiz natal. Sergio trae historias para contar e ideas sugerentes para tocar. En México, un prestigioso crítico denominó al artista como "una joven leyenda del flamenco", curioso contraste, todo un piropo para el músico que ya protagoniza el relevo generacional a medio camino entre la música de su tierra, el jazz y los ritmos globales. Música abierta al mundo en constante ebullición. Un proyecto arriesgado que no casa con la rigidez de los talibanes del flamenco y del jazz, que haberlos haylos, y sin embargo emparenta con la tolerancia, la creatividad y la amplitud de miras. Esta noche en en el Castillo de Santa Catalina, el reecuentro de Monroy con su padre el chicuco, el célebre dueño de la taberna del Ocho, entre las calles Hércules y Navas, y con los recuerdos ultramarinos, tributo a los ausentes y cariño a los queridos y por querer.
Sergio Monroy, que en septiembre participará como ponente en un seminario de piano flamenco en La Merced, y en octubre retomará su gira mexicana tras los sonados triunfos allende los mares, viene con septeto, y con muchos kilómetros recorridos. Ha aparecido en destacados programas radiofónicos y televisivos de México, ante millones de espectadores, y cosechado críticas elogiosas en prestigiosos medios estadounidenses. Sergio cree que el público americano ha entendido su música con más claridad y menos prejuicios que ciertos sectores de su tierra. Con otra mentalidad. La suerte de fusión a la que el pianista consagra su actual estado artístico ha encantado en los Estados Unidos, pese a que Monroy no pertenece a ningún bando: no es flamenco, ni jazzista, pero juega con ambos lenguajes con magia y precisión. Respeta y se hace respetar, pero no encaja en etiquetas al uso. Quizá por ello ahora, tras sus aventuras americanas, crezca de otro modo en el sur del sur. Tal vez dentro de unos años, cuando gobierne medio mundo musical sin fronteras, como hace ahora su paisano Chano Domínguez, todos digan que estuvieron ahí, cuando se bautizó en la Lechera a la vera de Miguel Poveda o cuando se forjaba un nombre en la compañía de baile de María Serrano. Hoy por hoy, Sergio Monroy suena en norteamérica como abanderado del "new flamenco sound", como el citado Chano Domínguez, aunque ambos han seguido caminos opuestos: Sergio del flamenco al jazz y Chano del jazz y el rock al flamenco. Con la luz de Cádiz como eje central y faro de inspiración. El niño que debutó en el Mentidero dando en la tecla del arte accidental, vuelve de las Américas de hacer un mandao. Del Kentucky Center al Castillo de Santa Catalina.

Julio 09, Verano, Diario de Cádiz

jueves, 30 de julio de 2009

Alunizaje en defensa propia

¡A por ellos!
Yo veo bien los alunizajes como el de ayer en Madrid. Se llevaron tres bolsas en una sucursal de la misma entidad que ha concedido los préstamos a don Floretimo de la Estampita para tantos fichajes galácticos y luego cuentan la "pejeta" y niegan hasta el agua al resto de los mortales
La avaricia rompe el saco y la luna del banco. Vuelve Robin Hood. Total, por tres bolsas de ná. Además, la actividad fomentaría el uso, destrucción, compra y venta de coches. No lo desguace, que cuesta dinero: empótrelo contra sus usureros favoritos.

miércoles, 29 de julio de 2009

Bruce Springsteen en Sevilla: puro frenesí, pésimo sonido

Sevilla tiene un calor especial. Bruce ya lo ha sufrido en sus carnes, igual que las pésimas condiciones de sonido del estadio de La Cartuja. El Boss no sonó bien. De apoteosis, nada. Y del ramillete de clásicos, tampoco se supo demasiado. Springsteeen y su banda superaron con creces los requisitos técnicos, pero el concierto careció de matices, hubo canciones que se presentaron como un mazacote, la E Street Band apenas pudo lucirse, tan sólo el extraordinario Max Weinberg a la batería y el "hombre grande", Clarence Clemmons, dieron muestras inequívocas de su poderío. Miami Van Zandt se vio perjudicado por el escaso acierto de los técnicos de sonido y las características del recinto olímpìco, demasiado abierto, demasiado amplio para un concierto de rock & roll. Con todo, el Boss se marcó una noche trepidante, comunicó desde el inicio, salió airoso del trance con una exhibición de alta tensión dramática.
A Bruce nunca le gustaron los grandes estadios. Por mil motivos. A mediados de los años ochenta, coincidiendo con la explosión comercial de "Born in the Usa", tuvo que plegarse a las giras mastodónticas que pusieron en boga Madonna, Prince, Michael Jackson, los Genesis del funesto Phil Collins o la misma Tina Turner. Curiosamente, Bruce interpretó anteanoche cinco temas de dicho álbum, aunque no dejó caer el que le da título. Anunciaban una retahíla de composiciones míticas y no ocurrió tal cosa con exactitud. Aunque la banda ofreció numerosas piezas de su dilatada carrera, y en especial sus grandes éxitos para todos los públicos, convengamos en que sólo tocó una perla de sus dos primeros discos, la inesperada "E Street Shuffle"; sólo dos ejemplos de "Born to run", el homónimo y "She's the one"; otros dos de "Darkness on the edge of the town": "Badlands" y "Promise land", y las cinco referidas de "Born in the Usa", sin olvidar un par de referencias a "The river". Pasó por alto su Túnel del Amor y encandiló con "Johnny 99" de Nebraska. Hasta ahí los clásicos. Sonadas ausencias: "Thunder road", "Rosalita" y media docena más de títulos, a elegir según gustos personales. En cambio, Bruce sorprendió con "41 shots", tediosa versión editada en single una década atrás, y recuperó pasajes de su etapas gloriosas con "Quarter to three", "Seeds", "Youngstown" o "Twist and shout", que traducida resulta La Bamba o Like a Rolling Stone. Por cierto, en los bises Max, el mejor batería que he visto nunca, cedió los trastos a su hijo, que tampoco es manco !!
Comparando setlists, produce envidia el concierto anterior de Bilbao, donde tocó Thunder Road, Jungleland, Because the Night, Rosalita y The River.
El sonido mejoró en ciertos instantes de puro frenesí, pero no demasiado. Demasiado estadio. Imposible fijar detalles al piano, ni medir las melodías, ni acompañar las letras con precisión. La música fue lo de menos, como suele ocurrir en estos acontecimientos. Si las pantallas retransmitían en directo el concierto desde sus entrañas, de un modo brillante y admirable, la gente también montó su particular plató; fotos, videos, más fotos de grupo, saluda a la cámara, estuvimos aquí, y pese a ello Bruce consiguió concentrarse y dar lo mejor de sí mismo. Lástima que se perdieran en el limbo parte de la atmósfera y de los registros sonoros. A pocos pareció importar tal extremo, en plena fiesta de los sentidos. Gran morazo colectivo. A tres euros la cervecita, por cierto.
Bruce, pura energía, no concedió respiro, enlazó casi todos los temas al grito de "one, two, three", y quizá se echase en falta algún momento para tomar aliento con las baladas que tanto brillan en su repertorio. Tal vez se trate de la última oportunidad de ver al Bruce rockero con la majestuosa Banda de la Calle E, que no sonaron bien pero emocionaron al personal. El futuro del rock & roll se resiste a engrosar las filas del pasado. La crisis de los sesenta no pasa por Bruce, que provocó un benigno incendio en La Cartuja, a riesgo de parecer una parodia de sí mismo. Lo pasó en grande viendo disfrutar a la gente. Volcó su honestidad en tres horas memorables, renovó el mensaje de libertad, mantuvo en vilo a la gente, volvió a brillar su capacidad de envolver al público en su particular comunidad, pero no sonó bien. Ni mucho menos. La música se perdió por los contornos del estadio, no golpeaba en el estómago del oyente, nunca se paseó a sus anchas por el césped y las gradas, y aun así logró conectar el artista, un milagro contra la técnica. Encanto y desencanto a partes iguales. Bruce fue más grande que La Cartuja, pero las cosas como suenan.

martes, 28 de julio de 2009

Bruce invita a José Mercé

De Boss a Boss. El jefe del rock convida al jefe del flamenco. A ambos les une el apodo y el amor a la música enraizada en sus respectivas tierras. Si Springsteen embaucó a sus seguidores en Bilbao con un guiño musical a la tonada tradicional que camina desde Santurce a la capital vizcaína, malo será que no amague esta noche con unas bulerías al estilo New Jersey, en el estadio de La Cartuja de Sevilla, donde el mito del rock apura hoy el segundo escalón de su gira española. Para bulerías electrificadas, las de José Mercé. A Bruce Springsteen le gusta el estilo que se gasta José Soto Soto, el cantaor del barrio jerezano de Santiago que un día triunfó al adentrar su arte por los vericuetos del pop. Y José Mercé, en diversas entrevistas, no oculta su admiración por el Boss, no en vano dice mirarse en varios espejos, entre ellos los del rockero americano, así como los de John Lennon y Frank Sinatra.
Así las cosas, el autor de Born To Run ha cursado cuatro invitaciones de palco a José Mercé, a través de su representante. Al parecer, el artista yanqui se puso en contacto con el entorno de Mercé sobre la primavera, e hizo saber su intención de pasar el día de hoy con el cantaor flamenco, para quizá impregnarse de su esencia y conocer a fondo el arte gitano, que no le es indiferente desde que visita España. Nada se sabe sobre el alcance de las conversaciones y si Mercé se reunirá por fin con Bruce y le cantará unas bulerías a la fresquita, pero la invitación es un hecho. Toda una excepción, pues Bruce Springsteen no ofrece invitaciones de cualquier manera, tan sólo en contadas ocasiones y con carácter personal, y ni siquiera extiende acreditaciones de prensa allá donde actúa. Los periodistas que quieran escribir o hablar sobre él, tienen que pasar por taquilla como cualquier aficionado. Siempre fue así. Springsteeen no hace distingos, salvo en casos especiales como el de José Mercé, primera figura del cante
El cantaor jerezano se encuentra grabando su nuevo disco en los estudios La Caleta Records de Cádiz, bajo la supervisión de Isidro Muñoz, hermano de Manolo Sanlúcar. y el toque de Moraíto Chico. Se trata de su primer trabajo en tres años.
El legendario rockero entusiasmó al personal con su colección de clásicos, en el estadio de San Mamés. Cuentan que estuvo inmenso. Tres horas trepidantes, la banda engrasada e inspirada y 120.000 watios de sonido y 60.000 de luz. En octubre, el Boss participará en el 25 aniversario del Rock & Roll Hall of Fame, junto a otras figuras como U2 y Metallica. Ya pululan las críticas por las sonadas ausencias en tal conmemoración.

Julio 09, Verano, Diario de Cádiz

lunes, 27 de julio de 2009

Bruce Springsteen, llega el mensajero del rock & roll

Nacido para el rock & roll. El Boss inició anoche en Bilbao su nueva gira española, que mañana pasará por primera vez por Sevilla. A punto de cumplir los sesenta años, pero en buena forma física y creativa, Bruce Springsteen retorna a la senda de las juergas de tres horas de música en grandes estadios, y quizá sea la última vez que aparezca de tal guisa con la E Street Band, una de las bandas más poderosas de todos los tiempos. Veinte años después de su primera ruptura con el grupo, nadie hubiera dicho que el cantante de New Jersey y su grupo de cabecera iban a permanecer tanto tiempo unidos y en la carretera. Los altibajos sufridos por Bruce a lo largo de su carrera, en especial cuando faltaron sus músicos de toda la vida, invitan a pensar que Springsteen no es el mismo sin la Banda de la Calle E, y que en realidad forma parte de su leyenda. Hace muchos años de tantas cosas. Springsteen vuelve a parar el tiempo en seco. Ya no quiebra esquemas, como en los años setenta, ni goza del éxito discográfico de los ochenta, pero ha recobrado la inspiración con sus últimos álbumes y se muestra tan generoso como vehemente en sus encuentros con el público. El mensajero del rock & roll ha vuelto.
Springsteen recaló el viernes en San Sebastián, alojándose en el hotel María Cristina. Sus hijos hicieron surf en la playa. Bruce pensaba dormir casi toda la gira en Donostia, pero al parecer ha cambiado de planes y el martes aparecerá por Sevilla, con la fresquita, y dormirá en la capital hispalense. Nunca se sabe. Luego tocará en Benidorm, Valladolid y Santiago. El Boss pasa de Madrid y Barcelona en esta ocasión. Sus continuos cambios de repetorio convierten en impredecibles sus repertorios de cada noche. Lo seguro es que el propio artista chequeará el sonido y pondrá tanto esmero en la preparación de sus conciertos como perfeccionista se muestra en la elaboración de sus discos. Nada queda al azar, quizá sólo la emoción.
Bruce no usa drogas, nunca lo hizo, y corre diez kilómetros diarios. El binomio con el saxofonista Clarence Clemmons siempre se presentó como un ejemplo de tolerancia y de nexos de unión entre ambas razas, pero parte de su conservador público ha rechazado en ocasiones los devaneos de Bruce con la música negra. Otro sector de la hinchada, en cambio, paladea la combinación de ingredientes, los españoles desde el año 81, cuando Bruce y su banda tocaron por vez primera en Barcelona. Desde entonces, la ciudad condal y Springsteen comparten pasiones. El rockero sólo ha tocado hasta ahora una vez en Andalucía, en Granada en 2006, pero fue sin el apoyo de la E Street Band.
El último Springsteen, que se asoma el disco "Working on a dream", simbólico título que abre la nueva etapa liderada por Obama en los Usa, se revela más sincero y compacto que en otras ocasiones. El disco confiesa influencias del chaval que escuchaba música dispar en la radio y que decidió ser una estrella del rock cuando conoció a Elvis a través del Ed Sullivan Show: soul, ritmo y blues, la onda californiana, el rock de los setenta, el pop majestuoso y el folk se dan la mano en el subconsciente de Bruce. Para quien crea que surgió de la nada en los años setenta como un mero heredero de Bob Dylan, sepan que el Boss se estrenó a mediados de los sesenta, cuando aún funcionaba los Beatles, y que su pertenencia a varios grupos le condujo a liderar la revolución del rock americano tras patearse escenarios y figurar como telonero de gente como Roy Orbison, Black Sabath, los Eagles, los Allman Brothers o Bob Marley & The Wailers, que contaron con su participación en la primera gira yanqui del mito jamaicano. Hasta que John Hammond, el descubridor de Dylan, captó el mensaje y lo dio a conocer al mundo.
Hace casi 35 años que sonó Born to Run por primera vez en directo, y otros tantos del bautizo de Miami Van Zandt como guitarrista solista de Springsteen. Hace casi veinte años de la boda de Bruce con Patti Scialfa, con quien comparte tres hijos. Y un cuarto de siglo del éxito más sonado de Bruce, Born in the Usa, cuya letra fue tergiversada y machacada por la derecha estadounidense mientras el Boss se transformaba en emblema del rock, el gran predicador del grito de libertad que los blancos robaron a los negros para divertirse o flagelarse un rato. No fue casualidad, ni escapó del ojo clínico de Springsteen a la hora de elegir lo que puede gustar a su audiencia, que los Beatles reinventasen las canciones de humor variable. Springsteen aprendió mucho de los negros, pero pilló al vuelo la manera en que los Beatles empleaban músicas alegres para describir asuntos tristes o escribían textos optimistas sobre melodías oscuras. Por ello, sus conciertos invitan a bailar y a reflexionar, a liberar cuerpo y mente. No en vano, fue Springsteen quien acuñó la expresión por la cual Elvis liberó el cuerpo de los jóvenes y Dylan sus mentes. A estas alturas, el mensaje del rock & roll sigue vigente, pese a que los chavales andan hoy atrapados por el hip hop. Springsteen flirteó hace ya veinte años con el rap negro, blues hablado a ritmo de funky, pero sus más acérrimos seguidores no lo consintieron. Hay gente que no ha captado bien el mensaje.

Julio 09, Verano, Diario de Cádiz
Foto tomada del diariovasco.com, Bruce a su llegada a Donostia

Luis, en el Triángulo de las Bermudas

"¿Es usted Luis Aragonés? Claro ¿Le puedo saludar? Como no. Soy colchonero, también, y me solidarizo con usted. Enhorabuena, campeón. Gracias. Hay que ver lo que le han jorobado en la selección. Y más que me van a jorobar. Breve pero intensa conversación entre turistas. Lugar, un quiosco de prensa en la costa oeste. Uno de ellos es Luis Aragonés, que veranea en El Puerto de Santa María desde hace años, siempre de un modo discreto, siempre con un casino a su vera, pues a Luis Aragonés le gusta apostar y ganar. La última vez que perdió fue en Cádiz, la postrera derrota en casa de la selección, ante Rumanía, gol de Marica. Abstenerse graciosos. La gente se chufleó del combinado español, al que tachó de chirigota. La chirigota que construyó Luis, el sabio de Hortaleza, hoy comanda la clasificación mundial, ostenta la supremacía europea y enamora a cada paso que da. Su timonel, por cierto, un tal Del Bosque, también mantuvo cierta relación con Cádiz: ejerció de asesor para que el Submarino ... bajase a los mismos infiernos. La vida da muchas vueltas. Luis Aragonés se da una vuelta por El Puerto y encuentra cariño. Luis parece terco y malas pulgas ante la prensa, que lo crucificó antes de tiempo, sus razones tendrá, pero cara a cara, sin desconfianzas, apenas da miedo. Infunde respeto. Los rojiblancos lo veneran. En Cádiz, el Atlético de Madrid, que la próxima temporada contará con los gaditanos Juanito y Jurado, dos figuras con jota que jamás jugaron con el Submarino, cosecha amores y rencores. El fútbol no da respiro.
A punto de cumplir los 71 años, Luis Aragonés se encuentra en paro, curiosa paradoja del éxito rotundo y el fracaso ajeno. Bien es cierto que acaba de trincar cuetro millones de euros tras la rescisión de su contrato en Turquía. O sea, un parado de lujo. Como los dos peloteros que estos días lucen sus talentos en el youtube, año 84 en Estados Unidos, gira mundial del Barcelona que luego entrenaría Luis: Mágico González y Maradona, en las filas culés. No coincidieron de forma oficial, pero ambos pisaron el Carranza, el estadio y el Trofeo, el torneo cuyo palmarés preside precisamente el club colchonero. Luis logró el ascenso del Atlético a Primera, tras los dos años en el infierno. Luis encabeza también la saga de entrenadores con más partidos en Primera, 757, y fue uno de los empleados del club que más narices echó a Gil, además de Kiko, otro atlético cadista, responsable primero del oro de los Juegos de Barcelona, artista rojiblanco que mereció más cariño por parte de Gil, otra vez Gil, el recordado presidente a quien la hinchada cadista puso la cruz cuando se llevó por la cara a Kiko y Quevedo. Muchos años antes, el máximo goleador de la historia del Cádiz, el gran Paco Baena, se convirtió en el traspaso millonario por excelencia, Gutiérrez Trueba lo vendió al Atlético de Vicente Calderón. Baena jamás olvidará sus años rojiblancos, tampoco los hermanos Collar podrán borrar de su historial sus años primerizos en Cádiz, con Enrique al frente del porvenir. Ni Luis Aragonés puede sustraerse del poder hipnótiico y encantador del Triángulo de las Bermudas. Aragonés llama así al triángulo Sanlúcar, Sevilla, Cádiz, del Guadalete al Guadalquivir. Luis conoció a Pepa, su mujer, cuando jugó cedido en el Recreativo de Huelva, hace ahora cincuenta años. La onubense tuvo con él cinco hijos, y éstos le dieron once nietos, once. A Luis le encanta el flamenco, y los chistes inteligentes, y las partidas de cartas, y un tiempo alejado del mundanal ruido.
En el segundo año de Gracia, un tipo igual de profesional y de serio que el mismo Luis, salvando las distancias de veteranía y trayectoria, el Cádiz busca delanteros y gente por la izquierda. El Cádiz retorna a la play station, pero el Carranza, estadio de la paz, queda marginado de la Peace Cup, la Copa de la Paz, que se disputará a la fresquita en las ciudades donde el verano pide a gritos una pizca de aire.
¿Qué querrá decir Luis cuando anuncia que le van a jorobar más? El campeón de Europa estrecha la mano de su admirador y se marcha a su rincón preferido del Triángulo de las Bermudas.

Julio 09, Deportes, Diario de Cádiz

domingo, 26 de julio de 2009

Magia al relente

"Voy a tocar algo que me enseñó Camarón". Menudo honor. Jorge Pardo se pone flamenco, toca la flauta con naturalidad y tino mientras un guardia de seguridad "persigue" a los fumadores y los castiga contra una pared del Castillo de Santa Catalina, junto a las antiguas mazmorras. Vuela libre el silencio. El legendario músico madrileño percute vientos de la tierra, la noche se va a vestir de vientos opuestos e intercambiables. El público, acorde con el fresquito que reina a la vera de la Caleta, acumula sensaciones, disfruta de la heterodoxia, el virtuosismo y la dotes de improvisación de los artistas y al final estalla de alegría merced al ritmo y al humor surrealista de Tomasito. Todo en casi dos horas. Casi nada. Falla, Ravel, olés en el momento preciso, expresividad y luz. Tradición y magia al relente. Jorge apenas suelta la flauta, Juan Diego se muestra imprescindible al toque, el Chispa reviste la caja y las congas de encanto y discreción. Hay bulerías, alegrías, guiños a la Perla y a Pericón, tirabuzones y escorzos en el aire, gente de toda clase y condición en el público: rastas, calvos, italianos, lugareños y el vigilante antinicotina. Todos miran fijamente al maestro Pardo, que embauca al personal con intensidad y sentido dramático, hasta que Tomasito se apodera de la escena y acapara la atención. Tomasito atrae las miradas desde chiquitito. Sus manos hablan, sólo el público de las primeras filas y los costados puede observar sus pies en movimiento, pero su lenguaje corporal refleja la madurez creativa del bailaor. Tomasito se recrea en una sonrisa, un golpe de cadera, el bacalado de Bilbado, los marcianos de la frontera, ecos venenosos, arte puro y el fino de su casa atrapa al personal. La emoción da paso al regocijo, dos por uno. Tomasito recuerda a Fred Astaire, a Lola Flores, a Michael Jackson, a Chiquito, y al niño que cogió la ola del ritmo y no la soltó hasta entrar en agua tapá. Pardo vuelve a la primera línea, en noche que se hace corta y brillante, y pregunta si hay prisa. No hay bulla. La trompeta de Enrique Rodríguez invoca tiempos locos. Cuerdas y vientos al compás. Otra vez por Camarón. Algún intelectualoide pasea por los pasillos dejando ver su pasado look de jazz rockero estilo Miami Vice, Tomasito presenta su trocotrón caminito de Jerez, ompare, y lanza un trabalenguas. El que lo coja pa él. Luego vuelve a la capilla para confesarse. Pardo dirige entonces otra muestra de música tolerante. Si un jerezano puede tocar blues de Chicago, un madrileño tiene derecho a adquirir duende y a tocar como los angelitos negros. Sin recurrir a tópicos, ni siquiera a la mayoría de las piezas emblemáticas incluidas en su último álbum, Pardo ofrece una lección magistral. El espectáculo, variado y liviano, concluye con una exhibición de leones, tigres y buitres, el cuerpo de Tomasito parece un instrumento al servicio de la marea alta, y su baile, una suerte de cómic flamenco y mundial. Qué camisa, Tomasito. La noche brinda un rompecabezas virtual que evoca las revoluciones sonoras del siglo pasado: flamenco, jazz, rock, tragicomedia ligera sin malos humos.
Julio 09, Verano, Diario de Cádiz

viernes, 24 de julio de 2009

"Harte la famosis"

A la madre de un presunto violador menor de edad tal vez le falló el subconsciente, el personal y el colectivo, y espetó delante de las cámaras, aunque con la cara tapá, que su hijo es inocente, prueba de ello es que ni siquiera se ha hecho la "famosis" (sic). Qué dolor. No se sabe si ella querrá hacerse "famosis", como otros tantos en parecidos casos anteriores y los que vendrán. Aún se recuerda en Cádiz el caso de los huesos de la barriada de la Paz. Crucificaron a un señor por ocultar los restos de su mujer emparedados en su propia casa. La Poli, los medios, la gente, la tele, todo el mundo dio por hecho el asunto antes de tiempo. Hasta el forense, un tipo con mucho olfato, cada vez que tomaba un hueso para introducirlo en la bolsa, exclamaba: "Son humanos". Resultaron ser huesos de perro. La mujer del atribulado vecino vive en Francia. Algunos miembros de ambas familias se enzarzaron en una dura pelea a las puertas de la casa, y escenificaron la tragicomedia en ciertos programas de la tele. Se hicieron "famosis" por un día.
Luego, la hija de un narcotraficante muerto en acto de servicio cuenta que su viejo abusó de ella, que patatín y patatán, que ha escrito un libro y que seguirá hablando si ponen más dinero encima de la mesa. El público aplaude. ¡Ha pedido más dinero! ¡Por un millón quizá se haga el hara-kiri aquí mismo, en directo! ¡Aplaudan!

Jorge Pardo y Tomasito, leyendas del viento

Hace años, tal vez no tantos, la presencia de Jorge Pardo y Tomasito en un festival flamenco al uso sería tildada de herejía pura y dura. El legendario músico de jazz y el versátil y flaco bailaor y cantaor jerezano se dan cita esta noche en los Jueves Flamencos para que corra el aire en generosa y linda fusión de estilos y hechuras musicales y vitales. Libertad al cuadrado versus totalitarismo. La segunda parte de los "Vientos flamencos" de Jorge Pardo, donde la revolución se torna en tradición, y vicerversa, y Tomasito en adobo, bulerías al hip hop, la vehemencia y el arte único del chaval, hoy a punto de los cuarenta, que salió a buscarse la vida con su estilo incomparable y dio varias vueltas a la redonda del mundo.
Binomo de categoría. Jorge Pardo, uno de los músicos de jazz y alrededores con mayor prestigio en la Piel de Toro, presenta el flamante trabajo que combina los sones y soles de Camarón, Falla o Albéniz, soleares y joropos, jazz y flamenco, la danza del fuego y el Cádiz de Iberia y Carlos Saura, la media ración de bendito veneno y la frescura del viejo mundo. Pardo rememora La Leyenda del Tiempo de Camarón, en el trigésimo aniversario de la mayor herejía, ya saben, el disco más venerado y repudiado del flamenco contemporáneo, por mor del genio de La Isla, el grupo Dolores, donde brillaba Pardo con Pedro Ruy Blas y Rubén Dantas, y el mismo Kiko Veneno. El saxofonista, que curiosamente ingresó por primera vez en un estudio de grabación para colaborar con Las Grecas, acompañó a Paco de Lucía, de igual modo, en sus años de renovación estlística, y creció hasta el infinito. Hoy vuela libre. El gaditano Chano Domínguez conoce bien su dominio de la escena y de las pautas en constante movimiento, y el jerezano Tomasito, que también apoyó al pianista en Calle 54 y de ahí bailó hasta la eternidad, puede sentirse único y a gusto en tan digna compañía musical. El dúo promete. Vientos de cambio, fusión al por mayor, compás surrealista, flamenco punk al servicio de la humanidad majareta. El Tomasito que se dio a conocer en un fin de año televisivo del 86, y que en la Bahía se hartó de taconear y de asombrar al personal en plena adolescencia, hoy es un señor del aire, otra leyenda del tiempo con el universo en sus manos y la vida en la orilla de sus pies. Antes de pasar por el Mar Rojo, Tomasito, inventor del break dance por bulerías en tiempos de herejes, bailará sobre los restos del Atlántico.

Julio 09, Verano, Diario de Cádiz

Asfalto, camino de Espera

Al pie del cañón, treinta y dos años después de su debut discográfico pero aún excitado y motivado por una gira de reconocimiento y la reciente grabación de su primer disco en directo, Julio Castejón, el superviviente de Asfalto, anuncia la buena nueva: "Llevamos una banda absolutamente potente, con músicos de alto nivel en una onda muy progresiva pero capaces de bordar versiones de temas referenciales y propuestas nuevas. Haremos un repaso a nuestra historia". Esta noche, en el festival Fatetar Folk de Espera, la historia viva del rock urbano madrileño, los pioneros de casi todo, en glorioso reencuentro con sus orígenes y mirando de frente al tiempo. "El tiempo pasa y lo bueno es contarlo con buena salud física y mental", subraya el veterano músico que supo mantener a flote el prestigio de Asfalto pese a la escisión sufrida ya en sus comienzos y a los gajes del integrismo rockero y el ostracismo de la música verdadera.
"Me tiré trece años sin dar vida a Asfalto, entre el 95 y el año pasado, y considero que cometí un error, pues ahora compruebo que el nombre del grupo no se ha devaluado, sino que adquiere carácter de mito para cierta gente y está recogiendo el aplauso general". La gira del retorno llena recintos, Castejón bromea sobre los aficionados que rondan el medio siglo de vida, que "parece que acuden a reencontrarse consigo mismos, creo que representamos para ellos lo mismo que los Eagles para los americanos, salvando las distancias, claro, aunque nunca en popularidad. Nunca fuimos demasiado populares, pero contamos con el respeto de la gente".
Consciente de que los medios de difusión convencionales "no difunden la cultura, pues interesa más la estética que una trayectoria", el líder de Asfalto, el primer grupo que grabó para la legendaria Chapa Discos, remarca que "ahora no interesan las carreras ni los negocios a medio plazo, y por ello tiene más mérito el éxito de la gira, al margen de los medios generalistas, pero quizá éstos se contagien con el tiempo", suspira, no sin antes volver sobre sus pasos. "Dije que Asfalto no volvería a la carretera, no quería arrastrar la categoría del grupo, pero tampoco pensé que internet nos devolvería a la actualidad, nos abriria las puertas para recobrar el contacto con nuestro púbico. Ahí empezó el regreso, en los foros de internet, creándose el ambiente propicio", del mismo modo que lo lograron grupos coetáneos andaluces como Imán, Cai o Mezquita.
En otro vistazo atrás fulminante, Castejón recuerda la última desintegración del grupo. "Editamos un disco espléndido, "El planeta de los locos", nuestro punto culminante en arreglos, grabación y sonido, pero la gira fue un desastre. En Granada fueron setenta personas al concierto, y así en todas partes. De ahí deduje que se nos estaba enviando un claro mensaje: "Iros a la mierda", y pensamos que aunque hiciéramos oro molido había pasado nuestro tiempo". El tiempo ha vuelto, y ha devuelto la alegría de vivir a Asfalto y a su factotum. "Hasta que el cuerpo aguante", certifica Julio, que rememora como si fuera ayer sus anteriores visitas a la provincia gaditana: un concurso de maquetas y un concierto en la Feria de San Fernando, tres décadas atrás. Asfalto, cuyas raíces se remontan a 1972, en plena crisis del petróleo, encabeza tantos años después un cartel de categoria. Tocarán esta noche, antes que las leyendas del rock madrileño, los especialistas en blues rock Tea, los multiculturales Dealan y los olvereños Chiveca.

Julio 09, Verano, Diario de Cádiz

jueves, 23 de julio de 2009

Al loro con el fuego

"Salimos con lo puesto", declara azorado un hombre desalojado por el fuego. Lo puesto, por supuesto, incluye a su loro colorado, amarillo, verde y azul. No está el veranito para bromas con la candela, pero la imagen dibujó un corazón en el infierno de una noticia tantas veces anunciada por la calor y por la mano del pirómano espontáneo o instigador de suelo urbanizable. El tío huyó despavorido, pero con su loro, que mira aparentemente impertérrito a la cámara y lanza un guiño al aire, amén de un picotazo de cariño.
Leo por ahí que un loro inglés, la mar de educadito, salvó a un hombre y a su hijo de un pavoroso incendio, el loro imitó el sonido de una alarma y despertó a sus dueños a tiempo para ver desde la distancia cómo se diluía su casa entre las llamas. Al loro, que el verano viene calentito, a ver quién apaga el fuego inmobiliario.

Alfonso Gamaza, un bajista grande

Adiós a Alfonso Gamaza, un bajista de los grandes. El músico gaditano murió a los 50 años, dejando una estela imborrable. Dejo el artículo de Virginia León y Tamara García en Diario de Cádiz.
"Para Chano Domínguez se va "un amigo", para Javier Ruibal, "una de las personas más cariñosas" que ha conocido, para Ramoni, su "loco", para Carlos Villoslada, "un tío enérgico y entrañable", para Jesús Collantes, "un talento nato"... Y, para todos, la muerte del bajista y compositor gaditano Alfonso Gamaza ha significado la pérdida del "gran monstruo" de la música gaditana.Para Humberto Camino, productor y manager del músico, la repentina muerte de su, ante todo, amigo, le "ha dejado un vacío muy grande". Gamaza (Cádiz, 1959) falleció el pasado martes en la tierra que lo vio nacer a la edad de 50 años. "Demasiado joven", para David Palomar (colaborador infalible de los dos discos del artista). "Me cachis en la mar, sólo tenía 50 años", se dolía el dueño del Cambalache Jazz Club, Hassan Assad, local al que dedicó su primer disco. Palomar coincidió con Camino en que Gamaza "vivió como quiso". "Fue uno de los últimos bohemios", aseveró el artista gaditano, al igual que otro de los colaboradores de Gamaza en Una de Paco, José Ramón de Castro, Ramoni.Antes de dar el último adiós al músico en un tanatorio (el de Virgen de Rosario) abarrotado de personalidades de la música y la cultura, el carnavalero recordaba que "una noche arreglando un tema en su estudio, nos pasamos con los cubatas y me regaló un bajo eléctrico que Alfonso tenía desde hace 30 años. Al otro día fui a devolvérselo porque me daba apuro quedármelo pero él me dijo: "Gordi, que si te lo regalé ayer también te lo regalo hoy", relató con emoción y gracia.Ese carácter desprendido e ingenioso del compositor también fue alabado por Jesús Collantes. "Tenía ángel", destacaba el periodista que definió al artista como "uno de los músicos más polifacéticos que he conocido". "Alfonso igual tocaba el bajo, que la guitarra, la percusión, el piano... Y todo bien. Tenía un don natural".Don, clarividencia musical, reseñada con admiración y pena por el pianista Chano Domínguez. "Ya sé para qué me llamas", acertó al otro lado del hilo telefónico, justo antes de hablar de "un amigo" con quien compartió la música "desde los once años" y cuyas carreras profesionales se cruzaron "en muchas ocasiones". "Siempre fue grande, pero más aún cuando miró hacia dentro, hacia sus raíces: al carnaval, al flamenco y como él los entendía". Otro gran músico con quien Gamaza compartió escenario y estudio, Carlos Villoslada, reivindicó el lugar que el gaditano se merece por su "excelente" trabajo musical. Así, Luis Trinidad, del Bar Zapata (coproductor de Una de Paco) lo calificó como "uno de los mejores bajistas de España" y el cantautor Javier Ruibal como "uno de los músicos que mejor se expresaba tanto en el jazz como en el flamenco, dando siempre un aire especial a lo que tocaba".
Ahí va el texto de Ana Leñador en La Voz de Cádiz:
«El talento más grande que ha dado Cádiz». Así definían ayer a Alfonso Gamaza sus amigos, músicos de talla nacional e internacional como Chano Domínguez, Javier Ruibal, Nono García o Tito Alcedo, muy afectados por la pérdida de uno de los grandes valores del mundo del flamenco jazz. Todos coincidían en recordar que, pese a no ser tan conocido por el gran público, el bajista gaditano era un «auténtico virtuoso», un instrumentista carismático y polifacético y un compositor inigualable. «A veces era muy difícil seguirle y asimilar su manera de ver la música», apuntaba el joven cantaor David Palomar, que participó en sus dos trabajos discográficos, Cambalache Jazz Club y Una de Paco.
Ayer, familiares y amigos dieron su último adiós al artista, que falleció el martes en Cádiz tras ser hospitalizado el pasado domingo a consecuencia de una pancreatitis. Tras velar su cuerpo en el Tanatorio Virgen del Rosario, sus allegados se dirigieron en la tarde de ayer al cementerio de Puerto Real, donde fue incinerado. Pese a que algunos de sus amigos más cercanos no pudieron asistir al responso -Nono García, Tito Alcedo, Chano Domínguez y David Palomar se encontraban de gira fuera de la ciudad-, otros se acercaron a despedirse de este genio, pionero del jazz en la provincia y uno de los artistas que más ha profundizado en la fusión de este estilo con el flamenco.
Rostros conocidos de la escena jazzística local como Pedro Cortejosa, Carlos Villoslada, José López, Juan Gómez Galiardo o Luis Balaguer visitaron la capilla ardiente y arroparon a la familia en estos duros momentos.

«Tenemos pensado hacerle un homenaje en forma de concierto, pero no será en Cádiz, porque aquí nunca se le ha valorado. Además ha estado vetado en el Falla», reconocía ayer su manager y amigo Humberto Camino. Asimismo, anunció que el artista estaba preparando ya la grabación de su tercer disco, un álbum en el que llevaba trabajando los últimos tres años. «Alfonso lo tenía todo listo para meterse en el estudio. Está todo secuenciado. Lo editaremos, pero me da miedo que al interpretarlo se convierta en algo muy distinto a lo que él tenía en mente», confiesa Camino. «Es una pena su pérdida, porque aún tenía muchas cosas que decir», afirma Javier Ruibal, quien compartió escenario con él en varias ocasiones.
Pese a especializarse después en el bajo eléctrico, Gamaza dio sus primeros pasos en la música aferrado a una guitarra. «Era magnífico. Aprendí muchísimo de él. Para mí era como un hermano porque nos conocíamos desde los doce años, cuando él trabajaba en una tienda de instrumentos y discos de vinilo», recuerda Chano Domínguez. Juntos introdujeron las primeras jam sessions en Cádiz, allá por los años 80, cuando compartían acordes, copas y humo en el Cambalache, el templo del jazz en la capital. «Estaba tocado por la varita mágica de la música», apostilla el pianista, quien en 2002 le llamó para hacer una gira por Estados Unidos. «Al final, se convirtieron en dos años de trabajo», compartiendo escenario con astros del jazz como Michel Camilo o Wynton Marsalis. De tradición clásica, éste último nunca contaba con bajos eléctricos, siempre contrabajos, hasta que conoció a Gamaza. «Alfonso ha sido el único bajista que ha tocado con Marsalis», apunta Camino.
En cuanto a su apodo, El Moderno, «viene de cuando tocaba la guitarra en la orquesta Casablanca», recuerda Chano. Por aquellos días, Alfonso, alumno aventajado y lleno de inquietudes, «tocaba canciones de Santana con su Gibson» y rasgaba las cuerdas con fuerza y frescura. «Estaba mucho más adelantado que el resto de músicos», apostilla el pianista. Ahora, «nos queda su legado, su buena música y miles de recuerdos». Veladas cómplices alargadas hasta el amanecer, noches memorables y actuaciones mágicas, todo ello aderezado con acordes improvisados y ritmos imposibles".

Gibrartá spañó

En la Roca, hace casi cuarenta años, John Lennon y Yoko Ono certificaron la muerte de los Beatles en civil matrimonio. Gibraltar siempre fue una excusa. Hoy sirve de piedra de toque para los políticos de uno y otro signo, gran cortinilla de humo de tabaco de contrabando para ocultar incapacidades y corruptelas. Les está saliendo un debate muy mono. Digo yo, pobre ingenuo, que los políticos populares que ayer se hicieron una foto frente a la Roca harán lo propio muy pronto ante la Base de Rota, incluso encabezarán la próxima manifestación contra la Otan, Bases Fuera. De sus adversarios ya no esperamos tal detalle, ellos cambiaron el sí por el no, y viceversa, en siniestro referéndum del 86, pero lo mismo se suman ahora a la iniciativa popular. Porque en la provincia de Cádiz, por ambos flancos, por tierra, mar y aire, campan por sus respetos submarinos nucleares británicos, peligrosas armas de matar made in usar y tirar, las cosas de los militares. Al Sur del Sur también blanquean que da gusto, no hay más empresas ficticias en todo el mndo, y las aduanas abren o cierran como la célebre muralla, a capricho. En la costa noroeste, entre tanto, sobrevuelan día y noche los aeroplanos del tiempo, el tiempo es como un aeroplano, y zarpan buques de guerra con misiones la mar de humanitarias. En fin, Gibrartá spañó, y Rota también. All you need is love.

martes, 21 de julio de 2009

Je$u$ito de mi vida

"Dios colocó el dinero en el Real Madrid para fichar a Kaká". ¿No fue Cajamadrid? La mujer del astro brasileño, que se ganó ayer el cielo con esta frase, cree un montón, así que va a montar en Madrid una sucursal de la iglesia evangélica, sección Los Hijos de Dios.
Vale jugar con las palabras, el ocio del pueblo, la religión del balón, el dinero del cepillo, la secta del mal, urbanizando la pretemporada de Cristo, operación triunfo, triplete divino, no desearás al futbolista del prójimo, el ladrillo protestante ... un crédito, por Dios ...

Una semana para ver al Boss en Sevilla

Qué emoción. Ya queda menos. Una semana para ver al Boss en el estadio de la Cartuja de Sevilla. Aún quedan entradas disponibles. Puede ser la última gira de Springsteen con la E Street Band. Hace unos días, Bruce arrasó en el festival de Glastonbury, ante casi 200.000 personas. Por exigencias del guión, no pudo cumplir su deseo de tocar durante tres horas, pero casi-casi. El Boss ha recuperado parte del tiempo perdido, curiosa paradoja, merced a sus dos últimos discos, plenos de poderío, energía y buenas canciones. Picoteando en su discografía me quedo con algunos pasajes:
Born to Run encumbró al artista con una extraordinaria colección de canciones; Darkness on the Edge of the Town le puso alma y corazón, amén de sombras y coraje; The River convirtió a Bruce en clásico; Nebraska lo devolvió a la tierra; Born in the Usa trazó una línea paralela entre el consumismo y la inspiracíón; Tunnel of Love lo lanzó de nuevo a la carretera; the Ghost of Tom Joad, Devils and Dust y The Rising retratan a su país, a su gente, en momentos personas y colectivos de alta tensión; Magic y Working on a dream marcan el antes y el después de una era política y social en el mundo. Sin olvidar los dos primeros discos, cuando Bruce aún no había perfilado su sello particular y realizaba sensacionales ejercicios de estilo: folk, rock, pop, soul, jazz, blues, country ... música profunda de América.
Springsteen actuó por vez primera en España en 1981, tres años antes que Dylan, en memorable concierto barcelonés, y desde entonces la ciudad condal venera al artista y viceversa. Lo trajo The River. Hubo que esperar hasta el 88 para vibrar con el Boss en Madrid, aunque algunos nos acercamos en autocar a Montpellier en el verano del 85, otra noche inolvidable. Pese a su irregularidad, y las ausencias de su banda, volvió en los noventa y ya en este siglo renovó su pasión celtibérica. Sólo ha cantado una vez en Andalucía, hace tres años en Granada, pero sin el apoyo de la Banda de la Calle E, uno de los grupos más poderosos de todos los tiempos.

lunes, 20 de julio de 2009

Levantera en la Luna

Tal día como hoy, en la Luna soplaba una levantera similar a la de Cádiz. No pasa el tiempo. Los niños de la época nunca olvidarán la lección, hacía una ventolera del carajo, los astronautas daban botes extraños, la gente trasnochó para ver las andanzas del trío de marras, ahora dicen que los españoles colaboramos en la iniciativa, empujando el cohete. Aquí nos hartamos de juntar figuritas de plástico, como los comboys da pejeta pero estilo futurista, y el futuro ya está aquí, y seguimos en la Luna, unos en la cara oculta y otros en los cráteres más recónditos, las rotondas del planeta plateado. Cuando el hombre (americano) pisó la Luna, el Cádiz bajó a Tercera, así que no vengan con tonterías. Subió al año siguiente, como hoy, y el hombre (brasileño) conquistó el mejor Mundial de fútbol que se recuerda. Por lo demás, queda por desvelar el misterio de la ley de la gravedad, el nombre del astronauta jipi que se quedó colgao en las alturas y la edad del lunático Jesús Hermida, que hoy vuelve sobre sus pasos, señores, cuidaíto con la ventolera ...
Camino de Marte y del martes, ahí va una entrevista con Buzz Aldrin, que dice que habrá vida en otros planetas cuando los terrícolas vayan, vaya tela ... http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Habra/vida/otros/planetas/terricolas/vayan/elpepusocdmg/20090719elpdmgrep_5/Tes

Y ya en Marte, ahí va una miscelánea gaditana de Sánchez Reyes ...
http://www.diariodecadiz.es/article/cadiz/473995/cadiz/como/ahora/andaba/expectante/por/la/construccion/puente.html

Asimilada la celebración, cavilo sobre el documental francés que pone en entredicho las imágenes del alunizaje (significativo parecido con alucinante) y atribuye a Kubrik cierto compadreo con la Cía y su prestigiosa madre. Como éramos chicos, apenas nos percatamos de la prodigiosa campaña de propaganda yanqui, ahora siento asco al ver a Nixon, gran tramposo, y Kennedy, quien debería devolver el premio Nobel de la Paz por mera vergúenza, una vez comprobada su participación en algunos golpes de Estado en países americanos. Vietnam, los Beatles, mayo del 68, millones de dólares tirados a la basura, pero al menos sin víctimas mortales. Con la que está cayendo, y con lo que ha caído desde entonces, incluidos el muro de Berlín y las Torres Gemelas, esta historia pertenece a la categoría de los tebeos. Si no lo veo, no lo creo. La historia es pura adivinanza.

domingo, 19 de julio de 2009

Patos en el lago (pa ti mi derrota)

Pa mí que son lisas mojoneras. No fiarse mucho, ser urbano de litoral pero pez en especies marinas, tan sólo endiquelar sirenas. Las hay de metro y medio. Los patos del lago de Arcos apenas pueden reaccionar. Un señor veterano arroja migas de pan al agua y las lisas las trincan al vuelo. Alehop! Sin piedad. Los patos desisten y se echan a un lado, lejos de la lucha sin cuartel, y se apoyan en el sol de la desidia de la tarde de domingo. Contador se viste de amarillo. Caracartón no gasta ni bromas. Los camareros del verano figaz preparan el asado de la noche, como si el tiempo suspirase por un poco de envidia frita. África guiña el ojo, la sección rítmica apunta bajo, el método infalible falla en lo peor del querer, la verdad se mira al espejo, susto tremendo, ¿quién eres?, tu sombra del revés. Los diarios del día invierten en publicidad engañosa, nadie sabe dónde irá a parar el futuro de anteayer, todo cuentan la feria según les fue en el laberinto, sálvese quien quiera a la intemperie de los secretos a voces. Peces de colores, la venganza mediocre, quítate las gafas, carajote, que te vas a chocar. Marchando un pack de zarzaparilla !!! La vida, marca acme.Lo que somos, lo que fuimos, lo que quisimos y no pudo ser. La historia del querer y no poder, del poder y no creer. La pamplina del ser. La otra noche, Serrat entonó la plegaria de la "mala racha", que no es lo mismo que "la mamarracha". Caracartón pone cara de interesante mientras se carcome de envidia cochina, siempre querrá lo que no tiene, los domingos son chungos para este tipo de gente. Quién le presta una escalera y una pizca de guasa? Pagando el pato.

viernes, 17 de julio de 2009

25 años de Dylan en España (Madrid 89)

Segunda gira de Dylan por España. Verano del 89 en Madrid. Lleno absoluto en el extinto pabellón deportivo de la calle Goya. Atravesaba Bob una de las etapas más oscuras de su carrera, sazonada de discos erráticos y escasa creatividad. Él mismo cuenta en sus Crónicas que pensó dejarlo todo, que ya no se veía reflejado en sus canciones, hasta que encontró soluciones de la mano de Jerry García, mítico guitarrista de Grateful Dead, quien influyó sobremanera en la gestación de la Gira Interminable, el Never Ending Tour que aún mantiene a Dylan en la carretera. Ahí nació la idea de tornar los repertorios cada noche y revisar los clásicos desde diferentes perspectivas. Esa suerte de renovación permanente ya se había instalado en la mente de Dylan cuando cantó en Madrid.
Hubo gente que se saltó la actuación de la telonera, Eddie Brickell & the New Bohemians, que al parecer estuvo bastante bien. Yo pasé. Y me topé con Joaquín Sabina en la puerta, sin más preámbulos. Luego trepé hasta buscar un hueco en la cúspide del pabellón. Asfixiante ambiente de categoría. Dylan pasó como un huracán, cabalgando sobre una banda de garaje-rock presidida por un guitarrista excepcional, G.E. Smith, salvaje y puntilloso, que aportó al sonido una fiereza inusual. Amén de sorprender con su canción a Woody Guthrie, su primera canción original grabada en los albores de los sesenta, Bob alternó piezas raras con temas recurrentes, aunque sólo permaneció noventa minutos en la escena y la gente se cabreó, vaya si se cabreó, y se marchó cabreada.
Dylan tocó también en Barcelona y San Sebastián. Seis años después se tomaría la revancha en Madrid. Antes, en los días previos a los fastos de la Expo 92, dejaría su recital más misterioso ...
Madrid, 15 de junio de 1989

Most Likely You Go Your Way (And I'll Go Mine)
House Of Gold
It Takes A Lot To Laugh, It Takes A Train To Cry
Simple Twist Of Fate
Stuck Inside Of Mobile With The Memphis Blues Again
Highway 61 Revisited
Song To Woody
Lakes Of Pontchartrain (trad.)
Mr. Tambourine Man
Knockin' On Heaven's Door
Silvio
I Shall Be Released
Like A Rolling Stone
The Times They Are A-Changin'
All Along The Watchtower

jueves, 16 de julio de 2009

Otra oportunidad para el rock


El influjo de Enrique Bunbury, Paco Loco y Gary Louris sobre El Puerto de Santa María ya se deja notar. El héroe del silencio, el productor independiente por antonomasia y el jayhawk que ha cambiado de country y de skyline sin apenas pestañear, padres de la idea del Monkey Week, van camino de tornar el ambiente musical de la zona y, por fin, localizar el sur del sur en el mapa del rock y el pop sin fronteras. El proyecto de Escaparate de la Música Independiente, a celebrar el próximo mes de ocutubre, nació por todo lo alto, pues llegaron a programarse quince días de conciertos y conferencias, pero a la postre bajó a un fin de semana y finalmente a cuatro días de cultura y negocios, ocio y debate sobre la industria discográfica, ideales para la quimérica ruptura de la estacionalidad del turismo. Monkey Week, admite Tali Carreto, responsable de La Mota Ediciones y organizador del pionero y decisivo Freek Festival, donde los personajes mencionados elucubraron las jornadas, pretende ir "con pies de plomo", al principio, para luego afianzarse con continuidad y audacia en la oferta de festivales. Ya lo dijo Bunbury días pasados, en la presentación del Monkey Week en Sevilla: la semilla crecerá. Una oportunidad, quizá la penúltima, para la industria del rock. En un enclave privilegiado de la Bahía de Cádiz.
Con el objetivo de consolidarse y expandirse al mundo desde El Puerto, y tras un año de arduo trabajo, el proyecto ha logrado implicar a diversas instituciones públicas y sellar alianzas indispensables. "Con el Freek Fest ya se demostró que el público de estos eventos respeta entornos como el Monasterio de la Victoria y no va destrozando por ahí", señala Carreto, quien anuncia próximos encuentros con responsables municipales para reforxzar la colaboración mutua. "Aunque se trata de un año duro, el Ayuntamiento ha dado facilidades para los recintos y otros aspectos, pero quizá necesiten conocer la repercusión mediática que ya ha tenido el festival de cara al convenio que cerraremos en breve. Los principales medios musicales garantizan su presencia, Radio3 ejercerá de medio oficial, a ver si así nos damos cuenta de lo que tenemos entre manos", suspira el promotor.
Amigos y residentes en El Puerto, Bunbury, Paco Loco y Louris, quienes además hacen buenas migas con los técnicos culturales, cuya labor de programación de conciertos de calidad en el teatro Muñoz Seca se antoja también importante en este proceso, se aprestan a "demostrar su amor por El Puerto", anuncia Carreto, quien remarca que el estudio de grabación del asturiano se ha convertido en referente de la música independiente nacional e internacional, y la casa de Bunbury incluso en título de su último disco, que pronto dará paso a una nueva entrega. Los organizadores del Monkey Week, en suma, sueñan con situar a El Puerto en la guía de festivales de postín. "Fíjate cómo empezó Benicassim y en lo que se ha transformado". Pero las jornadas portuenses combinarán la música en directo con el escaparate de la industria: mesas redondas, conferencias, ferias de discos, encuentro de profesionales, en este caso no orientado al público, que puede actuar de catalizador del sector, actualmente en fase de reinvención. Al margen del victimismo que late en la industria del disco, en estos tiempos de desafíos, Carreto piensa que ha llegado el momento de tomar decisiones y buscar soluciones. "La música se halla en un momento increíble, pues aumentan los conciertos, los grupos cuentan con canales de promoción, y las discográficas independientes se están uniendo y moviéndose mucho más que las convencionales, en pos de otras vías de negocio y nuevas formas de entender el espectáculo, basadas en el contacto directo con el público".
El Monkey Week alcanzará acuerdos con salas y bares de la ciudad para llevar a cabo el cincuito de setenta conciertos que prevé la programación, aún no cerrada y que pronto dará noticas en torno a tres cabezas de cartel y otras sorpresas. Toda la ciudad portuense vibrará con la música independiente. Más de 250 profesionales de la música colmarán los hoteles, mientras que la peculiar feria de muestras atraerá a un público joven pero generalmente con recursos económicos e inquietudes culturales que lo convierten también en turista potencial. Así que este festival, que no será un festival al uso, aspira a constituirse en cita anual indispensable y fuente de riqueza.
En las próximas semanas se convocarán sendas presentaciones en Madrid y El Puerto, e irán conociéndose los carteles. De momento, se confirma la presencia de Wire, Howe Gelb, Josh Rouse, Jim Jones Revue, The A-Bones, The Mary Onettes, Nacho Vegas, Capsula o Remate y MuPony Bravo, Manos de Topo, The Marzipan Man, Marcel Cranc, The Magnetic Band, Petit, Pull, Al Berkowitz Band, Blasted Mechanism, Cla, The Baltic Sea, Salieri, Los Sentíos, Marina Gallardo, Tanhauser, Úrsula, Orthodox, Igloo, Zoo, Le Punk, Elodio & Los Seres Queridos, The Baltic Sea, The Lions Constellation, Dinero o Elastic Band, por citar otros ejemplos. En las jornadas profesionales la Muestra contará con la presencia de nombres como los del productor John Agnello (Sonic Youth, Steve Wynn, Dinosaur Jr.), el músico Julio de la Rosa, los periodistas Pablo Gil (El Mundo), Ignacio Juliá (Ruta 66), Darío Vico (Rolling Stone) o Santi Carrillo (Rockdelux) y otros profesionales del sector como Borja Prieto (Myspace), Manuel Torresano (Nuevos Medios), Gerardo Cartón (Pias) o Gemma del Valle (Subterfuge), entre otros.
Los recintos elegidos son el Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca, la Plaza del Castillo, el Monasterio de la Victoria y Puerto Sherry.
La inicaitva cuenta con la participación de Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, el Instituto Andaluz de la Juventud, la Diputación de Cádiz, el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, y Proyecto Lunar. Y se han sumado la Unión Fonográfica Independiente, el Instituto de Comercio Exterior y la Fundación Autor, así como Osborne, sin obviar a Myspace, la plataforma que ha revolucionado la relación de los músicos con su público.
Julio 09, Cultura, Diario de Cádiz

Sabio como un proverbio chino, Serrat en la Catedral de Cádiz

Como dice un viejo y sabio proverbio oriental, Serrat es mucho Serrat. Milagro en la Catedral. El cantautor catalán, más bien universal, logra callar a los gaditanos, algo de lo que sólo es capaz la Buena Muerte, el Viernes Santo. Gente mayormente de mediana edad llena la plaza en las zonas de pago y en los vericuetos del gratis total. La gente canta por bajini los clásicos de Serrat durante dos horas de adoración nocturna. Sólo rompe el silencio una señora atada a una bolsa de pipas. Las campanas de la catedral suenan acompasadas, al ritmo del cancionero vital de la Piel de Toro. Ricard Miralles envuelve las piezas del Nano de magia y precisión, tan conciso como juguetón. Es tiempo de los poetas, ahora que las inmobiarias han caído en desgracia, y Serrat aprovecha para detener el tiempo y dictar una lección de sensibilidad y socarronería, tan golfa como delicada, ex-cátedra. Silencios elocuentes hasta el fondo del mar.
Todo pasa y todo queda. Machado al ralentí, Poniente remolón, no hace frío, sino humedad. Los temas de Serrat reposan en el aire. Joan Manuel bendice "el perfume de esta ciudad que tanto quiero", ofrece el primer proverbio chino ("nadie se baña dos veces en el mismo río") y genera una asombrosa corriente de respeto y admiración. De vez en cuando la vida nos besa en la boca. Serrat alterna composiciones míticas con un buen número de piezas de "Versos en la boca", acaso su mejor disco de este siglo. Fotos celulares. Imágenes de cine en banco y negro. Fantasmas del Roxy y del Mora, geografías humanas, la mirada colectiva del artista, el cuerpo de una mujer o el metro diario. "¡Hola, gente de la calle, amigos!", saluda el artista a quienes buscan un cuelo en el suelo. Y encandila al personal con su primer monólogo, club de la comedia total, que parte con su madre, cuando decidió tener a una niña y tuvo cinco kilos de poeta de la vida, la vida en rosa se tiró Serrat hasta que fue bachiller. Guiños al Gila, al cava que pasea por el escenario, tome, maestro, su medicina, y a otro dicho redicho: "El hombre que no sabe sonreír no debería abrir una tienda. ¿En Cádiz también?". Carcajada general, Serrat cavila si hubiese nacido mujer. Rinde tributo a la mujer por pagar tan caro tributo. Le gritan "¡guapo!", el tipo se crece, redoblan las campanas de la Catedral, a menudo los hijos dejan de joder con la pelota y los niñatos ejercen de tales, los niñatos de Cádiz carecen de rival. El espectáculo se antoja austero y sobrio. ¿Sobrio? Serrat y Miralles se pimplan la botella de cava, Joan Manuel alarga las frases, Penélope espera en la estación del Ave, hermosa hoy como ayer, otros monólogos de la noche versan sobre mendigos y dineros, el Mediterráneo entiende de emociones lindas, conmueve Serrat a su entregada audiencia, a la que utiliza como si estuviera en el diván del psiquiatra. "Yo diciendo tonterías y ustedes tan callados", remarca el viejo y sabio poeta, que resucita a Curro el Palmo, en versión que recuerda a la brillante interpretación que grabase el difunto Antonio Vega. Quejío estremecedor. Más éxitos. Al cielo de Cádiz no le iría nada mal una mano de pintura. Para la libertad, nadie mejor que Serrat y sus poetas de cabecera. Serrat echa un bailecito, entona un travieso tirititrán, la gente pide Lucía a gritos, Serrat recita la buenaventura y luego da su voz a torcer. Locuaz, pero también resposado, Serrat canta lo que le da la gana, no hay nada más bello que un canto contra el olvido. "Vive cada día como si fuera el último, que un día acertarás". Postrero refrán rollito primaveral, la gente se suelta y toca palmas en los postres, demasiado tarde, pudo ser un gran día y lo fue de veras, una experiencia religiosa. El maestro supo hasta manejar los altibajos de su voz e interpretar el papel de su vida. Con naturalidad y un arte descomunal. Menos mal que su madre, que quería una nena, no lo fue a "descambiar". Sin Serrat las mujeres serían menos dichosas y los hombres jamás aspirarían a ser los poetas de la calle. Serrat calló a dos mil gaditanos. Milagro en la Catedral. La Buena Vida.

Julio 09, Verano, Diario de Cádiz
La foto es de Kiki

Sale el sol para Merche Corisco

De los bares a los grandes escenarios, y viceversa. Tomen nota quienes ponen puertas al mar de la música y resucitan leyes prohibicionistas. La trayectoria de Merche Corisco, que hoy presenta en la portuense sale Milwaukee su tercer álbum tras nueve años de silencio discográfico, da mucho que pensar. Creció en calidad de alumna aventajada de Janis Joplin, al menos fue la etiqueta que le colgaron. Curtida en las distancias cortas, en noches de reducido aforo, donde la música se palpa de veras, aprovechó la nueva ola de cantautores de mediados de los años noventa, aunque ella sea más rockera, pero se topó de frente, en la siguiente legislatura, con la enfermedad de la triunfitis y las operaciones rentables pero odiosas de la mafia del baile. Y lo dejó, y ahora ha vuelto. En realidad nunca se fue del todo. Su flamante disco, "Oasis", retrata con precisión a la autora en el momento que le toca vivir.
Merche Corisco, madrileña del sur, mimada por compañeros de oficio, libre desde dentro, encontró el silencio en la provincia gaditana, donde la inspiración llegó a bien puerto. De Santa María. Otros enamorados del sur del sur brindan sus voces en "Oasis", tales como Javier Ruibal, trovador por excelencia de la Bahía de la Luz, o Quique González, cantautor eléctrico y asiduo visitante de la ciudad del viento. La Corisco se muestra combativa, salvaje y sensible, brillante y expresiva. Lo mismo canta a la vida alegre y divertida, en "Salió el sol", que afea la conducta del mundo en "Caja de zapatos", la pieza donde Ruibal presta su cálida voz.
En su reciente viaje a Londres, donde encandiló al personal con su particular estilo donde se citan el rock, el pop y sus derivados, tildaron a Merche de "spanish rock queen", la reina del rock español. Conviene acercarse a su rincón myspace para comprobar la categoría de sus amistades: Ani Difranco, Rickie Lee Jones, Tori Amos ... Precisamente, las redes sociales proporcionan a la artista la promoción internacional que la industria, por llamarla de algún modo, ningunea en tiempos tan globales como catetos, a partes iguales. Merche se expande como el tiempo, ahora de Levante, luego de Poniente, a veces en calma. Merche Corisco marcha en pos del sol, ya tendrá otoño para volver a sus minigiras europeas que la distinguen como un exponente de la riqueza musical de esta tierra. De momento, se deja querer por la brisa gaditana en este verano. Hoy canta en El Puerto, el día 19 en San Roque, los días 23 y 25 en Los Caños de Meca, el uno de agosto en la playa de La Victoria de Cádiz y el dos en La Línea. No hay excusas.

Julio 09, Verano, Diario de Cádiz

miércoles, 15 de julio de 2009

Serrat en Cádiz, poetas en libertad

Para la libertad, Joan Manuel Serrat. Si la libertad, como el amor, se conquista a diario, golpe a golpe y beso a beso, el cantautor catalán, que hoy actúa en la plaza de la Catedral de Cádiz, renueva cada noche su pasión por la poesía, que es la vida. A punto de concluir la grabación de un nuevo álbum en homenaje a Miguel Hernández, treinta y ocho años después de que pusiera música a los textos del poeta de Orihuela, Serrat llega a Cádiz embarcado en su gira más intimista y cercana, de la mano de su inseparable Ricard Miralles y con una colección de clásicos populares intergeneracionales que pertenece a todos. Como la poesía, como la alegría que el Nano defiende en boca de si querido Mario Benedetti, la alegría como trinchera, estandarte, certidumbre y atributo, frente a la ajada miseria, las anestesias, la melancolía, las lágrimas tibias, las buenas costumbres y la propia alegría, siempre en defensa propia.
Cuatro meses después de su simbólica intervención en el teatro de Las Cortes de San Fernando, a vueltas con la libertad, Serrat devolverá la música a la Catedral de Cádiz, donde su antecesor, Paco de Lucía, dejó una estela imborrable. De Algeciras a Estambul, del Mediterráneo al Atlántico, del 2010 de La Isla al 2010 consagrado al centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández. Del Doce ya hablaremos, y del Trece ni hablar.
"Hijo de la luz y de la sombra" se titulará el segundo disco que Serrat publicará en tributo a Hernández, tras el legendario trabajo del 72. Amparado en arreglos de Joan Albert Amargós, Serrat ofrecerá su particular visión acerca de trece poemas jamás musicados. Habrá disco y gira hispanoamericana, por supuesto. Letras, músicas y un documental especial sobre la figura de Hernández, cuya lectura a fondo ha deparado al legendario artista catalán grandes sorpresas, según ha declarado recientemente, para quien la obra de Hernández traspasa los muros del tiempo y viven el presente de forma conmovedora. El álbum se publicará a finales de noviembre y su estreno en público está previsto para el 23 de marzo próximo en Elche, con motivo del Bicentenario Hernández.
El Bicentenario de La Pepa juega a seguro con Serrat, el descubridor de poetas y conquistador de corazones. Con el triplete culé bajo el brazo, y un montón de proverbios chinos para ir tirando, Joan Manuel, que siempre ha hecho lo que le ha venido en gana, agota localidades allá donde pisan sus zapatos. No falla. Ni crisis, ni leches. Simplemente Serrat. Nunca es triste la verdad. El perito de tantos pálpitos, biólogo de la lógica humana, tornero fresador y sexador de pollos, amante profesional de lo vitivinícola con bodega propia, Serrat aparece por los escenarios de la Piel de Toro causando envidia entre el sector turístico, el cien por cien de ocupación, divertido y socarrón, charlatán y pinturero, gurú de la músicoterapia, al carajo la quimioterapia. Desde que le dio el jamacuco, cinco años atrás, Serrat no ha hecho más que pensar en la salud, la suya, la del mundo, la salud de la poesía diaria, y cada noche ofrece su particular "gracias a la vida", a pecho descubierto, desafiando las leyes de la gravedad de la industria discográfica, pasando un kilo y medio de las disputas autonómicas, el poder y la mezquindad. Serrat ya es de todos, y de nadie en particular.
Se cumplen cuarenta años de la primera gira americana de Serrat, y otros tantos de su célebre disco a Machado. Y hace veinticinco años desde que hiciera veinte años de los veinte años del poeta Serrat. Poeta de poetas, músico de cabecera de palabras rotundas y libres de Neruda, García Lorca, Galeano, García Montero, Alberti, León Felipe, Cernuda, los susodichos y otros muchos. Para la libertad. Miralles y Serrat, solos ante el peligro, un lujo para los sentidos.
Los más veteranos, entre su heterogénea afición, podran revivir esta noche, en diferente entorno, marco incomparable con más veras, los conciertos del Cortijo de los Rosales y las noches del Pemán. Los más jóvenes conocerán de primera mano a una figura indiscutible del arte accidental, el maestro que sigue poniendo voz a las luchas, los silencios, los sentires y las certeras dudas del mundo hispano, el hombre que conquistó su libertad en tiempos del rencor y que ahora la regala, envuelta en música de papel, a tantos necesitados. En días grises, donde todo parece blanco o negro, los clásicos de Serrat representan la tolerancia, la libertad y la música del alma. En permanente combate, esgrimiendo la poesía como arma cargada de porvenir. Para la libertad, Joan Manuel Serrat.

Julio 09, Verano, Diario de Cádiz

El poeta gaditano Luis García Gil analiza la obra de Serrat en su artículo "Una catedral de canciones". Ahí va el enlace http://www.diariodecadiz.es/article/cadiz/470423/una/catedral/canciones.html

martes, 14 de julio de 2009

Última gira de Miguel Ríos

Un patio de colegio lleno de chavales, había chavales encaramados a los árboles, a las azoteas, a los muros, muchos de ellos entonaban por primera vez el grito de libertad, bailaron su primer rocanrol sobre los recuerdos de sus mayores, sentían el suelo palpitar, y a la par abrían su mente a un tiempo efervescente, a las puertas de la percepción que se presentaban ante sí con años de retraso. Miguel Ríos trajo su exitoso Rock & Ríos a El Puerto de Santa María. Los aficionados al rock ya disfrutaban de conciertos de rock andaluz, rock sinfónico, algo de rock madrileño, y en sus tocatas sonaban, sin prejuicios, los clásicos y los modernos, los precursores y los nuevaoleros. Pero hasta la fecha, verano del 82, no habían presenciado en directo algo semejante. Si áun no existe en España una infraestructura musical en condiciones, imagine hace tantos años. Miguel Ríos tiene mucha culpa de que el rock saliera de las cavernas. El concierto resultó eléctrico, vibrante, rompedor, sin respiro, basta con escuchar el disco que ilustra aquella gira para percatarse del clima, la tensión, la euforia, el ritmo de unos días trepidantes. Hoy, Miguel Ríos, tras una carrera plena de luces y sombras, celebra su última gira, la del adiós. Sus compañeros han grabado un disco de homenaje. Merecido homenaje a una voz del sur del rocanrol.
A Miguel lon hundieron del tirón, le buscaron las cosquillas a la siguiente, perdió dinero en algunas giras posteriores a su momento culminante, pero ofreció mucha música de calidad. Quizá no le perdonasen sus discursos demagógicos entre canción y canción, su postura de líder, la canción que alentó el cambio, y que utilizó Felipe para alcanzar el poder. En España, en líneas generales, la gente no quiere a sus artistas. Miguel lo sufrió en sus carnes, pero también tocó el cielo.
El chaval rocanrolero que marchó de Granada a Madrid para buscarse la vida en la radio triunfó sin operaciones dermohistéricas, se alzó a la cúspide con el Himno de la Alegría, regresó al rock cuando los vientos soplaban propicios, publicó algunos discos memorables y otros irregulares, se decantó por la tele en programas discutibles pero históricos, enlazó generaciones de músicos, mimó a algunos talentos, se dejó querer por los cantautores y de vez en cuando retornó a la senda. Frente a otros productos de finales del siglo pasado, la música de Miguel Ríos se mantiene vigente, escuchen el año 2000 no más. Lástima que el disco de homenaje oficial, nada que ver con otro más modesto que circula por ahí y que parece más sincero, suene de aquella manera, abundan las versiones flojas o desafortunadas, salvo excepciones, pocos rockeros se suman a la iniciativa, aunque cuelan a algún rondón, y da la sensación de que nadie como Miguel para cantar sus propios temas.
Ahí va una crónica del primer concierto de la gira de despedida ...http://www.efeeme.com/noticias/noticias_ficha.aspx?id=4829

lunes, 13 de julio de 2009

Dibujando un vampiro

Hablábamos ayer sobre los demás. Lo que nos gusta rajar acerca del próximo. Se dice que cierta gente tiene más peligro de espaldas que de frente. Su puntito de falserío lo tenemos todos. Uno aprende, con el tiempo, que los vientos giran, no siempre a capricho, y que mañana puede ser hoy y hoy puede ser nunca. Hay quien busca enemigos. Otros sellan alianzas imposibles. La rueda viene con fuego, una bola de nieve y fuego. En el camino, encuentras vampiros de diversa clase. Se conocen vampiros que se nutren de energía ajena, y vampiros que succionan hasta los huesos, vampiros creativos, vampiros pasivos, malandrines del copiar y pegar, espantaideas, vampiros geniales, vampiros impostores, funambulistas de la mentira a medias, vampiros de día y vampiros de luna llena. Procede un toque sibilino, un gesto, dos detalles mínimos, y las presas son presas del encantamiento mortal de necesidad. No es fácil adivinar las intenciones de un vampiro, aunque sí sus consecuencias. Gente anulada, gente atribulada, gente atrapada, gente encumbrada, gente estrellada, gente inteligente que no consiente la guerra permanente, gente cansada. A veces me entretengo descubriendo vampiros entre la gente. Un pasatiempo que puede costar caro. Talacozamuymal. Peor que se va a poner. Venden entradas pa la catástrofe mayor. Sangría de verano, corazón en adobo.

domingo, 12 de julio de 2009

Tarde y mal

Tarde y mal. Hay películas que llegan a Cádiz con escandalosa demora y en condiciones penosas, como si la cultura estuviese sólo al alcance de unos pocos o fuese un lujo, capricho más iva. El último ejemplo: "Tetro", de un tal Francis Ford Coppola, la película que supone la consagración internacional de Maribel Verdú, flamante Premio Nacional de Cine. Parece que no basta con tales premisas. "Tetro" se ha estrenado en Cádiz con una semana de retraso, con respecto a otros rincones del país, y sólo se proyecta en Multicines el Palillero de Cádiz. Las distribuidoras así lo han querido. Será que el blanco y negro, que domina el filme cuando late el presente y pasa al color al echar la vista atrás, se considera ahora de arte y ensayo. Será que el punto dramático de la obra, localizada en Buenos Aires, no mola a los dictadores de los gustos cinéfilos. Será que las despiadadas críticas en Cannes, puñaladas a cara de perro, han influido lo suyo. Será que manda el parné sin más miramientos. Autores de similar renombre han padecido los mismos efectos devastadores. El documental de Martin Scorsese en torno a los Rolling Stones duró un par de días en un cine de Jerez, y nada más. Y la mágica "Scoop" de Woody Allen, con Scarlet Johansson de protagonista, apareció por estos lares con un mes de retraso y, del mismo modo, se tuvo que conformar con cines de reducidas hechuras y carteleras que apuestan por la decencia y la calidad. O algo así, que sobre Woodstock nada hay escrito, si acaso un festival de barro, paz y amor. En la mayoría de las ocasiones, como si el séptimo arte hubiese retrocedido en el tiempo, los aficionados se deben conformar con salas minoritarias o aguardar la publicación del correspondiente deuvedé, que por ventura ahora sale a la venta tres meses después del estreno. Como en el caso de los discos musicales, los largometrajes comerciales ven recortada o mutilada su vida pública, en estos tiempos de usar y tirar. Al top manta del tirón. Siempre nos quedará Alcances. Si Fernando Quiñones levantase la cabeza endiñaba una peli en versión riginal subtitulada sobre los mercachifles del celuloide y sus tácticas torpes y obtusas.
No obstante, algunos cines, mejor no mencionar nombres, aprovechan las estrategias malvadas de las distribuidoras para aplicar su particular autocensura o mostrar sus intenciones a las claras. Aún se recuerda el paso fugaz de "Los lunes al sol" por Cádiz, la capital del paro, Cádiz es Vigo con más sordos de Astilleros. La película, salvada también por El Palillero, fue tachada por diversos cines de postín, no fuera a contagiar de "rojerío" al personal en pleno aznarismo.
La culpa no es del cha-cha-cha, ni siquiera del boogie, y tampoco de los empresarios de cines, que bastante tienen con pugnar contra el olvido que toca la puerta cada noche. La responsabilidad de que grandes películas sean sometidas al ostracismo se puede atribuir a las distribuidoras. Hoy por hoy, ni la crítica especializada ni el público ostentan el poder de opinión, ya no valen los gustos de las mayorías y minorías silenciosas. Las tendencias vienen ya marcadas, como las cartas del juego de naipes más tramposo. Basta con lanzar pocas copias al ya famélico mercado cinematográfico, que comienza a envidiar a lugares tan cutres como el youtube o las webs piratas, por no hablar de la caída en desgracia paulatina de los videoclubs, en competencia desleal con las telepizzas o las barracas de frutos secos. Cuentan los expertos en la materia que, salvo en el caso de grandes capitales, las distribuidoras son reacias a cuidar el producto, que practican la política del dinero fácil y la falta de respeto a la industria. Vamos, que no creen ni en sí mismos, pecado similar al exhibido por la industria discográfica. Eso sí, las distribuidoras se pasan por el arco del triunfo a grandes directores de todos los tiempos. Primero acabaron con los cines, ahora van a por el cine. Pronto, sólo pondrán teleseries.
Para más inri, la cinta de Coppola ofrece una sensacional pero desvirtuada Maribel Verdú, doblada y redoblada, viviendo sin vivir en ella. La escena nacional, entretanto, aplaude y reconoce por fin la trayectoria de la actriz, que no ha necesitado venderse a la Nba para alcanzar el prestigio, que no la fama. La fama se consigue ahora de cualquier manera.

Julio 09, Cultura, Diario de Cádiz

Blues de la alegría

Humo y blues. Hielo y sudor. Una botella de Jack Daniels en un rincón del escenario. Del Missisipi al Guadalete, pasando por Milwaukee. Hay gente que ha visto a la Vargas Blues Band media docena de veces por estos lares y no se cansa. Quien dijo que el blues significa tristeza y reiteración, no ha roto un prejuicio con la banda de Javier Vargas, que estuvo inmensa en El Puerto. Cuarteto básico casi a ras de público. Lleno en la sala, pero sin agobios, no vendieron más entradas para preservar a músicos y aficionados. La noche lo agradeció. Lujazo de rocanrol, ritmo y blues, música negra de alta calidad e impecable factura. Pasión y maestría. El nuevo cantante, Tim Mitchell, negro para más señas, aporta alma, sabor y vida. Un personaje con recursos. Guiña a las pibas, sea cual sea su edad. Mueve los pies con destreza, bromea con varios tonos de voz, Engancha y no te suelta, como el sonido arrebatador del blues de la alegría. La banda concede prioridad al contenido de su recién editado disco en directo, que contiene algunas piezas de nuevo cuño, pero intercala pasajes de la carrera del artista, versiones y más de una sorpresa. De entrada, esconde a Tim Mitchell hasta la tercera canción y ofrece entre tanto dos temas del legendario bluesman argentino Pappo, "Tren de las dieciséis horas" y "Blues local". El poderoso y vehemente vocalista arremete luego con guiños a BB King, hablando acerca del blues, y la mítica "People get ready", éxito de los Impressions, 1965, que ha cantado medio mundo en blanco y negro, desde Curtis Mayfield hasta Bob Dylan, que ha grabado tres revisiones diferentes del himno negro. Con la gente volcada, cercana, cómplice y sincopada, Vargas se luce en cada tramo del concierto, en segundo plano y sin sobreactuar. Piezas emblemáticas como "Sad eyes" o "Texas tango" se dan la mano con un par de tributos a Jimi Hendrix, "Purple haze" y "Vodoo Chile". No suena "Down by the river", el canto de Neil Young que cierra el álbum en directo, pero el público rinde honores a Vargas y compañía tras permanecer un par de horas en trance merced al hipnótico estilo del grupo, que borda el blues eléctrico, apenas pasea por las fronteras latinas o flamencas del estilo del creador, pero, a cambio, firma una sensacional fiesta de blues, rock, funk y soul que a veces blanquean con country o rock sureño. O será que beben en las mismas fuentes que los Allman Brothers. Nada que envidiar a los grandes del género. Acaban bebiendo a morro y haciendo el tren. Glorioso.
 
Julio 09, Verano, Diario de Cádiz
Foto de Fito Carreto

sábado, 11 de julio de 2009

Vuelo de pájaros, de Joan Miró

No me da la gana. Paso de escribir sobre trajes, toros y turbulencias. Sangre en el ruedo, silencio en la rueda de prensa, sale el sol para todos. Callan los mangonettis. Curioso devenir del espectáculo sin fin: antes los políticos se reunían con los periodistas para informar, opinar, intercambiar ideas, y sobre todo, contestar a las preguntas. Hoy no hay preguntas. Cara a cara, citan a los medios y ofrecen un silencio estremecedor. Así que otros periodistas eligen la calle para cornear a los muditos con cuestiones graves, asuntos de familia, retratos de una época. Mientras, los famosillos eluden el cerco y hablan a la cámara como si fueran políticos, han cambiado los papeles en un descuido y el panorama se antoja único. Políticos a la carrera, famosillos en el trono del palique absurdo. No me da la gana de hablar sobre trajes. Prefiero el trapecio. Me detengo en un pájaro chico que aletea en la ventana. Los seres urbanos no comprendemos las leyes de la naturaleza, por un momento me temo lo peor, el pajarito agoniza, nada se puede hacer por él. Minutos después compruebo que ha nacido un ave de paso, gorrión de la periferia del aire, que busca un hueco entre el nido improvisado, mira lo imposible y huye de los primeros rayos desconocidos. La delgada línea que separa la vida y la muerte. Pájaro libre con manchas rojas. Su madre chilla, es la hora del almuerzo y llama a los polluelos. Menú del día: esperanza, animales y fruta del tiempo por venir.

viernes, 10 de julio de 2009

Vargas Blues Band vuelve a El Puerto

Con nuevo disco en directo bajo el brazo, y los horizontes musicales en permanente contagio de estilos y culturas, la Vargas Blues Band retorna a la sala Milwaukee de El Puerto de Santa María. Esta noche, la banda del legendario músico madrileño, hijo de emigrantes españoles a la Argentina, artista apátrida en el sentido más libre del término, despliega su heterogéneo y poderoso repertorio, acaso en uno de los mejores momentos de su carrera. El prestigioso guitarrista de blues, que a partir del año 91 supo encauzar su estilo y trayectoria cosechando éxitos a ambos lados del charco, se presenta en vivo como quien viaja a bordo de un crucero muisical. Y como el espectáculo siempre debe continuar, no cesa en su intento de captar nuevos admiradores en cada puerto. La Vargas Blues Band, oasis en el desierto rockero de este verano, cerrará la semana próxima los festivales de Pamplona, con motivo de los Sanfermines, y luego emprenderá gira por Europa, pero antes renovará su pasión por el rocanrol de la Bajamar portuense, allá donde se cruzan el Vaporcito y el Catamarán, como el rock, el blues y los ritmos flamencos.
Para afianzarse como maestro a la hora de hermanar géneros aparentemente remotos, y de ensamblar bandas con brillantez y eficacia, Javier Vargas ha tenido que tocar y que recibir muchos palos. Hoy se le conoce como uno de los máximos exponentes del blues hispano que se da la mano con los ritmos latinos, el flamenco, el country, el rock duro y demás derivados. Ayer tuvo que currárselo de aquella manera. Nacido en Madrid, marchó rápido a conocer mundo, por razones familiares o meramente artísticas, y retornó a la República Argentina, vivió en Venezuela y los Estados Unidos y retornó a Madrid a finales de los años setenta, con la maleta cargada de postales musicales americanas del sur, del Caribe y de Nashville o Los Ángeles. Ni que decir tiene que la rica cultura rockera argentina influyó lo suyo en la formación del joven Vargas. Nadie olvida que los argentinos inventaron el rock en castellano y lanzaron al mundo figuras rutilantes de la talla de Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Andrés Calamaro y demás.
Un crucero abrió las puertas a Javier Vargas a su llegada a España. Allí aprendió los mejores trucos y se preparó para el contradictorio futuro. Treinta años atrás, otro guitarrista llegado de Buenos Aires, Salvador, reclutó a Javier para diversos proyectos, entre ellos su grupo Banana, en el que participaron de uno u otro modo músicos como Pedro Ruy Blas, Jorge Pardo o Pedro Talavera, a la sazón cantante de los gaditanos Simun. Vargas integró otras bandas como Cráter, Pasarela y RH+, donde tocaba Nacho Campillo, posteriormente líder de Tam Tam Go. Y ejerció de guitarra solista en la Orquesta Mondragón y la banda de Miguel Ríos. De hecho compuso varios temas para Miguel Ríos, "Un caballo llamado muerte", "Rockero de noche", "Nueva ola" o "El laberinto". Y salió de gira con varios espectáculos del rockero granadino en pleno apogeo previo y posterior al Rock & Ríos. Así que, visto lo visto, que no le vengan a Vargas con tonterías. A la postre, merced a la Vargas Blues Band, que no cesa de ampliar sus miras, Javier ha compartido honores, estudios de grabación y escenarios con relevantes figuras del rock mundial. La lista se antoja interminable. Trabajito le ha costado. El Puerto vuelve a su encuentro.

Julio 09, Verano, Diario de Cádiz