miércoles, 11 de noviembre de 2009

"Los tontos de Rafael", Alberti mágico

"Yo nací, respetadme, con el cine ..." Así parte "Los tontos de Rafael", la obra teatral, a la sazón espectáculo multidisciplinar que ha creado Luis Alberto Cuesta basándose en textos, imágenes y sueños del poeta. Por el guión del promotor cultural, que trabajó durante muchos años en El Puerto de Santa María, desfilan "personajes de carne y magia" y comulgan elementos diversos: poesía, música, teatro, danza, la voz, la imagen, el color, el cine mudo y el humor. Puro Alberti, pero también "el Rafael Alberti que nadie imagina, luminoso y gráfico".
Con el apoyo institucional de la Fundación Rafael Alberti, aunque sin subvenciones públicas previas, el proyecto se estrenará en Puerto Real, en fecha aún determinada. Cuesta espera respuesta del Ayuntamiento de El Puerto para escenificar "Los tontos de Rafael" en su tierra, a diez años de la muerte del universal artista portuense.
La obra, que sorprende y atrapa de primeras, se inspira en poemas de "Yo era un tonto", "Sobre los ángeles", "Poemas escénicos", "El enamorado y le muerte" y "La Arboleda Perdida". El Poeta, Charlot, Buster Keaton, Harold Lloyd y la Oca (Vaca, Mujer o Toro) y otros personajes inesperados, magos y payasos, se entrecruzan en escena, suena algo de jazz y flamenco, así como el elogio de Shakespaeare al vino de Jerez, y se barrunta un final taurino por bulerías.
Participan en el elenco Carolina Calema, Gladys Guzmán, Aitor Miguens, Fernando Gallego y Germán Torres, así como el músico italiano Renato Di Prizio y la productora Kristina Rastrilla, sin olvidar a Rafael Álvarez "El Brujo", que aporta la voz en off.
La pasión de Alberti por el cine se gestó en la Residencia de Estudiantes, al socaire de la surreal cofradía de poetas llamada la Orden de Toledo, formada por Luis Buñuel, García Lorca, Dalí y María Teresa León, entre otros muchos. Rafael llegó a pensar en una versión cinematográfica de "Sobre los ángeles". Él, que tanto había escrito sobre las primeras figuras del cine mudo, se sorprendió años después al conocer, de la mano de Geraldine Chaplin, que a su padre, Charlot, le gustaba mucho su poesía.

Noviembre 09, Cultura, Diario de Cádiz

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