Leiva y Quique González graban un disco al alimón en casa de Paco Loco
Las doce del mediodía no es una hora muy rockera que digamos. Miguel Leiva, la mitad de Pereza, descuelga el teléfono y suelta del tirón con su voz castiza: "Buenas tardes". ¿Tardes, noches, días? Verano. "Los artistas salen en verano, una tradición muy agradecida del rock and roll. Todo cobra sentido cuando sales a la carretera, de hecho los discos son la mejor excusa para emprender una gira". El próximo jueves, Pereza presentará en la plaza de toros de El Puerto de Santa María su álbum "Aviones", en formato multitudinario, tras la gira de teatros donde el nuevo repertorio del grupo madrileño tomó diversos derroteros. "La banda está sonando bien. Siempre nos gusta dar un salto a Cádiz para ver a los colegas y visitar lugares como Zahara o, en este caso, El Puerto. Iremos a ver a nuestro amigo Bunbury, aunque no le meteremos en ningún aprieto, no subirá al escenario con nosotros, será una visita personal".
Leiva conoce bien la particular escena musical portuense, originada a partir del trabajo del productor Paco Loco. "Y Gary Louris", alma mater de los Jayhawks, "gente muy de verdad, de los tipos importantes del rock and roll". Y menciona a su compadre Quique González, sólo falta que las ondas se arranquen por la pieza del trovador eléctrico de Leganés: "Conduciendo hacia El Puerto de Santa María ..." "Grande Quique, uno de mis mejores amigos, por no decir hermano. Empezamos juntos hace diez años, bebemos de las mismas fuentes, hemos escuchado lo mismo, sentimos la misma pasión por gente de la talla de Bob Dylan, los Rolling Stones o Muddy Waters. Y Leño, claro, el grupo que encendió la mecha del rock español", la banda de Rosendo Mercado, que los miembros de Pereza tomaron como ejemplo para dar sus primeros pasos. Al comienzo, Rubén y Leiva tocaban versiones de Leño. Luego han derivado en un estilo inconfundible que, al tiempo, no esconde influencias, "sin trampas, de forma natural, nuestra manera de escribir y cantar responde a todo lo que hemos escuchado. Digamos, en clave de metáfora, que ahora tenemos una misión divina, la misión de inculcar a los jóvenes la causa del rock, de Dylan a Hendrix, pasando por T. Rex. No disimulamos nuestros gustos".
A vueltas con la cultura del rock, tan azarosa y voluble en este rincón de la Piel de Toro, Leiva matiza que "lo de misión divina es una metáfora", no vayan a pensar que se ha vuelto loco como Little Richard, estilo predicador, pero asume su condición de mensajero del rock and roll, quebrando la brecha cultural. "Entre el público que viene a vernos hay de todo, desde 18 a cuarenta y tantos años, pero nos motiva ejercer de transmisores y nos llena de orgullo que alguien descubra a otros artistas a través de nuestra música", "De chavales escuchábamos mucho a los Stones; ellos nos hablaron de Robert Johnson, así conocimos a uno de los precursores del blues y del rock and roll". Rockeros blancos llevaron a millones de personas a cultivar el blues negro, antes de vanguardia, ahora en los pilares del clasicismo universal. "Ahí empezó todo, en el blues ..."
Cita Leiva al legendario Tom Petty y sus rompecorazones, "uno de mis ídolos", y sugiere que algunos de los compradores de "Aviones" se ha decantado luego por "Wallflowers" del americano. Leiva se extraña de que Petty nunca haya tocado en suelo español, "estamos todos locos por verle en directo", y confirma entre bormas y veras un detalle curioso. "Es cierto, hay una foto de Quique González que recuerda a la portada Damn the Torpedoes, de Petty, lo hemos comentado alguna vez. Los músicos enamorados de la música siempre ofrecen pequeños mensajes encriptados, el lenguaje del rock and roll es así". Pura complicidad, un grito de libertad y un guiño al aire.
El músico madrileño no cree que el hip hop haya suplantado al rock & roll, como apuntan por ahí, y que haya heredado el espíritu rebelde de la música visceral nacida en los años cincuenta. "Dicen que los raperos son los rockeros de antes, yo no lo creo, el rock contaba con connotaciones diferentes y el hip hop funciona muy metido en la sociedad. El rock nunca entró en la sociedad se quedó al margen, aunque ya no nada a contracorriente". Hechuras y actitudes engullidos por la marea global, o algo así. Leiva no se arredra, resiste y anima a "mantener la llama del rock, que debe seguir siendo un incordio, algo divertido, golfo e ireverente. Nos han criticado bastante por decirlo, pero yo, si no lo paso bien de gira, mejor me voy a una oficina". Admite Leiva que Pereza recibe críticas por ambas partes, no son pijos ni macarras, pero cautivan a parte de éstos, no parecen encontrarse en un sitio concreto, pero a estas alturas "no tenemos que demostrar si somos más o menos rockeros: los del rock nos acusan de hacer pop y los del pop nos tildan de rockeros. A los quince años me preocupaban las cosas, ahora sólo busco diversión, hacer canciones y emocionarme".
Corren días rojos. Por mor del triunfo en Sudáfrica, "la gente está contenta y tiene ganas de celebrar, buena señal para la gira de verano". Leiva, rockero futbolero colchonero para más señas, se apasiona: "No es un espejismo. Ha ocurrido, somos campeones del mundo el fútbol suele ser injusto pero esta vez ha sido justo con quien juega mejor, con elegancia y eficacia. Ha sido acojonante, España ha inventado un fútbol nuevo, aunque en todo ello tiene mucho que ver el Barcelona. Bien jugado, bien ganado".
Otro colchonero de pro, Joaquín Sabina, rejuvenecido en su ultimo disco por los mismos Pereza, merece otras consideraciones. "Sabina nos ha cogido de amuleto. Nos llamó para que desaliñásemos el disco. Así nos lo dijo: Quiero que me desaliñéis el disco, y ha salido una cosa preciosa de esta colaboración, incluida la gira argentina. Trabajar con un poeta y un músico tan grande es como seguir un curso rápido, un regalo; seguiremos haciendo cosas juntos". Leiva, por cierto, al margen de Pereza, ha registrado en el estudio portuense de Paco Loco un disco al alimón con Quique González. Sorpresa.
La conversación viaja de Madrid a El Puerto, pero vuela también a Argentina, donde Pereza comienza a cosechar admiradores. "Estamos empezando poco a poco, tocamos en bares pequeños, allí la escena es tremenda, allí tienen una tradición de rock and roll y un público, por cierto, como el del Atlético de Madrid, locos por el rock, locos por la pelota".
Julio 10, Verano, Diario de Cádiz