viernes, 10 de octubre de 2008

Cuatro vientos

Despojar a una familia, de malas a primeras, a estas alturas de película, de vivienda y trabajo de una tacada constituye un crimen de dignidad. La familia Díaz, concesionaria del bar Cuatro Vientos, mucho más que un bar a la orilla de la Puntilla, ha reunido diez mil firmas contra el desahucio de las legendarias instalaciones. Con diez mil votos, ojo al paralelismo, en El Puerto sale uno investido alcalde, así que la fuerza de diez mil firmas tendría que bastar para alzarse con la razón con más veras. Tantos años de futbolín, tantos años de charlas a medianoche, no se sabe cuánto tiempo habría de pasar para que el pedazo de tierra que mira a la Bahía olvidase la confluencia de vientos benignos que José Díaz y su familia crearon a la vera de la playa, un microclima especial, donde gente de toda edad y condición ha pelado la pava, jugado al porvenir incierto o almorzado en grata compañía alguna vez. Con musiquita celestial de fondo, bajo la atenta mirada de Pepe y cía, rodeados de amigos desconocidos, cuidando cada detalle. Cuatro Vientos, vida en movimiento. No al desahucio. ¿Un hotel? Las autoridades portuaria y terrenal no han caído en la cuenta de que hay un hotel fantasma pidiendo socorro en plena carretera, dos años lleva implorando una solución, con sus trabajadores en el limbo y una historia detrás. Caballo Blanco, símbolo de la desidia, la ambición y el signo de los tiempos. Cuatro Vientos, ejemplo de tesón y cariño. Cara y cruz del urbanismo feroz. Mejor no mentar los enésimos planes inmobiliarios del emporio fantasma por antonomasia: Puerto Churri. Por el Caballo Blanco desfilaron artistas, reyes, futbolistas, famosillos. Por los Cuatro Vientos, más personas que personajes. Los trabajadores del hotel y los propietarios morales del bar merecen una alegría en estos tiempos de presunta incertidumbre. Una cosa buena ha descubierto la simpática crisis con que nos atemorizan: ha sacado a la superficie a los seres humanos, ha puesto cara al desbarajuste, ha limpiado alguna conciencia, ha puesto en guardia al personal y desenmascarado a los mequetrefes del parné fácil. Un poquito de humanidad, por favor.

Octubre 08, El Puerto, Diario de Cádiz

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Humanidad le pides a los mercaderes?. Porque los de la Autoridad Portuaria son unos meros especuladores y mercaderes. Un buen trabajito de investigación sería averiguar quienes son los que se han llevado todas las contratas de la "remodelación" y urbanización de la otra banda. Seguro que sale más de un cuñao. A ellos le va la marcha de reflotar empresas, como han hecho en Puerto Sherry. Seis años -o así- con Puerto Churry incautado y limpiandoselo de polvito y paja a Pedro Bores y a Joaquín Rivero, unos típicos especuladores de libro, y al final, después de administrarselo, se lo devuelven para que, con un poquito de ingeniería financiera, trinquen unos pocos de millones y otra vez a lo mismo. Y encima, José Luís Tejada, el administrador colocado por la Administración del Estado durante estos años, -qué le pregunten a los que lo sufrieron en la quiebra de Terry y Caballero-,eso, este alto funcionario, depués de broncearse estos años y hacer muchos amigos entre la "jet", se ha pedido una excedencia y... se queda de gerente del complejo náutico. Así nos va en este país, este es un calco de lo que va a pasar con los 30.000 millones de Zapatero. Dinero y personal de la Administración del Estado para sanear empresas privadas.
Claro, que lo primero que ha hecho el nuevo gerente se ha subido el sueldo. En la función pública ganaría excasamente 2.500 € al mes, ahora aquí, son 4.000 más las propinas de los agradecidos ¿no?, que es perfectamente legal, claro. Entre las primeras medidas ya decisidas va ser cerrar el Yacth Club Hotel en temporada baja. El personal pasará al paro esos meses y asínnn, los mágicos empresarios antes citados no tendrán tantos gastos. Al parecer es inminente. Así que, lo de "reflote" de Puerto Sherry, mentira cochina.
Pues eso... ¿a qué venía todo esto? ¡Ah!, eso, personajes como estos, dirigidos por el también mágico Rafael Barra, son los que quieren que esta familia deje de ganarse la vida y vivir en ese lugar emblemático de El Puerto. Para organizar con las manos libres sus chanchullos económicos de los cuales... se beneficiarán mágicos empresarios con las manos... completamente limpias. Y esto es lo que hay, compañero. El patio no está revuelto porque el personal está más cómodo sin revolverse. Cuando nos pase lo que decía Toro Sentado, entonces, alrededor de la fogata y fumándonos una pipa de lo que haya, recordaremos lo que fuimos y lloraremos por lo que nos habremos convertido. Si no lo remediamos.
Besos
Aljofaifa

Enrique Alcina Echeverría dijo...

Miau, apocalíptico, oiga. Lo de Puerto Churri tiene castaña, la madre de todas las batallas políticass y chanchullos urbanísticos. Hombre, espero que la Autoridad sea competente y que no se cumpla lo que barruntas, yo confío más en Barra que en otros nombres que mencionas, a otros no los conozco, parece que sabes musho del tema, crisis versus crisis, ¡socorro!
Un saludo.

Breuil dijo...

Mira, al menos, que la especulación y la crisis, amén de vaciarno los bolsillos, no se nos lleve nuestra feliz cotidianidad y todo aquello que la conforma.
¡Cuatro Vientos forever!

Enrique Alcina Echeverría dijo...

Claro, Breuil, nos meterán tol miedo del mundo, pero las ganas de vivir no nos van a quitar, y quizá nos humanicemos un poco, que últimamente estamos paecharnos. Lo dicho, no van a especular con nuestra alegría de vivir... Un saludoooo