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La crudeza y libertad del disco de Vegas se trasluce de principio a fin, no en vano concluye con una historia de flirteo con la heroína, "Morir o matar". Grabado con cerveza mañanera y whisky a la caída de la tarde, bajo la crítica supervisión de Paco Loco a la vera del poblado naval, el primer disco en solitario en tres años de este peculiar cantante atrapa y destroza, pone en solfa los métodos que la rutina aplica al mundo y se deja mecer por voces y sombras. La crítica especializada, cada vez menos crítica y especializada, se ha apresurado a lanzar mil elogios al aire, sin etiquetar las piezas que desembocan en la profunda y libre producción de Vegas. Folk, country, glam, rock oscuro, el estilo inconfundible de Nacho Vegas obtiene algunas claves nuevas. El artista emula a Guy Clarck, también dialoga con Christina en torno a su amor, maldita la gracia que hará al escritor Ray Loriga, anterior pareja de la rubia rockera, escuchar un disco tan hermoso y paradójico. Literario y nocturno, pese a que se grabó a la luz del día. Del Blonde on Blonde metafísico a las inesperadas rancheras de Puerto Escondido. Todo vale. Nada duele más.
Diciembre 08, Cultura, Diario de Cádiz
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