Hermoso concierto de Stacey Earle y Mark Stuart en El Puerto
Tan sonrosaditos, tan tiernos y felices. Ella dirige el cotarro de armonías vocales. Él, con camisa de cuadros hasta los puños, esperando acaso a una manada de búfalos en plena noche, sonríe, sano y a salvo. Stacey Earle y Mark Stuart, naturales como ellos mismos, abren sendas cajas en el escenario de Milwaukee y esgrimen la causa de su dicha, sendas guitarras. Ahí quedan las fundas a modo de cajas mortuorias, si se pemite el chiste negro, y la pareja de trovadores americanos ataca con "In my way", la gente se pellizca y gobierna la velada la tradicional música anglosajona: folk, blues, country, hillbilly y demás géneros ya universales. Destacan sobremanera, en el entretenido y luminoso repertorio de ambos, las piezas de Stacey, la hermanísima de Steve Earle: "Is it enough", "Wedding night", "Makes me happy" o "Must be love", sin desmerecer otros momentos del recital, que tal vez no llegó a romper, misterios del directo. El dúo,, no obstante, estableció cierta complicidad con quienes mejor entendían las letras, claro está, y dieron la cara, nunca mejor dicho, frente a frente, con el público a un paso, en sintonía con clásicos norteamericanos como Neil Young, cuyo espíritu revolotea en estos casos. Muchos solistas y grupos de raíces americanas tienen una deuda con Crosby, Stills, Nash y, sobre todo, Young. Stuart, por si acaso, lanza guiños dispares, algún detalle "beatle" y ecos de la música rural. Qué bonito, Debe ser el amor. La felicidad.
Antes, la Monkey Orchestra, compuesta por el ubicuo Paco Loco junto a los también fecundos e incansables hermanos Perles, de Leda Tres y muchos proyectos más, y el cantante de Dinki Timone Combo, escenifican la banda sonora de una comedia sobre un héroe musical ficticio, bastante colgado por cierto. "Hard walk: the Dewey Cox Story", se llama la peli que vuelve loco a Paco Loco. Puro rocanrol básico, sin electrificar, al viejo estilo de la Sun Records, como los Violent Femmes pero con pocos ensayos en lo alto, se trata de un juego a través de la música emparentada con Elvis, Johnny Cash, Dylan o los Beatles, incluyendo una sátira a Michael Jackson. Algunos de ellos acompañan a Earle y Stuart en el fin de fiesta.
Foto de Carlos Anelo
Junio 10, Cultura, Diario de Cádiz
sábado, 5 de junio de 2010
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