El hombre anteriormente llamado Zimmerman no suele prodigarse en explicaciones, ni mucho menos se dirige a sus admiradores de modo tan explícito como lo hace ahora en su web. Harto de leer y escuchar tantas pamplinas en torno a su gira china, escribe lo siguiente, para vergüenza de numerosos medios de comunicación "serios" de todo el mundo, incluidos algunos españoles. Ahí va el camunicado:
"Permitidme que aclare un par de cosas acerca de la llamada controversia china que se ha desarrollado durante más de un año. En primer lugar, nunca se nos negó el permiso para tocar en China. Este fue fomentado por un promotor chino que estaba tratando de llevarme allí después de tocar en Japón y Corea. Mi conjetura es que el hombre imprimió las entradas e hizo promesas a determinados grupos sin haber llegado a ningún tipo de acuerdo. No teníamos la intención de tocar China en ese momento, y cuando esto no sucedió lo más probable es que el promotor tuviese que salvar la cara mediante la emisión de un comunicado en el que se afirmaba que el Ministerio chino me había negado el permiso para tocar allí para salir él del apuro. Si alguien se hubiese molestado en consultar con las autoridades chinas, hubiera quedado claro que las autoridades chinas no tenían conocimiento del asunto.
Este año fuimos allí con un promotor diferente. Según la revista ‘Mojo’ a los conciertos asistieron principalmente expatriados y hubo muchos asientos vacíos. No es cierto. Si alguien quiere comprobarlo con cualquiera de los asistentes a los conciertos verá que, en su mayoría, fueron jóvenes chinos los que vinieron. Muy pocos expatriados, si hubo alguno. Los expatriados acudieron principalmente a Hong Kong, no a Pekín. De los 13.000 asientos se vendieron cerca de 12.000, y el resto de las entradas fueron regaladas a los orfanatos. La prensa china me promocionó como un icono de los años sesenta, y publicó mi imagen por todo el lugar junto a Joan Baez, el Che Guevara, Jack Kerouac y Allen Ginsberg. Los asistentes al concierto, probablemente, no tuvieran conocimiento de ninguna de esas personas. En cualquier caso, respondieron con entusiasmo a las canciones de mis últimos 4 o 5 discos. Preguntad a cualquiera que estuvo allí. Eran jóvenes y mi sensación fue que, de todos modos, no hubieran conocido mis primeras canciones.
Por lo que respecta a la censura, el gobierno chino había pedido los nombres de las canciones que iba a tocar. No hay una respuesta lógica para eso, así que les envié las listas de los 3 meses previos. Si había algunas canciones, versos o frases censuradas, nadie me dijo nada y tocamos todas las canciones que teníamos la intención de tocar.
Todo el mundo sabe que ahora hay un tropecientos libros sobre mí o a punto de salir en un futuro próximo. Así que animo a cualquiera que alguna vez me ha conocido, me ha escuchado o incluso me ha visto, a que entre en acción y garabatear su propio libro. Uno nunca sabe, alguien puede tener un gran libro".
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