miércoles, 9 de julio de 2025

Corresponsal en el Fin del Mundo: De odios y salvaciones

 


Javier Tisera

Buenos Aires


No conviene aseverar que un dolor o una alegría pueden ser definitivos, el siglo XXI no ha finalizado su serenata.  Lo que hoy aparenta ser insoportable, pasado mañana puede ser recordado con un "no estábamos tan mal". 

El relativismo no es exclusivo de las ciencias sino que también es inherente y exclusivo de la condición humana.

Lo que si hoy, por miles de ejemplos y demostraciones, es que la sociedad argentina está fragmentada y dividida por el odio.

Cada facción o grupo, según sus intereses o simpatías pone la fecha de las grietas en distintos puntos de la historia reciente o del pasado. Y cuando las describen aparentan ser irreconciliables. Y esto que afirmo de la tierra en que me tocó nacer no sólo es obvio sino que estamos mal acostumbrados (palabra nefasta en las ciencias sociales).


Pero el sumun y el cenit de los odios se desata por motivos impensados; que parecerían ridículos en cualquier otra geografía y en este tiempo.

Durante dos semanas los medios y el periodismo argentino estuvieron sentenciando una película, parece de ciencia ficción. Y precisamente, fue de este género la producción cinematográfica: El Eternauta (Netflix) protagonizada por Ricardo Darín y dirigida por Federico Jusid.

Para el poder mediático de hoy, los que antes eran antiperonistas (Darin y Jusid); después del estreno de Eternauta son denostados  por peronistas. Y esto es únicamente un ejemplo del momento. Por más de siete décadas la grieta ha sido irreconciliable.



Hoy, que es el día de la independencia en Argentina, lo más saludable es no dar opiniones en el almuerzo familiar, porque al menor atisbo de comentario, aparecen los partidarios de los borbones pidiendo crímenes de lesa humanidad y los visigodos reclamando la Patagonia.





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