Javier Tisera
Buenos Aires
No conviene aseverar que un dolor o una alegría pueden ser definitivos, el siglo XXI no ha finalizado su serenata. Lo que hoy aparenta ser insoportable, pasado mañana puede ser recordado con un "no estábamos tan mal".
El relativismo no es exclusivo de las ciencias sino que también es inherente y exclusivo de la condición humana.
Lo que si hoy, por miles de ejemplos y demostraciones, es que la sociedad argentina está fragmentada y dividida por el odio.
Cada facción o grupo, según sus intereses o simpatías pone la fecha de las grietas en distintos puntos de la historia reciente o del pasado. Y cuando las describen aparentan ser irreconciliables. Y esto que afirmo de la tierra en que me tocó nacer no sólo es obvio sino que estamos mal acostumbrados (palabra nefasta en las ciencias sociales).
Hoy, que es el día de la independencia en Argentina, lo más saludable es no dar opiniones en el almuerzo familiar, porque al menor atisbo de comentario, aparecen los partidarios de los borbones pidiendo crímenes de lesa humanidad y los visigodos reclamando la Patagonia.
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