La pésima gestión de las emociones tiene nombre, apellidos y nif. Snif. Lágrimas de cocodrilo, a ver quién llora mejor, a ver quién ríe el último, el Xerez, primer equipo de la provincia, vergüenza de alcaldesa fanática, ya la cogerán en la Mangomunidad, está muy feo alegrarse del mal ajeno, atrás quedaron las fotos del falserío del derby imposible. El Cádiz bajó antes por la radio que por la tele, tres segundos antes, cagüendié. Rico Pérez, Pobre Muñoz, aquí tol mundo lleva unas semanas perdiendo la categoría, en la vereda estacionaron las palabras gruesas tras el sofocón. También tildaron de mercenarios a los jugadores del Atlético de Madrid que cayeron en desgracia con el cambio de siglo y pasaron dos años en el infierno. El Submarino se marcha al Purgatorio de parecidas hechuras, recuerden el penalti errado por Hasselbaink en Oviedo y el pedazo de plantilla colchonera, pero primó la mala gestión, el secuestro del club, el caos y la confusión, el populismo y la demagogia. El año que viene a Europa del tirón: Écija, la sartén de Europa, tráete unas yemas, Antoñito. El año que viene los de siempre volverán a enfundarse las chamarretas del Madrid y del Barsa, ¿no lo sabe ya? y la nave amarilla ya no valdrá diez millones de euros, aunque su afición sí que valdrá su peso en oro. Desilusión, disolución, inmolación. Hecho para subir, hecho una pena. Menos mal que los magnates de Cádiz salvarán el cuello, o serán los mangantes, por una letra da igual, ¿qué hay entre Segunda A y Segunda B? El Portal de Belén de la Frontera.
Quemaron a Calderón y Procopio, jugaron con fuego. La gente se desahoga en los mentideros de la pelota envenenada. "Yo es que no me lo creo". Si ganamos los próximos cuatro partidos ... San Fernando, Linense, Portuense y el Trofeo contra el Sevilla Atlético y el Betis Atlético. Grandes partidos. La cosa promete. No es coña. Este año la pretemporada será diferente, una vuelta de tuerca, vendrá el Bayer Leverkusen y nos pitarán un penalti de regalo en el 96. Como el resultado era lo de menos, viva la vida alegre y divertida. En los foros, el anonimato escuece: "Glu, glu, glu, yellow submarine", jugadores muy por debajo de su nivel, expectativas del cielo al suelo, coplas de Carnaval con "tricnina" de ida y vuelta, encima cachondeíto, qué semanitas esperan al cadismo, oiga. Los que festejaron el descenso a Segunda te saludan. Menos Lobos, en 2012 a Primera, el Centenario al limbo, nueve años en el Pozo, Cádiz 2017. Maletines de ida y vuelta, mancha de mataos, ya viene una nueva inyección de millones municipales, 50 kilos de euros sin exigir facturas siquiera. Llora a lágrima tendida la ilusa clientela de la empresa con peores números de Cádiz, después de Ese Lentísmo Ayuntamiento, que también debe hasta de callarse. O si no, que cuenten los tejemanejes de Baldasano con los de la Gaviota.
La cosa no tiene gracia, pero hay quien le echa algo de ironía: "Esos jugadores, que se pierdan. Ese Muñoz, que dimita. Ese Baldasano, que se arruine. Esos Calderón y Procopio, que se vayan a vender camisas al Pryca. Y tras el luto, ya veremos". Eso, eso, ya veremos. Si el Submarino no fuera submarino, sería un barco cualquiera.
Refresquemos la memoria de los sobraos que creyeron vivir en un mundo de mentira. El penúltimo batacazo del Cádiz acaeció, también de modo inesperado, en la temporada hippy del 68-69, yesterday como quien dice. Al mando de Paco Márquez Veiga, el Submarino se fue a pique, a Tercera, pese a los fichajes y los cambios. Pudo el Cádiz salvar el cuello en la última jornada, y al menos disputar la promoción, pero perdió con estrépito en Vitoria, ante el Deportivo Alavés, por 5 a 1.
Aprendió la lección el Cádiz de tal manera que ascendió en un año y realizó la mejor temporada de su historia en Tercera. Sólo perdió uno de los 38 encuentros disputados, anotó 65 tantos y fue campeón con doce puntos de ventaja sobre ... el Xerez. Un joven entrenador, León Lasa, dirigió a una remozada plantilla. Hubo limpieza, claro, y ascendió al primer equipo el gran Paco Baena, a la larga máximo goleador de la historia amarilla.. Eso sí, a pesar del título, el Cádiz tuvo que enfrentarse en la promoción de ascenso al Rácing de Santander. Cero a cero en casa y un gol de Ortega II en el Sardinero. A Segunda del tirón. En el medio campo cadista lucía con esplendor un futbolista llamado Acedo. Los niños se hicieron de nuevo del Cádiz, el estadio Carranza gozaba del trabajo bien hecho con humildad, y no de la pamplina y de las ínfulas de nuevos ricos y endiosados que tanto daño han hecho. Esta vez el Cádiz murió de éxito, de Primera a Segunda B en un suspiro, pero recuérdese que antes emprendió el camino inverso.
De vuelta al futuro. Esta bendita tierra necesita a la voz de ya los servicios de un psiquiatra de masas, un sociólogo, un antropólogo que resuelvan las incógnitas y traduzcan el inmenso grito de dolor que recorre el espinazo de Cádiz desde el mismo momento en que Paz decidió no emular a Panenka. Los futbolistas, fuera ya de la play station, entonan el canto de la justicia divina. Hay quien piensa que hubiese sido una vergüenza quedarse así en Segunda, con tamaño penalti, y hundir en la miseria al Córdoba de ... Jose González, gran remontada, la paradoja en la lejana y mora Córdoba natal de Muñoz, alias Nostradamus, el dueño del destino cadista. Ha sido el destino. No le falta razón al presi. Dícese que el destino se configura a base de causalidades, que no de casualidades. Bienvenido al tarot cadista, cantan las pito-risas, este año el Cádiz se va al Caribe, hecho metafísico incuestionable, nada existe por azar. "Yo es que no me lo creo". Armagedón 2012, tiembla doña Teo. "El futuro estaba ahí, en un penalti", reitera Abraham antes de largarse a llorar por todos y cada uno de los cadistas. Hay gente que aún ha roto a llorar, no se atreve a ver las imágenes de la crueldad y el castigo de Dios. Luto en la tele, luto en la calle, luto en las casas. S estaba escrito, ¿por qué no avisaron para ahorrarse el disgusto y unos pocos de euros? Ratatatatá, cada rincón, cada escalón de mi Carranza ...
Despejando ideas a córner, conjugando gerundios entre presentimientos de última hora, la gente se desespera, porfían los comentaristas entre sí, el catetismo ilustrado muestra su peor rostro, buscan culpables, a buenas horas, nunca se sabrá la identidad de quienes rompieron la baraja dentro y fuera del vestuario, ni las motivaciones siniestras de la buena suerte (un penalti en el 96) y la mala fortuna (poste, portero, fuera). "Yo ya lo sabía". ¡Pohaberlo disho, cohone!
Foto: Julio González
Junio 08, Submarino Amarillo (Diario de Cádiz)
5 comentarios:
Genial artículo, enhorabuena por tener este don, virtud para expresar tantas emociones.
Eso es lo peor... los adivinadores del pasado: "yo ya lo sabía"... la madre que les trajo; eso es sadismo.
Enhorabuena por su artículo. ¡Qué envidia de escritura!
muchas gracias a ambos, es sólo escritura automática, me gusta escribir desde chiquitito, pero hacerlo sobre el descenso del Submarino ha sido un poco cruel. Demasiadas emociones juntas. Salud !!!
Qué verdad más grande, Enrique... Se puede decir más alto, pero no tan claro. Eres un crack.
Hola Gina de Cai !! gracias, me alegro de verte por aquí !, tenemos pendiente un escaneo de artículos, un abrazooo
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