Javier Tisera
Buenos Aires
El
Imperio Español no solo ofrendó su idioma, muchas escuelas y universidades,
costumbres y hábitos, una religión oscurantista y un sistema virreinal que fue
un poco más humano que en las colonias franceses o en las inglesas.
Pero
nada hacía pensar que, en pleno siglo XXI, aparecieran por la Argentina el
Primer Ministro de Annobón pidiendo ayuda y solicitando protectorado en tiempo
del neoliberal Javier Milei.
La
noticia sobre el reclamo de soberanía del pueblo de Annobón -y de que la
Argentina respalde esto- recorrió el mundo y llamó la atención de la comunidad
política nacional.
Para
entender el origen del pedido hay que citar que la relación se remonta de los
tiempos del Virreynato del Río de la Plata (1778) en donde la Isla Annobón
(Guinea Ecuatorial) estaba bajo el protectorado de España en el siglo XVIII.
Muchos
argentinos se despertaron escuchando por primera vez el nombre de esta isla
africana en el corazón del Golfo de Guinea pidió desesperada ayuda a la
Argentina en su encarnada lucha contra un régimen. El gobierno de Annobón
reveló lazos coloniales que, inesperadamente, unen a nuestro país con este
lugar de apenas 17 kilómetros cuadrados, con 2000 habitantes estables que hablan español, portugués y la lengua
nativa, el Fa d’Ambo..
La
solicitud de protectorado proviene de la República de Annobón. "Fuimos
parte del mismo territorio. Hoy pedimos auxilio a la Argentina, nuestro país
hermano", declaró desde Buenos Aires el primer ministro annobonés, Orlando
Cartagena Lagar.
Su
pedido no fue solo político: denunció represión de parte del régimen de
Guinea Ecuatorial y clamó por ayuda humanitaria urgente.
En
2022, el pequeño territorio proclamó su independencia, aunque aún carece de
reconocimiento internacional. La isla cuenta con recursos pesqueros, minerales
y una ubicación en una ruta marítima clave.
Su
lucha por independizarse radica en décadas de abandono, de contaminación
ambiental, de saqueo de sus riquezas y de una feroz represión por parte del
régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasog.
Aunque
no pretende ser anexada, su “primer ministro”, Orlando Cartagena Lagar, de 59
años y exiliado en España, expresó en su interés en que el gobierno de Javier
Milei y el Congreso de la Nación consideren su reclamo de convertirse en un
Estado asociado, sin que eso implique la pérdida de sus libertades. Busca que
el mandatario argentino apoye su denuncia contra los abusos que el ejército de
Guinea Ecuatorial comete contra la población isleña.
Ya
se baraja la posibilidad de instalar una base logística argentina y enviar una
misión humanitaria.
Pero
algunos analistas advierten sobre un posible roce diplomático con Guinea
Ecuatorial y complicar los apoyos africanos a la causa de las Islas Malvinas.
Su
situación es desesperante: no poseen agua potable, electricidad ni atención
médica, mientras sus habitantes viven aislados y bajo constantes abusos.
Entre
los motivos por los que Annobón pidió ayuda a la Argentina, además de sus lazos
coloniales, se destaca que desde la isla miran a la Argentina como una
referencia democrática. Entre sus argumentos, hicieron hincapié en la
experiencia argentina de lucha contra las dictaduras.
Actualmente,
como parte del golfo de Guinea Ecuatorial, la isla está bajo un régimen que,
desde 2021, reprimió a la población de la etnia fang. Según denuncia su primer
ministro autoproclamado —quien huyó de la cárcel y se refugió en Barcelona—, se
trataría de un intento de erradicar su cultura.
En
marzo de 2024, una delegación del autoproclamado gobierno de la República de
Annobón se incorporó formalmente a la Organización de Naciones y Pueblos No
Representados (UNPO), con el objetivo de obtener reconocimiento internacional
como país independiente. Este es, por ahora, el único organismo internacional
del que forma parte, pero busca el apoyo de más naciones para que se respete su
estatus. Por ello, recurrió al argumento de una unidad histórica con la
Argentina, con el fin de encontrar un camino hacia su verdadera libertad.
Los gauchos de Annobón
La
isla fue descubierta por los portugueses el 1 de enero de 1473. Para ese
entonces era desierta y fue poblada con africanos de Santo Tomé y Angola.
Su
cultura autóctona, por tanto, fue importada, con una población resultado de una
mezcla criolla de portugueses y africanos colonizados. Para Portugal no
presentó ninguna ventaja colonial y dejó casi independientes a los moradores,
con esporádicas visitas militares y misioneras.
Entre
1777 y 1778, mediante una serie de tratados, se transfirió la soberanía a
España. Con una toma de posesión conflictiva, y jurídicamente dudosa, la isla
se dejó en el mismo estado de autonomía local.
La
proposición habla de que sufrió un abandono institucional severo, sin
integración efectiva en la administración ni provisión de servicios básicos
como salud, educación o infraestructura.
Su
clima es tropical y posee un gran potencial pesquero gracias a su acceso
directo al océano. Además, tiene un terreno fértil donde se planta café y
tabaco. Tiene ríos internos con agua potable y el punto más alto posee una
altura aproximada de 500 metros sobre el nivel del mar. En cuanto a razones
geoestratégicas, su ubicación es importante en el flujo oceánico entre Europa y
el sur de África.
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