domingo, 3 de octubre de 2010

Piquete de confusión

Nos pueden robar, nos pueden matar, también nos pueden asesinar, pero lo que nunca lograrán es pisarnos los zapatos de gamuza azul. Los demás verbos podrán conjugar sin "poblema", aquí tienen ustedes su casa pa lo que quieran. Una reforma laboral, una batallita en misión de paz, un atraco a mano armada con subvención oficial, un árbitro comprado por el cuco Del Nido, la violación sistemática de los derechos inhumanos, la escandalosa subida de precios, todo el mundo tiene su precio, el jefe se vende barato, el lacayo pone caro su humor resplandeciente, y al cabo de la calle montan barricadas, piquetes de confusión. Esta semana estuvo muy en boga, entre tanto demócrata de cartón piedra, arrojar cantos rodados contra los piquetes pseudoinformativos, como si cada mañana no saliera a la calle un piquete desinformativo y el listo de turno no cogiera el micro hipotecao de su cacique encopetao. Palabras más, palabras menos, ataque sin compasión al piquete churretoso y aplauso sordo al mangoneo diario. Vergüenza para unos y otros, para el sindicalista de fin de semana y para el presunto tonto útil utilizado por la mafia. Qué graciosos los increpadores de piqueteros, ahora resulta que nos han manipulado, nos han atosigado, nos han empujado a protestar a grito limpio y "nojotro", sin apenas rechistar, hemos puesto el grito en el cielo, por la mañana, y luego hemos pedido perdón y convidado a un pastelito a nuestro caudillo de turno. Palos a los piquetes, algodón a los banqueros mafiosos, a los políticos vendidos, a los mequetrefes del mundo que un día sí y otro también nos despachan al mejor o peor postor, nunca se sabe, pero a la hoguera sólo van los piqueteros del póker anunciado, los ladrones de cada día salen de rositas, salen en las fotos, salen al campo a coger amapolas y reciben homenajes esperemos que póstumos.

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