Las vueltas que da la vida. Más submarino que nunca, el Cádiz parece un caballito de feria, un coche de choque, un algodón de colores que se estira como el tiempo y se come como el regaliz. Dulce y paradójico. Ya lo dijo el otro día el emblemático y sintomático José González: sería menester que el Cádiz diera menos bandazos, pues en seis años la condición de club ascensor que adorna a los amarillos se antojó taquicárdica, reinventóse el esquizofútbol. En seis años, tres ascensos y dos descensos. ¿Quién da más?
La vida da tantas vueltas, sorpresas que da la vida, que a estas alturas de película, los equipos que subieron de la mano con el Cádiz en la gloriosa temporada del 05, con Espárrago al frente de la plantilla, dirimen ahora un puesto en Segunda B. Celta y Alavés, a un paso del Pozo. Miedo al infierno, nadie se pone de acuerdo, ¿dónde queda el infierno? Para los del "resultado da igual", en el tercer escalón de la Liga, diez veces pisado por el club amarillo, y para los "manque pierda" el Pozo está en Segunda, así que se admiten apuestas, a ver quién sufre más en lo alto de la hoguera. Todo el mundo habla de "sufrir", como si jugase el destino un torneo de masoquismo puro y duro. Las estadísticas, los sueños y las vanidades están para romperse, y los tópicos, pa ná. El año del regreso a Segunda, un lustro atrás, el Cádiz coincidió en la categoría con otra gente de sube y baja, algunos de los cuales han pasado fatiguitas en Primera o se hallan a punto de ascender a la gloria este mismo año. Para bruscos giros del destino, el turrón duro de Alicante, el estadio Pobre Pérez para el Cádiz y Rico Pérez para el Xerez. Los jerezanos necesitaban el otro día un pinchazo del Hércules, el rival que envió al Cádiz al mismo Caribe por la parte de abajo. Pues penalti en el último minuto, también muy dudoso, y pelota al palo en la misma portería donde varió la suerte de Abraham Paz el fatídico domingo de marras.
El tiempo pone al personal en su sitio, pero cambia las cosas de lugar. Y viceversa: el tiempo deja en pañales a la lógica y la gente cambia de ciudades, de estadios, de circunstancias, como quien "descambia" un verbo en el Cortinglé de las palabras malditas. "Descambiar", gran verbo gaditano. Fíjate tú si cambian las cosas en un año que hasta Luis Aragonés se ha ido al paro, de la Eurocopa a la pasión turca y ahora al olvido, por mor de la dictadura merengue, que puede con todo hasta en años de tripletes del rival, basta con mirar la tele, sólo salen Florentino y Belén Esteban. De los diabéticos, mejor ni hablar. Desde el año 94 no se enfrenta el Cádiz al Betis en Segunda, la temporada del desastre amarillo y del ascenso verdiblanco a Primera. Esa misma temporada, el otro Submarino, el Villarreal, lo pasaba fatal en las últimas posiciones de la tabla. Hoy viaja a Europa con todos los gastos pagados y, para colmo, la tierra castellonense da empleo a miles de gaditanos. Oh, mercy. Ya tenemos dos equipos de Segunda para el Trofeo, a ver quién invita al Xerez. Y dale con el Xerez. Habrá que hacerle el pasillo. Hala, a comerse la boca, como cartageneros y cadistas, campeones por nones, la reivindicación de un colchonero amarillo, Rubiato, la evidencia de que Caballero y Fran pueden jugar juntos, la Gracia en forma de entrenador serio y formal. En cambio, no valen formulismos, ni frases hechas, ni axiomas en el fútbol. Calderón, a quien vituperaron el año de Baldasano y cía, salva al Huesca sin problemas, y sin trampas, no como el Osasuna o el Sporting, beneficiados por rivales sin ganas de ganar y trencillas de última hora. Ay, Lopera, con lo que hizo Lopera por el Cádiz ... y ahora nos vemos en las mismas. Aprendiendo lecciones, que es gerundio.
Más vueltas de la vida. Hace veinticinco años, cuando Mágico González pegó la espantá y dio nones el Barsa, a ver quién tiene cohone de decir "no" al Barsa momentos antes de partir el vuelo hacia los Usa, el Cádiz de los hermanos Mejías se fue a pique, pero sólo tardó unos meses en retornar a Primera, paseo triunfal ante clubes que años después han caído en desgracia o similar: Logroñés, el mismo Cartagena, Calvo Sotelo, Granada, Sabadell, Oviedo y Lorca. Ese año, tras perder en Cartagena, el Cádiz pasó catorce jornadas sin conocer la derrota. En las últimas jornadas, ya en Primera, el Cádiz buscaba sustituto para Benito Joanet. El elegido, el levantino Paquito, hoy curiosamente en el organigrama del Villarreal, acudió varias tardes a Carranza disfrazado, con gabardina, gorra y barba canosa. Luego llegó la conquista de Primera, los años más felices del cadismo. Los milagros, la marcha de Mágico a Valladolid, la mejor temporada de la historia firmada por Espárrago. Veinte años atrás, las vueltas de la vida.
Hoy, la memoria selectiva se acuerda de Lobos y Pavoni, de los héroes de Chapín y de los villanos de Nunca Jamás.
Estos días, la gente pide granizadas a granel, los que fueron a Irún jamás olvidarán la granizada de limón y los siete barriles de cerveza que alguien olvidó en plena calle y que fueron desgustados con sumo gusto en un periquete.Pa granizada, la que cayó más de veinte años atrás en Santander. Arbitraba Guruceta, y el Cádiz recibió tres goles en un cuarto de hora.
Ni que decir tiene que el hospital de Zamacola ha decidido con enorme acierto crear la unidad de enfermedades raras. En el sitio y en el momento preciso. No habrá camas libres ni en verano, oiga. Cadistas, capillitas, carnavaleros ... La enfermedad más rara, sin duda, la amarilla. Bendito cadismo, digno de todo un estudio sociológico. Más submarino que nunca, memoria de plastilina, corazón de hierro forjado, el Cádiz retorna a ninguna parte. Tres ascensos, dos descensos, no hay respiro. Si el tiempo pone a cada uno en su lugar, ¿cuál es el lugar del Submarino? Qué sabe nadie.
Junio 09, Deportes, Diario de Cádiz
martes, 9 de junio de 2009
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2 comentarios:
Yo no entiendo ná de futbol pero me gusta tanto como escribes que hasta esto te leo, ja ja..!! Saludos!!
muchas gracias, Eterna, es que lo lees con buenos ojos, con ojos gaditanos, jeje, saludos !!
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