domingo, 12 de julio de 2009

Blues de la alegría

Humo y blues. Hielo y sudor. Una botella de Jack Daniels en un rincón del escenario. Del Missisipi al Guadalete, pasando por Milwaukee. Hay gente que ha visto a la Vargas Blues Band media docena de veces por estos lares y no se cansa. Quien dijo que el blues significa tristeza y reiteración, no ha roto un prejuicio con la banda de Javier Vargas, que estuvo inmensa en El Puerto. Cuarteto básico casi a ras de público. Lleno en la sala, pero sin agobios, no vendieron más entradas para preservar a músicos y aficionados. La noche lo agradeció. Lujazo de rocanrol, ritmo y blues, música negra de alta calidad e impecable factura. Pasión y maestría. El nuevo cantante, Tim Mitchell, negro para más señas, aporta alma, sabor y vida. Un personaje con recursos. Guiña a las pibas, sea cual sea su edad. Mueve los pies con destreza, bromea con varios tonos de voz, Engancha y no te suelta, como el sonido arrebatador del blues de la alegría. La banda concede prioridad al contenido de su recién editado disco en directo, que contiene algunas piezas de nuevo cuño, pero intercala pasajes de la carrera del artista, versiones y más de una sorpresa. De entrada, esconde a Tim Mitchell hasta la tercera canción y ofrece entre tanto dos temas del legendario bluesman argentino Pappo, "Tren de las dieciséis horas" y "Blues local". El poderoso y vehemente vocalista arremete luego con guiños a BB King, hablando acerca del blues, y la mítica "People get ready", éxito de los Impressions, 1965, que ha cantado medio mundo en blanco y negro, desde Curtis Mayfield hasta Bob Dylan, que ha grabado tres revisiones diferentes del himno negro. Con la gente volcada, cercana, cómplice y sincopada, Vargas se luce en cada tramo del concierto, en segundo plano y sin sobreactuar. Piezas emblemáticas como "Sad eyes" o "Texas tango" se dan la mano con un par de tributos a Jimi Hendrix, "Purple haze" y "Vodoo Chile". No suena "Down by the river", el canto de Neil Young que cierra el álbum en directo, pero el público rinde honores a Vargas y compañía tras permanecer un par de horas en trance merced al hipnótico estilo del grupo, que borda el blues eléctrico, apenas pasea por las fronteras latinas o flamencas del estilo del creador, pero, a cambio, firma una sensacional fiesta de blues, rock, funk y soul que a veces blanquean con country o rock sureño. O será que beben en las mismas fuentes que los Allman Brothers. Nada que envidiar a los grandes del género. Acaban bebiendo a morro y haciendo el tren. Glorioso.
 
Julio 09, Verano, Diario de Cádiz
Foto de Fito Carreto

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