sábado, 15 de noviembre de 2008

Quique González, diez años de rocanrol

En diez años, amén de cumplir etapas y de reinventar su estilo hasta imprimir a la escena musical hispana un sello personal, Quique González se ha labrado una carrera ascendente y un montón de complicidades. El músico madrileño celebra estos días el décimo aniversario desde que firmara su disco de debut, "Algo personal", y lo hace en directo, con maneras de vivir rocanroleras, cara a cara ante el público más fiel, del que se despedirá durante una temporada. "Será un descanso relativo", apunta desde el otro lado del teléfono celular. "Me dedicaré a hacer el disco del año que viene, necesito tomar mi tiempo para ..." Pensar, escribir, grabar, escuchar, leer, vivir. "Exacto. Llevo una temporada tremenda, setenta conciertos este año, no está mal". Y advierte que "ya hay nuevas canciones, por fortuna las canciones siguen llegando, las musas no me han fallado en todo este tiempo". Además de verdad. Quique González no sólo se ha librado del olvido de la inspiración, sino que viene de entregar, en disco y en directo, acaso el mejor disco de su trayectoria. "Espero que el próximo sea mejor", comenta con su habitual humildad, en voz baja y con esa mezcla de ternura y deje castizo que le acompaña. Diez años, tres oportunidades de soplar velas en Andalucía: Málaga (jueves), Sevilla (hoy viernes en la sala Q) y mañana en Granada. Habrá piezas para todos los gustos, piedras en el camino de todos los discos. En esta ocasión, nada de teatros, nada de asientos, rocanrol a pelo en salas nocturnas, sangre, sudor y cervecitas.
La década de Quique González comprende la lógica evolución del cantautor eléctrico que se inició bajo el influjo del rock americano y la tradición hispana y acabó convrtiéndose en pieza fundamental del engranaje musical de la Piel de Toro. Pasó de promesa de la escena rockera a cantante autogestionario, de la discográfica a la independencia, y viceversa, de la colaboración con Carlos Raya a la hermosa avería y redención junto a músicos jovencitos y rompedores, con los que ahora apura las noches de concierto. Quique vivió de todo en dos lustros, desde la muerte de su admirado y amigo Enrique Urquijo hasta su amistad inoxidable con Miguel Ríos, desde las carreteras secundarias hasta el memorable día en que ejerció de telonero de Bob Dylan.
"Fue un momento muy especial", confiesa González en torno a su última visita a Andalucía, cuando participó en el mismo cartel que Bob Dylan presentó en Jaén, el pasado mes de julio. "No lo olvidaré en la vida. Muy emocionante, sin duda. Cuentan quienes presenciaron todos los conciertos de Dylan en España que el repertorio y la actuación convirtieron a Jaén en la mejor noche de la gira. Yo lo viví con intensidad, claro, y estoy seguro de que Dylan me escuchó también a mí, pues el bus donde estaba rodando y viviendo se encontraba justo detrás del escenario". La conversación en torno al trovador yanqui deriva en comentarios superlativos hasta desembocar en una expresión a subrayar: "Tiene que ser difícil ser Bob Dylan", Quique González dixit.
A propósito de Andalucía, rincón miuy querido por Quique, el artista pregunta por Cádiz, se pregunta por qué no ha tocado en Cádiz capital, "nunca hubo oportunidad, pero lo estoy deseando", y cuestiona en voz alta sobre locales con más de quinientas personas de aforo. Al conocer la fantástica acústica del Teatro Falla muestra su interés. La próxima vez será, si acaso.
En el mismo año, año de bienes, Quique ha cantado con Miguel Ríos, "uno de los más grandes". Comparte dueto con el granadino en su nuevo disco. "Miguel es como un padre para mí, desde hace muchos años es una persona muy importante en mi vida. Y para el rock español y la cultura de esta tierra, una figura incuestionable. Su carrera, cuarenta y cinco años en la escena, y todo lo que ha hecho, abrió el camino. A él le debemos la existencia del circuito de música en directo. En cuaquier país, Miguel sería una leyenda". En otro tiempo, en otro lugar. Aquí cuecen habas.
La admiración mutua entre tales artistas, historia y presente del rock en castellano, se traduce también en diversión mutua: "Vamos juntos al fútbol, ambos somos del Real Madrid y quedamos los domingos para comer y ver el partido, aunque ya no vamos tanto al estadio, estamos un poco enfadados con el Madrid desde la época de Florentino". Quique pasa de galácticos.
Décimo aniversario. "Se trata de terminar el año bien arriba, compartiendo las vivencias con la gente. Esta gira es una celebración para ellos y para nosotros. La banda marcha perfectamente engrasada, es cierto, llevamos juntos tres años, desde que tocamos en Argentina ..." En Argentina quedó la cosa. Quique se queda sin batería, la del teléfono. Se libró de saber si caerían hipotéticas preguntas terrenales, la crisis, Obama, lo típico. Mejor así. Quique llama al día siguiente y se disculpa por el corte de la comunicación. Cosas del diferido, En directo, Quique, cuya peligrosa timidez comparte sensaciones con el rocanrol canalla, el intimismo o lo visceral, no se corta. Sus canciones hablan solas y a lo largo de diez años configuran un álbum de imágenes para recordar y sonidos transparentes.

Varias noches después: el González más democrático pulsó la opinión de sus admiradores en su web, a razón de tres piezas preferidas por disco, y ofreció más de dos horas extraordinarias. Cantó de todo, con vehemencia, generosidad y pura pasión. El grupo estuvo sensacional, compacto, libre, y sencillo. El guitarrista Javi Pedreira es un diamante en bruto, un lujo pa los sentidos. Y Quique tocó la acústica, la eléctrica, el piano tuneado a modo de bólido americano y la armónica. Me encantó la reivindicación del disco "Kamikaces enamorados", a mi modo de ver uno de los mejores de su carrera. Interpretó temas que hacía años que no sonaban en sus directos, obviando pasajes conocidos del "Ajuste de cuentas". Sorprendió con "Paloma", de Andrés Calamaro, y sudó la gota gorda en una noche que afuera era fría y dentro de la sala Q, un hervidero de sensaciones. Lleno total. Público treintañero variopinto. En el aire, una docena de voces femeninas seguían al pie de la letra que cada canción, descubriendo los matices de Quique, que se mostró suelto, jugando con su timidez, y rocanrolero, tierno y salvaje. El tema nuevo que ya estrenó en su anterior gira, "La luna bajo el brazo", contiene un guiño a El Puerto de Santa María. La gente alucinó con recuerdos de los primeros discos, pidió hasta la extenuación "Salitre", hasta lograrlo, y se encontró a los postres con "La ciudad del viento", no sin antes vociferar "Miss Camiseta Mojada" o paladear baladas impresionantes y relatos a medio tempo. No recurrió Quique al tema que regaló a su tocayo Urquijo, ni abusó del último álbum, más bien al contrario, vivimos una noche de grandes éxitos, qué manera más hermosa de despedirse de su gente durante una temporada. Descanso más que merecido, contaremos los días. Grande Quique.

Noviembre 08, Cultura, Diario de Cádiz

6 comentarios:

Unknown dijo...

Querido Enrique,

Impecable, como de costumbre, tu prosa. Y siempre bienvenido ese retrato de Quique González, diez años después. Ya toca que cante en Cádiz y que nosotros lo veamos. Quique González es un bálsamo entre tanta mediocridad que abunda actualmente en la canción de autor española.

Enrique Alcina Echeverría dijo...

Gracias, Luis, viniendo de ti valoro tus palabras un montón. A Sevilla me fui conmigo mismo a disfrutar del pedazo de concierto de Quique, ya te lo contaré enterito cuando nos veamos, que sea pronto !!
voy a actualizar un poco el texto, porque la noche de González resultó fantástica, como bien dices, un bálsamo pa los sentidos, un par de horas que nos dejó extasiados de músicas y letras alejadas del mundanal ruido, un abrazoooo

Anónimo dijo...

Enrique y canto una de Alarma !! tio ... Fue brutal. Gracias por la cronica!

Ignacio Lobo dijo...

Esta bien que ya empiece a ser mas reconocido por los medios, hace falta gente que sepa juntar palabras y musica... y hablando de juntapalabras, no se si te has enterado de que Joan Baptista Humet tiene cancer... vaya voz nos vamos a perder.

Enrique Alcina Echeverría dijo...

Es verdad, Jesús, tocó "Frío", de Alarma, intercalada en una suya, qué arte más grande. Y también estuvo tremendo el momento de subidón de volumen, las cabalgadas rockeras, en fin, un saludooo ...
Hola Ignacio, me enteré de la enfermedad de Humet, una lástima, todos escuchamos sus discos, ese deje catalán, y un buen gusto que no abunda por ahí ... una pena, ahora recuerdo cuando se nos fue Hilario Camacho .... un abrazo, Ignacio ,saludos caleteros !!

Fernanda Dominguez dijo...

Hola soy fernanda Dominguez, soy de Argentina, y quería contarte que el 11 de septiembre vamos a realizar un homenaje a quique gonzalez, que se llama "FIESTA DE LA LUNA LLENA" es un proyecto que nació desde la iniciativa de la pagina "queremos un concierto de quique González en Argentina" mi pagina de facebook, gracias a toda la movida conseguí que la discográfica me mandaran camisetas y discos, hasta un saludo del propio Quique. En fin, lo que nos falta es difusión, tengo un blog, pero es nuevo y no tiene tantas visitas como el tuyo, que sigo hace bastante y como le das prioridad a la música quizás te gustaría hacer una entrada contando todo el proyecto. Si queres te mando el flyer del evento, solo conta que un grupo de personas seguidoras de Quique se juntaron, prepararon un homenaje que es el 11 de septiembre a las 19 hs en Bs as. En Argentina no es conocido, pero encontre gente que no somos muchos pero algo pudimos hacer.

te lo agradezco de Corazón!

http://quiquegonzalezenargentina.blogspot.com/