Directos a La Victoria, los participantes y seguidores del Europeo de Natación para puretones cruzan la Avenida y colman la orilla para coger color. No hay color. Torre de Babel en el paseo marítimo, en estos tiempos globales resulta complicado adivinar la procedencia de cada individuo, a no ser que éste luzca una credencial en el pecho, lo cual farda mucho, o camine tras una señorita que porta un número como si diera la vez del turismo paseante. También se delatan los usuarios del wifi y los gordos. Pero los demás ciudadanos de la luz se confunden a primera vista. Hay quien baja a la calle estos días disfrazado de guiri o de prejubilado, escandinavos de Loreto, nibelungos del Balón de Múnich, una camiseta del italiano Totti y una gorra de los Yanquees. Made in La Laguna. Por una vez, la marea de turistas parte de los principios de Cádiz se extiende por toda la ciudad, aunque sin exagerar. El sector derrotista advierte que no es pa tanto, el sector de la ilusión muere por Cádiz, que saluda a los visitantes con su mejor sonrisa, unas cuantas obras pendientes, el draguito, el gorrión de Puertatierra y la melancolía en liquidación. Mucho movimiento. Al mediodía, se cruzan por la calle los cruceristas del Celebrity Century, que muestra una pornográfica X que ruboriza incluso al Vaporcito, y los "locos de la piscina". A la vera de la Renfe, un pimpi gaditano improvisa un discurso ante un corrillo de turistas hispanos, pasa el bus colorado del Tour por Cádiz atestado de curiosos y no hay lugares más pintorescos que los bares, no hay más bares en Europa. "Hoy, arroz con tomate", vocifera un castizo en la puerta de Los Pabellones. San Juan de Dios necesita una manita en condiciones, no vive sus mejores momentos. Pero suenan a la par las campanas de las doce y el corazón del Adriano y la cosa cambia. Un guitarrista anima el Sardinero, los guiris levantan la vista del plano y contemplan el descubrimiento de la luz, el sol sale para todos. Postales y fotos. Paseíto europeo. Remate final a diez euros, menú del día a 6,60 que causa admiración entre los jubilados hispanos. La responsable de La Suiza, reino del recuerdo de Cádiz, I Love Cádiz, llora "el peor de los últimos años", y pone el dedo en la llaga: "No cerramos, algunos nos hemos adaptado a los horarios del turista, pero ¿qué recibimos a cambio? No hay ofertas concretas para garantizar su estancia, los turistas quieren flamenco", clama en voz alta mientras una señora elige un imán gaditano para su nevera. Sin pretenderlo, en un quiosco de prensa cercano, un gaditano que atiende a la conversación se suma de esta guisa: "No hay que tratar a los turistas como si sólo vinieran a gastar dinero, los turistas hacen lo que quieren, hay que pensar en conjunto y darles más alternativas". Día de contrastes, ni blanco, ni negro. Otros comerciantes pintan un cuadro más dichoso. Prima la dispersión del visitante, hay negocios redondos en la playa y acaso menos lustrosos en el casco antiguo. Según se mire, claro. La Catedral pierde su indiscutible encanto por mor de la cancha de baloncesto y la exposicion multimedia de Unicaja. Tres cuartos de lo mismo ocurre en San Antonio, con la carpa de La Caixa. Joé con los bancos, estamos rodeados. Socorro. Unos hacen caja, otros hacen cuentas, como en el turismo diario. Otros se marchan a Sevilla, con todo el derecho del mundo; ya volverán. Cádiz no se olvida.Volverán a buscar rincones insospechados, imágenes para siempre, otro ritmo de vida. Turistas de agua quieta, turistas de alta mar, en la vieja Cádiz.
En la calle Columela se suceden los guiños de actualidad, síntomas de este instante preciso. En el suelo, una familia torna la habitual petición de ayuda en una solicitud escrita a bolígrafo sobre un cartón: "Matrimonio se ofrece para trabajar". El banco de la esquina ha cerrado, alguien ha rotulado sus cristales al grito de "Viva la crisis", y en la misma puerta un gachó vende ropa usada que saca cual prestidigitador de una clandestina caja, señoras mayores se arremolinan para comprobar el género. Dos guardias que conversan con un contribuyente se coscan de la operación, a lo lejos. La Poli, que no es tonta, zanja la cuestión En el Palillero, curiosa estampa, conviven en los bancos los guiris golpeando sus ordenadores portátiles con los pensionistas, pasa Robinson Crusoe con su mujer. La plaza está llena de carteles adheridos al asfalto. "Ojo, pinta". Pintan mucho los italianos, los franceses, los suecos ...
Al otro lado, en la playa de La Victoria y alrededores, bulle aún el verano, el sol no entiende de nacionalidades, el dinero sí. Hay quien ostenta el máster del sablazo en do mayor, abunda también el buen trato a los visitantes. Muchos de ellos no escuchan, pues se dirigen a la playa ensimismados en el universo de su música digital, grupos de participantes en el torneo de natación desfilan durante todo el día sin banderas ni prejuicios. Al loro. Al agua salada.Chalada claridad. Total, tienen toda la semana para conocer Cádiz y el resto de Andalucía. Cádiz está vieja pero no camina sola."Recuérdame que hay que apuntar a la niña a natación", comenta un tipo a su señora.
La jornada, en la que Cádiz observa y se deja mirar, a saber lo que pensarán de ella cuando se hayan ido, constata que la gente busca lo que no tiene (playas el nadador, sol urbano los que vienen en barco),que el tiempo cambia de humor a su antojo y que la sonrisa de Cádiz va por barrios. ¿Que no?
Septiembre 09, Diario de Cádiz
La foto es de Lourdes de Vicente
5 comentarios:
Pues sí, eso es lo que yo llamo un buen paseíto gaditano. Tu capacidad de retratar las cosas sí que es hiperbólica. Tú sí que absorbes imágenes y no la esponja de mi ducha. Me parecía estar caminando por la calle Nueva, mirando los langostinos de Joselito y el culo de las niñas (anda que no). El gachó de la maleta de ropa parecía estar sacado de otra época, formas de ganarse la vida a la antigua usanza. A veces me despisto y me voy hasta al muelle siguiendo a la del numerito de los turistas, ¿pero por qué le sacan tantas fotos a mi casapuerta?...
Salud cotidiana.
joe, pisha... has dao en el clavo con lo de la chalada claridad
Un excelente retrato de esa ciudad milenaria que visito todos los veranos y a la que siempre le encuentro algo viejo y algo nuevo.
Lo nuevo este año: los turistas italianos.
Lo viejo: un viejo bar situado en una calle perpendicular a la calle que va desde la Plaza de las Flores a la Plaza de la Catedral, donde verás que las telarañas del techo y la jaula del pájaro comparte sitio contigo.
saludos
Cádiz es buen lugar para pasar un tiempo pero en verano es todavía mejor. A la vista está que aún habiendo acabado el verano tiene bastantes turistas y se elige para realizar eventos. La pena que a los estudiantes se nos ha acabado el chollo.Despúes de tres meses entre playa, sol y fiestas volvemos a tres meses entre libros cuadernos, fotocopias y apuntes.
Dentro de 9 meses nos volveremos a ver todos en la playa compañeros.Miestras nos conformaremos con imaginarnos la playa con tus escritos Alcina.
Un besazo
Parece que la casapuerta de Juan aparece en todos los álbumes de los turistas, las cosas de Cádiz, hiperbólicas perdías ... la chalada claridad, Ignacio, lo que dijo el poeta ha cambiado un poco con los achaques de la vieja Cádiz ... los italianos son jevis, los reyes del reggaetón, y las playas son pa tol año, Bea, que empieces el curso con buen pie, muchas gracias !!!
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