domingo, 13 de septiembre de 2009

Una noche a contrapelo

Parecía la distancia adecuada, el viento de Levante dio por concluido su viaje, soplaba la brisa con la prisa de un tiempo quieto, Christina Rosenvinge abría el ciclo musical del festival Alcances con su discreto saber estar y una propuesta intimista y rica en matices, pero la noche no resultó propicia. Cosas del gratis total. Sólo el público que se apresuró a ocupar las primeras filas pudo disfrutar del concierto con intensidad. El murmullo de voces distraídas quebró el encanto, despreciable actitud la de algunos, acaso bastantes, que mostraron una absoluta falta de respeto a los artistas que se jugaban la vida en la escena, cual equilibristas de la emoción. Mala suerte. Una noche a contrapelo, de sonido endeble, ambiente desigual y una de las grandes, la Rosenvinge, que a pesar de estos factores, dejó en el aire una sublime colección de canciones, aunque no pudieran apreciarse en su justa medida. La cantante madrileña y su inseparable Charlie Bautista, que hacía doblete en Cádiz tras acompañar a Russian Red en agosto, pugnaron con estilo contra los elementos. Y ofrecieron un recital de gran belleza interior, melodías de postín, en su mayor parte acústico, donde imperó el repertorio más reciente de la musa de la independencia. "La desazón se va a llevar esta temporada". Y los cambios de humor del viento idiota.
La Rosenvinge, cautivadora, a veces tierna, otras vendaval en calma, niña chica con mucho peligro, ahora una muñeca, luego una Kidman en Los Otros, se mostró transparente, como sus canciones más profundas, y juguetona como sus estribillos adherentes. "Iremos juntas donde haya que ir".
Guitarras, piano, un violín, una flauta y poco más. Letras de categoría apenas perceptibles. Resquicios en el mundo real, sacrificios del talento, oídos sordos, charlas inoportunas, susurros feroces de la rubia, miradas que matan, gestos implacables. Christina se mosqueó ligeramente con las circunstancias adversas, sin levantar la voz, y sin pretenderlo empleó sus composiciones para retar al enemigo invisible. "Ya es mañana, qué más da". Puñales en la memoria, cartas boca arriba y ecos de la Velvet, Leonard Cohen o la bohemia gala. Ella funde hechuras musicales a su manera.Una noche a "Escribe un pasado nuevo, olvida el futuro ya, el cielo está en obras, nadie nos va a salvar". Del hermoso apocalipsis al crudo vaticinio, la niña se enfurece, "estoy en tu portal planeando una atrocidad", y rima cuentos de soledad y alta tensión, bajo la atención de la luminosa prima lejana del sol "arrogante y español". Lluvia a todas horas en el corazón. Piezas del nuevo disco se hermanan con recuerdos del pasado, entre ellos la primitiva "Hoy por ti", reconocida por los fieles en su atractivo formato reducido a la mínima y lúcida expresión. La ironía del dolor, al por mayor, "quiero sufrir", y la música, convertida por la mayoría bulliciosa en ruido de fondo. De pronto, el silencio. Hay gente que sólo sabe hablar entre el ruido de fondo y sólo calla cuando el silencio corta el aire, rara noche de contrastes.
 
La foto es de Joaquín Hernández Conde, Kiki
Septiembre 09, Cultura, Diario de Cádiz

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