La sorpresa del otoño, Uca Dios mediante, será Rickie Lee Jones. Noviembre en el Aulario de La Bomba, en fecha aún por concretar. La Universidad de Cádiz cierra el círculo del Open 2012, junto a Rocky Mountains y Wilko Johnson. La legendaria cantante americana, de vida intensa y carrera musical fluctuante y luminosa, hará un hueco en su gira española, entre Madrid, Bilbao, Cartagena y Barcelona, y dará lustre al segundo ciclo de conciertos que la Comisión del Bicentenario y la Uca pretenden institucionalizar en contra de la desidia reinante. De prestigio innnegable, con dos grammys en su poder, la artista nacida en Chicago pero vinculada a Los Ángeles y al heterogéneo estilo que combina rock, country, folk y jazz de aquella manera, Rickie Lee Jones posee cualidades poco comunes, entre ellas la impulsiva creatividad y una voz inconfundible. En Cádiz, poco antes del pasado decisivo Diez, treinta años después de ser considerada la mujer revelación de la música sin fronteras, a escena. Todo un privilegio.
Hija de dos esforzados currelantes, que ejercieron de sirvientes en su época, Rickie Lee Jones puede vacilar de padre cantautor y camarero y de abuela bailarina famosa de vodevil, Peg Leg Jones. La cantante, acostumbrada a despejar a córner las preguntas acerca de su relación amorosa con Tom Waits, el de la voz de lija, con quien aparece en la portada del álbum "Blue Valentine", escandalizó a la sociedad biempensante, tres décadas atrás, cuando se presentó con su primer disco con boina y fumando en pipa. Mujer de la bohemia libertaria, que ejerció de juglar y de camarera en bares de mala muerte, que dio paso a una nueva generación de voces femeninas junto a Joni Mitchell o Laura Nyro, firmó gloriosas epopeyas densas y dilatadas, discos de categoría hasta el célebre "Pirates" del 81, y luego se zafó de topicazos y desvarió en diversas historietas musicales y privadas hasta desembocar en su particular guerra contra Bush, fue Bush quien espoleó la postrera creatividad de la Jones, cuyas cualidades quedan fuera de toda duda, amén de su rebeldía con causa. Siempre rodeada de grandes músicos, siempre en contramano, la mujer que a los veinte años se marchò de casa rumbo a la Costa Oeste, y que en años posteriores fundó músicas de colores distantes y pinturas de bandas sonoras insospechadas, sigue al pie del cañón.
Septiembre 09, Cultura, Diario de Cádiz
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4 comentarios:
Estimado Enrique:
Gracias por tu interés en la noticia aunque es necesario indicar que la Universidad de Cádiz no organiza el concierto sino que colabora con la Oficina del Bicentenario de la Diputación de Cádiz, auténtica organizadora del ciclo Open Provincia 2012.
Gracias y un abrazo
Salvador Catalán
Aclarado queda, Salvador, y que lo disfrutemos, bienvenido al blog,un abrazooooo
menos mal que aun nos quedan entidades PUBLICAS que estan fuera de la dictadura de los paletos carnavaleros y los flamenquitos amanuenses,porque si no apañados estabamos.
tampoco hay que generalizar, oiga. Lo mismo que el rock y derivados merecen un respeto, y la consideración de estos festivales, flamencos y carnavaleros poseen su lugar, a veces excesivo, otras natural. Son músicos tan dignos como los demás, pero el rock no tiene suerte en Cádiz, por así decirlo, ahí lleva usted razón. Salud !!
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