Aquí viene el sol. Pasea la vanidad aeroestética por el bulevar playero, recién abierto hasta el amanecer. No hay peor mentira que la verdad. Aspirantes a pijos elevan su autoestima con gafas ahumadas, el cuello alzado, camisetas de polo descoloridas y algún detalle delatador. Marsé dice que el pijoaparte del siglo veintitanos vive en latinoamérica o en el mundo árabe. Cómo lo sabe. El pijus por nones pertenece a la alta suciedad, dime de lo que presumes, dime que me quieres. Gente colorá, sombras del ayer, café y lectura, patás en la espinilla, regata en el horizonte, bicilcletas eléctricas y coches de agua. Limitan la velocidad al gusto del consumidor. El Plan Pons en Siete Días tilda la medida de soviética. Rojos a carajo sacao, azules locos por una rotonda, carriles tísicos, topetazos con la realidad . Ya lo canta la chirigota de Aragón, los de Antes del Yesterday: los hombres y las mujeres del tiempo se creen que están en Eurovisión, parece que en lugar de un anticiclón, viene Nacho Duato en figura, así que no pregunte por las nubes de Logroño que obtendrá un premio en condiciones. Las nuevas señales de 110 costarán al erario púbico lo mismito que gana la señora de los fuertes dolores de cospedal. Un cuartito de kilo de billetes. Qué velocidad. Está la cosa apretá. La susodicha chirigota describe al presunto jipi de antaño reconvertido en presunto pijo urbano. De la furgoneta al cuatro por cuatro, del postureo al fachion glamú. Nadie es mejor que nadie, y viceversa. La libertad camina paralela a la subida del petróleo, paga caro el mundo sus cambios de humor. A la vera del mar, nada nuevo. Todavía hay clases en los garitos celestiales. Bares con nombre propio, rincones italianos para dar y tomar, tintos de verano por adelantado, sofás de tres cuerpos, pamplinas a todo confort, la vida en tecnicolor, una invitación para participar en la mafia del sol y algunas sospechas confirmadas. El mundo habla despacito para ahorrar, maldita la hora, las seis y pico. Suenan varias canciones a la par: Imagine a Man, de los Who, y Up The Junction de los Squeeze, entre otras. George Harrison y la marcha de los enanitos. Dan las seis, sintonizo a los Stones, recuerdos del pelo largo.
sábado, 26 de febrero de 2011
Aquí viene el sol
Aquí viene el sol. Pasea la vanidad aeroestética por el bulevar playero, recién abierto hasta el amanecer. No hay peor mentira que la verdad. Aspirantes a pijos elevan su autoestima con gafas ahumadas, el cuello alzado, camisetas de polo descoloridas y algún detalle delatador. Marsé dice que el pijoaparte del siglo veintitanos vive en latinoamérica o en el mundo árabe. Cómo lo sabe. El pijus por nones pertenece a la alta suciedad, dime de lo que presumes, dime que me quieres. Gente colorá, sombras del ayer, café y lectura, patás en la espinilla, regata en el horizonte, bicilcletas eléctricas y coches de agua. Limitan la velocidad al gusto del consumidor. El Plan Pons en Siete Días tilda la medida de soviética. Rojos a carajo sacao, azules locos por una rotonda, carriles tísicos, topetazos con la realidad . Ya lo canta la chirigota de Aragón, los de Antes del Yesterday: los hombres y las mujeres del tiempo se creen que están en Eurovisión, parece que en lugar de un anticiclón, viene Nacho Duato en figura, así que no pregunte por las nubes de Logroño que obtendrá un premio en condiciones. Las nuevas señales de 110 costarán al erario púbico lo mismito que gana la señora de los fuertes dolores de cospedal. Un cuartito de kilo de billetes. Qué velocidad. Está la cosa apretá. La susodicha chirigota describe al presunto jipi de antaño reconvertido en presunto pijo urbano. De la furgoneta al cuatro por cuatro, del postureo al fachion glamú. Nadie es mejor que nadie, y viceversa. La libertad camina paralela a la subida del petróleo, paga caro el mundo sus cambios de humor. A la vera del mar, nada nuevo. Todavía hay clases en los garitos celestiales. Bares con nombre propio, rincones italianos para dar y tomar, tintos de verano por adelantado, sofás de tres cuerpos, pamplinas a todo confort, la vida en tecnicolor, una invitación para participar en la mafia del sol y algunas sospechas confirmadas. El mundo habla despacito para ahorrar, maldita la hora, las seis y pico. Suenan varias canciones a la par: Imagine a Man, de los Who, y Up The Junction de los Squeeze, entre otras. George Harrison y la marcha de los enanitos. Dan las seis, sintonizo a los Stones, recuerdos del pelo largo.
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