Qué linda la ministra de misiones humanitarias, dice que ha renovado el convenio pacifista con los yanquis sin más problemas que los consiguientes flecos: ya saben, bombas de racimo, armas nucleares, aviones a carajo sacao rozando las azoteas de junto, submarinos morsegones, espionaje de mentirijilla y demás. Pecata minuta. La Chacón en adobo, como no podía ser menos, ha advertido a los americanos que sus súbditos del norte de África seremos vigilantes con sus excursiones. Es más, controlaremos al máximo las operaciones militares, pa que tengan cuidadito, no se les vaya a caer una caja de herramientas o algo. Descubrimos con asombro, a resultas de las hermosas cápsulas del contrato, que hasta ahora los aeroplanos americanos del norte repostaban gasofa en el aire, qué habilidad, qué poderío, y que guardaban con celo armas de destrucción masiva en los almacenes de la Base de Rota con hermandad e impunidad. Llueve algodón tóxico, ríen a mandíbula batiente los camaleones en extinción, echan humo los teletipos digitales, menos mal que esta gente nos ha sacado de la guerra. Nos quedamos más tranquilos al comprobar que los marines y sus mandos serán respetuosos con la flora y fauna de la zona. Suspiro de alivio.
Abanibí abonebé quiere decir te quiero amor.
domingo, 13 de febrero de 2011
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