Descendientes de Caín o no, egipcianos canasteros del mundo faraónico, trotamúsicos de postín, revolucionarios del siglo maldito, fuera de mí, ya no quiero tu querer, los gitanos van cabalgando. Egipciano, gitano, gipsy, nadie conoce de veras el origen concreto del pueblo gitano, pero todos reconocen el espíritu indómito de la raza lerele, tan denostada y utilizada, tan graciosa y doliente, tan enigmática y vehemente como la gente egipciana de hoy en día que ha decidido tomarse la libertad al pie de la letra. Soy egipciano y vengo a tu casamiento, a partirme la camisita y a echar a los ladrones y caciques de la tierra jamás prometida.
Mañana, a las seis de la tarde, en la plaza de San Juan de Dios de Cádiz, concentración en solidaridad con el pueblo egipcio. La Asociación Pro Derechos Humanos considera que "la lucha por la libertad, la dignidad y los derechos que se está produciendo en Egipto, Túnez o Yemen merece todo nuestro apoyo, por modesto que sea".
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