Coplas de la realidad, coplas de la ambigüedad. Tipos de Carnaval. Noches en blanco. Letras a cuarenta días. Gente pa tó.
Luis García Gil recuerda en su blog a la Juana la Loca de Sabina, emparentada décadas después con la comparsa de Tino Tovar del mismo nombre y con la chirigota del Remolino, Juaquín Pamplina, cantautor de la Plaza Mina. Dos personajes a elegir, naranja y cristal, la doble personalidad del amor y el humor gaditanos. La tragicomedia del ser humano o el musical del destino incierto. Cádiz es un estado de ánimo, un laberinto de espejos, siempre a la luz, la esquina del mundo quieto. De Juaquines y Juanas va la cosa, y de Martín Burton, la bendita locura del maestro Antonio Martín, o los currelantes de Bienvenido, los príncipes de Aragón los diablos de Cheza y Argüez, los rumberos del Selu, los encantadores de perros del Cascana, las frutas del Canijo, los gafas del Love, los periodistas de Vera Luque y los mineros chilenos del Taka, por citar algunos ejemplos ilustrativos de la creatividad de Cádiz. Un lujo.
Ya pasó la insufrible fase preliminar del maratoniano concurso de agrupaciones del teatro Falla, Carnaval de Cádiz, el certamen más largo del planeta. Lo tomas o lo dejas. La pasión por las coplas. Un mes en el limbo. Cádiz, tan contenta de conocerse a sí misma, canta las cuarenta a los mundos. La gente devora las rimas del año y los ritmos nuevos. Las nuevas tecnologías permiten vivir la fiesta de otro modo, complementan a la radio, la tele y la prensa. El Carnaval a la carta. Los repertorios pertenecen ya a todos, con más veras que nunca, aunque se empeñen aún en conceder exclusividades e imponer censuras increíbles pero ciertas. Cádiz, cuna de la libertad condicional. Estos días hemos podido ver y escuchar pasodobles, cuplés, tangos, popurrís al libre albedrío, saltándonos normas, ideas preconcebidas y pausas en el tiempo. Por aquí se asoman comparsas y chirigotas a un solo click del olvido o de la gloria eterna, ejem, play flay may, dale al play, sube el volumen, ponte un té, siéntate ahí, escucha, mira, y si no te gusta, stop, busca, compara, otra chirigota buena, escucha, mira qué hechuras. Y así hasta el infinito.
Chirigotas malas a la papelera de reciclaje. Oídos sordos a las comparsas patéticas, a los coros penosos, a los cuartetos chungos. Preselección personal e incorruptible.
La foto de Julio González tiene vida propia. Loco Carnaval de juaquines, juanas y otros tipos de postín. Ya queda menos pa la calle. A tapar la calle.
lunes, 21 de febrero de 2011
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