lunes, 11 de abril de 2011

África Unida

No iba descaminao, ni era tan ingenuo, al promover con su canto la unificación del pueblo africano. Pronto se cumplirán treinta años de la muerte de Bob Marley, quien no sólo fue capaz de popularizar el reggae en el mundo entero, y de dejar una estela imborrable, una influencia permanente en las músicas del planeta. Marley aún representa el espíritu puro de los oprimidos, sus rítmicas y profundas coplas mantienen su vigencia, es más: suenan nuevas cada mañana. Y su discurso, luminoso, solidario, gentil y rebelde, quedó impregnado en el pensamiento colectivo. Y en el personal de cada uno, sus canciones llenan la casa de bailes tribales, voces traviesas de niños de la calle, mujeres únicas, canciones de redención, fiesta y compromiso. Venden hoy el último concierto de Marley, pero nos quedamos con sus viajes supersónicos a Babilonia y sus buenas hechuras jugando al fútbol. Con Mágico González hubiera compartido diabluras. Dentro y fuera de la cancha.
Estos días de ansias de libertad en África, nos preguntamos qué habría sido de Bob Marley ... presidente vitalicio de Jamaica y de varios rincones africanos donde difundió otra revolución ... maestro de cosas del alma ... líder mundial sin trampas ni cartón ... juglar ambulante ... o simplemente un viejo sabio y libre.

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