viernes, 28 de noviembre de 2008

La verdadera edad del fútbol

Tiros en Puerta Tierra por la crisis de Astilleros. Todos los sectores de la población se unen a la huelga. Los trabajadores se enfrentan a la Guardia Civil. Y no cortan el Puente porque en 1903 aún no había peaje, pero sí un mosqueo de envergadura por la falta de trabajo. Al grito de "¡Viva la anarquía!", volaron las piedras sobre el barrio de Santa María, y no las neveras del 78. Los dependientes del comercio piden descanso dominical. ¿Para ir al fútbol? Para descansar. La prehistoria del fútbol descansa en paz y en permanente controversia con datos y vivencias. Nadie sabe la verdadera edad del "football" gaditano, el centenario del Submarino parece caprichoso y relativo, sujeto a fechas paradójicas, pero el Diario de Cádiz, siempre al liquindoi, arroja alguna luz, nuevas luces al claroscuro de la prehistoria del balompié. En 1903, y no en 1906 como se apuntaba en reseñas de la época, aparece un "suelto" en el Diario, pretenden montar en Cádiz una sociedad futbolística "para llenar el vacío notado por todos los amantes de los deportes cultos".
Los aficionados al deporte llegado de los barcos disputan interesantes "matchs" en la plaza de toros gaditana, también llamada circo taurino. Sin distinción de clases, el fútbol se juega de modo improvisado, sin canchas en condiciones, y hasta el Rey Alfonso daba puntapiés a un balón de cuero. En el coso taurino gaditano se suceden los partidos en presencia de numerosos aficionados, que jalean ruidosamente a los jugadores. Sobre la arena han levantado palos a modo de portería y en el ambiente, el "sport" de moda causa furor. "En cuanto exista el número suficiente de socios se fundará la sociedad de football y se elegirá un lugar público para cultivar la actividad. A falta de Pgou, y con suelo y cielo de sobra, el Campo de las Balas parecía un terreno ideal, pensó algún antepasado de Teófila mucho antes de la polémica de los quioscos y la madre que parió a Cádiz.
El once de diciembre (casi muere un malagueño) se daba buena cuenta de las aviesas intenciones de los cultos cultivadores del sport de la pelota redonda. El fino redactor del Diario que dio tal pelotazo informativo anunciaba en la primera nota que las adhesiones al primer club de fútbol se producirían "el próximo domingo en la plaza de toros, de diez a once de la mañana, y no dudaba del éxito de la iniciativa, pues "la culta juventud gaditana prestará su valioso concurso". El día veinte de los corrientes, en papel descolorido, se informa de la constitución de la sociedad. Ni Baldasano, ni Muñoz, ni leches. En una semana se pone en marcha el club, en el Campo de las Balas, ¿ha visto? Mientras, cundía la afición al deporte de las excursiones a pie. "Hoy harán una hasta Puerto Real (23 kilómetros) los señores Luis Muñoz, Antonio Ibáñez, José Troncoso, José Civeira, Manuel García Sola, los señores Lebrón y otros". Ojo, sin Puente. Ni primer Puente, ni Segundo Puente. Un rato a pie y otro caminando. Las noticias de marras, por cierto, dieron pie a los primeros partidos, en el tiempo libre que dejaban los buscadores de duros antiguos.
De pronto, en 1904, y no en el 10, ni en el 36, surge el notición del quince: Creado el Cádiz Football Club. Una mijita antes, unos meses en el limbo de los anales y una chicotá de ná en las páginas sepias de las hemerotecas, se verifica en el Campo de las Balas uno de los primeros partidos de f´tbol, sin contar acaso los encuentros amistosos que disputaban en pleno muelle los gaditanos con marineros ingleses o suecos. Algunas familias gaditanas aún guardan testimonios gráficos de la época. Pues bien, o pues mal, el día de Pascuas se verifica en el Campo de las Balas el segundo partido público del "higiénico sport de moda", que congrega a aficionados "y muchos más curiosos". Con lo que gusta una cola en Cádiz, los chavales más cultos de la culta ciudad gaditana se suscriben al club, hasta la victoria siempre, pioneros de las brigadas amarillas.
El 19 de enero de 1904, una fecha que huele ya a concurso del Falla medio siglo antes de comenzar el maratón guantanamero de coplas, los socios del novel Cádiz FC eligen la primera junta directiva, con Fernando Alemán como presidente; D:E. Olsson, vicepresidente; Manuel García de Arboleya, secretario; D.P. Svensson, tesorero; y los vocales Luis Rubio, Camilo Bel, Ricardo Meléndez, Benito Alcina y D.G. Gran. Interesante combinación de orígenes gaditanos y suecos, ¿cómo no iba a terminar luciendo la casaca amarilla el Cádiz de los mil centenarios posibles? Equiricuá, el Diario se felicita del entusiasmo que genera el nuevo club, cuya gestación atribuyen "a la inteligente propaganda de Arturo y Ricardo Meléndez y otros componentes de la "simpática sociedad". Cuarenta socios pagan las cuotas, se barrunta ya en el aire el pasodoble de Manolito Santander ...
Las peripecias de los futbolistas animan al personal cada domingo. Sobresalen grandes futbolistas con nombres y apellidos idénticos a los directivos de la flamante sociedad -¡son los mismos!- El periodista del Diario larga la alineación pero no nombra a quienes "siento no recordar en este momento". Ese día le mangaron el cuaderno junto al futuro hotel Atlántico.
Con la llegada del tranvía y la caída de las murallitas, se afianza el "football", surge el mítico Español de Cádiz, y luego el Mirandilla que dio nombre al estadio que podría recuperarse para el Centenario del Diez, y de ahí hasta Mágico González ocurre todo en un suspiro, como quien dice, lo que sucede es que ya no queda sitio en Cádiz para jugar a la pelota. "Prohibido jugar a la pelota". La culta juventud gaditana fija entonces sus miras en otros menesteres. Si acaso, la play, pero la fiebre por tan higiénico sport sigue viva, con más veras, y dentro de un par de siglos la gente lo flipará cuando vea la marea amarilla de principios de este siglo. Del Centenario del Cádiz ya mejor ni hablar, no es plan de pinchar el globo a los adelantados miembros de la comisión organizadora del Diez. Dos años antes del Doce. Luego, la prehistoria dirá. Cádiz FC, Español, Mirandilla, el actual Cádiz CF nacido en 1936 ... luces y sombras de la historia amarilla. La historia del balón tiene tanta guasa que mañana saldrá alguien diciendo que su bisabuelo jugó de medio centro defensivo en el River Plate San Pedro de 1901. Al tiempo. Todo tiene su fin menos la novelería submarinista.
Por cierto, cuentan que el próximo rival del Cádiz, el Marbella Malayo, fue el único equipo que cayó a manos del funesto equipo amarillo que cayó en el Pozo de la Segunda B en el año que nadie quiere recordar ni en recortes amarillentos. Cosas del destino televisivo: entrenaba al Submarino un tal Hugo Vaca, y al Marbella, un tal Ramón Blanco.
Noviembre 08, Deportes, Diario de Cádiz

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial, Míster Alcina. Ya me estaba viendo matriculándome en el Cádiz FC, rematando a gol en la Puerta de Toriles o correteando la banda por el Campo de las Balas, volviendo a mi casa con las dos rodillas echadas abajo. Acompañando a estos jóvenes con inquietudes futbolísticas en sus primeras reuniones apelando al sueño del balompié en la ciudad, jaleados por la clase obrera luchadora de entonces. Recordar para ver. Salud.
PD.- Te lo dejé también en un post-comentario del Diario.
¡Viva la anarquía!.

Enrique Alcina Echeverría dijo...

Así que tú eres quien me defiende en la güé del Diario, muchas gracias, Juan. Qué bonito eso de volver con las rodillas hechas añicos, yo siempre me quedaba dos horas más en el patio pa jugar y embarcar la pelota, jeje. Y los sábados como hoy, cuando se disputaba el mundial de cada semana, siempre llovía, cagüendié, y el campo de la barriada se encharcaba hasta los huesos, y la vida no tenía fin ... un abrazoooo

Anónimo dijo...

Pues sí, soy yo pero no se lo digas a nadie, no por nada, sino para mantener la intriga ja, ja.
El gran cadista, y uno de los mayores poseedores de datos y cifras de la historia cadista, Angelito Lebaniegos, y también Enrique Díaz, me tienen al tanto de los desajustes temporales de nuestro Cádiz de las entretelas. Fíjate, dos años sin actividad deportiva y económica nos pueden pinchar el globo, como bien dices. Pero me comentan que no pueden testimoniarlo con ninguna prueba documental, salvo que el Registro del Archivo de la Federación Andaluza de entonces en Sevilla nos venga a dar una sorpresa, y de momento no la ha habido.
Y puede que como los malos padres se nos haya pasado el cumpleaños número cien de nuestro Equipo. Y es que como todo está un poco enmarañado tenemos la excusa para justificar los fastos del Diez.
Qué bonita y apasionante es la historia, por mucho que se empeñen en olvidarla algunos, si bien, me parece que el Centenario ya no hay quien los revise, y como se trata de celebrar pues bienvenido sea ja, ja.
Enhorabuena por la documentación y el rigor histórico de sus reseñas.
Te imagino cual Firmin husmeando entre libros con ansias de saber para intentar entender la realidad de las personas.
Salud y memoria.

Enrique Alcina Echeverría dijo...

Muy interesante, Juan, ya quedaremos un día pa conocer a esos investigadores tan punteros, jeje, lo mismo dan un pelotazo de envergadura o algo ... de todos modos, como bien dices, vamos a celebrar lo que sea, el centenario Terry o lo que sea. Un abrazo, feliz domingo