Quedarse en la anécdota hace daño. Un ordenador echando humo, po vale, Monchi principal sospechoso, los grupos rebanándose los sesos durante un mes, y quemando cuerdas vocales a tutiplén, y el publiquito caprichoso y superficial, ajeno y extraño salvo dignas excepciones, alucina con una pamplina que no es de la plaza Mina, sino de Trafalgar Square o de la Sierpes Street. Y, tal vez, no valora el verdadero cuplé de los Santos, que en realidad habla del demonio indomable de los celos y de la revancha ciega del cornudo, un pedazo de letra a la desesperada, donde el despechado personaje se convierte en "destroyer" sin miramientos.
Sensacionales coplas en la sopa de letras de la final, o acaso última semifinal, o según se mire festival triunfal, con más publicidad en la tele que repertorios, documentales en la parabólica, toda la gama de Briole en el tdt; por el mismo precio y casi a las mismas horas, mete Teleteo doce mil "con el Ayuntamieto aro que jí" con hache intercalados.
Migueles ilustró la pelea de gallos en los plenos municipales, nada que ver con la teoría del Doce. El Selu bordó el fin del mundo y cantó de pregonero a pregonero. Los Majaras y los Tangueros coincidieron en la mala educación, problemón para padres y profesores, con el babuchazo virtual como telón de fondo. Pardo estrenó casi todo, y dio en el clavo de Cádiz, esclava de mil dueños sin escrúpulos. Vera Luque, por fin primero, rindió tributo a Aminatou, la dirigente saharaui que permanece vigilada y hostigada por la dictadura marroquí. Pastrana no olvidó a "la mancha de payasos" de la clase política. Los mosquitos trajeron el condón adosao, por si las moscas. Y Antonio Martín cerró la fiesta con una magnífica copla de maestro a maestro, Paco Alba que está en los cielos, para leer entre líneas.
El Carnaval es capaz de frenar el tiempo en seco y de atraer o distanciar a amigos y enemigos íntimos. Nunca se sabe. Comparsistas que hoy no se hablan mañana cantarán juntos, y viceversa.
En la calle aguarda la verdadera frescura, la linda imperfección y un montón de litros por metro cuadrado. San Pedro, no seas más sieso.
Febrero 10, Carnaval, Diario de Cádiz
La foto es de Jesús Marín
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