Lo callaíto que se lo tenían. Cobra vida el taratachín con las verdaderas finales; la del viernes será otro sucedáneo, ¡que vuelvan las semifinales de doce horas, joé! En caso contrario, ¡semifinales de ida y vuelta! ¡Y hasta las siete, en diferido, pa prejubilarse a los ochenta y siete!
Pasodoble de la prejubilación, calentito y repleto de golpes consecutivos, al más puro estilo Yuyu, de plena actualidad, Yuyu alienta el dialogo social. "Ahora pa jubilarse te piden dos años más. Yo pido pa Zapatero otros doce o trece años pero dentro de Alcatraz". Pavo real, uh, viva la cotización, whisky de garrafón, bomberos, doctores, actores porno y trapecistas seriamente preocupados, así como otras profesiones de riesgo. Los bomberos, a esa edad, no apagarán ni la luz del cuarto-baño, y los equilibristas no se colgarán ni del youtube. "Me acusan de hacer un canto a la flojera", se confiesan los emires, "y dicen que hace daño". "Po toa esa gente que son tan de trabajar, a joerse otros dos años". Otro repasodoble de gabinete ministerial: "Dicen la gentw que hay crisis, a mí me lo va a contá". Los petrojeques lloran su suerte, están caninos, antes se limpiaban con un billete de quinientos, un binladen, y ahora cagan suelto, van a tener que empeñarlo tó, hasta el yate, ya te pagaré. La copla encierra una significativa metáfora, nos creímos nuevos ricos, íbamos de marajás en pleno burbujazo especulador inmobiliario, y ahora, a joerse. Y joe que te joe, el Psoe, agregan los chirigoteros, piensa quitar los crucifijos y hasta la cruzcampo. Al Yuyu se le ocurren cuplés sobre la marcha, como el de las ochenta mujeres del harén y las ochenta explicaciones. Qué arte hay en Kuwait. La realidad dicta otros mensajes. La comparsa del dinero habla de hipotecas, en hermosa letra, y de "la función indecente" de los aviones sobre la playa. Y Aragón ofrece otra perla en forma de pasodoble filosófico, inconmensurable, de los suyos. "Dios es sólo una inmensa palabra vacía que la gente ha llenado con necesidad". Miedo, tengo miedo, castigo de Dios, que no atiende las llamadas del doliente, ni multiplica los panes y peces pal mendigo, ni defiende al ser humano de los criminales. Dios impotente. "Aquí sólo manda el maldito dinero". $$.
Macroeconomía del disparate global. Crisis del tralará. "Antes se anunciaban audios y ahora filetitos de pollo a 2,40", ironizan los pre-parados. Y las reinas del Pópulo, por aquello de humanizar la lucha obrera y recordar al gran Jesús Gargallo, pinta colores de reconversión en el cielo, entona el "no nos moverán" (no, qué va), y rinde tributo al recordado sindicalista. Luego hace reír con los títeres del pleno municipal, más vale reír que llorar. Eso pensará don Antonio Martín, que además de largar fiestas sobre el terrorismo y demás "ismos" paradójicos hispanos, en letra candente que contiene inspiradas diatribas al fatalismo, el oportunismo, el fanatismo y el falso patriotismo, se chuflea del alargamiento de pene, nada que ver con la ampliación de penas, ni con los desprendimientos de rutinas. Martín, entre bromas y veras, canta a la decadencia de Cádiz, que ya sólo tiene espacio para los cuatro acomodados, y pregunta pa qué queremos dos puentes, en la tierra donde mueren sus astilleros, y la esperanza de trabajo. Cádiz, siempre con lo puesto. La cobardía que consiente, y que siente en copla propia. Cádiz es pa verla. La única patria que reconocen los bohemios, aunque las patrias y las banderas no merezcan una guerra. Si acaso, un pasodoble erguido de orgullo y dignidad. Letras que respiran por las heridas personales y colectivas. Ironías de la vida. Letras sobre la marcha (del fin del mundo). Con moralejas. Las tomas o las dejas.
Febrero 10, Carnaval, Diario de Cádiz
La foto es de Lourdes de Vicente
miércoles, 10 de febrero de 2010
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