Letras sobre la marcha. Letras sobre el estado de la aldea global y del planeta chico. A la supersónica velocidad del mundo aparte, con más credibilidad y coherencia que la suciedad de la desinformación. A ver quién ha bajado aquí el nivel, la calidad, la leche en vinagre. Piden integridad quienes viven todo el año de rodillas. Casi nadie escucha. Atentos a los repertorios de las comparsas comprometidas con la memoria del futuro. Magníficas letras de Antonio Rivas para los incombstibles Majaras y de los Márquez Mateos para el G-15, evocadoras y aplastantes, respectivamente. Historia y actualidad. Renovación y resistencia.
Tomen nota del estilo editorializante que traen los Carapapas, que traducen con maestría las sensaciones de todo un año, el robo del siglo, el negocio de la crisis y la tomadura de pelo de los amos del mundo a sus semejantes y clientes. Ellos hacen "ajín", usted hace "ajín", y a la postre, con un poco de pasta basta para consumar el cobazo total: usted "ayuda" a los ricos y los susodichos le dejan en la estacada. Todo ello, adobado con ironía, un punto de desazón y la claridad y transparencia de la comparsa de mandamases del mundo, marionetas al servicio de la sinvergonzonería elevada al cubo. ¿No lo sabe ya? Así nos va. La cumbre de los Carapapas resulta mucho más fiable que cualquier foro subvencionao por los mequetrefes de siempre. Palabras rotundas, ideas barruntadas durante todo el año, el rumbo siniestro que está tomando el planeta, los eufemismos del capitalismo feroz.
Siempre pienso en ti. La comparsa del G-15 no sólo larga letras de corte internacional, aunque con nefastos efectos locales: estrena un pasodoble sobre el amor con síndrome de down, igual que Los Majaras cantan a la bondad de las células madre y las pocas luces de la santa madre Amnesia, siempre con los más (des)favorecidos, el progreso y el chunda chunda.
Para romper moldes y esquemas, ambas comparsas, la portuense y la gaditana, hacen reír en los cuplés, pa que digan que la modalidad sólo respira por la herida melancólica o respondona. Los Majaras bordan cuplecitos sobre la revolución anual que sufre la legendaria comparsa, han cambiado tanto que ya no muere nadie en sus pasodobles, linda manera de desternillarse de sí mismo, y además brillan en un simple pero puntero cuplé sobre los calzoncillos, tan simple como atractivo y sin tacos, ni borderíos, ni hechos consumados, ni tópicos. Por no hablar del enciclopédico y extraordinario popurrí, diferente pero de similar arte sublime que la pieza de los Carapapas. Cumbres mayores, para reflexionar y disfrutar a la par. Busquen los repertorios de ambas agrupaciones, letras sobre la marcha. Los autores siguen escribiendo sobre la marcha, se ha comprobado en las preliminares. Será por las fechas decretadas por la Cuaresma, será por la dictadura televisiva, será por los tiempos nuevos. Nada está dicho. Sólo falta un cuplé sobre los bandidos del gel de baño, grandes ladrones, o el dilema de la temporada, la caja de los truenos de media distancia. Los ministros de Luis María, siempre rebeldes, advierten sobre el rollazo mediático, el glamour de las narices, el chaqueteo constante, el oportunismo de los paracaidistas y el poder del nuevo desorden mundial de las coplas, amigos en la tele, famosos hasta en la sopa, carajotes sin escrúpulos, y "la idionsicrasia derivando hacia otra población", por no decir que Cádiz está a punto de perder la silla, chiquilla. Don Eufemismo, pase a la pantalla. La gente se chupa el dedo y comprueba la dirección del viento.
Febrero 10, Carnaval, Diario de Cádiz
lunes, 1 de febrero de 2010
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