martes, 29 de abril de 2008

Cádiz vs Cádiz


Los turistas se najaron y quedóse Cádiz la Vieja como las locas, sola y en serio peligro de caer en la melancolía. Ponga lo que se ponga, Cádiz posee un encanto especial, lo saben hasta los chinos, que la miran con sus ojitos de sorpresa y agradecimiento. Pasaron los barcos. Quedaron los dimes y diretes en el mentidero del sol quieto y la luz renovadora. Necesitada de cariño, y del aplauso del mundo, Cádiz parece pelearse contra sí misma, en permanente pugna por algo intangible e inexplicable. Con lo linda que es, por dentro y por fuera, de corazón y en los lindes invisibles del mar interior, y lo tonta que se pone por el amor de un visitante. Siempre fue igual. Cádiz siempre quiso lo que no tuvo ni tendrá, y nunca se conformará con lo que recibe sin apenas rechistar, bastante será poco y contarán los días hasta que Cádiz se sienta recompensada. ¿De qué? Ahora porfían sobre los turistas que se quedaron en Cádiz y los que viajaron, con todo el derecho del mundo, a Jerez, Arcos o Sevilla. Cruceros del amor no correspondido, traiciones y fidelidades de mentirijilla. Puro cateteo. Los medios de comunicación establecieron que más de la mitad de los cruceristas se quedaron en Cádiz; es decir, la mayoría, en número creciente con respecto a anteriores visitas. Como manda más el parné que el prestigio, sólo hablan de facturas, papeo y personas contantes y sonantes. Hete ahí que Teleteo, la tele de todos, la tele de doña Teo y sus circunstancias populares, desmiente a todos y cifra en el diez por ciento el índice de turistas que cogieron el camino. Una manera de tirar por tierra el trabajo de los demás, de vulnerar sus propias cifras, amén de la mal llamada verdad, y de dar la razón a quienes claman indignados por el equilibrio y la objetividad en los medios públicos, sean del PP o del PSOE, la misma cuestión es. Así nos va. Entre tanto, mientras se entretienen con las palabras embusteras, las medias lunas verdaderas y la contribución del pasmado personal, éste asiste impertérrito al reparto del botín de unos y otros, que se están zampando el 2012 por adelantado. Y por duplicado. Qué arte, ío. Los más listos alcanzaron el reino de los cielos del Bicentenario, que se escribe con $. La tele local, de paso, da caña a su siniestra, los bustos parlantes de los noticieros parecen recién salidos de un cuarto oscuro, los sueltan y dan hasta bocaos en las costuras ajenas. Cambias de canal y la parte contratante de la otra parte, tres cuartos de lo propio, el mismo guión pero al contrario, un saludo a los amigos, desprecio al que no necesariamente figura como enemigo, pero va camino de partirse la cara contra el mundo mundial con tal de lograr un cargo (de conciencia). Cádiz versus el mundo. Kramer contra Kramer. Cádiz, tan hermosa como contradictoria, cabe en un pañuelo. Haciendo amigos. Había prometido no meterme en líos.
Foto: Julio González

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