Fulanito no piensa pisar la Feria. Este año no. Pasa. No puede. Ojalá. Le están alicatando los piños. Imposible. Fulanito masca la tragedia en casa, prende el pecé y sale la Feria de El Puerto Puntazo Com. Lástima que a Fulanito le hayan prohibido las drogas estos días, nada de excitantes, y mucho menos turrón del duro. A base de nolotiles, no obstante, la Feria pinta de otra manera, no pinta malamente. Fulanito le ha dado otro pastillón al perrito piloto, pa que no dé la brasa frente al pantallón, y ahí están los dos, dejándose llevar, como Andalucía, chintiendo las chenchaione. De vez en cuando, ambos dos bajan el volumen al equipo multimedia y al televisor, y a la radio, y al emepetrés, y al ipod, y se escucha a la gente llegar a casa con un cebollón del quince. Fulanito cree que es algo. Este año, nada de polvo, con perdón, Fulanito es el tío con los zapatos más limpios del planeta portuense, y además se entera de tó, no anda fino quinta ni fino pavón pavoneándose por los contornos, lo único que hace es morsegar al prójimo, se parte el alma comprobando cómo pierde la vergüenza ajena la gente. Usted dirá: qué muermo de Santa María, la peor Feria de la historia. Qué va, oiga, Fulanito no está solo, suena el teléfono celular cada dos por tres, el personal no para de ponerse en el lugar de Fulanito. Menos la parienta, aro. El personal va hasta las trancas y marca el número de Fulanito pa aliviarle la condena. Y el nota se lo pasa en grande evaluando el morazo de cada quisque, a unos les ratea el motor, otros no tienen cohone de conjugar el verbo irse, nadie habla bajito, por así decirlo, y a Fulanito le mola puntuar a sus semejantes en función de la melopea, euforia, exaltación de la amistad, los tuyos por si acaso. Se escuchan hasta las ideas aún no concebidas de la gente. Sin pecado construidas. Lo único que pone triste a Fulanito es no poder montarse en los cacharritos, a su edad, será posible, y chocar contra la gente, y marearse en la montaña rusa, y arrebatarle la escoba a la bruja y buscarse la ruina a las tres de la mañana rodeado de madres indignás que pagaron un pastón por asustar a sus niños y ahora resulta que sus niños se han aliado con un cafre y mantienen secuestrados a los del tren de los momentos más tontos de la noche. Qué nochecita. Anda, acuéstate.
Foto: Fito Carreto
Abril 08, Feria de El Puerto (Diario de Cádiz)
viernes, 25 de abril de 2008
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