viernes, 12 de septiembre de 2008

Milagros

El día que cierren los bancos, por orden facultativa, un cielo de nubes negras se abrirá a la vida contemplativa, la crisis dejará de ser un problema artificial y el personal volverá al barbecho. A lo hecho, pecho. Dicho y hecho. Nuestra Señora de los que llegan a los justo a final de mes se ajusta las gafas ahumadas para observar el panorama black & guay. Y lo que te rondaré, morena. Corren tiempos de limosnas millonarias y fullerías políticas. Una ayudita, por favor. Los ricos también lloran. El modelo económico mentiroso, estilo divide y vencerás, se va al mismo garete, ya era hora. Una de catástrofes. Ya venden entradas para la catástrofe mayor. Dolby sistem. Los listos de siempre acumulan pa cuando cese la tormenta, mientras tanto, mientras los tontos nos tragamos tanto cuento chino. ¿Escampará algún día? El dinero será papel mojado, como la palabra de los políticos, y las personas recuperarán nombres y apellidos para terror y vergüenza ajena. Apocalipsis chungaleta, oiga. Por ahí van sorteando coches y pisos, hay que tener mal gusto y escaso sentido de la oportunidad. Rife usted un poco de felicidad, verá qué alegría más grande. El día que salte la banca, estaremos todos rodeados. Salgan de uno en uno y con la frente bien alta, ahí, ahí, con orgullo y dignidad. Ya pagará el inglés el vino que se ha bebido. Por cierto, ¿ahora de qué morirán las familias que durante tantos años hicieron equilibrios en el alambre del qué dirán, a costa de la economía sumergida? Tanto rollo, tanto paripé, tantos bancos prestándose al juego fácil, blanqueando que era gerundio, especuleichon a tomar por saco. A estas alturas, hay gente que debe hasta de callarse. ¿Y el chalecito de las afueras? Aguardando que recalifiquen el cielo. ¿A cómo está el metro cuadrado de insatisfacción? Más duro será el pellejazo. El día que las personas tomen sus propias decisiones, ¿qué será de las ciudades? El Puerto será más verdadero. Las calles del centro no dormirán solas. Y en los contornos del tiempo quieto, la mala hora dará paso al fin del sueño. Milagritos despertará liberada.

Septiembre 08, El Puerto (Diario de Cádiz)

4 comentarios:

Breuil dijo...

Ojú, Sr. Alcina... Ni la oposición, ni la prensa ni mi renovada basura de contrato-contratobasura- ha logrado asustarme con la crisis (¿crisis?) construída ladrillito a ladrillito y usted lo hace en unas líneas.
Es usté el Dylan de las letras.
Saludos desde el sur del sur, hoy con calor.

Anónimo dijo...

Desgraciadamente a los políticos, a todos, habría que darles un escarmiento y no acudir a "cumplir con la obligación democrática" de votar.
Cuando nadie vote a ninguno, igual se ponen las pilas, aunan ideas y esfuerzos y repercute en mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos. Esto es una utopia, claro, pues el sistema se proteje y ampara en la compra de muchos que viven de eso.

Enrique Alcina Echeverría dijo...

Perdón por el susto, Breuil, no era mi intención, jeje, o quizá sí, provocar un poco, que es lo único que nos queda ... pero de ahí al Dylan de las letras, pordió, se pasó ud. unos pocos de millones de kilómetros, no hay comparación con el gran Dylan, pero me lo tomo como una cosa de la caló del sur del sur. Muchas gracias !!!

Enrique Alcina Echeverría dijo...

Estimado anónimo abstencionista, dos puntos: tamos de acuerdo, insumisión !!! Gran quimera, claro, de hecho muchos ricacohnes o espabilados no oagan sus impuestos, con el beneplácito de los susodichos, y aquí no pasa ná. Algu amanera habrá de ponerles la cara colorá a estos profesionales de lo imposible ... hombre, no ser votados yo creo que hasta les pone, pues con las leyes electorales hay alcaldes con dos mil votos. En fin, se puede votar o no votar, pero siempre se puede chillar, o callar, o poner los puntos sobre las íes, todavía quedan algunas decisiones personales. Y pasar es una de ellas (con derecho a pensar y a manifestarse). Yo creo en otra posibilidad más remota y locuela: que podamos votar en contra, a ver qué pasa. Un saludooo