En Cádiz llaman asustaviejas al promotor inmobiliario que maltrata a los veteranos inquilinos de inmuebles con rentas bajas para forzar su marcha. Hay "prestigiosos" asustaviejas por todas partes. Ya menos, porque el ladrillo ya no mola tanto. De todos modos, como en el caso de los especuladores del suelo y del cielo, casi todo hijo de vecino lleva un asustaviejas dentro, sobre todo los hijos de puta que no respetan ni la memoria ni la dignidad de su propia familia. Caso verídico: Respetable familia gaditana marcha estrechamente a la vecina de abajo, que está muy mayor y muy vieja pero no peina un pelo de tonta. Una de las sobrinas, mediante estratagemas de dudosa honestidad, ya ha conseguido modificar el testamento de la señora, pero necesita renovar cierto documento cada equis tiempo para trincar la casa, linda casa ubicada en pleno centro de Cádiz, imaginen el pastón en juego. Ya van a por todas. No permiten a la mujer ni visitar a sus familiares y amigos, no vaya a cambiar de opinión, y se la han llevado de fiestas navideñas a la fuerza, "no vaya a coger un resfriado". Éso es lo que quieren, que coja un buen resfriado o que resbale por la escalera, pero antes emprenden la batalla por la cuenta corriente de la buena mujer, que parece que guarda un dinerito. No pararán hasta conseguirlo. Qué bonito es el amor fraternal. Qué falsa es la Navidad.
martes, 23 de diciembre de 2008
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