El gachó que ha venido esta semana a sembrar el pavor financiero ha dejado un rentable tufillo a pesimismo colectivo, qué alegría verle rodeado de empollones y arribistas aplaudiéndole las gracias apocalípticas y las soluciones a la presunta crisis, que por supuesto pasan por bajar el quince por ciento los sueldos, el salario del canguelo, los precios y los impuestos para los ricos. Qué tío más listo. Mí no entender de números, pero intuir gran mamoneo y dinerito fresco para el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, quien echó mano de la gran depresión, de la crisis en Japón y de otras lindezas. ¿Por qué no pió antes? ¿Por qué no remató la cuestión anunciando la tercera o cuarta guerra mundial? Sería lo suyo. Krugman, sieso, mira lo que dice el baranda de la reserva federal yanqui, o los webs que Obama pone encima de la mesa de los pobres ricachones que pretenden repartirse las ganancias de la crisis. No me creo ná.
martes, 17 de marzo de 2009
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3 comentarios:
Sí señor, buena filosofía para estos tiempos que corren: NO creerse ná, a ser posible, mientras uno se toma una cerveza al lado del mar.
Saludos descreídos.
cuidao con la que nos están dando, Breuil ... sabia filosofía la tuya la de tomarse algo junto al mar y pasar de todos los agoreros, malandrines y sensacionalistas, a vivir !! ... saludos sureños !!
Ay, se me olvidaba, anoche vi a Eduardo Blanco en Buenafuente y nadie mejor que un actor argentino para hablar de las crisis ... somos pioneros, dijo el gachó, jeje, allí los bancos robaron al pueblo todo lo que tenía ... y afirmó que las crisis están en la mente colectiva, si nos repiten mil veces que estamos mal, nos duele algo seguro, así que a vivir !!
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