Los granadinos Lori Meyers, aclamados como la sensación musical hispana del momento, que llenan allá por donde pasan y captan seguidores de alta fidelidad, actúan esta noche en el Aulario La Bomba de Cádiz. Gran ocasión para comprobar en directo, su punto fuerte, la frescura y profundidad de su repertorio. Tres discos en diez años, y el creciente prestigio jaleado por crítica y público, contemplan a la banda, que en vivo redobla percusiones, guitarras y teclados hasta límites orgiásticos de melodías con gancho y potencia vital y optimista, con su pizca de ironía, clase y melancolía. La gira de presentación de "Cronolánea", la línea del tiempo entre el pasado y el porvenir del grupo, la cronología y la miscelánea del juego de palabras y de voces, pone de manifiesto que la música vive. A pesar de la ley del silencio, la prohibición del rock en bares y locales nocturnos, que el grupo sufrió en sus propias carnes en la Joy Eslava de Madrid, durante su apoteósico e interruptus concierto. La ley del embudo decibélico. Hoy, en La Bomba, no se espera a la Poli.
Elogiados por el líder de los Posies, Ken Stringfellow, que también conocen los asiduos a La Bomba. Entroncados directamente con el pop hispano de siempre, pues dejan huellas hasta de Los Brincos, y por la hornada de grupos independientes radicados en el planeta granadino, Lori Meyers guardan bien el secreto de su éxito y tienen un mundo por delante para reinventarse varias veces. Pronto estarán en el festival Territorios de Sevilla, compartiendo cartel con Wilco y los Jayhawks, entre otros, y en numerosas citas veraniegas de la Piel de Toro. Envidia dan algunas programaciones, ya anunciadas, en contraposición con la incertidumbre gaditana en cuestión de música eléctrica y festivales al aire libre. Leonard Cohen en Atarfe (Granada), Jerry Lee Lewis y también Wilco en Málaga, por citar ejemplos.
Desde el prometedor "Viaje de estudios" hasta el reciente trabajo, pasando por la confirmación de su talento en el primordial Hostal Pimodan, se imponen los estribillos adherentes, festín de guitarras, sones británicos y americanos por las costuras de las redondas canciones de Lori Meyers, arrebatadores y cristalinos, en plena forma. Lori Meyers constituye la nueva primavera del pop hispano, en constante evolución, la madurez de otra generación sonora que ni siquiera alcanza los treinta años. Demasiado jóvenes para sentar cátedra, demasiado viejos para morir en el intento.
Abril 09, Cultura, Diario de Cádiz
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