sábado, 8 de agosto de 2009

Spanish stroll por Willy Deville

Murió un bohemio del rock. Willy Deville, 55 años, cáncer de pancreas. Suenan las castañuelas de Spanish Stroll, y el ritmo machacón y encantador de Cadillac Walk. Demasiado corazón. Rosita se llevó su carro, su radio, su televisión, su vida, siempre pendiente de un hilo en el lado más salvaje de la ciudad de Nueva York. Escena neoyorquina de finales de los setenta, punk y rock a porfía. Mink Deville nada tenían que ver con Television, Blonde o Ramones. Ritmo y blues, soul, rock & roll original y chulesco que luego flirteó con el twist latino, los ritmos calientes y hasta los sones de los indios americanos. Inquieto e investigador, Willy Deville firmó varios discos maravillosos con su banda, en especial el primero, Cabretta, y luego llegó a triunfar en solitario merced a su toque hispano. Y a su versión del Hey Joe de Jimi Hendrix, muy distinta a la de Patti Smith. Se marchó a París, donde encontró a la pálida. Dejó la heroína con el cambio de siglo, o la heroína lo dejó a él. El 22 de julio de 1993 actuó en la plaza de toros de Algeciras. Estuvo inmenso, pese al escaso público. Tocó todos sus éxitos. Baile en la arena. Sangre a borbotones. Un arte exclusivo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

buenas

me cago en la delicadeza del destino.

Sito dijo...

buenas;

me cago en la delicadeza del destino.

Enrique Alcina Echeverría dijo...

salud, Sito, no conviene creer en la delicadeza del destino, en fin, nos queda la música de Mink Deville, esas baladas rompedoras, esos guiños al rocanrol de los cincuenta, el blues eléctrico o las piezas hispanas que adornaron su carrera. Cuentan que era un tipo duro y sensible, y que en Europa le querían más que en los Usa. De su generación destaco también a Tom Verlaine, pedazo de guitarrista de Television, o la propia Patti Smith, sin olvidar a los grandes Ramones, claro, un saludoooo