jueves, 11 de diciembre de 2008

Jesús, qué cruz (Judas traiciona al rock y se pasa al reality show)


Ahora que la Iglesia católica ha perdonado a los Beatles por soltar la mercadotécnica frase de que los escarabajos de Liverpool eran más famosos que Jesús de Galilea, va Judas Iscariote y traiciona a la comunidad rockera del planeta pasándose al reality show, María Magdalena se enrola en Operación Triunfo y, para más inri, una de las primeras óperas rock de la historia se transforma en musical mediático que, pese a la cruz de la crisis económica, agota las localidades a cada paso que da. En Cádiz, claro está, ante la creciente y febril hiperactividad del capillismo sincopado, el éxito se antojaba garantizado. De todos modos, primicia no es. El Teatro Falla ya ha acogido en sus tablas a quince tíos crucificados cantando de rodillas, una comparsa muy jevi. Vuelve la Superstrella de la Pasión, más de tres décadas después de su estreno mundial. Jesús sigue vivo y coreando. Y con nueva imagen. Dios quiera que sin piercing en la lengua. Como en este siglo molan más las series de la tele por encima del cine, y no digamos del disco, y la gente alcanza el paraíso a través del quirófano, retorna Jesús con nueva estética y, suponemos, la ética de antaño.
Pasión y muerte del espíritu del rock, léase rebeldía. La flamante secuela de Jesucristo Superstar recluta a jóvenes sobradamente preparados procedentes de concursos televisivos, aunque ya con experiencia en musicales de éxito, segundas partes de óperas pop emblemáticas como Grease, El Fantasma de la Ópera, Los Miserables, We Will Rock You o Peter Pan. La productora de la obra que recala en Cádiz, a teatro Falla lleno desde hoy hasta el domingo, ha invertido 4,5 millones de euros en la gira que lleva a JCS por más de veinte ciudades de la Piel de Toro. Distancia sideral con los doce millones de pesetas que, en 1975, invirtió Camilo Sesto en la primera versión hispana, que supuso acaso una de las operación de propaganda más valiosas para el cristianismo en plena efervescencia social y política. No en vano, en todos los colegios de curas se impuso la moda JCS y no hubo promoción escolar que no estrenase su propia función. En San Felipe Neri, por citar un ejemplo, Jesucristo dio un pelotazo con acento gaditano.
Decididamente, John Lennon se tiró un farol. Jesucristo capta más audiencia que los Beatles. La obra original de Andrew Lloyd Weber, apoyada en letras de Tim Rice, que relata la última semana de vida de Jesús desde el punto de vista de Judas, se presentó en 1970, se estrenó en Broadway un año después y pasó al celuloide en el 73, precisamente en plena crisis de los petrodólares. El primer cantante que grabó la obra fue Ian Gillan, líder de Deep Purple, gurús del rock duro, junto a Murray Head e Ivonne Elliman. En España, el 6 de noviembre del 75 abrió fuego el Mesías español, bajo la dirección de Jaime Azpilicueta. Cuatro meses triunfales en el Alcalá Palace de Madrid, con Camilo Sesto en el papel de Jesús, el actual presidente de la Sociedad General de Autores y cantante de los Canarios como Judas, Teddy Bautista, Ángela Carrasco encarnando a María Magdalena y un tal Dick Zappala, el egipcio que fundó el grupo de rock psicodélico Azahar, como Herodes. Esta versión quebró registros y topicazos, puso el dedo sobre la llaga de la controversia, se adaptó a los tiempos que corrían y causó sensación. Años más tarde, en el 84, la segunda versión hispana, que contó con la participación de otro melódico de voz rotunda, Pablo Abraira, y un jazzista descolocado, Pedro Ruy Blas, ya no hacía falta pasar por la censura oficial, como hicieron Sesto y compañía, pero los tiempos habían cambiado.
La crítica de la época quizá crucificaría hoy el Jesucristo Superstar de nuevo cuño, qué sabe nadie, pero las crónicas del inicio de la gira hablan de espectáculo correcto y por momentos brillante, profesional, no exento de sorpresas, acaso un poco desigual, que encandila a varias generaciones de aficionados merced a la calidad del repertorio, que permanece vigente pese a tantas lesiones dermoestéticas que sufre el buen gusto musical desde hace décadas. Sólo en Madrid, 300.000 personas acudieron a la llamada de JCS en la pasada temporada.
La voz de la conciencia del rockero Ian Gillan, cuya garganta ha llenado millones de escenarios y habitaciones del planeta a todo volumen, merced a Deep Purple y su legendario álbum Made in Japan, le dictó que tenía que rechazar la propuesta de encarnar a Jesús en la obra teatral. El cantante heavy sólo grabó el disco y prefirió quedarse en la banda. Pero meses después lo dejó todo por agotamiento y por enfrentamientos con el guitarrista Richie Blackmore.
Ni que decir tiene que Lloyd Weber, que ha producido dieciséis musicales a lo largo de su carrera, se sitúa en la cúspide de autores de óperas rock. Influido por los Who, que elevaron a la categoría de obra de arte la ópera rock Tommy, el compositor disfrutó de otros éxitos como Evita y Cats, pero ninguno como el experimentado por Jesucristo Superstar, por su excelente música y su mensaje universal. En Jesucristo Superstar parece importante lo que se dice y lo que se deja de decir.
En plena rehabilitación del teatro con ínfulas musicales, a medio camino entre la opereta y la danza, el rock circense y la tradición de juglares de todos los tiempos, en España se aviva la llama con obras como No Me Puedo Levantar, de Mecano, y aunque el rock ha sido sepultado por otros estilos, perdiendo su espíritu inconformista y vehemente en favor de otros géneros y actitudes, pronto aparecerá una nueva ópera rock, en español y registrada por músicos de rock duro de numerosos grupos señeros de la Piel de Toro, en torno a la vida y obra de Edgar Allan Poe. El rock decibélico hispano ya ha ofrecido versiones dispares de la figura de Jesús, tales como el irreverente Jesucristo García de Extremoduro o el marginal y solidario Jesús de Chamberí, creado por Mago de Oz. Nada que ver con el nuevo Jesucristo Superstar, más "fashion" que "neojipi". Hoy día los sacrilegios se cometen en los bancos.

Diciembre 08, Cultura, Diario de Cádiz

8 comentarios:

Ignacio Lobo dijo...

jejejeje...en cuanto lo lei en el diario sabia q era tuyo. Por lo que he visto en el Youtube es un Jesucristo Superstar amariconao, y la traduccion es otra, cosa q no entiendo... Grandes interpretaciones las de Camilo, Teddy y PEdro Ruy Blas... por no hablar de Carl Anderson/Judas en la version cinematografica.
Sabias que en Brasil el traductor del texto fue nada mas y nada menos que Vinicius de Moraes?
Que tio mas grande... deberias animarte a escribir algo sobre el ^^

Fernando Lobo dijo...

Miedo me da este Jesucristo Metrosexual, yo no se por qué esta manía de refreir las cosas y cambiarlas a peor.

Mi hermano y yo siempre hemos flipáo con Jesucristo Superestar. Musicalmente es perfecta, qué riffs, qué instrumentaciones, qué voces, qué tó.

En semana santa, no lo duden, vean la peli de Jesucristo Superestar, la buena, la del 73.

Enrique Alcina Echeverría dijo...

saludos a los hermanos Lobo. A mí también me gustó la película y luego el espectáculo de Camilo Sesto, que no era de mi agrado en otras facetas pero partió la pana en el papel de Jesucristo, ehin? Y la calidad de la música, a mí también me pareció magnífica. Lo que no sabía era lo de Vinicius, un monstruo del universo carioca, voy a buscarlo por ahí ... hoy me da un poco de pena ese Cristo Fachionglamú, el metrosesuá, será el signo de los tiempos o algo ... por cierto, esta noche vi a Roberto Carlos cantar en la tele su Jesús Cristo, qué bonito. En esa época también triunfaban sus canciones, que me recuerdan a mi infancia en la playa ... abrazos pa Ignacio y Fernando !!

Ignacio Lobo dijo...

Alcina, me está tocando usted todos los totems... Me gusta mucho Roberto Carlos, a pesar de que tiene un puntillo hortera. Pero es un gran autor de canciones. Sobre todo me gusta aquella que le hizo a Caetano, "Debaixo dos caracois dos seus cabelhos", y "Cama y Mesa". Que por cierto, este año volvieron a juntarse pa cantar en Brasil. Leñe la de cosas que nos perdemos.

Saluditos...y mu weno lo del sofa

Enrique Alcina Echeverría dijo...

no era mi intención tocarle los totems. jajaja, pienso lo mismo, el Roberto Carlos tendrá su puntillo hortera, pero componía unas canciones redondas, al menos forman parte de mi vida ... en el concierto de la 2 tocó también Cama y Mesa, vaya metáforas, pero le faltó El Progreso entre sus grandes éxitos ... es verdad, era en Miami en plan hortera pero qué pedazos de canciones !! Bueno, nos perdemos cosas, muchas, y creo que se juntaron en Brasil pocos días después del concierto de Caetano en Cádiz, memorable !! Saludos !!

Breuil dijo...

Entonces... existe un Camilo Sexto antes de "Mola Mazo"... :P
Y lo de Teddy en el papel de Judas... ironías de la vida.
Un abrazo

Enrique Alcina Echeverría dijo...

Jeje, existe hasta un Camilo Décimo, pero no es del Gordo, sino del Flaco de Navidad, qué chiste más malo me ha salido ... parece que el Jesucristo Metrosesuá no ha molado mazo.
Oye, no había caído en lo del Teddy, el Judas de la Sgae, también ha cambiado una jartá el gachó, ahora cobra hasta por la música en las bodas, ahora Judas lucha contra le piratería desde su propio barco pirata ... saludos, Breuil !

Breuil dijo...

Dentro de ná nos cobran por cantar en la ducha o por las nanas para adormilar a los bebés. Tenga cuidadete y no dé un do de pecho más de lo legal...
Abrazos moderadamente cantarines.