"Un placer estar aquí, en la cuna del Carnaval, padre del Carnaval ríoplatense, sí señor", preludia el artista y se gana el paraíso, el gallinero, el anfiteatro más cerca del cielo de Cádiz. Luego, en lo mejor del querer, Coti pugna contra la ecualización del sonido, "¿se escucha?", y alguien exclama desde el patio de butacas: "Poned la música más bajita". "Decídselo al amigo", interpela Coti señalando al señor Maximiliano, que controla el sonido con las dos manos acaso pensando que se halla en una plaza de toros y no en un teatro con acústica delicada y milagrosa. Maximiliano no se entera, echa a pelear las guitarras y no permite el lucimiento de los juegos vocales, pero el rock & roll se apodera de todo. Coti suena a Makaroff, a Moris, a Dylan y a sí mismo, ya ha creado su sello inconfundible. Lanza un par de guiños a Beatles ("Hard Day's night") y Rolling ("Emotional Rescue"), y en diversos tramos de la noche se antoja stoniano, tequilero, calamaro en su tinta y tanguero, canchero y argentino mundial. Todo en uno. En dos Cotis. Suena mejor el Coti semiacústico que el rockero, por culpa de la maldita reverberación, pero ambos cautivan al público. Carpe diem.
"Este lugar es mágico, tradicional, mítico", insiste el cantante mientras transpira "como un loco" y la gente se adueña de su repertorio. "Qué público más afinado, la música sale de acá", piropea Coti al personal, que premia la "Canción del adiós", muy superior a la versión grabada, apasionada, arrabalera, casi recitada, directa al corazón. "Sin vosotros no hay canciones, ni músicos, ni teatros". Y tras el tributo al presente, aquí y ahora, significativo tema con mensaje idóneo para estos tiempos quietos, y la versión de una pieza compartida con Julieta Venegas que el espectador conoce al dedillo, arremete con las piezas de su primer disco, las tarareables y contagiosas "Antes que ver el sol", "Nada fue un error", "Lo mejor para los dos" y "Mis planes". El Coti más rockero salta sobre su alfombra mágica. Se encienden las luces y suena Charly García por los altavoces, "Yo no quiero volverme tan loco", legendaria copla del cancionero argentino. Aquí y ahora, en el ciclo Vivamérica, por siempre.
Octubre 09, Cultura, Diario de Cádiz
Foto de Jesús Marín
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