Mowlihawk, subcampeón en la Batalla de los Gallos

"Da mucho coraje quedar segundo. La próxima iré a cuchillo". El rapero gaditano Mowlihawk, que acaba de proclamarse subcampeón de España en la Batalla de los Gallos, suele emplear las metáforas, las frases cortas y el verbo juguetón. No en vano, vive del ritmo y de la palabra. David Fernández sólo fue superado en la final por su amigo Arcano, un chaval alicantino de quince años. Ingenioso y vacilón, aunque también la mar de juicioso, el ingenioso y polifacético artista aprovecha el momento dulce, trufado de actuaciones, apariciones televisivas y ofertas discográficas, para afianzar su estilo y mover sus maquetas de cara a un próximo disco. Mientras tanto, continúa estudiando Empresariales y cursos de Realización de Vídeo. No para.
Mowlihawk ha pasado por numerosos platós televisivos en los últimos días, cruzándose por los pasillos de las emisoras privadas y frente a los focos con gente de la calaña de Mariñas o Patiño, eñe que eñe, pero no pudo ir al programa de Buenafuente. Él mismo lo explica con claridad: "Lo normal hubiera sido ir los dos primeros, los finalistas del torneo, pero Buenafuente pidió que fueran el primero y un catalán. Estas cosas no pasarian en Andalucía". Se quedó con las ganas. Días antes, el rapero pugnó por el título ante veinte mil personas, en la plaza de España de Madrid, en ambiente excepcional, en el transcurso de un espectáculo que contó también con equilibristas de la bici y de los huesos, los mejores practicantes de breakdance y el dj de Orishas a los mandos. David se impuso a rivales duros, un mallorquín y dos catalanes que ocuparon las primeras plazas en la anterior cita. Iba embalado, pero se topó con Arcano, un improvisador "buenísimo" que obtuvo más apoyo del público "quizá por su edad, aunque también por su talento". "Siempre fuimos a saco. Como dormimos la noche anterior en la misma habitación de hotel, y somos grandes amigos, acordamos que en lugar de criticarnos o insultarnos con rimas, como se suele hacer en las batallas de gallos, animaríamos al público y diríamos cosas lindas y graciosas. Así fue. Me ganó, pero lo pasamos muy bien, Luego nos entrevistaron por todas partes, salimos escoltados de la plaza, no veas qué cantidad de fotos y autógrafos, la locura. Y al día siguiente conocimos a los friquis de la tele y nos ofrecieron un mano a mano, Arcano dio caña a la Campanario y yo a Belén Esteban, en vez de defenderlas las atacamos".
Confiesa David que sus experiencias recientes, tras tres años de rap continuado, han cambiado su vida. "Gracias al concurso, en un año se han abierto muchas puertas, y todo esto me inspira a escribir más cosas, ya tengo a punto la nueva maqueta, Constancia, y compruebo que no se trata de un juego, la cosa va para arriba, hay gente detrás, siento que merece la pena esforzarse, pero voy poco a poco, sin volverme loco".
La gran metáfora. Desde el piso 32 de una de las cuatro mastodónticas torres madrileñas, donde Mowlihawk se alojó a tutiplén durante el campeonato promovido por una marca de bebidas isotónicas, se observa el mundo de otra manera, "no sé qué, no sé cuántos", expresión habitual en el particular lenguaje del rapero gaditano, pero con los pies en el suelo se disfruta más. El año que viene llegará el disco, las giras, la confirmación de un chaval que ya triunfó hace años con su primera maqueta en internet, un joven de veinte años capaz de improvisar en la escala del verbo intenso y el adjetivo punzón, pero también con talento suficiente para componer piezas urbanas al ritmo de la vida que le ve pasar.

Octubre 09, Cultura, Diario de Cádiz