
Un abismo media entre la subversión y la subvención, aunque en Cádiz los extremeños se tocan y todo se transforma, va a caer hasta la Tribuna del Carranza, lo saben hasta los viejos del lugar. La mayoría nada silenciosa que supuestamente adora a doña Teo. Pues no todos. Los chirigoteros de la calle Zaragoza acusan a Ella de tener tó Cádiz levantao y tol mundo parao, literalmente. "Como Teófila no es gaditana, hace con los gaditanos lo que le da la gana", riman del tirón. Juventud sin futuro que ya no encuentra tierras prometidas ni en Castellón, mientras Ella "tira el dinero en conciertos en la playa", 400.000 euros en el último verano, y otra rima obrera y tiesa con María Arteaga, señora de la caridad, ahora llamada solidaridad. "Cádiz, ciudad de la sonrisa y del engaño".
Otra alcaldesa, la de Jerez, en este caso sociata, se lleva un par de cosquis de refilón en el repertorio de los Caracartón, gran título para una agrupación sosopolítica o así. A la alcaldesa deluxe de Jeré le vienen con guasa por sus elevadas aspiraciones, puente aéreo con Trebujena, y culmina la copla con cierto cachondeíto futbolístico, ya está aquí don Víctor Espárrago, y con él, el espíritu de Chapín. Menos mal, vuelve la rivalidad, la salsa, el boogie, la cumbia, la bronca, el mal ajeno, al carajo el buen rollo y el falserío dermohistérico o interesao. Nos vemos en la calle. Allí se verá al sublevao y al subvencionao.
Golpeando las puertas del Falla, como por arte de birlibirloque comienzan a sonar coplas sobre la calidad, la cantidad, y el eterno dilema contra la libertad de expresión y de impresión. El derecho a cantar y el derecho a callar. El cortinaje salvaje y el respeto mutuo. En el foro abierto del Falla se habla cada noche de todo un poco, cada uno lleva su razón, más quisieran algunos callar la boca a los inoportunos, inconvenientes, insablubres e inequívocos representantes de sí mismos. ¿Moralla en el Falla? ¿No lo sabe ya? ¿Y la morralla que nos venden en el mundo exterior en ofertas de tres por uno? ¿Y los bochornosos espectáculos mediáticos de aquí y acullá? El show de Haití, sin ir más lejos, nueva hoguera de la vanidad del caritativo hipócrita homosapiens occidental, el telemaratón del yoísmo. El Fallasapiens, en cambio, canta y llora por pura necesidad metafísica. Está la cosa muy mal. Compro oro.
Enero 10, Carnaval, Diario de Cádiz
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