Triple salto digital en la red

La búsqueda de alternativas al raquítico mercado musical actual no cesa. A mil revoluciones por minuto. Copiar, pegar, usar y tirar. Pronto no hará falta almacenar millones de canciones, como venden ahora sin escrúpulos las marcas de telefonía que intentan dominar el cotarro. Al tiempo que la autoridad incompetente llega tarde a la regularización y pretende controlar lo ya incontrolable, mientras la sociedad de autores cobra hasta en las bodas, en internet se forjan nuevas herramientas, todo pasa a gran velocidad y las revoluciones se pisan unas a otras, hasta que alguien dé con las claves del invento. Primero fueron las grabadoras de compactos, luego los emepetrés, los programas de intercambio de archivos, las páginas para escuchar música sin necesidad de bajarlas al peso, la venta de música digital que no termina de avanzar en países tan proclives al pirateo como España. Y la lucha sigue. Nacen propuestas como las comunidades de músicos y fans, a través de Herzio, o los horizontes que ofrecerá Bujío Producciones, prestigiosa empresa de producción, representación y publicación de artistas mayormente andaluces, domiciliada fiscalmente en Puerto Real, que se lanza a la aventura universal a través de internet. El proyecto, que se denominará Bujío Digital, brindará a los músicos del mundo la posibilidad de editar, distribuir y promocionar su obra sin apenas costes y con multitud de opciones pioneras en el sector. Pronto se dará a conocer la iniciativa en diversas ferias internacionales musicales. Bujío, que lleva las riendas de la carrera de numerosos artistas de postín y edita con esmero sus discos, acaba de fichar a la legendaria banda de rock Cai, que publicará en breve su cuarto disco en estudio, el primero desde su reaparición. El futuro ya está aquí.
Los músicos podrán autoeditar sus discos en la red, mediante las herramientas que pondrá a su disposición Bujío Digital, que mantiene el concepto de obra y huye de las canciones sueltas. "En internet se ha perdido mucho este concepto y queremos recuperarlo, no nos gusta la idea de romper la unidad y coherencia de la obra musical tal y como la ha concebido el artista/productor". Los artistas o grupos que se adapten a los criterios del sello, y a la calidad y técnica de grabación exigibles, poseerán su propio espacio en la aplicación web para subir sus audios, modificarlos a su antojo, vender sus discos en formatos digital o compacto, con una flexibilidad nunca conocida. Nada que ver con un myspace. Los discos, a partir de ya, tendrán vida propia, y los consumidores, nuevas vías para explorar estilos y hechuras musicales. A precios accesibles, los que fijen los productores y usuarios, y en condiciones que Bujío presentará en los próximos meses.
"El presente reside ya en internet", admite Rafael Hermida, uno de los representantes de Bujío. "Ya estamos bien posicionados en la red", con fuerte presencia en flamenco y world music especialmente, pero "vamos a crecer en cuanto a distribución y comunicación digital". El formato, a estas alturas, será lo de menos. Bujío seguirá fabricando discos en cedé, mientras se mantenga la demanda, pero recurrirá de pleno a estos métodos de edición, promoción y distribución que abarata los presupuestos, los restringe "casi a cero". Adiós a la fabricación física, el transporte, la logística de antaño, la publicidad, la mercadotecnia tradicional. Llegó la nueva era al estilo Juan Palomo, sin menoscabo de la calidad del producto. Trabajo profesional, alejado del cutrerío casero, con vistas al mundo entero. A Bujío ya se le conoce por sus más de 200 discos editados: Sergio Monroy, Pansequito, Mariana Cornejo, La Sonora Big Band de Cádiz, Alejo Martínez, La Jambre, Kaya, Omni y la Negra Tomasa, entre otros.
Doce años de trabajo en el sector, una reputación ganada a pulso en cuanto a calidad, tanto en música como en promoción, amparan a Bujío de cara a la nueva etapa digital, que "será revolucionaria porque abriremos la puerta a la publicación de material que no vería la luz de otra manera: no sólo discos entendidos como tales, sino temas en directo, piezas inéditas guardadas en cajones, de todo un poco, y siempre en movimiento. Y los compradores de los discos no perderán la conexión con los artistas y podrán recibir la actualización o cambios de los discos". Bonus tracks, remezclas, directos, por el precio inicial. Sin la coba que la industria actual da a los clientes más fieles.
Bujío incentivará la producción de calidad, nada de grabaciones churretosas con la excusa de la frescura o la naturalidad. Nadie mejor que Mario G. Alberni, el ingeriero de sonido y músico que conducía La Kaleta Records y ahora se dedica a la masterización a través de Kadifornia, con sede en El Puerto de Santa María, para poner en marcha un apartado dedicado a los profesionales, un blog tutorial y especializado que servirá de ayuda a los músicos.
"Hay mil caminos para la música", señala Hermida, que anuncia varios proyectos muy potentes para impulsar la plataforma digital a partir de la primavera. "Llevamos mucho tiempo desarrollando la aplicación web, y queremos comenzar a por todas, ofreciendo el mercado a artistas andaluces e hispanos, pero también a cubanos, brasileños, marroquíes. La idea es que un flamenco o un músico libanés, por ejemplo, puedan editar a través de Bujío y accedan a herramientas tan novedosas como la que proporcionará al artista la posibilidad de editar en el idioma que elija". Y publicar en varios idiomas a partir de la edición en español o la lengua de origen, y luego reeditar en otros idiomas para llegar a mercados diversos, algo muy complicado en el entramado del disco físico. Horizontes insospechados.
Los hermanos Antonio y Faly Hermida, esto es, Bujío, brujuleando en el variopinto y azaroso mundo musical, no han encontrado parangón a su rincón digital. "No conocemos algo que se parezca a Bujío Digital, nadie lo ha hecho hasta ahora".

Enero 10, Cultura, Diario de Cádiz