martes, 13 de octubre de 2009

Canciones en paradero desconocido

Pidan los bises a ese lentísimo ayuntamiento, gran chapador de bares y experto en cortar el punto a la gente. La gente no bailó más allá de las tres en punto de la mañana. Si en lugar de rock, la MW se hubiera transformado en peña cultural, flamenca, recreativa y carnavalesca, nadie habría levantado acta en el acto. Por cierto, se han visto chirigotas mejores que los portugueses Blasted Mechanism, los sanmolostropos verdes o los piconeros galácticos, mismamente. Disfraces reciclados de acero inoxidable, vanguardia futurista, como los Devo pero sin llegarles ni a la suela del zapato, digamos que a medio camino entre los Chemichal Brothers y los perroflautas recién llegados a la ciudad. Saltimbanquis a volumen atroz, electropop obsesivo, chunda chunda fluorescente, araka la cana pastillero, místico, africano, inclasificable. Muchas moscas. A las siete de la mañana, harto de cubatas, tendrían un pase. A las 21,40, sálvese quien pueda. Un carajote que parece salido de una historieta de Tintín pero con unos cuantos quinquenios en lo alto se las da de interesante con sus hechuras de pseudomoderno: gafas de pasta, pantalones por las rodillas, calcetines escuetos, camiseta de "yo estuve allí", patillas, gorra de diseño y una piba danzándole el agua. Hipnotizados ambos dos. Mañana volverán a fichar en la Diputación de Tarragona. "¿Cómo estuvo el Monkey Week? Espectacular, oiga, salieron unos gachós estilo Prodigy, pero en plan cutre, pasados de tripis, que estuvieron geniales". Aro, aro. Otro concepto de secta underground. Está la cosa muy mal. Antes, los Hollers pegaron duro al rocanrol, como lo habían hecho los Little Cobras en el teatro por la tarde, y después los Granadians del Espacio Exterior sorprendieron de primeras con su imagen colorista y su estilo nuevaolero, mucho ska locuelo, algunos instrumentales de consideración y cachondeíto sobre las tablas, un blues tropical, un villancico espasmódico, un guiño a Bo Diddley y poco más. Nada del otro mundo, Compro oro.
Dado el nivel de la noche, nada que ver con los extraordinarios cabezas de cartel del concierto de Puerto Sherry, el personal se dedica a recordar el mosqueo de Jon Spencer con el sonido, sus patás en el suelo, el micro como un proyectil y su pasión desbordante. Dicen que estuvo contenido. Para contenido, el de Kitty, Daisy y compañía. Miguel, el de la Silla Verde, los acompañó a bailar hasta las tantas, tras su sensacional actuación, y cuenta maravillas del trompetista negro, Eric Tam Tam Thompson, ojo a su historial, tocó en el disco "Revolver" de los Beatles, penúltimo corte, "Got to get you into my life". Ahí es nada. Thompson bebe coñac y estrena cada copa arrojando líquido al suelo a la salud de su padre. "For my father".
Cápsula, punkies vascos con notable cultura musical y algunas posturitas de mención, dieron lo suyo al personal, notable trío de rock oscuro con reminiscencias de todo tipo, gestos a la galería y cierta conexión con el estómago de la audiencia, como Johnny Thunders pero con pantalones rojos de cuero y bigote generoso. Pasea por el patio del Monasterio de la Victoria un Robinson Crusoe con la camisola del Betis. Manque pierda. Y alivian al gaznate varias generaciones de aficionados a la música sin etiquetas, independiente de nada, que en la penúltima sesión no depara tantas alegrías. Los esperados A Bones y el intratable King Kahn reinan a su modo, pero no ofrecen la talla deseada, mucho sonido garage, ritmo y blues de toda la vida en adobo, y pocas canciones para recordar. Si acaso, las versiones de clásicos. Sangre, sudor y lágrimas de cocodrilo, los malos de la película captan la atención, plumas y a lo loco, alaridos de pasión, algunos kilitos más de la cuenta y las leyendas del rock minoritario o así. Los A Bones, gente curtida y veterana con gasolina suficiente y rudas maneras de arremeter, gustan mucho, o eso parece a tenor de la respuesta de la gente, que ya mira el reloj, a las tres pa la casa. King Kahn y su chaqueta de leopardo acaso enganchan más, suenan potentes y compactos, una patulea de músicos sobre las tablas, mucho estilo, sonido atractivo, a veces sucio y arrebatador, con alma, pero alguien pregunta por las canciones. ¿Dónde están las canciones? En el fondo del mar.
La MW concluía anoche en el Teatro Muñoz Seca con un espectáculo más reposado que al cierre de esta edición iba a cerrar Nacho Vegas. Cuatro días de garabatillo. Lo nunca visto. Una experiencia memorable, con sus pros y sus contras, la primera edición de una aventura con vocación de convertirse en encuentro permanente de músicos, expertos y aficionados. Lástima la actitud de los "patrocinadores" municipales, muy comentada y rechazada por organizadores y asistentes, gente cabal ya talludita que ha llenado los hoteles y ha colmado sus ansias de conocer nuevas músicas, recibiendo la callada por respuesta, una manera como otra cualquier de que el silencio levante acta en otra parte. Dos ofertas han recibido los promotores de Monkey Week para llevarse la feria a otra parte de Andalucía. Ellos quieren quedarse, pero necesitan cariño y que nadie corte la música en lo mejor del querer.

Octubre 09, Cultura, Diario de Cádiz
La foto es de Andrés Mora

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Cartel de medianias de segunda regional,pobrisima entrada en los shows de pago ( y en los gratuitos),los stands marchandose el primer dia de festival y reclamando la pasta desembolsada,...En resumen:
Una merienda de negros y una fiestecita para los amiguetes pagada a cuenta del bolsillo de los contribuyentes -cuando se usa dinero publico hay que controlar el precio que se deja poner a los tickets al promotor de turno para evitar dar el pelotazo-.A 90 eu el abono,el fracaso de publico estaba cantado.
Y con que criterio se reparte la subvencion?
ah! por cierto,4000 personas el sabado?Date una vuelta por una optica y que te revisen la vista porque leer esas cosas da la risa.

Empieza por buscar respuestas a esas preguntas y te dara un vision mas ajustada a la realidad que todas las chorradas proclamadas en las mesas redondas.

Enrique Alcina Echeverría dijo...

tú sí que eres listo, gracias por los consejos, me los grabo a fuego en el lado del olvido, chaval anónimo ... ya he empezado a buscar respuestas a tus inteligentes cuestiones y he encontrado cuatro o cinco por aquí, te las presto ... tu tabaco, gracias

Jorge Garrido dijo...

las cosas subencionadas es lo que tiene, que nunca llueve a gusto de todos.
el municipal corta y mañana dios dira... una pena. a ver si la cosa sigue en el puerto y el año que viene me coje ahi.

Anónimo dijo...

he dicho algo que sea mentira?
Que alguien venga y me diga en que me estoy equivocando.

No fumo,de nada

Enrique Alcina Echeverría dijo...

un saludo, Jorge, esperemos que el MW se quede en El Puerto y que vaya evolucionando en cada edición, pa ser la primera lo pasamos bien, según los gustos de cada cual, claro. Un abrazo, compañeroooo
otro saludo pal señor anónimo, perdón si estuvo un poco brusca la máquina de tabaco ... quizá no te falte razón en algunos aspectos, no conozco la verdad absoluta ... estoy de acuerdo en cuanto a las subvenciones que entregan alegremente a algunos y niegan a otros. Ojalá la ayuda al MW se traduzca en apoyos a otros promotores que tanto se lo curran. Saludos !!!!

Eduardo Albaladejo dijo...

Yo no pude estar. Ayudé en lo que pude y parece que a "Anómino" no le gustó nada el esfuerzo de la peña. Bueno, si fuese facil lo haría cualquiera, que es lo que no me canso de decir. Lo de las subvenciones, querido oculto, no me sirve:TODO LO QUE SE EXPONE ESTA SUBVENCIONADO, por una caixa- banco que antes le ha robao a los impositores, por un ayuntamiento que lo mismo, por un mecenas que antes cobró del mismo banco, ayuntamiento o subsecretaría... Si dices que los Freeks son unos promotores de turno que han dado el pelotazo, pues no me sirves de referencia para saber lo qué pasó -repito que estuve de viaje a ver si conseguía una subvención - y me quedo con la visión de Enrique, que parece más objetiva y desinteresada y tambien con estas otras:
"Monkey Week tiene un futuro excelente por delante como lugar de reunión y debate para profesionales. (...) Cada evento necesita tener una personalidad propia, la del Monkey Week fue propiciar el diálogo"
(Joan S. Luna, MONDOSONORO)

"El festival Monkey Week se estrena como epicentro del rock en España. (...) Los conciertos nocturnos son sólo la parte más visible del iceberg"
(Iñigo López, EL PAÍS)

"El único festival de la galaxia en el que se puede ver un concierto en una plaza, entre niños y abuelos, de un grupo español desconocido mientras se merienda-cena un cucurucho de chocos y cazón en adobo. Ou yea"
(Pablo Gil, EL MUNDO)

"Monkey Week se ha revelado en cualquier caso como una iniciativa necesaria para la industria independiente nacional. Un punto de encuentro en el que se ve, se oye, y se habla. Y ojalá que sea por muchos años"
(Blas Fernández, DIARIO DE SEVILLA)

En fin, no me gusta hablar a desconocidos -me trae inmediatamente imagenes de confesionarios, de a urtadillas tras los visillos...- . Anónimo, parece que sabes, pero tu opinión quizás esté condicionado por algún intetrés o desisnterés.
Yo sólo digo que desde la barrera...
Besitos a los niños

Enrique Alcina Echeverría dijo...

ahí quedó ,Eduardo, larga vida al Monkey Week y muy acertada tu idea sobre las subvenciones, todo está subvencionado, hasta los despidos de las empresas que se aprovechan de la crisis, que costean algunos bancos públicos ... abrazos !!!