Ha llamado Dan Brown. Está indignao. Dice que no piensa comerse el marrón en La Viña. Si acaso, una caballita con piriñaca. El renombrado literato no ha entendido ni papa de la chirigota. Será sieso. El mundo no ha entendido su novela, y mucho menos la peli, un tostonzazo que no tiene ni un pase de preliminares, y el tío se ha forrao. Dan Brown pasa de la religión del tataratachín; se decanta por las comparsas. El año que viene, Ángeles y Demonios. Él se lo pierde, sobre todo el cuplé best seller del niño equivocao y el exquisito popurrí, que contiene los platos fuertes que otros sirven en pasodoblés y demás. Tó condensao. Cuatro finales seguidas, y decían que la final iba a ser cortita. Ya está aquí el Covirán. Castigo divino.
Los escritores de Cádiz emplean sus recursos lingüísticos que ríete tú el Dan Brown. Comedias pa tirar palante, dramaturgia de andar por casa. Si algunos abusan del recitado para subrayar el mensaje, otros mecen sus coplas al compás de una musiquita redentora. Tres por cuatro. La gloria. Las castas de Dan Brown: su madre es pianista y su padre matemático. Y el nota no coge los cuplés. Imperdonable. Ni siquiera se cosca de la guasa del dios Momo con respecto a Iberia y Telefónica. Grandes cuplés pa perder las maletas varias veces y llamar a cobro revertido a la inspiración. Por no hablar de la conexión que logran los divorciados con el GPS y las operaciones de estética. "Se ha puesto tetas hasta Joselito", gran maldad. "Yo tengo un poblema de tamaño, y un complejo horroroso, voy a tener que ir a cortarme un trozo". Manolo, cásate, que se pasa rasca separao. "Ustedes reirse", farfulla el Selu al publiquito fiel.
Ha llamado Ildefonso Falcones, autor de la Catedral del Mar, y lo hemos tenido que mandar a por una tapita de chicharrones. Confiesa que jamás habría imaginado un tipo como el de la comparsa de Rivero, y tampoco su estilo. Se ha quedao tieso al comprobar la manera de ocultar la clave del pasodoble hasta el final, al más puro estilo enigmático de las novelas de hoy, y la moraleja que confluye en ambos cupleses. Falcones también comentó maravillas del tango a Kiko Zamora, regalito de su "enemigo más sincero", Julio Pardo, pero apenas se ha enterao del significao de las cartas selladas por Rivas: Carta del Padre de la Postura del Misionero al Padre de la Postura del Perrito, y Carta de Fray Eloy Makoki sobre los Pensamientos y Actos Impuros. Ay, qué gustito me dan los suministros del Covirán.
Como Falcones estudió pa abogado, ha fletao a un notario amigo suyo pa que levante acta del testamento sonoro de Quiñones, que este año viene quemao con ciertos comentarios en torno a su grupo y ya ha disparado dos letras en defensa propia y de su gente. Amén de tocar el cielo con la música del Noly y practicar el 4-3-3 en el popurrit.
Ya puesto, el notario se quedó a intentar pactar una sentencia favorable con los divorciados y flipó en colores con el pasodoble del matrimonio. Conflisto gordo. "Sin darse cuenta han tirao tó por la borda, y al final el pobre gordito acaba sin una gorda". Tieso. Ya ha llamao al Cofidís.
Ya en serio, Falcones y el de los Marrones habrían desentrañado los misterios y pasiones de Cádiz con sólo escuchar las recetas de cariño envueltas en papel de tirititrán, los redobles de nudillos del ritmo vital viñero, la diatriba contra los pescadores de inmaduros sexuales, la confesión de un hombre que quiere a otro hombre o la separación de males de la provincia. Cádiz tiene los dientes mu separaos, y los dos grandes, picaos entre sí. Ya tenía que haberse hecho el segundo puente, señora. Grite cuando le duela, que se sufre más en silencio. Oh, Cádiz, con los quince sentidos. Y ese triple sentido tan sevillano. "Mi novia es derechas, es una estrecha, en vez de raja tiene a Rajoy. Y yo le digo: por lo menos acaba con Gallardón y le da una alegría a Esperanza Aguirre". Ha llamao otra vez Dan Brown. Que ná. Que dice que cantamos con faltas de ortografía. Aro, cohone.
Febrero 08, Carnaval (Diario de Cádiz)
Aviso: Irán apareciendo por aquí artículos fuera de tiempo, textos de Carnaval, columnas sueltas o antigüedades del siglo pasado. Y más fotos de Fito Carreto.
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