jueves, 1 de mayo de 2008

Trinconcetes y Cortadillos

Lo público y lo privado, en el ojo del huracán, gran disco de Dylan. Hoy, día del trabajo (basura) la gente se despacha con la marcha de dos prebostes políticos a la empresa del millonati; uno a Timofónica, el otro a un grupo del Ladrillo Vip Guay. Es curioso: los mortales paganinis se llevan toa la vida buscando un cuelo en la cosa púbica e impúdica, aquí el ideal de existencia es "trabajar" de funcionario, ser propietario y conducir un cuatro por cuatro. Dieciséis. Ellos, los elegidos, toman el camino opuesto, claro, mueren por un puestecito de consejero delegado o similar. Pensemos mal si queremos acertar, aunque sea sin bote: ¿No será que los políticos, la mayoría de ellos, currelan ya para la empresa privada desde dentro, en las mismas entrañitas del gobierno o de la oposición? Los listillos vuelan. El popular ya ejerció de Trinconcete en Valencia, y en realidad se va al chiringuito que privatizó su jefe el del Bigote pa colocar a su compañero de escuela que se las piró a los Usa con toa la morterá dejando a otro secuaz amigo del mostachín, y el sociolisto cruzará informeichon de primera mano entre el ejecutivo y el agresivo, échale un ojo a la mezcla, shiquillo. Y el personal, en Babia, disfrutando del Puente y de las migajas. Luego, claro está, los susodichos enchufarán a los acólitos en sus respectivas, como ya hace algún/a flamante ministro/a en su nuevo despachito con vistas al mal menor. ¡Cogedlos ahí!

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