martes, 15 de julio de 2008

20% de amnesia

Ahora sólo recuerdo que el cirujano me tendió la mano, tras limpiarse la sangre en el chaleco, y yo musité algo parecido a "gracias". Seré carajote, "gracias", y me fui embolicao pa mi casa, donde me esperaba el señor Lexatín pa darme la tarde. Hola, Lexatín, te veo un poco amuermao, ¿ha venido alguien? Ha llamado un antibiótico mu pesao, de nombre extranjero, preguntando por cosas raras, y luego tocaron el timbre pero no respondí. Me quedé cuajao.
Mi dentista no es nazi. Yo de chico pensaba que los dentistas eran nazis que trabajaron tiempo atrás en los campos de concentración de medio mundo, yo de chico creía que había campos de concentración por todas partes, confundía las concentraciones de futbolistas, o los ejercicios espirituales, con esos campos, igual que confundía muchos significados de palabras que, un siglo después, carecen ya de esos mismos valores a base de trompazos al diccionario, que no es lo mismo que los miccionarios, donde mea la gente todas sus palabras mal destiladas. Si salía en la tele alguien diciendo que hacía algo de modo desinteresado, preguntaba en voz alta: Papá, si no le pone interés, ¿pa qué lo hace? Y mi padre al menos no se hacía el listo (de Schindler) y me endiñaba un librito de sinónimos, sírvase usted mismo, y desde entonces supe que los sinónimos son gente muy parecida entre sí.
En el cielo de la boca tengo una concentración de sucesos continuados, palos, carreras, máquinas excavadoras, ruidos de metralletas, taladradoras blackandecker, un poquito de agua, aire limpio revolucionao, la sombra del ayer y ganas de comer y no poder.
Una empresa ha quebrao, suspensión de pagos, el mes que viene volverá por sus fueros dejando a tantas criaturitas en la calle, el telediario necesita un omeprazol. Los ricos también lloran la crisis; los demás la padecemos. Ellos la manejan a su antojo, el resto toma tranquilizantes, protectores de estómago, drogas duras legales para ir tirando la casa por la ventana. Abajo hay ya dos o tres casas despellejás, pero los bancos mantienen el tipo, ya no conceden nueve mil euros para una primera comunión, ni blanquean con Colón, qué va, ni descubren lo tontos que somos. Y los políticos, pa qué comunicarte, han ido todos al dentista y no son capaces de hincarle el diente a la crisis, qué crisis. La crisis se asomó, con cinismo y premeditación, con la llegada del euro, en cuantito subieron casi todo un 60%, congelaron salarios, firmaron sangrantes reformas laborales, ganaron el 30%, dieron el pelotazo, pero alguien ha embarcao la pelota, el que la coja pa él, el que la coja será el capitán.
Mucho rollito, mucho gesto, demasiado paripé. Quedamos todos subcontratados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

....solo puedo decir que ¡ERES GENIAL !!!!

Enrique Alcina Echeverría dijo...

sólo puedo decir ¡gracias, Lexatín!
saludos !!