Pasan las horas, dichosas y felices, y Rául sigue sin aparecer, pero han hallado el carro tó tirao en la cuneta de una carretera secundaria. Qué pena. Los raulistas ya preparan el desembarco, un golpe de mano de cagalástima, mientras los futbolistas rinden culto a Luis, el viejo y los niños. Gran momento para la insurrección en la selección y en el fútbol español, la oportunidad quimérica de poner a buen recaudo a los altos ejecutivos de la pelota, mangantes de profesión, mediocres de condición, diplomados en falta de escrúpulos. Ay, si los ricos futbolistas tomasen el timón justo ahora, que pueden, que acarician el poder con las manos, y ejecutasen una limpieza en condiciones. No caerá esa breva, ya vieron cómo el domingo, el día de la gran final, El País, al que critico porque leo mucho, encalomó en la última una entrevista con el presidente merengue, consumado trincón de sospechosos votos por correo y acosador veraniego de equipos de relumbrón para arrebatarles a sus estrellas de colorines. Titular de la entrevista, el día de España la Roja: "Dios es madridista". Por no hablar de la que han dado con el hartible de Cristiano Ronaldo, día sí y otro también, hasta que su figura quedó difuminada por la bendita realidad eurocopera.
¿Qué dirá Raúl? ¿Vio el partido enfundado en la camisola alemana? ¿Le habrán hecho muchas ahogadillas en la playa? ¿Volverá sobre sus pasos pa cargarse de nuevo tol invento, con la inestimable ayuda de nikes, adidoides, profetas merengones y demás adalides de la trampuchería?
Para humildad y señorío, dignidad y compañerismo, el de Casillas. Un tipo grande.
Pasada la euforia, recuerdo ahora la desgraciada noche del Atleti ante el Bayern, con inútil pero majestuoso gol de Luis de tiro libre, la noche en que el padre de Pepe Reina encajó el gol más postrero y cruel; la final en que crucificaron a Arconada o el penalti de Eloy. Cardeñosa, Zubizarreta, Luis Enrique, Rubén Cano, Santillana, López Ufarte, Gárate, oh, José Eulogio Gárate. Adiós al fatalismo, esquinazo al fanatismo.
Insurrección. El fútbol, para el que se lo trabaja y para quien lo disfruta de veras. Sufrir es otra cosa. Perder también dignifica. Y alcanzar un objetivo merced al trabajo en equipo, constancia, modestia, confianza y determinación, merece la pena. Qué pechá de fúrbo, oiga, hay gente por la calle con evidentes síntomas de sobredosis eurocopera, unos con depresión post-pelotazo y otros con cara de arco iris.
miércoles, 2 de julio de 2008
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2 comentarios:
Tengo en la más alta estima a Raúl. Después de no haber sido convocado (injustamente, a criterio personal, claro) ha hecho lo único que podía hacer: callarse y no molestar. Estoy seguro de que se alegrará de la victoria aunque a él le duela no poder compartirla en persona. Casillas es perfecto, sí.A lo mejor Raúl es más humano de lo que siempre pensamos. saludos, amigo colchonero. : )
Saludos, amigo madridista, jajaja ... puede que tengas razón y que sean prejuicios y que el chaval a lo mejor sea weno y tó, pero no lo trago, lo siento, es superior a mí. Claro, que no soy nada objetivo, jeje, soy colchonero !!
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