De Liverpool a Hamburgo, como los Beatles. Forlán forever !!!
El Atleti, a una final europea por primera vez en 24 años. Fue en el 86, el año que el Barsa perdió la Copa de Europa en Sevilla, y al Atleti le metieron tres en Lyon. Vi ambos partidos en un bar del barrio madrileño de Argüelles, entre el regocijo del publiquito madridista. La anterior final fue peor, un tal Schwarzcenbeck empató en el minuto 120 el tanto de falta de Luis Aragonés. Y en el desempate nos machacaron. Lloramos mucho, año 74, Bruselas. Otras dos finales contemplan el historial colchonero, 62 y 63, Recopa y Copa de Ferias, me parece recordar; ganó la primera; este plumilla aún no había nacido. Como tantos miles de rojiblancos del mundo, que añoran el doblete del 96 y el tiempo que espera. Esta Copa, aunque se pierda, va por los niños de entonces y los niños de ahora mismo.
viernes, 30 de abril de 2010
jueves, 29 de abril de 2010
Horteras con clase
Esas plataformas, esos pantalones de campana, las lentejuelas y los estrafalarios atuendos que rompieron la pana a mediados de los años setenta al son de melodías pegadizas y armonías vocales impecables y adictivas, dejaron huella. Pero a la vista de lo ocurrido en los ochenta y posteriores, con la que ha caído en todos los sentidos, los horteras de Abba tenían clase. Anna, Frida, Bjorn y Benny, que ya poseían una respetable carrera musical, arrasaron las listas de ventas como sólo lo hicieron antes los Beatles. La crisis del petróleo y de la creatividad anglosajona abrió las puertas al despertar europeo. Rock alemán, rock con raíces, rock progresivo en Italia, España y Francia. Y Abba. Y Mocedades. Abba eran mucho más horteras, claro, pero también más divertidos. Una brecha generacional, del blanco y negro a los mil colores.
Los singles de Abba, entre el 72 y el 82 del pasado siglo, lograron diez números 1 y el resto no bajaron del tercer puesto. Los suecos de oro rompieron los esquemas de Eurovisión, 6 de abril del 74 en Brighton, y conquistaron el continente con "Waterloo", quizá su pieza más redonda, que en España permaneció siete semanas en la cúspide. Tomaban prestadas las hechuras del glam rock, se convirtieron en iconos gay del tirón, pero supieron fabricar canciones para todos los públicos. Para ello, emplearon el método de Phil Spector, el muro de sonido, consistente en grabar las voces por separado, realizar varias copias del máster, reproducirlos con milisegundos de diferencia y obtener, a la postre, la duplicación de voces y sonidos instrumentales. Apabullante. Así lo puso en práctica el legendario productor con Beatles, Tina Turner, los grupos femeninos vocales y hasta los Ramones. Dicho sea de paso, Spector se encuentra en la cárcel, acusado de la muerte de la actriz Lana Clarkson.
Abba no lo tuvieron tan fácil. Hasta dos temporadas después de Eurovisión no volvieron a saborear la miel, sería precisamente con "Mamma Mía", pelotazo del 76 en el Reino Unido. Luego vendrían "Fernando", "Dancin Queen", y tantos otros. Pop con ínfulas discotequeras, con letras que pasaron del desenfado a la ironía según el humor y el amor de la doble pareja escandinava. Al cabo de los años, Abba han despachado casi 400 millones de discos, recientemente ingresaron en el Salón de la Fama del Rock & Roll, y su célebre "Chiquitita", por ejemplo, sigue siendo el disco más vendido en Latinoamérica. Días después de editar la canción, por cierto, a Bjorn y Agnetta se les rompió el amor, y el grupo, poco a poco, hizo crack. No sin antes publicar, en el 82, el primer disco compacto de la historia, "The visitors". Juraron no volver y lo cumplieron. La industria ha intentado en multitud de ocasiones recuperar el filón comercial de Abba, incluso se especuló con su regreso para cubrir los 50 conciertos en Londres que dejó Michael Jackson en el limbo y emprender otra carrera de éxitos, pero prefirieron no transformarse en caricaturas de sí mismos. Calladitos venden dos o tres millones de copias cada año en todo el planeta. Qué alegría.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
Los singles de Abba, entre el 72 y el 82 del pasado siglo, lograron diez números 1 y el resto no bajaron del tercer puesto. Los suecos de oro rompieron los esquemas de Eurovisión, 6 de abril del 74 en Brighton, y conquistaron el continente con "Waterloo", quizá su pieza más redonda, que en España permaneció siete semanas en la cúspide. Tomaban prestadas las hechuras del glam rock, se convirtieron en iconos gay del tirón, pero supieron fabricar canciones para todos los públicos. Para ello, emplearon el método de Phil Spector, el muro de sonido, consistente en grabar las voces por separado, realizar varias copias del máster, reproducirlos con milisegundos de diferencia y obtener, a la postre, la duplicación de voces y sonidos instrumentales. Apabullante. Así lo puso en práctica el legendario productor con Beatles, Tina Turner, los grupos femeninos vocales y hasta los Ramones. Dicho sea de paso, Spector se encuentra en la cárcel, acusado de la muerte de la actriz Lana Clarkson.
Abba no lo tuvieron tan fácil. Hasta dos temporadas después de Eurovisión no volvieron a saborear la miel, sería precisamente con "Mamma Mía", pelotazo del 76 en el Reino Unido. Luego vendrían "Fernando", "Dancin Queen", y tantos otros. Pop con ínfulas discotequeras, con letras que pasaron del desenfado a la ironía según el humor y el amor de la doble pareja escandinava. Al cabo de los años, Abba han despachado casi 400 millones de discos, recientemente ingresaron en el Salón de la Fama del Rock & Roll, y su célebre "Chiquitita", por ejemplo, sigue siendo el disco más vendido en Latinoamérica. Días después de editar la canción, por cierto, a Bjorn y Agnetta se les rompió el amor, y el grupo, poco a poco, hizo crack. No sin antes publicar, en el 82, el primer disco compacto de la historia, "The visitors". Juraron no volver y lo cumplieron. La industria ha intentado en multitud de ocasiones recuperar el filón comercial de Abba, incluso se especuló con su regreso para cubrir los 50 conciertos en Londres que dejó Michael Jackson en el limbo y emprender otra carrera de éxitos, pero prefirieron no transformarse en caricaturas de sí mismos. Calladitos venden dos o tres millones de copias cada año en todo el planeta. Qué alegría.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
miércoles, 28 de abril de 2010
One, two, three ... ¡ole!
Paseíto turístico por Cádiz, tres mil años en unas cuantas horas, del centro a la Alameda, del Parque Genovés a La Caleta, de la plaza de Las Flores a la Cava del Flamenco
Tres de la tarde. El paseo triunfal por Cádiz acaba en la Cava. Flamenco show ante una treintena de ingleses del crucero Aurora. Sangría, jamón, queso, aceitunas y El Selu de Cádiz al cante. Flamenquito a la carta. Jaime de la Isla al toque. La guía turística, Carmen, alienta a los guiris de esta guisa: "El flamenco es una pasión, y el artista necesita ánimos" Lo dice en inglés, claro. "You say ole ... ¡one, two, three, ole!, ¡that´s good!". Vaya jaleo. Las bailaoras, Miriam Sáez, Victoria García y María José Beltrán, parecen muñequitas de Marín. Perfectas. "Gracias por la visita", tercia El Selu, que a veces se levanta a las cuatro de la mañana para calentar voces y prepararse de cara al pase turístico de las 8,45. No son horas. La Cava, que este año cumple úna década de vida, lleva seis años trabajando lo que es el turismo. Ya cubre el servicio de tres touroperadores. A veces ofrece veinte o treinta espectáculos de este tipo al mes. "Lo importante es que el turista se quede en Cádiz".
Otro "ole" más o menos rotundo. El Selu canta unas sevillanas profundas y añejas, su voz se antoja chapada a la antigua, Selu posee una intuición de nudillos de mostrador. Hay días que se arranca sin micro, por derecho. De día canta palos más livianos. El turista lo agradece. "Ya verás cuando lleven tres sangrías en lo alto", farfulla alguien. Carmen logra su propósito. "Queda muy feo cuando el turista vocifera algo raro; los americanos gritan "¡wow! y no motivan al artista". Los hijos de la Gran Bretaña lo flipan, escuchan con absoluto respeto y al final largan la contraseña. Ole.
Venían buscando sol y terminan ofreciendo treinta euros por una sombrita, mil duros de antaño. Con la lengua fuera. Dori Núñez, la guía que acompaña al grupo número 13, frena en seco en la Plaza de las Flores y concede una tregua a los veteranos visitantes, a la vera de Lucio Junio Moderatio Columela. Los ingleses del 13 se cruzan con los alemanes del 18. Luisa en el país de las flores. Dori emplea una expresión que viene al pelo en Cádiz, "long time ago", hace una jartá de tiempo. Y los turistas vienen de alucinar en colores durante la gira panorámica con paradas en La Caleta y la Alameda, donde se disparan los sueños digitales. Una hora y media en bus da mucho de sí en el casco histórico. Los turistas se fijan en todo. Pasa el camión del butano, puro ruido. Dori pregunta a un caballero inglés qué le gusta más de Cádiz. Y el tío contesta del tirón: "You". Esta gente no pierde el tiempo. Tres mil años en pocas horas. Ya en serio, el vecino que resulta ser de Manchester confiesa que lo mejor de Cádiz es su "people", la gente que sonríe a su paso. Y su mujer agrega: "Y la arquitectura, y el tiempo". Lucy in the sky with diamonds. En conversación telegráfica con otra pareja de visitantes, naturales del Liverpool de los Beatles, sólo encuentra piropos para Cádiz. Pero admite no conocer a los Beatles de Cádiz. Hablemos del jamón. Cádiz es como un puzzle. De pronto, alguien despliega el plano de La Pepa y a su paso se abre un abanico de posibilidades. No tantas. Los ingleses del Trece traen fotos del parque Genovés, les gusta la botánica, y de las barquitas de La Caleta, que es plata quieta, of course.
Al calor de la tarde aparecen los turistas que emplearon la mañana en conocer Jerez, Medina o Vejer. Cambio de guardia. El ángel de la guarda de Cádiz no descansa. Los turistas elogian "la limpieza y la belleza" de la ciudad. Y apenas reparan en los puntos negros. Por ejemplo, los estresantes semáforos a las puertas del muelle, que sólo dispensan 28 segundos de vida al peatón que se atreva a cruzar el rubicón con bastón, mil achaques y bastantes quinquenios de cotización. Menuda bienvenida. Por no hablar de las obras de Canalejas, otro atractivo turístico. Mejor no mentar los bares cutres o la antipatía de algunos indígenas, en franca minoría, Cádiz sale bien parada, nunca mejor dicho. Los turistas sacan partido de los paseítos concertados. Preguntan por los horarios de monumentos y museos durante la gira por calles y plazas, Cádiz, tres mil años de placas. Luego aprovecharán el tiempo libre a su antojo. Primero conocen los exteriores, no olvidan visitar la Catedral, el Ayuntamiento y los museos. Se dejan llevar por las olas del mar.
Los que más gastan son los miembros de la tripulación. El crucerista llega con todos los gastos pagados, pero no conviene generalizar. Hay quien pregunta por el mejor restaurante, los que llenan las tiendas de zapatos, el que se siente un rey observando balcones, casapuertas y patios o el sufridor del paisano gritón y escandaloso, con escasos recursos, que no entiende ni papa, ni pescaíto frito, ni siquiera ha aprendido a decir "tuentifaif". No chille; no son sordos.
En Isabel la Caótica, un grupo de turistas cae rendido a la hermosura de un patio de flores y sus correspondientes cerámicas de colores. Una vecina abre la puerta, invita a los guiris y a la postre deja dicho a la guía turística: "Me voy a trabajar, cuando terminen, cierra, por favor". Dicho y hecho. Otra gente, con tiempo y ganas, ejerce de cicerone y acompaña a los visitantes al destino elegido. Más vueltas que un trompo.
La tarde se pone "hot". Calentita de veras. Los ingleses caerán hoy rendidos en el camarote, con color de salmonete. Dori los cuenta y recuenta, no se vaya a extraviar alguno en el freidor de las Flores, donde un extranjero contempla extasiado cómo un camarero arroja el pescaíto frito sobre el mostrador. Sublime estampa. "¿Do you ready to go?" Vámonos pa San Francisco Square. Por Columela, top manta a tutiplén. Viva la economía submarina. In the summertime, una señora que cuenta no sé qué de Wimbledom compra unas gafas a su hijo. A lo largo del camino, en la torre de Babel, los guiris han hallado un mimo dorado que silba como los jilgueros, un titiritero que mueve los hilos a los sones de música culta, los típicos del acordeón, un rockero que canta por los Beatles, los peruanos del cóndor pasa agazapados en la plaza de la Catedral, un andamio en la puerta del Consistorio, camisetas fosforescentes en la calle Pelota y unos cuantos extras más. Entre ellos, un cantautor que emula a Sabina, los hartibles de Timofónica, una fila india de helados gratis, y algún motero por adelantado.
Espuma blanca en la cresta de la ola, levante y luna llena. Un significativo y paradójico libro con el título "123 razones para no viajar a Sevilla". Un, dos, tres, ole. Y el que no diga ole ...
Abril 10, Cádiz, Diario de Cádiz
Tres de la tarde. El paseo triunfal por Cádiz acaba en la Cava. Flamenco show ante una treintena de ingleses del crucero Aurora. Sangría, jamón, queso, aceitunas y El Selu de Cádiz al cante. Flamenquito a la carta. Jaime de la Isla al toque. La guía turística, Carmen, alienta a los guiris de esta guisa: "El flamenco es una pasión, y el artista necesita ánimos" Lo dice en inglés, claro. "You say ole ... ¡one, two, three, ole!, ¡that´s good!". Vaya jaleo. Las bailaoras, Miriam Sáez, Victoria García y María José Beltrán, parecen muñequitas de Marín. Perfectas. "Gracias por la visita", tercia El Selu, que a veces se levanta a las cuatro de la mañana para calentar voces y prepararse de cara al pase turístico de las 8,45. No son horas. La Cava, que este año cumple úna década de vida, lleva seis años trabajando lo que es el turismo. Ya cubre el servicio de tres touroperadores. A veces ofrece veinte o treinta espectáculos de este tipo al mes. "Lo importante es que el turista se quede en Cádiz".
Otro "ole" más o menos rotundo. El Selu canta unas sevillanas profundas y añejas, su voz se antoja chapada a la antigua, Selu posee una intuición de nudillos de mostrador. Hay días que se arranca sin micro, por derecho. De día canta palos más livianos. El turista lo agradece. "Ya verás cuando lleven tres sangrías en lo alto", farfulla alguien. Carmen logra su propósito. "Queda muy feo cuando el turista vocifera algo raro; los americanos gritan "¡wow! y no motivan al artista". Los hijos de la Gran Bretaña lo flipan, escuchan con absoluto respeto y al final largan la contraseña. Ole.
Venían buscando sol y terminan ofreciendo treinta euros por una sombrita, mil duros de antaño. Con la lengua fuera. Dori Núñez, la guía que acompaña al grupo número 13, frena en seco en la Plaza de las Flores y concede una tregua a los veteranos visitantes, a la vera de Lucio Junio Moderatio Columela. Los ingleses del 13 se cruzan con los alemanes del 18. Luisa en el país de las flores. Dori emplea una expresión que viene al pelo en Cádiz, "long time ago", hace una jartá de tiempo. Y los turistas vienen de alucinar en colores durante la gira panorámica con paradas en La Caleta y la Alameda, donde se disparan los sueños digitales. Una hora y media en bus da mucho de sí en el casco histórico. Los turistas se fijan en todo. Pasa el camión del butano, puro ruido. Dori pregunta a un caballero inglés qué le gusta más de Cádiz. Y el tío contesta del tirón: "You". Esta gente no pierde el tiempo. Tres mil años en pocas horas. Ya en serio, el vecino que resulta ser de Manchester confiesa que lo mejor de Cádiz es su "people", la gente que sonríe a su paso. Y su mujer agrega: "Y la arquitectura, y el tiempo". Lucy in the sky with diamonds. En conversación telegráfica con otra pareja de visitantes, naturales del Liverpool de los Beatles, sólo encuentra piropos para Cádiz. Pero admite no conocer a los Beatles de Cádiz. Hablemos del jamón. Cádiz es como un puzzle. De pronto, alguien despliega el plano de La Pepa y a su paso se abre un abanico de posibilidades. No tantas. Los ingleses del Trece traen fotos del parque Genovés, les gusta la botánica, y de las barquitas de La Caleta, que es plata quieta, of course.
Al calor de la tarde aparecen los turistas que emplearon la mañana en conocer Jerez, Medina o Vejer. Cambio de guardia. El ángel de la guarda de Cádiz no descansa. Los turistas elogian "la limpieza y la belleza" de la ciudad. Y apenas reparan en los puntos negros. Por ejemplo, los estresantes semáforos a las puertas del muelle, que sólo dispensan 28 segundos de vida al peatón que se atreva a cruzar el rubicón con bastón, mil achaques y bastantes quinquenios de cotización. Menuda bienvenida. Por no hablar de las obras de Canalejas, otro atractivo turístico. Mejor no mentar los bares cutres o la antipatía de algunos indígenas, en franca minoría, Cádiz sale bien parada, nunca mejor dicho. Los turistas sacan partido de los paseítos concertados. Preguntan por los horarios de monumentos y museos durante la gira por calles y plazas, Cádiz, tres mil años de placas. Luego aprovecharán el tiempo libre a su antojo. Primero conocen los exteriores, no olvidan visitar la Catedral, el Ayuntamiento y los museos. Se dejan llevar por las olas del mar.
Los que más gastan son los miembros de la tripulación. El crucerista llega con todos los gastos pagados, pero no conviene generalizar. Hay quien pregunta por el mejor restaurante, los que llenan las tiendas de zapatos, el que se siente un rey observando balcones, casapuertas y patios o el sufridor del paisano gritón y escandaloso, con escasos recursos, que no entiende ni papa, ni pescaíto frito, ni siquiera ha aprendido a decir "tuentifaif". No chille; no son sordos.
En Isabel la Caótica, un grupo de turistas cae rendido a la hermosura de un patio de flores y sus correspondientes cerámicas de colores. Una vecina abre la puerta, invita a los guiris y a la postre deja dicho a la guía turística: "Me voy a trabajar, cuando terminen, cierra, por favor". Dicho y hecho. Otra gente, con tiempo y ganas, ejerce de cicerone y acompaña a los visitantes al destino elegido. Más vueltas que un trompo.
La tarde se pone "hot". Calentita de veras. Los ingleses caerán hoy rendidos en el camarote, con color de salmonete. Dori los cuenta y recuenta, no se vaya a extraviar alguno en el freidor de las Flores, donde un extranjero contempla extasiado cómo un camarero arroja el pescaíto frito sobre el mostrador. Sublime estampa. "¿Do you ready to go?" Vámonos pa San Francisco Square. Por Columela, top manta a tutiplén. Viva la economía submarina. In the summertime, una señora que cuenta no sé qué de Wimbledom compra unas gafas a su hijo. A lo largo del camino, en la torre de Babel, los guiris han hallado un mimo dorado que silba como los jilgueros, un titiritero que mueve los hilos a los sones de música culta, los típicos del acordeón, un rockero que canta por los Beatles, los peruanos del cóndor pasa agazapados en la plaza de la Catedral, un andamio en la puerta del Consistorio, camisetas fosforescentes en la calle Pelota y unos cuantos extras más. Entre ellos, un cantautor que emula a Sabina, los hartibles de Timofónica, una fila india de helados gratis, y algún motero por adelantado.
Espuma blanca en la cresta de la ola, levante y luna llena. Un significativo y paradójico libro con el título "123 razones para no viajar a Sevilla". Un, dos, tres, ole. Y el que no diga ole ...
Abril 10, Cádiz, Diario de Cádiz
Argentinos divinos
Nuevos discos de Andrés Calamaro, Ariel Rot y Fito Páez
En Argentina, y en medio mundo hispano, adoran a Calamaro, Páez y Rot. Los tres han revolucionado, a su modo, el rock en castellano. Los tres idolatran a Charly García, Luis Alberto Spinetta y Litto Nebia. Calamaro estrena "Los divinos", preludio de su nuevo álbum, "Calamaro on the rock". Fito Páez vuelve a España con "Confiá", y Ariel Rot cumple 50 tacos el día de la publicación de "Solo Rot" y sale a la carretera. Los tres han tocado alguna vez en la provincia gaditana. Andrés se ha cortado el pelo, Fito sigue girando de la exhuberancia a la sencillez y Ariel escribe casi a diario en su blog. Messi le regaló su camiseta a Calamaro, que es madridista. "Messí es amor". "No es una persona cualquiera". Como Maradona. Fito Páez despedirá a la selección argentina antes del Mundial. Y Ariel, su ex-cuñado, no se corta en las entrevistas de promoción: "En España no hay tradición de rock por culpa de Franco". Ariel convulsionó el rock español a los 17 años. De Tequila al vacío, y luego a Los Rodríguez. Con Calamaro, que ahora suelta la lengua popular. El uno de junio publica su flamante colección de eclecticismo on the rock. Le acompañan figuras de primer orden: Diego el Cigala, Enrique Bunbury, Calle 13, Niño Josele, El Langui, Vicentico. Fito, en cambio, ingresó en el estudio con retazos, compuso sobre la marcha en Brasil, Buenos Aires y Córdoba. Suscribe el artista "el axioma nietzscheiano, el ambiente afecta al carácter". De ahí el clima rural y urbano de sus nuevos sonidos insólitos. Sigue buscando "una flor en el pantano". Mañana o pasado volverá al barroco, con orquesta y todo. Últimamente ha entablado polémicas dialécticas con Ricardo Arjona y Juanes. Medió el gran Charly García, siempre sui generis, que está mejorcito de lo suyo. Fito anuncia conciertos en Madrid, Barcelona, Las Palmas y Córdoba, en mayo y junio. Con banda. Ariel canta mejor que nunca. Siempre fue un excelente guitarrista. Tiene dos hijos. Su nuevo disco propone tensión, guitarras y estribillos. Tercer disco que graba con el batería Pete Thomas, de los Atractions, la banda que firmó los mejores discos de Elvis Costello. Fito Páez ama a Elvis Costello. Calamaro ha cambiado de D10s. Ariel juega con los Pereza. Ha editado "Solo Rot" en vinilo y con portada doble. Calamaro lo grabó en Madrid, lo mezcló en Buenos Aires y lo remasterizó en Miami. Los tres son amigos del impar Sergio Makaroff, que también proyecta nuevo disco desde Barcelona. Makaroff, uno de los grandes y sin embargo olvidado y abocado a cantar por cuenta y riesgo esas canciones tan redondas, es hermano de un Gotan Project, el grupo ya universal que electrificó el tango hasta límites insospechados. Casi todos ellos, y muchos más, hasta un millar de artistas, serán invitados a la gran fiesta de cumpleaños, la conmemoración oficial del Bicentenario de la República Argentina. Tratan de reunir a los legendiarios Porsuigieco. Rock en la Casa Rosada.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
En Argentina, y en medio mundo hispano, adoran a Calamaro, Páez y Rot. Los tres han revolucionado, a su modo, el rock en castellano. Los tres idolatran a Charly García, Luis Alberto Spinetta y Litto Nebia. Calamaro estrena "Los divinos", preludio de su nuevo álbum, "Calamaro on the rock". Fito Páez vuelve a España con "Confiá", y Ariel Rot cumple 50 tacos el día de la publicación de "Solo Rot" y sale a la carretera. Los tres han tocado alguna vez en la provincia gaditana. Andrés se ha cortado el pelo, Fito sigue girando de la exhuberancia a la sencillez y Ariel escribe casi a diario en su blog. Messi le regaló su camiseta a Calamaro, que es madridista. "Messí es amor". "No es una persona cualquiera". Como Maradona. Fito Páez despedirá a la selección argentina antes del Mundial. Y Ariel, su ex-cuñado, no se corta en las entrevistas de promoción: "En España no hay tradición de rock por culpa de Franco". Ariel convulsionó el rock español a los 17 años. De Tequila al vacío, y luego a Los Rodríguez. Con Calamaro, que ahora suelta la lengua popular. El uno de junio publica su flamante colección de eclecticismo on the rock. Le acompañan figuras de primer orden: Diego el Cigala, Enrique Bunbury, Calle 13, Niño Josele, El Langui, Vicentico. Fito, en cambio, ingresó en el estudio con retazos, compuso sobre la marcha en Brasil, Buenos Aires y Córdoba. Suscribe el artista "el axioma nietzscheiano, el ambiente afecta al carácter". De ahí el clima rural y urbano de sus nuevos sonidos insólitos. Sigue buscando "una flor en el pantano". Mañana o pasado volverá al barroco, con orquesta y todo. Últimamente ha entablado polémicas dialécticas con Ricardo Arjona y Juanes. Medió el gran Charly García, siempre sui generis, que está mejorcito de lo suyo. Fito anuncia conciertos en Madrid, Barcelona, Las Palmas y Córdoba, en mayo y junio. Con banda. Ariel canta mejor que nunca. Siempre fue un excelente guitarrista. Tiene dos hijos. Su nuevo disco propone tensión, guitarras y estribillos. Tercer disco que graba con el batería Pete Thomas, de los Atractions, la banda que firmó los mejores discos de Elvis Costello. Fito Páez ama a Elvis Costello. Calamaro ha cambiado de D10s. Ariel juega con los Pereza. Ha editado "Solo Rot" en vinilo y con portada doble. Calamaro lo grabó en Madrid, lo mezcló en Buenos Aires y lo remasterizó en Miami. Los tres son amigos del impar Sergio Makaroff, que también proyecta nuevo disco desde Barcelona. Makaroff, uno de los grandes y sin embargo olvidado y abocado a cantar por cuenta y riesgo esas canciones tan redondas, es hermano de un Gotan Project, el grupo ya universal que electrificó el tango hasta límites insospechados. Casi todos ellos, y muchos más, hasta un millar de artistas, serán invitados a la gran fiesta de cumpleaños, la conmemoración oficial del Bicentenario de la República Argentina. Tratan de reunir a los legendiarios Porsuigieco. Rock en la Casa Rosada.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
martes, 27 de abril de 2010
Que paguen ellos
Pobres de espíritu, los que mandan en este país y en algunos rincones hermanos hispanoamericanos. Que paguen ellos la crisis. Que nos devuelvan las ganancias del maldito rescate de bancos y entidades mequetrefes. Ya sabemos para qué crearon la crisis, pa forrarse, aliviar las plantillas y conjugar verbos la mar de rentables todos ellos. Que paguen ellos. Ya dicen que los ricos anglosajones son un 30% más ricos que antes de la crisis. Imagínate los ricos españolitos. Nunca lo sabremos. Somos sus lacayos. Con dos o tres ferias nos callan la boca. Se han hecho de oro a nuestra costa. Arrieritos somos. Ya rendirán cuentas. Ya los cogeremos. En siguientes vidas, claro, porque en ésta ya salieron de rositas. ¡Al ladrón!
domingo, 25 de abril de 2010
Cerrado por jubilación, abierto por dignidad
Muerte y resurrección del comercio tradicional del Mentidero, La Viña y demás barrios bañados por las ayudas del Plan Urbana
En los contornos de Cádiz han colgado un cartel que dice: "Cerrado por jubilación". Los achaques del comercio de la vieja Cádiz, a concurso, a ver quién presenta los mejores desconchones y los genuinos efectos de la humedad. A simple vista, el Plan Urbana llega tarde, pero nada parece lo que reflejan los barrios del contraste: San Juan, El Balón, La Viña y el Mentidero. Como al final de la copla, todos los caminos conducen a la eterna crisis, los vientos cambiantes, décadas de decadencia y golpes de renovación. De los 59 proyectos presentados al Instituto de Fomento del Ayuntamiento, se conoce, se deduce que los veteranos dan paso a los nuevos emprendedores, muchos de ellos llegados de países más o menos remotos. Extranjeros que ya se sienten en casa y que respiran por la herida gaditana.
"A mí me coge ya al límite, me coge listo para la jubilación", confiesa Agustín Neva, a quien le adornan cuarenta y un años al frente de la droguería de la calle Veedor, que inauguró él mismo una mañana de 1969. "Ya he visto remodelar dos veces la plaza". El pequeño comercio sangra por sus cuatro costados. "Pasó su momento", certifica, del mismo modo que la estatua de Cayetano del Toro tomó las de villadiego. El comercio tradicional vive de los recortes de prensa. Agustín abre una carpeta y despliega los recuerdos de medio Cádiz, su colección de anécdotas en sepia y de La Calle de la Bomba. Precisamente, minutos antes, uno de sus autores, Francisco Orgambides, pasa todo enchaquetado por la calle Ancha con una bombilla en la mano. "Tengo una idea", advierte. Y se introduce en el Mentidero, donde la vieja guardia deja paso a alemanes, italianos, guiris de Cádiz que decidieron prosperar al ritmo inverso que Cádiz: pasteles alemanes, un Gotinga de sol con salchichas de metro y medio, helados con acento italiano, junto al binomio local, Veedor-Serrallo. Entre todos, bajo la atenta mirada de un testigo directo de excepción, el amigo de Caramelandia, o los Samir herederos del célebre almacén o la memoria del quiosco de la calle Hércules que vedía combois da pejeta y pelotas de trapo, han logrado levantar el ánimo del Mentidero. Milagro de veras, contra todos los pronósticos. Cayó la zapatería dos veces, cayeron otros negocios, frente al poderío de la farmacia o ciertos negocios intermitentes. Rehabilitaron pisos paso a paso. Desterraron el olvido. Hasta que comenzaron las obras de la plaza, acompañadas de cuatro meses de lluvia y temporales, y la gente pidió socorro. Los hosteleros de la zona lamentan pérdidas de hasta el 75% por culpa de las obras y del agua. Y se muestran satisfechos del cambio de humor del corazón del Mentidero. "Ahora se producen muy pocas peleas, la gente está más tranquila". Cantan en la barraca unos chavales por la chirigota de Vera Luque. Por derecho.
Numerosos comerciantes consultados no conocieron de primera mano las ayudas del Plan Urbana, pero aplauden la medida en aras de la modernización, regeneración social y económica de dichos barrios, tan juntos, tan lejos del próximo casco histórico, bendecido con menos iluminación por la autoridad, sólo escuchado en los días señaladitos. Resulta descorazonador un simple paseo por el "cierre por jubilación": han sucumbido tiendas de todo tipo, sobreviven las peluquerías, algún ultramarino legendario que se encuentra en la misma tesitura que el droguero de Veedor, los consabidos imperios nipones y chinos de la vida barata y poco más. Pequeños y grandes universos de ayer y de hoy. Comercio de andar por casa para soportar las fatiguitas de la economía submarina, bálsamo y condena. Se escucha cada cosa en los negocios fundados en blanco y negro ...
Al otro lado del pasado, en cambio, quedan jóvenes con aspiraciones. Esperanza Henry ha abierto una peluquería y un local de tatuajes en el Mentidero, dos por el precio de una fuerte inversión. Esperanza lleva más de un año esperando las subvenciones aprobadas por la Junta de Andalucía. No desespera, porque no haría honor a su nombre de pila, pero sufre en primera persona de autónoma. Van tan bien los tatuajes, que pronto se trasladará a un local más amplio. Pero quiere cobrar, necesita cobrar. La morosidad de las administraciones, y el bloqueo de créditos de los bancos, ahoga al comercio. ¿No lo sabe ya?
"Manolo Alburquerque, el de Bendición de Dios, debe ser más veterano que yo", enfatiza Agustín el droguero, personaje central de esta historia, que hizo la mili con Paco Perea y recuerda como si fuera ayer a un puñado de periodistas del antiguo Diario. "Ahora todos nos vamos quedando antiguos", ironiza, "ahora la gente joven lee el Diario por internet", pero al comercio tradicional le gustan los recortes, el amigo de Caramelandia guarda otro suelto del Diario, de una década atrás, y destaca la evolución del Mentidero en contraposición con otras zonas bañadas ahora por los miles de euros del Plan Urbana. Agustín muestra ahora una foto de José María del Castillo, regordete y gracioso, hecho un chaval, en el almacén de Santa Inés con Torre, otro mito de la civilización gadita en vías de extinción. En la calle paralela, otro cartel, "Se vende por jubilación", disimula entre escaso trasiego, el tiempo se detuvo ayer. Pero el futuro pasa de pronto en forma de Erasmus, chavales sonrosados que han contribuido a la recuperación del Mentidero, por ejemplo, y la supervivencia de otros negocios en La Viña y alrededores. Diego Arias arriba, el Carnaval sin fin del Cádiz auténtico y descolorido, Casa Merche en estado puro, el triángulo mágico del Masa, muchos bares, más barracas, y un bazar de siempre dirigido ahora por jóvenes marroquíes con ansias de libertad. No conocían estas ayudas, no llegaron a tiempo, lástima, porque hubieran pintado las paredes y remodelado el techo. La Viña sobrevive con dignidad, su comercio al menos presenta más colorido y frescura que en otros rincones del Cádiz profundo. Eso sí, junto al Cristo de las Penas y la Virgen de los Dolores acompaña un sentimiento común y un grito unánime expresado en escuetos pero llamativos cartelitos. Contra el paro. Y más locales cerrados hasta el ocaso de Sagasta. Y en los dameros malditos del encantador pero olvidado Balón, y en las calles de San Juan. "Se alquila". En todas partes cuecen habas. Las franquicias del glamour y las lucecitas de colores quedan muy lejos. No tanto. Aquí no se fía. No hay maniquíes de mentirijilla. La moda nunca pasa de moda. Todavía embarcan pelotas de trapo en la calle Soledad, y miran al cielo en Osorio, y sueñan con títeres oceánicos en las calles de América. Arrabales antiguos del Plan Urbana.La dignidad ni se vende ni se alquila.
Abril 10, Cádiz, Diario de Cádiz
La foto es de Lourdes de Vicente
En los contornos de Cádiz han colgado un cartel que dice: "Cerrado por jubilación". Los achaques del comercio de la vieja Cádiz, a concurso, a ver quién presenta los mejores desconchones y los genuinos efectos de la humedad. A simple vista, el Plan Urbana llega tarde, pero nada parece lo que reflejan los barrios del contraste: San Juan, El Balón, La Viña y el Mentidero. Como al final de la copla, todos los caminos conducen a la eterna crisis, los vientos cambiantes, décadas de decadencia y golpes de renovación. De los 59 proyectos presentados al Instituto de Fomento del Ayuntamiento, se conoce, se deduce que los veteranos dan paso a los nuevos emprendedores, muchos de ellos llegados de países más o menos remotos. Extranjeros que ya se sienten en casa y que respiran por la herida gaditana.
"A mí me coge ya al límite, me coge listo para la jubilación", confiesa Agustín Neva, a quien le adornan cuarenta y un años al frente de la droguería de la calle Veedor, que inauguró él mismo una mañana de 1969. "Ya he visto remodelar dos veces la plaza". El pequeño comercio sangra por sus cuatro costados. "Pasó su momento", certifica, del mismo modo que la estatua de Cayetano del Toro tomó las de villadiego. El comercio tradicional vive de los recortes de prensa. Agustín abre una carpeta y despliega los recuerdos de medio Cádiz, su colección de anécdotas en sepia y de La Calle de la Bomba. Precisamente, minutos antes, uno de sus autores, Francisco Orgambides, pasa todo enchaquetado por la calle Ancha con una bombilla en la mano. "Tengo una idea", advierte. Y se introduce en el Mentidero, donde la vieja guardia deja paso a alemanes, italianos, guiris de Cádiz que decidieron prosperar al ritmo inverso que Cádiz: pasteles alemanes, un Gotinga de sol con salchichas de metro y medio, helados con acento italiano, junto al binomio local, Veedor-Serrallo. Entre todos, bajo la atenta mirada de un testigo directo de excepción, el amigo de Caramelandia, o los Samir herederos del célebre almacén o la memoria del quiosco de la calle Hércules que vedía combois da pejeta y pelotas de trapo, han logrado levantar el ánimo del Mentidero. Milagro de veras, contra todos los pronósticos. Cayó la zapatería dos veces, cayeron otros negocios, frente al poderío de la farmacia o ciertos negocios intermitentes. Rehabilitaron pisos paso a paso. Desterraron el olvido. Hasta que comenzaron las obras de la plaza, acompañadas de cuatro meses de lluvia y temporales, y la gente pidió socorro. Los hosteleros de la zona lamentan pérdidas de hasta el 75% por culpa de las obras y del agua. Y se muestran satisfechos del cambio de humor del corazón del Mentidero. "Ahora se producen muy pocas peleas, la gente está más tranquila". Cantan en la barraca unos chavales por la chirigota de Vera Luque. Por derecho.
Numerosos comerciantes consultados no conocieron de primera mano las ayudas del Plan Urbana, pero aplauden la medida en aras de la modernización, regeneración social y económica de dichos barrios, tan juntos, tan lejos del próximo casco histórico, bendecido con menos iluminación por la autoridad, sólo escuchado en los días señaladitos. Resulta descorazonador un simple paseo por el "cierre por jubilación": han sucumbido tiendas de todo tipo, sobreviven las peluquerías, algún ultramarino legendario que se encuentra en la misma tesitura que el droguero de Veedor, los consabidos imperios nipones y chinos de la vida barata y poco más. Pequeños y grandes universos de ayer y de hoy. Comercio de andar por casa para soportar las fatiguitas de la economía submarina, bálsamo y condena. Se escucha cada cosa en los negocios fundados en blanco y negro ...
Al otro lado del pasado, en cambio, quedan jóvenes con aspiraciones. Esperanza Henry ha abierto una peluquería y un local de tatuajes en el Mentidero, dos por el precio de una fuerte inversión. Esperanza lleva más de un año esperando las subvenciones aprobadas por la Junta de Andalucía. No desespera, porque no haría honor a su nombre de pila, pero sufre en primera persona de autónoma. Van tan bien los tatuajes, que pronto se trasladará a un local más amplio. Pero quiere cobrar, necesita cobrar. La morosidad de las administraciones, y el bloqueo de créditos de los bancos, ahoga al comercio. ¿No lo sabe ya?
"Manolo Alburquerque, el de Bendición de Dios, debe ser más veterano que yo", enfatiza Agustín el droguero, personaje central de esta historia, que hizo la mili con Paco Perea y recuerda como si fuera ayer a un puñado de periodistas del antiguo Diario. "Ahora todos nos vamos quedando antiguos", ironiza, "ahora la gente joven lee el Diario por internet", pero al comercio tradicional le gustan los recortes, el amigo de Caramelandia guarda otro suelto del Diario, de una década atrás, y destaca la evolución del Mentidero en contraposición con otras zonas bañadas ahora por los miles de euros del Plan Urbana. Agustín muestra ahora una foto de José María del Castillo, regordete y gracioso, hecho un chaval, en el almacén de Santa Inés con Torre, otro mito de la civilización gadita en vías de extinción. En la calle paralela, otro cartel, "Se vende por jubilación", disimula entre escaso trasiego, el tiempo se detuvo ayer. Pero el futuro pasa de pronto en forma de Erasmus, chavales sonrosados que han contribuido a la recuperación del Mentidero, por ejemplo, y la supervivencia de otros negocios en La Viña y alrededores. Diego Arias arriba, el Carnaval sin fin del Cádiz auténtico y descolorido, Casa Merche en estado puro, el triángulo mágico del Masa, muchos bares, más barracas, y un bazar de siempre dirigido ahora por jóvenes marroquíes con ansias de libertad. No conocían estas ayudas, no llegaron a tiempo, lástima, porque hubieran pintado las paredes y remodelado el techo. La Viña sobrevive con dignidad, su comercio al menos presenta más colorido y frescura que en otros rincones del Cádiz profundo. Eso sí, junto al Cristo de las Penas y la Virgen de los Dolores acompaña un sentimiento común y un grito unánime expresado en escuetos pero llamativos cartelitos. Contra el paro. Y más locales cerrados hasta el ocaso de Sagasta. Y en los dameros malditos del encantador pero olvidado Balón, y en las calles de San Juan. "Se alquila". En todas partes cuecen habas. Las franquicias del glamour y las lucecitas de colores quedan muy lejos. No tanto. Aquí no se fía. No hay maniquíes de mentirijilla. La moda nunca pasa de moda. Todavía embarcan pelotas de trapo en la calle Soledad, y miran al cielo en Osorio, y sueñan con títeres oceánicos en las calles de América. Arrabales antiguos del Plan Urbana.La dignidad ni se vende ni se alquila.
Abril 10, Cádiz, Diario de Cádiz
La foto es de Lourdes de Vicente
Corsarios de espaldas al mal
El historiador algecireño Mario Ocaña investiga sobre los corsarios en torno al Ocho y al Doce, y la azarosa relación entre ambas bahías
Al abordaje. Nada que ver con los cuatreros financieros de este tiempo. Corsarios alrededor del Doce. Aviso a navegantes en el Estrecho. Rindiendo cuentas a la historia. La futura novena provincia de la Pepa, con patente de corso para jorobar a los rivales. Y un botín de mentirijilla, pura novelería. Más pirateo muestra el siglo XXI. Un historiador algecireño, profesor de la Uned, apasionado del mar y todas sus esquinas, ha investigado sobre los corsarios españoles antes y después del Doce. Mario Ocaña, merced a la edición de El Boletín Cultural de la Bahía y sus homólogos del Campo de Gibraltar, sabe que ancho y profundo es el tiempo del mar. Y confiesa, para sorpresa de gaditanos recelosos del sur del sur, que Algeciras "también vive ahora de espaldas al mar". Ya somos dos.
Los corsarios españoles que cruzaron el Estrecho en época tan crucial como la que comprende entre 1786 y 1814 "estaban tan bien organizados como una empresa cualquiera, ejerciendo su actividad legal desde un punto de vista jurídico. Los dueños de los barcos eran los empresarios, el barco su medio de producción, y la marinería, los trabajadores". Nada que ver con bancos, reformas laborales o expedientes de regulación del futuro. Ocaña relata en su libro las aventuras de los corsarios hispanos a lo largo y ancho de este mundo, refleja el volumen de tráfico marítimo internacional del Estrecho e incluso deja hablar a los capitanes en primera persona, esos capitantes escribieron la historia en los archivos de protocolos notariales que ha empleado Ocaña. Los notarios, haciendo historia y llevándoselo calentito. Pelos y señales de cada acontecimiento, naufragios en la costa descritos con "un vocabulario magnífico y una minuciosidad sensacional". Ocaña confiesa sentirse un poco "chalado por el mar", en su casa guarda multitud de libros y misceláneas en torno al mar. "Estamos rodeados". De mar y de corsarios que actúan en nombre de la autoridad local o provincial. Si Cádiz lamenta vivir de espaldas al mar y lucha a diario por tornar su suerte, Algeciras quiebra el tópico. "Aquí también vivimos de espaldas al mar por culpa del superpuerto, que retrae a la ciudad de forma notable. Algeciras se encuentra cerrado, bloqueado por su megapuerto. De acuerdo, Algeciras restó importancia al puerto gaditano, y su puerto es la primera fuente de riqueza, pero hay una cara y una cruz del mar. Demasiadas leyendas", sentencia, no sin antes recordar que Algeciras, su puerto natural, apenas disponía de infraestructuras en el siglo XVIII, cuando Cádiz monopolizaba el comercio marítimo con las Américas". Oh, la edad de oro de Cádiz, qué tiempos, ni que los hubiéramos vivido.
Los años del bloqueo del puerto gaditano en manos de corsarios ingleses (los británicos fueron amigos y adversarios, a capricho de la historia), muchos comerciantes gaditanos encontraron exilio, forzoso pero balsámico, en Algeciras, generando beneficios económicos y buscándose la vida, ambos gerundios tan necesarios y utópicos a los doscientos años de la Pepa. "El libro demuestra claramente que todo experimentó un brusco cambio a partir de 1808. Hasta mayo del Ocho ejercían gran actividad los corsarios hispanos junto a franceses, daneses o ingleses. Cambia la tortilla con Trafalgar. Los franceses ni aparecen". Se les espera para el Doce, tirabuzones aparte. La salida natural de Europa, Cádiz mismamente, hablando inglés o franchute indistintamente, y el viento de Levante, causando estragos en los esqueletos y entendederas de los guiris.
La obra de Ocaña hace alusión al primer ayuntamiento constitucional de Algeciras, al amparo de Las Cortes de Cádiz, en dato acaso inédito hasta ahora. Nunca se sabe. Siempre surge un historiador asegurando que llegó el primero. Ocaña ilustra una Algeciras ocupada por los franceses, sitiada pero de forma "más ligera" que otras poblaciones de la provincia. ¿De qué provincia? Del reino de Sevilla, pues Cádiz, la Bahía, Jerez y la futura novena provincia pertenecían a Sevilla, abstenerse fanáticos. "Algeciras y Cádiz tenían más contacto por mar que por tierra, pues se hallaban muy separadas física y administrativamente". Como si fuera ayer, oiga, las bahías tan cerca y tan lejos. "Ya han mejorado las comunicaciones gracias a la carretera por los Alcornocales". Por ahí sí, inténtelo vía Comes, un viaje interminable, aunque precioso de veras.
"Los corsarios no eran unos desalmados, nada que ver con los piratas, ni se les consideraba bandidos del mar. Es más, eran plenamente aceptados por la sociedad y pertenecían a todas las clases profesionales. Se jugaban fianzas importantes, navegaban regulados por órdenes y proyectos, no eran sanguinarios ni violentos". Ocaña deduce de la exhaustiva documentación analizada que la actividad de los corsarios ni siquiera causaba crímenes más allá de los habituales en la época, y en cambio favorecían una intensa reación marítima y comercial con otros rincones del planeta". Recuérdese que no existía internet, no había rotondas en el mar, ni por supuesto teléfonos celulares para conectar América con el Mediterráneo, los Mares del Norte con el Guadalete. Pero La Isla vendía toneladas de sal, a través del puerto algecireño, en el norte africano, y los astilleros gaditanos se nutrían de madera, carbón vegetal y otras materias primas llegadas desde el sur del sur. Barcos menores burlaban la vigilancia de los ingleses, que se pusieron un poco hartibles en su día, lo mismo que los barcos procedentes del marco de Jerez engañaban a los británicos en plena eclosión del comercio bodeguero. La historia del brandy y del sherry deja patente que los barcos gaditanos, o será mejor decir jerezanos, disfrazaban su identidad, la marinería se teñía el pelo de rubio, y demás triquiñuelas, para eludir el veto y bloqueo de los ingleses a los productos de la España cañí. De ahí procede el dicho tan redicho de "hacerse el sueco". Y de la misma época viene otra frase hecha, legendaria, a modo de advertencia: "Ya pagará el inglés el vino que ha bebido". Hay quien ha cobrado ya. Ocaña confirma la frecuencia con que los barcos cambiaban de bandera, falsificaban sus roles de navegación o practicaban otros modos de camuflaje, métodos de picaresca para dar coba al enemigo.
"Tarifa sufrió un asedio en toda regla, cuando Algeciras tenía un siglo de vida y era una ciudad pequeña", recuerda Ocaña, quien pone de manifiesto el papel que cumplió después, en la batalla de Bailén, el general Castaños, a la sazón gobernador del Campo de Gibraltar, muchos años antes de que John Lennon se casase con Yoko Ono en la Roca y mandase al Caribe a los Beatles. Aquella fue la primera vez que vencía un ejército de línea. Su mérito tendrá también la batalla de Chiclana.
Ocaña subraya, por si alguien barruntaba algún resquemor entre bahías complementarias que ahora se miran de reojo, que "la historia hace justicia con Cádiz y La Isla, en relación con las Cortes de 1812. Es normal que no se hable de Algeciras. Cierto es que hubo representantes algecireños en Las Cortes, entre ellos el llamado cura de Algeciras, el cura Terrero, pero hay poco que debatir, el protagonismo básico es y será de Cádiz".
De vuelta al futuro, Ocaña piensa en voz alta: "No sé qué ocurre entre Cádiz y Algeciras. Hay un mal rollo administrativo, unas reticencias y miedos que impiden abrirse a ambas partes. En el Campo de Gibraltar se tiene la sensación de que Cádiz no quiere o impide la unión entre las bahías. Esto nos pasa por los políticos que tenemos, si fueran más inteligentes otro gallo nos cantaría. La política debe tender a aplicar soluciones generales y aquí, en cambio, impera la micropolítica, política de mi calle, la calle de arriba, mi ciudad y los vecinos". Al abordaje.
Al abordaje. Nada que ver con los cuatreros financieros de este tiempo. Corsarios alrededor del Doce. Aviso a navegantes en el Estrecho. Rindiendo cuentas a la historia. La futura novena provincia de la Pepa, con patente de corso para jorobar a los rivales. Y un botín de mentirijilla, pura novelería. Más pirateo muestra el siglo XXI. Un historiador algecireño, profesor de la Uned, apasionado del mar y todas sus esquinas, ha investigado sobre los corsarios españoles antes y después del Doce. Mario Ocaña, merced a la edición de El Boletín Cultural de la Bahía y sus homólogos del Campo de Gibraltar, sabe que ancho y profundo es el tiempo del mar. Y confiesa, para sorpresa de gaditanos recelosos del sur del sur, que Algeciras "también vive ahora de espaldas al mar". Ya somos dos.
Los corsarios españoles que cruzaron el Estrecho en época tan crucial como la que comprende entre 1786 y 1814 "estaban tan bien organizados como una empresa cualquiera, ejerciendo su actividad legal desde un punto de vista jurídico. Los dueños de los barcos eran los empresarios, el barco su medio de producción, y la marinería, los trabajadores". Nada que ver con bancos, reformas laborales o expedientes de regulación del futuro. Ocaña relata en su libro las aventuras de los corsarios hispanos a lo largo y ancho de este mundo, refleja el volumen de tráfico marítimo internacional del Estrecho e incluso deja hablar a los capitanes en primera persona, esos capitantes escribieron la historia en los archivos de protocolos notariales que ha empleado Ocaña. Los notarios, haciendo historia y llevándoselo calentito. Pelos y señales de cada acontecimiento, naufragios en la costa descritos con "un vocabulario magnífico y una minuciosidad sensacional". Ocaña confiesa sentirse un poco "chalado por el mar", en su casa guarda multitud de libros y misceláneas en torno al mar. "Estamos rodeados". De mar y de corsarios que actúan en nombre de la autoridad local o provincial. Si Cádiz lamenta vivir de espaldas al mar y lucha a diario por tornar su suerte, Algeciras quiebra el tópico. "Aquí también vivimos de espaldas al mar por culpa del superpuerto, que retrae a la ciudad de forma notable. Algeciras se encuentra cerrado, bloqueado por su megapuerto. De acuerdo, Algeciras restó importancia al puerto gaditano, y su puerto es la primera fuente de riqueza, pero hay una cara y una cruz del mar. Demasiadas leyendas", sentencia, no sin antes recordar que Algeciras, su puerto natural, apenas disponía de infraestructuras en el siglo XVIII, cuando Cádiz monopolizaba el comercio marítimo con las Américas". Oh, la edad de oro de Cádiz, qué tiempos, ni que los hubiéramos vivido.
Los años del bloqueo del puerto gaditano en manos de corsarios ingleses (los británicos fueron amigos y adversarios, a capricho de la historia), muchos comerciantes gaditanos encontraron exilio, forzoso pero balsámico, en Algeciras, generando beneficios económicos y buscándose la vida, ambos gerundios tan necesarios y utópicos a los doscientos años de la Pepa. "El libro demuestra claramente que todo experimentó un brusco cambio a partir de 1808. Hasta mayo del Ocho ejercían gran actividad los corsarios hispanos junto a franceses, daneses o ingleses. Cambia la tortilla con Trafalgar. Los franceses ni aparecen". Se les espera para el Doce, tirabuzones aparte. La salida natural de Europa, Cádiz mismamente, hablando inglés o franchute indistintamente, y el viento de Levante, causando estragos en los esqueletos y entendederas de los guiris.
La obra de Ocaña hace alusión al primer ayuntamiento constitucional de Algeciras, al amparo de Las Cortes de Cádiz, en dato acaso inédito hasta ahora. Nunca se sabe. Siempre surge un historiador asegurando que llegó el primero. Ocaña ilustra una Algeciras ocupada por los franceses, sitiada pero de forma "más ligera" que otras poblaciones de la provincia. ¿De qué provincia? Del reino de Sevilla, pues Cádiz, la Bahía, Jerez y la futura novena provincia pertenecían a Sevilla, abstenerse fanáticos. "Algeciras y Cádiz tenían más contacto por mar que por tierra, pues se hallaban muy separadas física y administrativamente". Como si fuera ayer, oiga, las bahías tan cerca y tan lejos. "Ya han mejorado las comunicaciones gracias a la carretera por los Alcornocales". Por ahí sí, inténtelo vía Comes, un viaje interminable, aunque precioso de veras.
"Los corsarios no eran unos desalmados, nada que ver con los piratas, ni se les consideraba bandidos del mar. Es más, eran plenamente aceptados por la sociedad y pertenecían a todas las clases profesionales. Se jugaban fianzas importantes, navegaban regulados por órdenes y proyectos, no eran sanguinarios ni violentos". Ocaña deduce de la exhaustiva documentación analizada que la actividad de los corsarios ni siquiera causaba crímenes más allá de los habituales en la época, y en cambio favorecían una intensa reación marítima y comercial con otros rincones del planeta". Recuérdese que no existía internet, no había rotondas en el mar, ni por supuesto teléfonos celulares para conectar América con el Mediterráneo, los Mares del Norte con el Guadalete. Pero La Isla vendía toneladas de sal, a través del puerto algecireño, en el norte africano, y los astilleros gaditanos se nutrían de madera, carbón vegetal y otras materias primas llegadas desde el sur del sur. Barcos menores burlaban la vigilancia de los ingleses, que se pusieron un poco hartibles en su día, lo mismo que los barcos procedentes del marco de Jerez engañaban a los británicos en plena eclosión del comercio bodeguero. La historia del brandy y del sherry deja patente que los barcos gaditanos, o será mejor decir jerezanos, disfrazaban su identidad, la marinería se teñía el pelo de rubio, y demás triquiñuelas, para eludir el veto y bloqueo de los ingleses a los productos de la España cañí. De ahí procede el dicho tan redicho de "hacerse el sueco". Y de la misma época viene otra frase hecha, legendaria, a modo de advertencia: "Ya pagará el inglés el vino que ha bebido". Hay quien ha cobrado ya. Ocaña confirma la frecuencia con que los barcos cambiaban de bandera, falsificaban sus roles de navegación o practicaban otros modos de camuflaje, métodos de picaresca para dar coba al enemigo.
"Tarifa sufrió un asedio en toda regla, cuando Algeciras tenía un siglo de vida y era una ciudad pequeña", recuerda Ocaña, quien pone de manifiesto el papel que cumplió después, en la batalla de Bailén, el general Castaños, a la sazón gobernador del Campo de Gibraltar, muchos años antes de que John Lennon se casase con Yoko Ono en la Roca y mandase al Caribe a los Beatles. Aquella fue la primera vez que vencía un ejército de línea. Su mérito tendrá también la batalla de Chiclana.
Ocaña subraya, por si alguien barruntaba algún resquemor entre bahías complementarias que ahora se miran de reojo, que "la historia hace justicia con Cádiz y La Isla, en relación con las Cortes de 1812. Es normal que no se hable de Algeciras. Cierto es que hubo representantes algecireños en Las Cortes, entre ellos el llamado cura de Algeciras, el cura Terrero, pero hay poco que debatir, el protagonismo básico es y será de Cádiz".
De vuelta al futuro, Ocaña piensa en voz alta: "No sé qué ocurre entre Cádiz y Algeciras. Hay un mal rollo administrativo, unas reticencias y miedos que impiden abrirse a ambas partes. En el Campo de Gibraltar se tiene la sensación de que Cádiz no quiere o impide la unión entre las bahías. Esto nos pasa por los políticos que tenemos, si fueran más inteligentes otro gallo nos cantaría. La política debe tender a aplicar soluciones generales y aquí, en cambio, impera la micropolítica, política de mi calle, la calle de arriba, mi ciudad y los vecinos". Al abordaje.
Abril 10, Cádiz 2012, Diario de Cádiz
La foto es de Eduardo Albadalejo
viernes, 23 de abril de 2010
Bordillos de oro, aceras de plata, rotondas de mierda
Observen el bordillo, puro hormigón, material de primera; bueno, de segunda, que está la cosa mu malita. Aceras hasta el límite de la ciudad, bordillos de quita y pon, carril bici pa tol mundo, aunque vaya en moto. Obras de urgente reparación de la conciencia del concejal de turno, palabras a fondo perdido, gente insolvente mayormente indecente, contratos al por mayor de sus hermanos o primos, comisiones legales, ayer inauguramos una pista de aterrizaje pa los mosquitos y quedó de categoría, toma las facturas, quieres iva?
Rotondas de mierda, gafas ahumadas, barcos con ruedas, vamos al tiro, esta es la solución de la crisis, mañana dios (o firmes y carreteras, o drogados y destrucciones) dirá, que deje el recao en el feisbú que nos vamos al cine, a ver la última de rompetechos, el destroyer histérico de la inmolación inmobiliaria. Echa más mezcla, pisha. Las peonás del año, jornaleros del asfalto otrora propietarios en el país de los nuevos ricos de plastilina, nos creíamos reyes del mambo, más bien del mango, y ahora qué, bordillos, aceras, rotondas de mierda.
Rotondas de mierda, gafas ahumadas, barcos con ruedas, vamos al tiro, esta es la solución de la crisis, mañana dios (o firmes y carreteras, o drogados y destrucciones) dirá, que deje el recao en el feisbú que nos vamos al cine, a ver la última de rompetechos, el destroyer histérico de la inmolación inmobiliaria. Echa más mezcla, pisha. Las peonás del año, jornaleros del asfalto otrora propietarios en el país de los nuevos ricos de plastilina, nos creíamos reyes del mambo, más bien del mango, y ahora qué, bordillos, aceras, rotondas de mierda.
Napoleón entra por fin en Cádiz
La música inesperada y transparente de Napoleón Solo cruza esta noche Puertatierra, la estatua de Gades se hará unos tirabuzones, o unas mechas si acaso, al ritmo de la peculiar banda granadina, que con sólo unas canciones de vida ha causado conmoción y dividido a la afición por sus maneras y gustos. Del "Será maravilloso", su primer epé, a "Napoleón Solo en la ópera", su disco largo de debut, pop poderoso y juguetón, guitarrazos de pasión, falsetes imprevistos en lo alto de la colina, psicodelia sui generis, recuerdos de los sesenta y arreglos orquestales, sin olvidar el órgano hammond para tocar la fibra sensible de la gente. Y bastante descaro. En directo se la juegan. Evolucionan a cada paso, y ya tienen dos montañas de aduladores y detractores, según se mire, que gastan hipérboles y adjetivos morrocotudos para definir lo indefinible. Napoleón se deja querer u odiar, como los mismísimos Bonaparte, aunque su figura proviene de un personaje crecido al abrigo de una serie televisiva de espías, no del susodicho Bicentenario.
Alonso Díaz y compañía no superan los veintisiete años, savia nueva para el viejo negocio y voces agudas intempestivas llamando la atención del personal, acostumbrado a estrenar universos de usar y tirar. Comparan a Napoleon con unos Planetas menos distorsionados o unos Dorian en pepitoria. El grupo, capaz de escandalizar en estos tiempos, lo mismo canta a Lolaila Carmona que se desvive por reinventar sonidos y estructuras, capas de sonido y golpes de efecto consecutivos; el enigma de su verdadera personalidad y de su potencial en directo se desvelará esta noche en la sala Supersonic, a la vera del mar, en la esquina del viento, donde la afición pondrá a examen tal repertorio, quién sabe cómo sonarán estas canciones sin aditivos ni colorantes. Muy agudo, Napoleón.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
Alonso Díaz y compañía no superan los veintisiete años, savia nueva para el viejo negocio y voces agudas intempestivas llamando la atención del personal, acostumbrado a estrenar universos de usar y tirar. Comparan a Napoleon con unos Planetas menos distorsionados o unos Dorian en pepitoria. El grupo, capaz de escandalizar en estos tiempos, lo mismo canta a Lolaila Carmona que se desvive por reinventar sonidos y estructuras, capas de sonido y golpes de efecto consecutivos; el enigma de su verdadera personalidad y de su potencial en directo se desvelará esta noche en la sala Supersonic, a la vera del mar, en la esquina del viento, donde la afición pondrá a examen tal repertorio, quién sabe cómo sonarán estas canciones sin aditivos ni colorantes. Muy agudo, Napoleón.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
jueves, 22 de abril de 2010
Vuelve la Orquesta Mondragón
Vuelve el circo del rocanrol. Javier Gurruchaga rompe su silencio. La Orquesta Mondragón, tras más de una década de ostracismo, edita un nuevo álbum, "El maquinista de la General", en homenaje al padre del cantante, que fue ferroviario, y anuncia gira hispana a tutiplén. El disco se iba a titular "¿Por qué no te callas?", en alusión al ya célebre enfrentamiento entre el Rey y Chaves, pero con el tiempo ha modificado sus planteamientos. Gurruchaga y su inseparable Popotxo, el pequeño cómico surrealista, han grabado dieciséis temas nuevos, algunos de ellos con compañeros de postín como el grupo Molotov y la incombustible Sara Montiel. Habrá de todo. Rock, blues, cabaret, baladas y jazz, bajo el particular prisma del histriónico personaje que el siglo pasado reinó en los escenarios y las pantallas hispanas hasta caer en desgracia y marcharse a México.
El cantante, actor y presentador donostiarra, que fundó la Mondragón casi de casualidad en un programa de radio en San Sebastián, allá por 1976, supo combinar, como nadie lo había hecho antes, el rock, el teatro y el humor absurdo, el vodevil, el cine en blanco y negro y el circo, las pelis de Fellini y los caderazos de Mick Jagger, el morbo de Lou Reed y las hipérboles del espectáculo sin fin. Los primeros discos de la Mondragón cambiaron en cierto modo el panorama del rock hispano, merced al descaro del cantante, las guitarras de Jaime Stinus y las letras de Eduardo Haro Ibars, que hoy en día serían consideradas políticamente incorrectas o sucumbirían directamente en la polémica infinita, la hoguera de la censura global o el olvido.
Gurruchaga y compañía practicaban la provocación y divertían a un público variopinto. Lástima que años después casi todos sus discos se encuentren descatalogados, tan sólo hallaron una cinta del grupo en una de las furgonetas del 11-M, en increíble episodio de la España cañí. Lo que le faltaba a la Mondragón, que a su líder le atribuyesen amistades peligrosas. Gurruchaga, que en su época de esplendor dirigió programas de televisión en primera línea de popularidad, se vio envuelto después en historias de malas famas, infundios televisivos y algunas revanchas personales. Pero ahora retorna con el carnavalesco Popotxo, que no ha crecido ni un milímetro pero mantiene su cara de cine mudo, a rendir tributo a Vicente Gurruchaga, el maquinista, y a recuperar el tiempo, que nunca es perdido.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
El cantante, actor y presentador donostiarra, que fundó la Mondragón casi de casualidad en un programa de radio en San Sebastián, allá por 1976, supo combinar, como nadie lo había hecho antes, el rock, el teatro y el humor absurdo, el vodevil, el cine en blanco y negro y el circo, las pelis de Fellini y los caderazos de Mick Jagger, el morbo de Lou Reed y las hipérboles del espectáculo sin fin. Los primeros discos de la Mondragón cambiaron en cierto modo el panorama del rock hispano, merced al descaro del cantante, las guitarras de Jaime Stinus y las letras de Eduardo Haro Ibars, que hoy en día serían consideradas políticamente incorrectas o sucumbirían directamente en la polémica infinita, la hoguera de la censura global o el olvido.
Gurruchaga y compañía practicaban la provocación y divertían a un público variopinto. Lástima que años después casi todos sus discos se encuentren descatalogados, tan sólo hallaron una cinta del grupo en una de las furgonetas del 11-M, en increíble episodio de la España cañí. Lo que le faltaba a la Mondragón, que a su líder le atribuyesen amistades peligrosas. Gurruchaga, que en su época de esplendor dirigió programas de televisión en primera línea de popularidad, se vio envuelto después en historias de malas famas, infundios televisivos y algunas revanchas personales. Pero ahora retorna con el carnavalesco Popotxo, que no ha crecido ni un milímetro pero mantiene su cara de cine mudo, a rendir tributo a Vicente Gurruchaga, el maquinista, y a recuperar el tiempo, que nunca es perdido.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
miércoles, 21 de abril de 2010
Melodía del ruido
The Posies rendirán tributo a Teenage Fanclub en El Puerto y grabarán en casa de Paco Loco
La venganza del ruido o el poder de las melodías, he ahí el dilema. The Posies, la banda de Seattle que veinte años atrás recuperó el power pop heredero del recientemente desaparecido Alex Chilton, tocará en El Puerto uno de sus discos favoritos, el debut de los escoceses Teenage Fanclub, "A catholic education", adelanto del grunge, obra maestra de la década de los noventa. Ambas formaciones, curiosamente, han actuado este siglo en Cádiz. El destino vuelve a unirlas en el teatro portuense Pedro Muñoz Seca, el día 5 de mayo. Los Posies aprovecharán para registrar su primer disco en cinco años, en los estudios de Paco Loco, mientras se envuelven en una extensa gira española.
Si el líder de los Big Star levantase la cabeza, no faltaría a la cita. Los Posies, por Teenage Fanclub. Los ubicuos Jon Auer y Ken Stringfellow, revisitando el magistral e influyente trabajo de sus compañeros de fatigas, dos décadas después. Ambas formaciones compartieron primera línea merced a sus rompedoras propuestas, y justo antes de la eclosión del grunge, que se propagó desde Seattle, vía Nirvana, a todo el planeta del rock alternativo, por así decirlo. Sin embargo, Posies y TF no practicaban precisamente la religión del ruido y la distorsión, aunque no hicieran ascos a una buena dosis de caos ordenado. Desde sus particulares atalayas, resucitaron el pop rock con aristas y lo dotaron de nuevos argumentos y la actitud salvaje y rocanrolera que requiere. Teenage Fanclub rompió esquemas tres años antes del disco esencial de los Posies, "Frosting on the beater". Pero luego cambiaron un poco su estilo, caminaron por lugares comunes diferentes, más cercano a los Beach Boys y los Byrds, el sonido luminoso americano. Su primer disco, en síntesis, se antoja la excepción de su carrera, pero sin tal colección de canciones no se entiende el devenir del rock a partir de entonces. Para bien y para mal. Los Posies, tan brillantes como imprevisibles, reconocen tal influjo y ahora arman un espectáculo a instancias de Houston Party, que inauguró la serie de artistas cantando a otros artistas con Giant Sand por "At San Quentin", el memorable álbum en vivo de Johnny Cash en la cárcel de San Quintín.
Los Posies pasarán a primeros de mayo por Zaragoza, San Sebastián, Castellón, Elche, El Puerto de Santa María, Granada, Santander, La Coruña y Mallorca. Y durante su estancia en la Península trabajarán nuevas canciones en el estudio de grabación de Paco Loco, en la costa oeste de El Puerto. Nadie como el músico y productor asturiano, pieza clave de la música independiente desde los años noventa en este país, para dar consistencia a guitarras viscosas, melodías pegajosas y sonidos paradójicos.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
La venganza del ruido o el poder de las melodías, he ahí el dilema. The Posies, la banda de Seattle que veinte años atrás recuperó el power pop heredero del recientemente desaparecido Alex Chilton, tocará en El Puerto uno de sus discos favoritos, el debut de los escoceses Teenage Fanclub, "A catholic education", adelanto del grunge, obra maestra de la década de los noventa. Ambas formaciones, curiosamente, han actuado este siglo en Cádiz. El destino vuelve a unirlas en el teatro portuense Pedro Muñoz Seca, el día 5 de mayo. Los Posies aprovecharán para registrar su primer disco en cinco años, en los estudios de Paco Loco, mientras se envuelven en una extensa gira española.
Si el líder de los Big Star levantase la cabeza, no faltaría a la cita. Los Posies, por Teenage Fanclub. Los ubicuos Jon Auer y Ken Stringfellow, revisitando el magistral e influyente trabajo de sus compañeros de fatigas, dos décadas después. Ambas formaciones compartieron primera línea merced a sus rompedoras propuestas, y justo antes de la eclosión del grunge, que se propagó desde Seattle, vía Nirvana, a todo el planeta del rock alternativo, por así decirlo. Sin embargo, Posies y TF no practicaban precisamente la religión del ruido y la distorsión, aunque no hicieran ascos a una buena dosis de caos ordenado. Desde sus particulares atalayas, resucitaron el pop rock con aristas y lo dotaron de nuevos argumentos y la actitud salvaje y rocanrolera que requiere. Teenage Fanclub rompió esquemas tres años antes del disco esencial de los Posies, "Frosting on the beater". Pero luego cambiaron un poco su estilo, caminaron por lugares comunes diferentes, más cercano a los Beach Boys y los Byrds, el sonido luminoso americano. Su primer disco, en síntesis, se antoja la excepción de su carrera, pero sin tal colección de canciones no se entiende el devenir del rock a partir de entonces. Para bien y para mal. Los Posies, tan brillantes como imprevisibles, reconocen tal influjo y ahora arman un espectáculo a instancias de Houston Party, que inauguró la serie de artistas cantando a otros artistas con Giant Sand por "At San Quentin", el memorable álbum en vivo de Johnny Cash en la cárcel de San Quintín.
Los Posies pasarán a primeros de mayo por Zaragoza, San Sebastián, Castellón, Elche, El Puerto de Santa María, Granada, Santander, La Coruña y Mallorca. Y durante su estancia en la Península trabajarán nuevas canciones en el estudio de grabación de Paco Loco, en la costa oeste de El Puerto. Nadie como el músico y productor asturiano, pieza clave de la música independiente desde los años noventa en este país, para dar consistencia a guitarras viscosas, melodías pegajosas y sonidos paradójicos.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
martes, 20 de abril de 2010
Gente con cara de libro
Políticos, artistas, carnavaleros y gaditanos de postín se exponen en la plaza pública de las redes sociales ante sus amigos y enemigos íntimos
La gente se ha pasado al facebook. Si acaso, al cadibú. Si ha extraviado a su partenaire, a su amigo del alma o a un compañero de trabajo, no acuda al bar de la esquina, ni llame al celular porque lo tendrá apagado; búsquelos en la red social en boga, le mirarán con cara de libro, se han enganchado al foro público, la plaza cibernética, el mentidero de chismes y estampas, el tablón de anuncios colectivo, y si nadie lo remedia, las calles quedarán prácticamente vacías. Si no hay wifi, pa la casa. Qué de amigos en común tiene Fulanito, cuántos admiradores ha reunido Mengano, mira la cara de Manoli la del Cuarto, ¿y las fotos del maromo de prima?, paecharlo, la gente sale de perfil de usuario, hay que estar, hay que ser un caralibro, al garete las webs, los blogs, los tags y los flags golosinas. La plataforma para la repetición del Carnaval en julio supera los 4.500 jartibles, el Capitán Cocleta campa por sus respetos, los herederos de la Constitución llaman a Cádiz por su nombre universal, el tranvía recoge firmas a favor y en contra, los partidos políticos intentan pescar en ríos revueltos, no hay falserío ni ná. Ustd no es nadie, y su negocio menos, si no ha abierto una cuenta, y sobre todo, se carece de enemigos. Se impone la creación de un capítulo de enemigos en común. Cádiz, que es pionera en casi todo, triunfaría por todo lo bajo.
El viento sopla caprichoso, y el tiempo es como un aeroplano, en el corazón gadita del caralibro. No cuadran las cuentas. Teófila tiene 123 admiradores y su rincón derrotista, "Teófila vete ya", 440 adheridos. Mira, mira quién se ha hecho admirador de doña Teo, será perro. Y algunos no vencerán la tentación de hacerse partidarios y opositores. Dos barajas. En cambio, Rafael Román dispone de 360 amigotes, que no votantes, en su rincón del facebook. Imposible establecer comparaciones o similitudes, pues ciertos políticos acaban de caer en la cuenta y otros llevan ya meses pegados a la pantalla. El izquierdista Sebastián Terrada, por ejemplo, se habla con una veintena de cibernautas, y a Blanca Flores la leen 722 personas. La red de trasmallo social pesca en alta mar. Fobias y cariños para dar y regalar. Mucho amigo interesado para jugar a la granja. Pesados y solitarios, ingeniosos y bordes, palabras tiernas y gruesas, más imagen que otra cosa, mensajes cortetes, desahogos y poesía, propaganda e ilusión. Mucho colgao suelto, y una montaña de solidaridad cuando más hace falta, ahí están los ejemplos de Haití, Chile, la plataforma para salvar El Palmar y, ahora, Garzón, a cuya causa se suma precisamente uno de los gaditanos de la Bahía con más amistad de la buena, el cantautor Javier Ruibal. El artista, que ya llegó a la cifra tope de cinco mil amigos, ha cambiado su foto por la del juez. Y suele consignar moralejas y consideraciones que su fiel legión de admiradores sigue a diario. Para unas cosas, el caralibro hace justicia con la buena o mala fama de la gente que se expone a las claras, sin los temibles anonimatos de foros, chats o casapuertas electrónicas que tanto en Cádiz dan de qué hablar. Para otros menesteres, el caralibro rompe barreras y permite conocer lo que piensa o hace cada hijo de vecino, si se digna a abrir la puerta, claro. Hay siesos en todas partes. Y conviene distinguir entre las intenciones de los usuarios, como en la vida misma. Unos buscan amigos y otros negocio; otros aceptan la amistad de cualquiera y funcionan también quienes seleccionan. Derecho de admisión.
Como todo evoluciona que es una barbaridad, en breve tendremos admiradores del cazón en adobo, si no existen ya, y detractores de algún cuatrero público. Cientos de grupos pamplinosos pululan ya por la red.
El Carnaval tampoco tiene rival. El Yuyu (3.600), Vera Luque (1.200) o la chirigota del Selu, con más de mil picaos, concitan pasiones, así como los admiradores de Antonio Martín o el mismo Antonio Martínez Ares. Sin olvidar a Juan Carlos Aragón, seguramente iniciándose en las lides del caralibro, con catorce amigos. Muchos menos que los raperos de la Frac, que superan los mil quinién, o el cantautor Fernando Lobo, con dos mil quinién, por delante de gaditanos de postín como Pepe Ángel o el guitarrista Nono García, el periodista José Luis Porquicho (1.500), uno de los más activos, que combina el cadibú con el feisbú con una soltura y un desparpajo envidiables y que además tiene tiempo para pisar la calle, no la virtual, sino la real. Otros parecen amarrados al caralibro, dan hasta las buenas noches a la concurrencia y esperan en vano una catástrofe mayor. Ya se venden entradas para el desastre personal y colectivo. Si piensa ir, confirme su asistencia apretando el botón. Clic. Al final, de 3.500 que aseguraron, garantizaron, anunciaron su visita a bombo y platillo, fueron cuatro. No hay que fiarse del caralibro, la red social que según los expertos de la nada ya pasó de moda y desvirtuó su verdadero sentido, transformándose en un escaparate de chismorreos, vanidades y ofertas especiales. Hay sitio para todos. La Pepa Viva cuenta con casi dos mil amigos, quizá 2012, y la floristería del barrio ajusta sus precios en público, y el Pay Pay cuelga las fotos del último concierto, y alguien se oculta bajo un pseudónimo, en Cádiz sólo quedan secretos a voces. Y un montón de gente inexistente es capaz de remover los cimientos de la moral, o por los menos afearle la conducta o ponerle la cara colorá al mundo con un simple grupo de amigos y un selecto núcleo de enemigos. Todo controlado. Pronto saldrá otro invento para morsegar al prójimo y lucir las dotes exhibicionistas que adornan hoy en día al personal. Caralibro, ríndete. Nos vemos en la calle.
Abril 10, Cádiz, Diario de Cádiz
La gente se ha pasado al facebook. Si acaso, al cadibú. Si ha extraviado a su partenaire, a su amigo del alma o a un compañero de trabajo, no acuda al bar de la esquina, ni llame al celular porque lo tendrá apagado; búsquelos en la red social en boga, le mirarán con cara de libro, se han enganchado al foro público, la plaza cibernética, el mentidero de chismes y estampas, el tablón de anuncios colectivo, y si nadie lo remedia, las calles quedarán prácticamente vacías. Si no hay wifi, pa la casa. Qué de amigos en común tiene Fulanito, cuántos admiradores ha reunido Mengano, mira la cara de Manoli la del Cuarto, ¿y las fotos del maromo de prima?, paecharlo, la gente sale de perfil de usuario, hay que estar, hay que ser un caralibro, al garete las webs, los blogs, los tags y los flags golosinas. La plataforma para la repetición del Carnaval en julio supera los 4.500 jartibles, el Capitán Cocleta campa por sus respetos, los herederos de la Constitución llaman a Cádiz por su nombre universal, el tranvía recoge firmas a favor y en contra, los partidos políticos intentan pescar en ríos revueltos, no hay falserío ni ná. Ustd no es nadie, y su negocio menos, si no ha abierto una cuenta, y sobre todo, se carece de enemigos. Se impone la creación de un capítulo de enemigos en común. Cádiz, que es pionera en casi todo, triunfaría por todo lo bajo.
El viento sopla caprichoso, y el tiempo es como un aeroplano, en el corazón gadita del caralibro. No cuadran las cuentas. Teófila tiene 123 admiradores y su rincón derrotista, "Teófila vete ya", 440 adheridos. Mira, mira quién se ha hecho admirador de doña Teo, será perro. Y algunos no vencerán la tentación de hacerse partidarios y opositores. Dos barajas. En cambio, Rafael Román dispone de 360 amigotes, que no votantes, en su rincón del facebook. Imposible establecer comparaciones o similitudes, pues ciertos políticos acaban de caer en la cuenta y otros llevan ya meses pegados a la pantalla. El izquierdista Sebastián Terrada, por ejemplo, se habla con una veintena de cibernautas, y a Blanca Flores la leen 722 personas. La red de trasmallo social pesca en alta mar. Fobias y cariños para dar y regalar. Mucho amigo interesado para jugar a la granja. Pesados y solitarios, ingeniosos y bordes, palabras tiernas y gruesas, más imagen que otra cosa, mensajes cortetes, desahogos y poesía, propaganda e ilusión. Mucho colgao suelto, y una montaña de solidaridad cuando más hace falta, ahí están los ejemplos de Haití, Chile, la plataforma para salvar El Palmar y, ahora, Garzón, a cuya causa se suma precisamente uno de los gaditanos de la Bahía con más amistad de la buena, el cantautor Javier Ruibal. El artista, que ya llegó a la cifra tope de cinco mil amigos, ha cambiado su foto por la del juez. Y suele consignar moralejas y consideraciones que su fiel legión de admiradores sigue a diario. Para unas cosas, el caralibro hace justicia con la buena o mala fama de la gente que se expone a las claras, sin los temibles anonimatos de foros, chats o casapuertas electrónicas que tanto en Cádiz dan de qué hablar. Para otros menesteres, el caralibro rompe barreras y permite conocer lo que piensa o hace cada hijo de vecino, si se digna a abrir la puerta, claro. Hay siesos en todas partes. Y conviene distinguir entre las intenciones de los usuarios, como en la vida misma. Unos buscan amigos y otros negocio; otros aceptan la amistad de cualquiera y funcionan también quienes seleccionan. Derecho de admisión.
Como todo evoluciona que es una barbaridad, en breve tendremos admiradores del cazón en adobo, si no existen ya, y detractores de algún cuatrero público. Cientos de grupos pamplinosos pululan ya por la red.
El Carnaval tampoco tiene rival. El Yuyu (3.600), Vera Luque (1.200) o la chirigota del Selu, con más de mil picaos, concitan pasiones, así como los admiradores de Antonio Martín o el mismo Antonio Martínez Ares. Sin olvidar a Juan Carlos Aragón, seguramente iniciándose en las lides del caralibro, con catorce amigos. Muchos menos que los raperos de la Frac, que superan los mil quinién, o el cantautor Fernando Lobo, con dos mil quinién, por delante de gaditanos de postín como Pepe Ángel o el guitarrista Nono García, el periodista José Luis Porquicho (1.500), uno de los más activos, que combina el cadibú con el feisbú con una soltura y un desparpajo envidiables y que además tiene tiempo para pisar la calle, no la virtual, sino la real. Otros parecen amarrados al caralibro, dan hasta las buenas noches a la concurrencia y esperan en vano una catástrofe mayor. Ya se venden entradas para el desastre personal y colectivo. Si piensa ir, confirme su asistencia apretando el botón. Clic. Al final, de 3.500 que aseguraron, garantizaron, anunciaron su visita a bombo y platillo, fueron cuatro. No hay que fiarse del caralibro, la red social que según los expertos de la nada ya pasó de moda y desvirtuó su verdadero sentido, transformándose en un escaparate de chismorreos, vanidades y ofertas especiales. Hay sitio para todos. La Pepa Viva cuenta con casi dos mil amigos, quizá 2012, y la floristería del barrio ajusta sus precios en público, y el Pay Pay cuelga las fotos del último concierto, y alguien se oculta bajo un pseudónimo, en Cádiz sólo quedan secretos a voces. Y un montón de gente inexistente es capaz de remover los cimientos de la moral, o por los menos afearle la conducta o ponerle la cara colorá al mundo con un simple grupo de amigos y un selecto núcleo de enemigos. Todo controlado. Pronto saldrá otro invento para morsegar al prójimo y lucir las dotes exhibicionistas que adornan hoy en día al personal. Caralibro, ríndete. Nos vemos en la calle.
Abril 10, Cádiz, Diario de Cádiz
lunes, 19 de abril de 2010
El Timo De Todos
Nos dieron coba. La televisión del futuro. Viva el pasado. Si no tienen ni pajolera idea de lo que ocurrirá mañana, ¿cómo nos intentan vender el porvenir digital? Han repartido los canales locales de aquella manera, un amigo que vive en los límites de El Puerto y que trabaja en Jerez no puede ver la tele de Jerez. Se están forrando con la venta indiscriminada de aparatos, ya no se sabe si vamos con dos años de adelanto o quince de retraso, el futuro parece destinado a internet, que no nos vengan con monsergas, ya despachan televisores conectados a la red. Nostalgia del agüchi, de los canales cutres y del libertinaje televisivo. Han mandado a la calle a mucha gente, a ver quién salda las deudas ahora. Algunas teles se refugiarán en internet a la espera de que alguien invente lo próximo.
domingo, 18 de abril de 2010
Cuánto demócrata suelto, ¿ehin?
Son demócratas de toda la vida. Gente que hace bien en perdonarnos la vida, no vayamos a desmadrarnos. Siempre en posesión de la verdad absolta, y de las armas necesarias para extinguir al presunto enemigo, son capaces de vender a su padre, y de trastocar la historia de manera asombrosa. Voltean las cosas con suma habilidad, a mi abuelo el vasco, cuando lo trincaron en el norte y lo enviaron al penal de El Puerto de Santa María, estamparon en su pasaporte una cosa muy curiosa, amén de los consabidos "masón, comunista, polaco", etc, cuando mi abuelo en realidad era del Peneuve, un contundente lema a modo de acusación eterna: "auxilio a la rebelión". Tremendo.
Aún quedan mentirosos de esta calaña, también los hay en el otro bando, yo paso un kilo de ambos dos, tengo amigos en ambos rincones, pero aquí el ladrón, o el asesino, o el golpista, o el hijodeputa, cree que los demás son de su condición. Basta con bajar a la arena del patiovecinos. Caracartón, por ejemplo, se mosquea si alguien le echa en cara precisamente lo que él criticó antes con malas maneras. Molesta una jartá y atribuye a los demás sus propios pecados. Pobre chavá. Estas mosquitas muertas, en cambio, se antojan más peligrosas de la cuenta. La gentuza que repartía pegatinas de fuerza nueva y ahora va de demócrata. Qué suerte tienen. Ellos mismos no nos salvarían del paredón en caso de "poblemas" en su puta patria. Hay que ser agradecidos con ellos, de ahí este homenaje sincero.
No tenemos miedo.
Aún quedan mentirosos de esta calaña, también los hay en el otro bando, yo paso un kilo de ambos dos, tengo amigos en ambos rincones, pero aquí el ladrón, o el asesino, o el golpista, o el hijodeputa, cree que los demás son de su condición. Basta con bajar a la arena del patiovecinos. Caracartón, por ejemplo, se mosquea si alguien le echa en cara precisamente lo que él criticó antes con malas maneras. Molesta una jartá y atribuye a los demás sus propios pecados. Pobre chavá. Estas mosquitas muertas, en cambio, se antojan más peligrosas de la cuenta. La gentuza que repartía pegatinas de fuerza nueva y ahora va de demócrata. Qué suerte tienen. Ellos mismos no nos salvarían del paredón en caso de "poblemas" en su puta patria. Hay que ser agradecidos con ellos, de ahí este homenaje sincero.
No tenemos miedo.
Magia en la noche de Cai
La quintaesencia de Cai colmó las expectativas de los fieles seguidores de la legendaria banda gaditana, que presentó en el Aulario de La Bomba su nuevo álbum, "Metáforas de luz" con notable sonido, magia en el aire y una hora y media de tiempo quieto. Fopi cantó de categoría y activó el ritmo con fiereza y dulzura. El Niño tomó el pulso a la luna con brillantez y destreza, Blas Lago estuvo mejor que nunca a los teclados y Sebastián Otero se estrenó como bajista, cuarteto sólido que ofreció todos los temas de su reaparición discográfica, destacando "Vuelvo" por su inspiración sureña y ese ambiente tan especial impregnado en el estilo del grupo, y algunas perlas del pasado remoto, no muchas, algún detalle al Más Allá, recuerdos de la noche abierta, sueños de colores, mercadillo de ilusiones y tanta pasión como certeza musical. Acudieron a la cita familiares, amigos, compañeros de generación y bastantes jóvenes atraídos por la historia y el porvenir de la banda gaditana, y músicos de la tierra como Fernando e Ignacio Lobo y José Simonet de Kool. Cai bordó "Pasa un día", que nunca suena igual, y Cai dejó caer finos detalles de su flamante repertorio.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
Foto gentilmente mangada del facebook de Juanma Mateos
Puro rock sueco: Steve Klasson y dos Hellacopters, en Cádiz
El rocanrol no ha muerto, sigue agonizando en las catacumbas de las viejas ciudades. La sala W recibe esta noche a una pandilla de rudos pero estilistas rockeros suecos, gente de la primera división escandinava, el peculiar Steve Klasson y su heterogénea banda, Black Weeds, que integra, nada más y nada menos que a dos miembros de los extintos y añorados Hellacopters, el pianista Bobba Feh y el batería Robert Eriksson, cuyo combo se extinguió hace un par de años, tras quince años de carrera. Se ruega puntualidad. Los suecos vendrán, tocarán y se najarán pitando. La noche promete. Steve Klasson puede estar orgulloso de haber sobrevivido a tres giras del salvaje Johnny Thunders, icono del prepunk americano, y de haber lustrado formaciones tan conocidas como los Diamond Dogs y Hanoi Rocks. Practica los ritmos blancos y negros con naturalidad, navega entre el blues, el hard rock, el boogie y la actitud de rompe y rasga. Nacido en el 68, ha recorrido medio mundo a bordo de su bólido de rocanrol, y para colmo recluta ahora a dos helicópteros, testigos directos de la eclosión del rock sueco, tan influenciado por el rock sureño, el rock duro de los setenta, los Stones y tantos otros. Una cita de altos vuelos, para vivirla y bailarla intensamente.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
sábado, 17 de abril de 2010
Carlos Díaz, retrato de Cádiz
Carlos Díaz invoca el espíritu emprendedor de Cádiz
El ex alcalde habla sobre retrasos y esperanzas de la Bahía, desde su experiencia en política hasta el futuro del Doce
"¿Don Carlos?" El camarero de la cafetería de nombre extranjero, frente por frente de los Sindicatos, saluda e inquiere. Carlos Díaz pide un vermut y habla de fotografía. "Yo creo que hice la última fotografía a Agustín Merello, y quizá también a Juman". Recuerdos de algunos reporteros legendarios. El ex alcalde dispara instantáneas verbales de Cádiz, a renglón seguido, y firma una colección de impresiones de ayer y de hoy, episodios en sepia, vientos de cambio a todo color. Y el sabor agridulce de quien detiene el tiempo que apenas pasó por Cádiz. "Me tocó dirigir un Ayuntamiento en la ruina en plena crisis del sector naval", preludia. Y pregunta al aire: "¿Por qué nos encontramos en crisis permanente en la Bahía de Cádiz?" A lo largo de la entrevista, enlaza el pasado trufado de retrasos históricos con el futuro imperfecto del Doce. Carlos Díaz invoca el espíritu emprendedor y su memoria rescata momentos impecederos.
El ex alcalde considera que "la potencialidad económica de la Bahía no ha aflorado por las deficientes comunicaciones, aunque ya han mejorado sustancialmente". Alza la vista y recuerda cuando hizo gestiones ante la Trasmediterránea para que los Astilleros de Puerto Real construyeran el JJ Sister. "El argumento de la competencia desleal de coreanos o japoneses era un cuento, pues tuvimos que competir con astilleros de Noruega, Francia o Finlandia, todos ellos con mayor renta per cápita. En el 83, los alcaldes afectados por la reconversión íbamos al matadero. Nos llamó Solchaga para explicar el plan, pedimos alternativas y crearon la Zur". Urgente reindustrialización, un pasito palante, dos pasitos patrás. Ese mismo año, ardió Sagunto por mor del cierre de sus altos hornos, cinco mil operarios a la calle en una cudad de 25.000 personas. "Sagunto se cierra y Cádiz disminuye su plantilla, pero no se cierra". Va por Jesús Gargallo. "Pasan los años y Sagunto se ha convertido en ejemplo del desarrollo del Levante, sin apenas desempleo, y Cádiz sigue sufriendo la pérdida de empresas y de trabajo. ¿Qué falla aquí?"
"Si no hay empuje, pese a la riqueza de esta tierra, la Bahía no eclosiona. Si hay iniciativa, ocurre como en Puerto Serrano o Alcalá del Valle, donde cambiaron la emigración por el cultivo de la fresa y promocionaron el espárrago verde en Francia, Alemania Inglaterra". Se acerca la hora del almuerzo. "Aquí falta espíritu emprendedor. Hemos vivido mucho tiempo al socaire de la empresa pública".
Díaz Medina retrata ahora el Cádiz de los puentes, los trenes y las obras eternas. "Con motivo del hermanamiento con Rochester conocí un puente espectacular, tengo las diapositivas, hacía un frío horroroso. Ahí comenzó la historia del segundo puente, preguntamos por financiación europea y comenzamos a hablar. El día de Navidad del 91 se publicó en el Boe la licitación del estudio de viabilidad". En torno a la lentitud de las obras públicas, sugiere el ex alcalde ejemplos como la autovía Jerez Los Barrios, "diez años, setenta kilómetros; el desdoblamiento de la N340 aún no terminado o las comunicaciones entre grandes núcleos. Aquí sólo se ha llegado a tiempo con el soterramiento, la única obra que ha ido a su ritmo, y ahora el puente, que va bien". Y retorna al puente: "Con la buena relación que dicen que tenían Carranza y Franco, desde que se tuvo la idea del puente hasta si inauguración pasaron casi veinte años". Y el proyecto quedó lastrado. "Determinaron que si se superaban 12.000 vehículos diarios, acometerían el desdoble. Hasta ahora. Hace poco lo hicieron y quedó bien".
"A mí me crucificaron en el 92 cuando anuncié gestiones para que el Ave llegase a Cádiz, Tiene narices que se tarde lo mismo en llegar a Sevilla que a Madrid. El Ave no llegará a Cádiz, si acaso un tren de velocidad alta, pero no en el ancho de vía necesario. Aquella vez, en el 92, Barrionuevo garantizó que tras los fastos de la Expo y las Olimpiadas continuarían con el proyecto del Ave, cuya línea histórica era Madrid-Cádiz. Y hasta ahora".
Ahora andamos con el Doce a cuestas. "Más retrasos. Se han vinculado proyectos al Bicentenario que nada tienen que ver, pero era una buena excusa", y cita obras como el nuevo hospital o el hotel de cinco estrellas en Valcárcel. "Yo hubiera preferido un centro de Ciencias de la Educación, el tema de la Universidad me quitó el sueño cuando era alcalde y me enfrenté con todos". Heridas de guerra.
"Hasta los taxistas me recuerdan la buena organización de la Gran Regata 92", recuerda Carlos Díaz acerca del memorable evento. "Se iba a encargar la Diputación pero nos pasaron la patata caliente tres meses antes, salió todo perfecto". Hubo espíritu emprendedor. Y vientos favorables, a Carlos Díaz le gusta el Levante, el mar y la historia. "En una ocasión única como el Bicentenario echo de menos un proyecto estrella. Ahí están el Castillo de San Sebastián, el Oratorio y otros, pero no han calado en la gente. Creo que fue Rafael Román quien propuso un proyecto de categoría, la verdadera Plaza del Mar, donde la ciudad se incorporaba al mar desde la Punta de San Felipe a la Plaza de Sevilla, con paso de coches subterráneo y un profundo cambio urbanístico. Era un proyecto de Fustegueras". Ya de paso, apunta que "lo de Puerto América es una vergüenza". Ahí quedó.
Carlos Díaz pregunta "¿qué va a quedar del Doce?" Subraya que las iniciativas "se han difuminado a causa de las discrepancias políticas, y por falta de un Jacinto Pellón. María Luisa García Juárez lo hace muy bien, pero sin plenos poderes, sin las competencias suficientes. Pellón recibió muchos palos en Sevilla 92, pero fue un hombre honesto". Curiosamente, un año antes de la Expo se entablaban elecciones municipales, lo mismo que en el Doce gaditano. "Entonces intentaban rentabilizarlo todo y ahora también. En Cádiz, en lugar de gastar dos millones diarios en anuncios podrían invertirse en temas sociales y culturales. Aquí la alcaldesa ha rentabilizado hasta la rehabilitación del casco histórico, que firmé con Chaves. Quizá el Psoe no haya defendido la gestión de mis años en la Alcaldía, como el Plan Urban, el Palacio de Congresos y hasta las gestiones con el Corte Inglés, quienes al principio querían instalarse en la Telegrafía sin Hilos. El daño al comercio ya estaba hecho con centros comerciales en la Bahía". Carlos Díaz sabe de buena tinta que "para animarles a venir a Cádiz pusieron una pata del puente justo en la puerta del Corte Inglés, que pujó muy fuerte a cambio de no tener competencia. Me parece muy bien su llegada a Cádiz, ha revitalizado los terrenos de Astilleros y toda la zona. Puntales, para mí, es el sitio de Cádiz más apetecible para vivir", enfatiza.
Y ya que estamos, toquecito a la controversia sobre el candidato socialista. Carlos Díaz apuntó a Pizarro, a Rafael Barra y otros, y ahora agrega a José Ramón Hesle, Pablo Lorenzo Garófano, Blanca Flores y no olvida a Emilio Aragón, "que tiene mucho mérito y una ilusión tremenda. Pero el Psoe debe presentar primero un proyecto que despierte el interés del ciudadano y luego elegir el perfil del candidato". A Marta Meléndez "la han quemado un poco, quizá sea cierto, no sé si hay maniobras extrañas para mantener un pulso con la Regional, quizá se hayan precipitado.
A la postre, Carlos Díaz muestra la última foto de Cádiz, que no deja de ser "positiva y esperanzada, pues creo en esta ciudad histórica y en que cambiaremos el chip".
El ex alcalde habla sobre retrasos y esperanzas de la Bahía, desde su experiencia en política hasta el futuro del Doce
"¿Don Carlos?" El camarero de la cafetería de nombre extranjero, frente por frente de los Sindicatos, saluda e inquiere. Carlos Díaz pide un vermut y habla de fotografía. "Yo creo que hice la última fotografía a Agustín Merello, y quizá también a Juman". Recuerdos de algunos reporteros legendarios. El ex alcalde dispara instantáneas verbales de Cádiz, a renglón seguido, y firma una colección de impresiones de ayer y de hoy, episodios en sepia, vientos de cambio a todo color. Y el sabor agridulce de quien detiene el tiempo que apenas pasó por Cádiz. "Me tocó dirigir un Ayuntamiento en la ruina en plena crisis del sector naval", preludia. Y pregunta al aire: "¿Por qué nos encontramos en crisis permanente en la Bahía de Cádiz?" A lo largo de la entrevista, enlaza el pasado trufado de retrasos históricos con el futuro imperfecto del Doce. Carlos Díaz invoca el espíritu emprendedor y su memoria rescata momentos impecederos.
El ex alcalde considera que "la potencialidad económica de la Bahía no ha aflorado por las deficientes comunicaciones, aunque ya han mejorado sustancialmente". Alza la vista y recuerda cuando hizo gestiones ante la Trasmediterránea para que los Astilleros de Puerto Real construyeran el JJ Sister. "El argumento de la competencia desleal de coreanos o japoneses era un cuento, pues tuvimos que competir con astilleros de Noruega, Francia o Finlandia, todos ellos con mayor renta per cápita. En el 83, los alcaldes afectados por la reconversión íbamos al matadero. Nos llamó Solchaga para explicar el plan, pedimos alternativas y crearon la Zur". Urgente reindustrialización, un pasito palante, dos pasitos patrás. Ese mismo año, ardió Sagunto por mor del cierre de sus altos hornos, cinco mil operarios a la calle en una cudad de 25.000 personas. "Sagunto se cierra y Cádiz disminuye su plantilla, pero no se cierra". Va por Jesús Gargallo. "Pasan los años y Sagunto se ha convertido en ejemplo del desarrollo del Levante, sin apenas desempleo, y Cádiz sigue sufriendo la pérdida de empresas y de trabajo. ¿Qué falla aquí?"
"Si no hay empuje, pese a la riqueza de esta tierra, la Bahía no eclosiona. Si hay iniciativa, ocurre como en Puerto Serrano o Alcalá del Valle, donde cambiaron la emigración por el cultivo de la fresa y promocionaron el espárrago verde en Francia, Alemania Inglaterra". Se acerca la hora del almuerzo. "Aquí falta espíritu emprendedor. Hemos vivido mucho tiempo al socaire de la empresa pública".
Díaz Medina retrata ahora el Cádiz de los puentes, los trenes y las obras eternas. "Con motivo del hermanamiento con Rochester conocí un puente espectacular, tengo las diapositivas, hacía un frío horroroso. Ahí comenzó la historia del segundo puente, preguntamos por financiación europea y comenzamos a hablar. El día de Navidad del 91 se publicó en el Boe la licitación del estudio de viabilidad". En torno a la lentitud de las obras públicas, sugiere el ex alcalde ejemplos como la autovía Jerez Los Barrios, "diez años, setenta kilómetros; el desdoblamiento de la N340 aún no terminado o las comunicaciones entre grandes núcleos. Aquí sólo se ha llegado a tiempo con el soterramiento, la única obra que ha ido a su ritmo, y ahora el puente, que va bien". Y retorna al puente: "Con la buena relación que dicen que tenían Carranza y Franco, desde que se tuvo la idea del puente hasta si inauguración pasaron casi veinte años". Y el proyecto quedó lastrado. "Determinaron que si se superaban 12.000 vehículos diarios, acometerían el desdoble. Hasta ahora. Hace poco lo hicieron y quedó bien".
"A mí me crucificaron en el 92 cuando anuncié gestiones para que el Ave llegase a Cádiz, Tiene narices que se tarde lo mismo en llegar a Sevilla que a Madrid. El Ave no llegará a Cádiz, si acaso un tren de velocidad alta, pero no en el ancho de vía necesario. Aquella vez, en el 92, Barrionuevo garantizó que tras los fastos de la Expo y las Olimpiadas continuarían con el proyecto del Ave, cuya línea histórica era Madrid-Cádiz. Y hasta ahora".
Ahora andamos con el Doce a cuestas. "Más retrasos. Se han vinculado proyectos al Bicentenario que nada tienen que ver, pero era una buena excusa", y cita obras como el nuevo hospital o el hotel de cinco estrellas en Valcárcel. "Yo hubiera preferido un centro de Ciencias de la Educación, el tema de la Universidad me quitó el sueño cuando era alcalde y me enfrenté con todos". Heridas de guerra.
"Hasta los taxistas me recuerdan la buena organización de la Gran Regata 92", recuerda Carlos Díaz acerca del memorable evento. "Se iba a encargar la Diputación pero nos pasaron la patata caliente tres meses antes, salió todo perfecto". Hubo espíritu emprendedor. Y vientos favorables, a Carlos Díaz le gusta el Levante, el mar y la historia. "En una ocasión única como el Bicentenario echo de menos un proyecto estrella. Ahí están el Castillo de San Sebastián, el Oratorio y otros, pero no han calado en la gente. Creo que fue Rafael Román quien propuso un proyecto de categoría, la verdadera Plaza del Mar, donde la ciudad se incorporaba al mar desde la Punta de San Felipe a la Plaza de Sevilla, con paso de coches subterráneo y un profundo cambio urbanístico. Era un proyecto de Fustegueras". Ya de paso, apunta que "lo de Puerto América es una vergüenza". Ahí quedó.
Carlos Díaz pregunta "¿qué va a quedar del Doce?" Subraya que las iniciativas "se han difuminado a causa de las discrepancias políticas, y por falta de un Jacinto Pellón. María Luisa García Juárez lo hace muy bien, pero sin plenos poderes, sin las competencias suficientes. Pellón recibió muchos palos en Sevilla 92, pero fue un hombre honesto". Curiosamente, un año antes de la Expo se entablaban elecciones municipales, lo mismo que en el Doce gaditano. "Entonces intentaban rentabilizarlo todo y ahora también. En Cádiz, en lugar de gastar dos millones diarios en anuncios podrían invertirse en temas sociales y culturales. Aquí la alcaldesa ha rentabilizado hasta la rehabilitación del casco histórico, que firmé con Chaves. Quizá el Psoe no haya defendido la gestión de mis años en la Alcaldía, como el Plan Urban, el Palacio de Congresos y hasta las gestiones con el Corte Inglés, quienes al principio querían instalarse en la Telegrafía sin Hilos. El daño al comercio ya estaba hecho con centros comerciales en la Bahía". Carlos Díaz sabe de buena tinta que "para animarles a venir a Cádiz pusieron una pata del puente justo en la puerta del Corte Inglés, que pujó muy fuerte a cambio de no tener competencia. Me parece muy bien su llegada a Cádiz, ha revitalizado los terrenos de Astilleros y toda la zona. Puntales, para mí, es el sitio de Cádiz más apetecible para vivir", enfatiza.
Y ya que estamos, toquecito a la controversia sobre el candidato socialista. Carlos Díaz apuntó a Pizarro, a Rafael Barra y otros, y ahora agrega a José Ramón Hesle, Pablo Lorenzo Garófano, Blanca Flores y no olvida a Emilio Aragón, "que tiene mucho mérito y una ilusión tremenda. Pero el Psoe debe presentar primero un proyecto que despierte el interés del ciudadano y luego elegir el perfil del candidato". A Marta Meléndez "la han quemado un poco, quizá sea cierto, no sé si hay maniobras extrañas para mantener un pulso con la Regional, quizá se hayan precipitado.
A la postre, Carlos Díaz muestra la última foto de Cádiz, que no deja de ser "positiva y esperanzada, pues creo en esta ciudad histórica y en que cambiaremos el chip".
Abril 10, Cádiz 2012, Diario de Cádiz
Mirador Pop, leyendas del futuro
Mirador Pop reúne esta noche a los pioneros del indie Australian Blonde con figuras como Maga y revelaciones por venir
Haciendo el "indie", primera parte, primer aniversario del festival Mirador Pop, observatorio gaditano de la música moderna hispana que esta noche soplará las velas con los pioneros de la escena gijonesa y del resto del país, que se atrevieron a principios de los noventa a componer y cantar en inglés y a desafiar convencionalismos y circuitos comerciales hasta, cosas del mercado, convertirse en iconos de la generación intermedia, que supo combinar matices y dejarse bañar por influencias variadas, desde el pop al grunge, justo antes de la era del disco compacto, en tierra de nadie. Australian Blonde se reinventan estas noche en Cádiz, merced a la iniciativa de Paco Loco, desde hace años instalado en El Puerto de Santa María, y Fran Fernández, quien hoy en día, bajo el signo de Fran Nixon, canta en castellano. En la pasada década, Paco Loco vino un día a tocar con Australian Blonde, a un garito de la zona alta de El Puerto, se enamoró y se quedó a vivir. Su estudo de grabación ejerce de catalizador en la ribera portuense, ya se sabe, enlazando Cádiz y Asturias con el mundo de manera insospechada. Hoy volverá a sonar el célebre "Chup chup". Los Australian llevan más de seis años sin grabar. Paco Loco prepara proyecto en solitario. Fran Nixon sigue a su bola.
Los sevillanos Maga lustran el cartel, vienen a presentar su nuevo álbum, "A la hora del sol", y a dejar constancia de su prestigio y carisma; han adquirido experiencias de la mano de Germán Coppini, el "golpe bajo" gallego, y ahora vuelven por sus fueros con canciones rotundas y un estilo peculiar y reconocible que le ha granjeado numerosos admiradores y abierto puertas al Fib o a giras suramericanas. Nadie como ellos para firmar letras jeroglíficas y dibujar paisajes evocadores.
La música americana de aquí, confeccionada en Barcelona, aparece representada por Nueva Vulcano, mientras que otros catalanes, el cuarteto masculino Mujeres, pura paradoja, anuncian garaje, armonías vocales, riffs y pasión acelerada. Debutan en el mundo discográfico, igual que los sevillanos Mañana, liderados por un tal Cristóbal Colom, formación elogiada por medios especializados y que ha llegado hasta aquí con mucho tesón y los trucos y estrategias necesarias, que pasan ahora por los concursos de maquetas. Olimpic sabe mucho de certámenes de noveles. Mirador Pop se asoma a diversos estilos y actitudes y no olvida a Dani Llamas, el vocalista de los Gas Drummers, que vuela con banda propia, o la Linda Miranda a los platos. Buenos platos, buen menú.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
Haciendo el "indie", primera parte, primer aniversario del festival Mirador Pop, observatorio gaditano de la música moderna hispana que esta noche soplará las velas con los pioneros de la escena gijonesa y del resto del país, que se atrevieron a principios de los noventa a componer y cantar en inglés y a desafiar convencionalismos y circuitos comerciales hasta, cosas del mercado, convertirse en iconos de la generación intermedia, que supo combinar matices y dejarse bañar por influencias variadas, desde el pop al grunge, justo antes de la era del disco compacto, en tierra de nadie. Australian Blonde se reinventan estas noche en Cádiz, merced a la iniciativa de Paco Loco, desde hace años instalado en El Puerto de Santa María, y Fran Fernández, quien hoy en día, bajo el signo de Fran Nixon, canta en castellano. En la pasada década, Paco Loco vino un día a tocar con Australian Blonde, a un garito de la zona alta de El Puerto, se enamoró y se quedó a vivir. Su estudo de grabación ejerce de catalizador en la ribera portuense, ya se sabe, enlazando Cádiz y Asturias con el mundo de manera insospechada. Hoy volverá a sonar el célebre "Chup chup". Los Australian llevan más de seis años sin grabar. Paco Loco prepara proyecto en solitario. Fran Nixon sigue a su bola.
Los sevillanos Maga lustran el cartel, vienen a presentar su nuevo álbum, "A la hora del sol", y a dejar constancia de su prestigio y carisma; han adquirido experiencias de la mano de Germán Coppini, el "golpe bajo" gallego, y ahora vuelven por sus fueros con canciones rotundas y un estilo peculiar y reconocible que le ha granjeado numerosos admiradores y abierto puertas al Fib o a giras suramericanas. Nadie como ellos para firmar letras jeroglíficas y dibujar paisajes evocadores.
La música americana de aquí, confeccionada en Barcelona, aparece representada por Nueva Vulcano, mientras que otros catalanes, el cuarteto masculino Mujeres, pura paradoja, anuncian garaje, armonías vocales, riffs y pasión acelerada. Debutan en el mundo discográfico, igual que los sevillanos Mañana, liderados por un tal Cristóbal Colom, formación elogiada por medios especializados y que ha llegado hasta aquí con mucho tesón y los trucos y estrategias necesarias, que pasan ahora por los concursos de maquetas. Olimpic sabe mucho de certámenes de noveles. Mirador Pop se asoma a diversos estilos y actitudes y no olvida a Dani Llamas, el vocalista de los Gas Drummers, que vuela con banda propia, o la Linda Miranda a los platos. Buenos platos, buen menú.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
viernes, 16 de abril de 2010
Cai, el nuevo amanecer
Vuelve Cai "a cantarle al nuevo día que aún no llegó", vuelve la banda gaditana para "tejer nuevos sonidos" e inundar el aire con la semilla de la inconfundible voz de Diego Fopiani. Vuelve Cai a caminar por los senderos hacia una luz que nunca se apagó, la del rock andaluz. La letra de Fernando Lobo, que colabora estrechamente en la resurrección discográfica de Cai, viene al pelo para ilustrar Metáforas de Luz, el cuatro álbum en estudio del grupo señero, casi treinta años después de su repentino adiós a los sones de la "canción de la primavera". Como niños con gorilas nuevos, Fopi, El Niño, Blas Lago y la compaña presentan esta noche sus flamantes canciones en el Aulario La Bomba.
Hoy igual que ayer, los Cai pasean estos días su renovado espíritu por televisiones y radios de la Bahía, dan gracias a la vida y a los dioses de la creatividad, y anuncian buenas y viejas nuevas, temas de ayer y de hoy, como si jamás se hubiesen separado. Ellos mismos consideran que el nuevo disco no es más que la continuación de su brillante y breve carrera, aunque con matices y la lógica evolución del músico y la persona. Entre el 78 y el 81, Cai reinó con luz propa y luego cayó víctima de la dictadura de los medios y la industria, que eliminó cualquier vestigio de rock progresivo por intereses comerciales y puro esnobismo. Aquí y ahora el mundo ofrece más aristas, nada está "cubicao" del todo y conviven numerosos estilos dispares. Cai retornó a la escena musical tres años atrás, en el Festival Lago de Bornos y luego en glorioso concierto compartido en el Pemán con Imán y Chano Domínguez, y tras varias alineaciones diferentes, flirteando incluso con secciones de viento, revisitan la esencia del género con sencillez y exuberancia a la par. Y se adentran en ritmos globales con el mismo acento andaluz.
"Metáforas de luz" ha sido editado por Bujio Producciones, en todos los formatos posibles: digital, vinilo y compacto, de acuerdo con los tiempos y las condiciones del mercado. Con las pilas cargadas en el reciente festival Finisterrae, celebrado en La Coruña con un magnífico cartel de figuras del rock progresivo, Cai afronta esta noche como si fuera la primera o la última.
Hoy igual que ayer, los Cai pasean estos días su renovado espíritu por televisiones y radios de la Bahía, dan gracias a la vida y a los dioses de la creatividad, y anuncian buenas y viejas nuevas, temas de ayer y de hoy, como si jamás se hubiesen separado. Ellos mismos consideran que el nuevo disco no es más que la continuación de su brillante y breve carrera, aunque con matices y la lógica evolución del músico y la persona. Entre el 78 y el 81, Cai reinó con luz propa y luego cayó víctima de la dictadura de los medios y la industria, que eliminó cualquier vestigio de rock progresivo por intereses comerciales y puro esnobismo. Aquí y ahora el mundo ofrece más aristas, nada está "cubicao" del todo y conviven numerosos estilos dispares. Cai retornó a la escena musical tres años atrás, en el Festival Lago de Bornos y luego en glorioso concierto compartido en el Pemán con Imán y Chano Domínguez, y tras varias alineaciones diferentes, flirteando incluso con secciones de viento, revisitan la esencia del género con sencillez y exuberancia a la par. Y se adentran en ritmos globales con el mismo acento andaluz.
"Metáforas de luz" ha sido editado por Bujio Producciones, en todos los formatos posibles: digital, vinilo y compacto, de acuerdo con los tiempos y las condiciones del mercado. Con las pilas cargadas en el reciente festival Finisterrae, celebrado en La Coruña con un magnífico cartel de figuras del rock progresivo, Cai afronta esta noche como si fuera la primera o la última.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
El blues de Paula Gómez
Aún no tiene edad para votar, pero su voz ha alcanzado la mayoría de edad, y las tonalidades más oscuras y atractivas que una cantante de Chiclana necesita para expandirse por el mundo, sea o no anglosajón. Paula Gómez, escoltada por su padre Luis y una pléyade de grandes músicos, recibe esta noche su bautizo artístico en el teatro Moderno, con todas las localidades agotadas y mariposas en el estómago.
Paula Gómez presenta las canciones que ha grabado en Irlanda con gente de la talla de Stephen Housden, guitarrista de la Little River Band, Dr John o Christopher Cross, el pianista John Culliname y el productor Marcus Mc Carthy. Blues con un toque de K.D. Lang. Paula, que toca el piano desde los cuatro años, intérprete de viola y voz cantante de la Big Band del Conservatorio de Música de Cádiz, compone también sus propios temas y aporta nuevas visiones a versiones de Norah Jones, su adorado BB King, Etta James, Jackie Wilson, James Taylor, Eric Clapton o Van Morrison. Su cultura musical enriquece el adn de su voz, a veces torrencial, a veces ensoñadora, tan rotunda como tierna.
Habrá sorpresas esta noche, A la banda de Paula, que acoge también a José María Chozas, Manuel Vidal y Dave Mclelland, que fuera batería de Roy Harper, se sumarán invitados especiales como e saxofonista Pedro Cortejosa, el cantautor Miguel Rodríguez y otros muchos gaditanos e irlandeses, algunos de ellos compañeros de jam sessions en el St Patrick de Chiclana.
Luis Gómez, miembro de 2mil50 y con treinta años de experiencia como guitarrista, muestra su orgullo, ayuda a su hija en lo que puede y se deja llevar por este tiempo de ilusiones y esperanzas, trabajo duro y tanto tiempo como talento por delante. "En Irlanda alucinaron con Paula, no esperaban tal dominio de la voz, imagínate que viene un irlandés a tocar por bulerías". Paula, que para más inri destaca en sus estudios de bachillerato y de música, tiene claro que ahora es el momento, y fija su mirada en el extranjero, en el mundo anglosajón, mientras perfecciona su inglés. No le importaría ejercer de traductora o intérprete en un futuro. Con la voz y las hechuras musicales que se gasta esta chica, todavía menuda, se abrirán a su paso las aguas de los mares de colores.
Paula volverá a Irlanda en verano, para realizar una minigira por locales y pubs y acaso registrar una nueva grabación, pero esta noche se estrena en su Chiclana natal en un espectáculo de envergadura,
Paula Gómez presenta las canciones que ha grabado en Irlanda con gente de la talla de Stephen Housden, guitarrista de la Little River Band, Dr John o Christopher Cross, el pianista John Culliname y el productor Marcus Mc Carthy. Blues con un toque de K.D. Lang. Paula, que toca el piano desde los cuatro años, intérprete de viola y voz cantante de la Big Band del Conservatorio de Música de Cádiz, compone también sus propios temas y aporta nuevas visiones a versiones de Norah Jones, su adorado BB King, Etta James, Jackie Wilson, James Taylor, Eric Clapton o Van Morrison. Su cultura musical enriquece el adn de su voz, a veces torrencial, a veces ensoñadora, tan rotunda como tierna.
Habrá sorpresas esta noche, A la banda de Paula, que acoge también a José María Chozas, Manuel Vidal y Dave Mclelland, que fuera batería de Roy Harper, se sumarán invitados especiales como e saxofonista Pedro Cortejosa, el cantautor Miguel Rodríguez y otros muchos gaditanos e irlandeses, algunos de ellos compañeros de jam sessions en el St Patrick de Chiclana.
Luis Gómez, miembro de 2mil50 y con treinta años de experiencia como guitarrista, muestra su orgullo, ayuda a su hija en lo que puede y se deja llevar por este tiempo de ilusiones y esperanzas, trabajo duro y tanto tiempo como talento por delante. "En Irlanda alucinaron con Paula, no esperaban tal dominio de la voz, imagínate que viene un irlandés a tocar por bulerías". Paula, que para más inri destaca en sus estudios de bachillerato y de música, tiene claro que ahora es el momento, y fija su mirada en el extranjero, en el mundo anglosajón, mientras perfecciona su inglés. No le importaría ejercer de traductora o intérprete en un futuro. Con la voz y las hechuras musicales que se gasta esta chica, todavía menuda, se abrirán a su paso las aguas de los mares de colores.
Paula volverá a Irlanda en verano, para realizar una minigira por locales y pubs y acaso registrar una nueva grabación, pero esta noche se estrena en su Chiclana natal en un espectáculo de envergadura,
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
miércoles, 14 de abril de 2010
Tres días sin siesta
Comerciantes y guías turísticos aplauden la inciativa de la apertura total con la llegada masiva de cruceristas y critican el victimismo latente
"Frente al victimismo, convendría ponerse las pilas, trabajar más y no quejarse tanto". Perfecta moraleja de cara a los días señaladitos que auguran la llegada en tropel de miles de turistas de cruceros al casco histórico gaditano. La asociación de guías turísticos, de la mano de su portavoz Dori Núñez, aplaude la iniciativa de abrir los comercios durante toda la jornada, entre el 27 y el 29 de abril, elogia a quienes se adaptan a las circunstancias y critica al sector derrotista e inmovilista del mundillo fenicio, que "no quiere asimilar que el visitante no para a la una y media de la tarde". Un asunto de lógica, de cajón, que encuentra aristas de carácter laboral o de falta de voluntad. "Hay que buscar fórmulas. En Cádiz necesitamos todavía ese empuje, una ciudad turística no se hace en un año. Los guías turísticos no tenemos horas; si nos tenemos que quedar sin comer, lo hacemos, y ya estamos acostumbrados a trabajar a destajo cuando los demás se divierten y vienen de vacaciones. Y con la que está cayendo ..."
"Cuando vino el Queen Elisabeth no vendimos ni un zapato", llora un industrial del ramo. Normal. Si estás cerrado, no vendes. Camarón que se lleva la corriente. Renunciando a la siesta, que es gerundio. Cuatro horas de parón por tres días de crucerismo brutal, doce horas agregadas. "Este esfuerzo no se puede realizar todos los días, pero no me digas que no se pueden cubrir los huecos y enfrentarse al reto. La imagen que da Cádiz con sus comercios cerrados a la hora punta de los cruceristas es penosa", sostiene la guía turística, que lleva dos décadas pateándose las calles y ajustándose al signo de los tiempos. "Llevamos años intentando convencer al ecónomo de la Catedral para que no cierre al mediodía y por fin lo hemos conseguido. Padre, hay que cambiar el chip". Y lo hizo. Otros aún caminan a paso lento y no perdonan el "cabezazo" colectivo, que en verano se prolonga de dos a seis en muchos casos. Y algunos negocios familiares la mar de respetables caen en las garras de las franquicias, que atienden precisamente las necesidades del turista, y del indígena, cuando el comercio tradicional hace mutis por el foro. "Habría que doblar la plantilla", justifica un comerciante. "Quizá se resuelva simplemente con que el dueño eche más horas", tercia un empleado de una zapatería. Por lo bajini, claro. Pero en líneas generales, en los comercios consultados se ven con buenos ojos la medida. Al fin.
Siesta, mango, trucco o tratto. La portavoz de los guías turísticos alaba la mentalidad empresarial de Belén González Dorao, pionera en su Torre Tavira a la hora de abrir cuando más despunta el sol, cámara oscura que aporta claridad al sector. Y cita otros ejemplos a seguir como la librería Quorum, tiendas de recuerdos como la Suiza y unos pocos más. Al otro lado, el vacío existencial, los dominguitos por la mañana sin un sitio donde tomarse un café, y los turistas a su aire, desnortados en busca del viento perdido. Algunos comerciantes y la propia Dori Núñez coinciden en que el turista de cruceros también ha cambiado, ya no representa la panacea, compra o no compra, posee un nivel adquisitivo alto o aprovecha las ofertas. "Hay de todo. Encuentras a gente que paga 150 euros por una botella de vino o a los típicos turistas que compran un imán o cuatro postales. Las tripulaciones, en cambio, suelen gastar mucho más dinero en zapatos o ropa".
Nada que ver entre los barcos de lujo o los cruceros de medio pelo, los ingleses y alemanes tostados por el cambio de moneda o el estadounidense consumista. "Una mañana, una americana con Mercedes y chófer privado nos pidió que la guiásemos al centro. Fue del puerto a San Antonio y retornó al barco con dos mil euros en caramelos (¡) Son casos aislados, por supuesto, pero demuestra que se vende si se abre. Los turistas han pagado ya en el barco numerosos servicios, como los aperitivos y las comidas. ¿Qué haría un gaditano en ese caso?", cuestiona al aire Núñez. Y sentencia: "Los turistas no vienen a resolvernos la vida, como creen algunos", los derrotistas que califican al crucerista medio de gasoil porque corre mucho y gasta poco, la típica gracia de Cádiz. Se admiten definiciones para el gaditano medio cuando viaja al quinto pino.
De San Juan de Dios a la Catedral, de la Pelota a la Plaza de las Flores, pasando por San Francisco, Ancha y Columela, duelo al sol en el epicentro del turismo. San Juan de Dios necesita una manita de dignidad, lamentable estado de revista en la puerta del mar, la carta de presentación de la ciudad. Sin embargo, otros han evolucionado en condiciones, frente a ciertos hosteleros anclados en el pasado, y ven con buenos ojos estas iniciativas. Nuria, de Charanga, calle Compañía, considera "perfecta la idea de motivar las ventas para que Cádiz despierte". "Lo suyo sería que no nos quedemos en tres días sueltos, para que aumenten las plantillas". Y confirma que los cruceros alivian las cuentas del comercio de la zona. "Se nota muchísimo el ambiente y a veces se triplican las ventas. Hay que tomarse estos días como si fueran la campaña de Navidad. De siete años para acá, el turismo de cruceros nos está dando mucha vida".
Así de sencillo. "Cádiz no necesita inventar cosas nuevas, ni debates sobre puestos de información, se trata de abrir. Cádiz es una ciudad cómoda y atractiva en muchos aspectos, con muchos atractivos, pero no podemos competir con Sevilla o Jerez, sino trabajar juntos, complementarnos", dice Dori. Al garete los tópicos. Muchos turistas van a Sevilla y Jerez, pero también pasen por Cádiz. No conviene generalizar. Los turistas más mayores se quedan en Cádiz y huyen del viaje de cuatro horas en bus. Pero se topan, en ocasiones, con la ciudad desierta, la ciudad dormida.
Quebrando esquemas, otro ejemplo de superación y renovación luce el nombre de Eutimio, tienda tradicional por antonomasia, cuyo empleado sintetiza así la cuestión: "Claro que abriremos. Mi jefe ha dicho que abriremos los tres días a tope. Hay que aprovechar, esos días se produce un movimiento espectacular y se vende, unos días se vende cuatro, otros días seis, y hay que estar al pie del cañón". Eutimio, lo que son las cosas, abrirá el día uno de mayo una tienda virtual en internet, la ciudad que nunca cierra.
Abril 10, Cádiz, Diario de Cádiz
"Frente al victimismo, convendría ponerse las pilas, trabajar más y no quejarse tanto". Perfecta moraleja de cara a los días señaladitos que auguran la llegada en tropel de miles de turistas de cruceros al casco histórico gaditano. La asociación de guías turísticos, de la mano de su portavoz Dori Núñez, aplaude la iniciativa de abrir los comercios durante toda la jornada, entre el 27 y el 29 de abril, elogia a quienes se adaptan a las circunstancias y critica al sector derrotista e inmovilista del mundillo fenicio, que "no quiere asimilar que el visitante no para a la una y media de la tarde". Un asunto de lógica, de cajón, que encuentra aristas de carácter laboral o de falta de voluntad. "Hay que buscar fórmulas. En Cádiz necesitamos todavía ese empuje, una ciudad turística no se hace en un año. Los guías turísticos no tenemos horas; si nos tenemos que quedar sin comer, lo hacemos, y ya estamos acostumbrados a trabajar a destajo cuando los demás se divierten y vienen de vacaciones. Y con la que está cayendo ..."
"Cuando vino el Queen Elisabeth no vendimos ni un zapato", llora un industrial del ramo. Normal. Si estás cerrado, no vendes. Camarón que se lleva la corriente. Renunciando a la siesta, que es gerundio. Cuatro horas de parón por tres días de crucerismo brutal, doce horas agregadas. "Este esfuerzo no se puede realizar todos los días, pero no me digas que no se pueden cubrir los huecos y enfrentarse al reto. La imagen que da Cádiz con sus comercios cerrados a la hora punta de los cruceristas es penosa", sostiene la guía turística, que lleva dos décadas pateándose las calles y ajustándose al signo de los tiempos. "Llevamos años intentando convencer al ecónomo de la Catedral para que no cierre al mediodía y por fin lo hemos conseguido. Padre, hay que cambiar el chip". Y lo hizo. Otros aún caminan a paso lento y no perdonan el "cabezazo" colectivo, que en verano se prolonga de dos a seis en muchos casos. Y algunos negocios familiares la mar de respetables caen en las garras de las franquicias, que atienden precisamente las necesidades del turista, y del indígena, cuando el comercio tradicional hace mutis por el foro. "Habría que doblar la plantilla", justifica un comerciante. "Quizá se resuelva simplemente con que el dueño eche más horas", tercia un empleado de una zapatería. Por lo bajini, claro. Pero en líneas generales, en los comercios consultados se ven con buenos ojos la medida. Al fin.
Siesta, mango, trucco o tratto. La portavoz de los guías turísticos alaba la mentalidad empresarial de Belén González Dorao, pionera en su Torre Tavira a la hora de abrir cuando más despunta el sol, cámara oscura que aporta claridad al sector. Y cita otros ejemplos a seguir como la librería Quorum, tiendas de recuerdos como la Suiza y unos pocos más. Al otro lado, el vacío existencial, los dominguitos por la mañana sin un sitio donde tomarse un café, y los turistas a su aire, desnortados en busca del viento perdido. Algunos comerciantes y la propia Dori Núñez coinciden en que el turista de cruceros también ha cambiado, ya no representa la panacea, compra o no compra, posee un nivel adquisitivo alto o aprovecha las ofertas. "Hay de todo. Encuentras a gente que paga 150 euros por una botella de vino o a los típicos turistas que compran un imán o cuatro postales. Las tripulaciones, en cambio, suelen gastar mucho más dinero en zapatos o ropa".
Nada que ver entre los barcos de lujo o los cruceros de medio pelo, los ingleses y alemanes tostados por el cambio de moneda o el estadounidense consumista. "Una mañana, una americana con Mercedes y chófer privado nos pidió que la guiásemos al centro. Fue del puerto a San Antonio y retornó al barco con dos mil euros en caramelos (¡) Son casos aislados, por supuesto, pero demuestra que se vende si se abre. Los turistas han pagado ya en el barco numerosos servicios, como los aperitivos y las comidas. ¿Qué haría un gaditano en ese caso?", cuestiona al aire Núñez. Y sentencia: "Los turistas no vienen a resolvernos la vida, como creen algunos", los derrotistas que califican al crucerista medio de gasoil porque corre mucho y gasta poco, la típica gracia de Cádiz. Se admiten definiciones para el gaditano medio cuando viaja al quinto pino.
De San Juan de Dios a la Catedral, de la Pelota a la Plaza de las Flores, pasando por San Francisco, Ancha y Columela, duelo al sol en el epicentro del turismo. San Juan de Dios necesita una manita de dignidad, lamentable estado de revista en la puerta del mar, la carta de presentación de la ciudad. Sin embargo, otros han evolucionado en condiciones, frente a ciertos hosteleros anclados en el pasado, y ven con buenos ojos estas iniciativas. Nuria, de Charanga, calle Compañía, considera "perfecta la idea de motivar las ventas para que Cádiz despierte". "Lo suyo sería que no nos quedemos en tres días sueltos, para que aumenten las plantillas". Y confirma que los cruceros alivian las cuentas del comercio de la zona. "Se nota muchísimo el ambiente y a veces se triplican las ventas. Hay que tomarse estos días como si fueran la campaña de Navidad. De siete años para acá, el turismo de cruceros nos está dando mucha vida".
Así de sencillo. "Cádiz no necesita inventar cosas nuevas, ni debates sobre puestos de información, se trata de abrir. Cádiz es una ciudad cómoda y atractiva en muchos aspectos, con muchos atractivos, pero no podemos competir con Sevilla o Jerez, sino trabajar juntos, complementarnos", dice Dori. Al garete los tópicos. Muchos turistas van a Sevilla y Jerez, pero también pasen por Cádiz. No conviene generalizar. Los turistas más mayores se quedan en Cádiz y huyen del viaje de cuatro horas en bus. Pero se topan, en ocasiones, con la ciudad desierta, la ciudad dormida.
Quebrando esquemas, otro ejemplo de superación y renovación luce el nombre de Eutimio, tienda tradicional por antonomasia, cuyo empleado sintetiza así la cuestión: "Claro que abriremos. Mi jefe ha dicho que abriremos los tres días a tope. Hay que aprovechar, esos días se produce un movimiento espectacular y se vende, unos días se vende cuatro, otros días seis, y hay que estar al pie del cañón". Eutimio, lo que son las cosas, abrirá el día uno de mayo una tienda virtual en internet, la ciudad que nunca cierra.
Abril 10, Cádiz, Diario de Cádiz
lunes, 12 de abril de 2010
Chuck Prophet visita el Campus Rock
Campus Rock, dos citas de postín. Doble sesión de postín, cuatro artistas de categoría en el Aulario La Bomba, para regocijo de los amantes de lo inesperado y del rock anglosajón.
Esta noche, prepárense para conocer a dos personajes sin par: Nick Garrie, que hace cuarenta años alucinó al mundo con sus pesadillas psicodélicas, estrambóticas y sobre todo esdrújulas, diríase que inventor del pop barroco, y el aragonés Bigott, personaje impropio de este tiempo que huye de la notoriedad, persigue el fracaso sin éxito y firma discos realmente bonitos y extraños, el último titulado, en inglés, "este es el comienzo de una maravillosa amistad". Canta en inglés para no entenderse a sí mismo, borda el folk rock y de él se puede esperar cualquier cosa. En la primera edición del festival Monkey Week estuvo enorme, pintó varios cuadros naif con su peculiar estilo y transportó al personal a otro tiempo y otro lugar.
El miércoles, nuevo encuentro con el gran Chuck Prophet, el californiano que se dio a conocer en los Green On Red y que tuvo bastante responsabilidad en el renacimiento del rock americano y el destierro de las cajas de ritmo y las producciones ampulosas, el retorno a la sencillez, por así decirlo. Prophet comienza en Cádiz una gira por ocho ciudades españolas para presentar sus nuevas canciones. Dicen que se encuentra en plena forma. Nadie discute su talento, heredado de artistas tan dispares como Dylan, Petty, Reed o los propios Stones. Chuck sabe mucho de historia del rock, no en vano su padre participó en la película Blackboard Jungle, Semilla de Maldad, que provocó la primera oleada de rocanroleros contagiados de la energía que desprendía la canción que abría la cinta, el rock alrededor del reloj de Bill Halley y sus cometas. El nacimiento del rocanrol blanco, pues el rocanrol negro nació mucho antes, quizá de la mano de Robert Johnson, acaso del genio de Chuck Berry. Prophet tendrá el miércoles un telonero de postín, Roger Quigley, otro que tal baila, músico prolífico capaz de todo.
Esta noche, prepárense para conocer a dos personajes sin par: Nick Garrie, que hace cuarenta años alucinó al mundo con sus pesadillas psicodélicas, estrambóticas y sobre todo esdrújulas, diríase que inventor del pop barroco, y el aragonés Bigott, personaje impropio de este tiempo que huye de la notoriedad, persigue el fracaso sin éxito y firma discos realmente bonitos y extraños, el último titulado, en inglés, "este es el comienzo de una maravillosa amistad". Canta en inglés para no entenderse a sí mismo, borda el folk rock y de él se puede esperar cualquier cosa. En la primera edición del festival Monkey Week estuvo enorme, pintó varios cuadros naif con su peculiar estilo y transportó al personal a otro tiempo y otro lugar.
El miércoles, nuevo encuentro con el gran Chuck Prophet, el californiano que se dio a conocer en los Green On Red y que tuvo bastante responsabilidad en el renacimiento del rock americano y el destierro de las cajas de ritmo y las producciones ampulosas, el retorno a la sencillez, por así decirlo. Prophet comienza en Cádiz una gira por ocho ciudades españolas para presentar sus nuevas canciones. Dicen que se encuentra en plena forma. Nadie discute su talento, heredado de artistas tan dispares como Dylan, Petty, Reed o los propios Stones. Chuck sabe mucho de historia del rock, no en vano su padre participó en la película Blackboard Jungle, Semilla de Maldad, que provocó la primera oleada de rocanroleros contagiados de la energía que desprendía la canción que abría la cinta, el rock alrededor del reloj de Bill Halley y sus cometas. El nacimiento del rocanrol blanco, pues el rocanrol negro nació mucho antes, quizá de la mano de Robert Johnson, acaso del genio de Chuck Berry. Prophet tendrá el miércoles un telonero de postín, Roger Quigley, otro que tal baila, músico prolífico capaz de todo.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
Dan Kaplan, un americano de aquí
"Estoy medio traspuesto", suelta Dan Kaplan en perfecto sevillano. Tras el almuerzo, y la sesión de clases de solfeo y guitarra que imparte en la escuela de la Sinfónica hispalense, el músico nacido en Brooklyn, pero criado en la casa familiar de Woodstock, habla acerca del destino musical y sentimental que le trajo al sur del sur. "Mi mujer y mis niños son más sevillanos que nadie", certifica, y su brillante estilo, folk rock americano luminoso y atractivo, también desprende aromas de azahar y un ritmo mediterráneo muy especial. "Mis músicos, que son de aquí, le dan un punto al repertorio que no sabría definir, muy arraigado". Y cavila un segundo antes de subrayar: "Bueno, en realidad yo soy también de Sevilla, más o menos". No en vano, Dan recaló en Sevilla a mediados de los años ochenta, así que conoce a la perfección esa suerte de hermanamiento entre el rock americano y los ritmos andaluces, la conexión blues-flamenco que brotó en los años setenta merced a la estación de radio y el trasiego de discos de la Base Naval de Rota. Kaplan, en cierto modo, ha heredado ese espíritu libre, bohemio y expresivo.
"Cuando llegué a Sevilla ya no estaba en ebullición el rock andaluz, pero se notaba en el ambiente la influencia del rock. Conocí al pianista de Triana, Jesús de la Rosa, y a Gualberto, que vivió precisamente en Woodstock". Ecos de Smash, los pioneros. Recuerdos de una noche. Leyendas y certezas. "Como dijo John Ford, entre la leyenda y la verdad, publica la leyenda". Dan cuenta historias de Woodstock y Sevilla, de Jimi Hendrix, Janis Joplin, The Band y el mismísimo Bob Dylan. Dicen que Gualberto, una tarde cualquiera, tocó en la puerta de la casa de Dylan para pedirle unos bongos. Kaplan certifica que Woodstock fue creado por idealistas británicos, fundadores de una sociedad de artistas que pervive en el tiempo.
Kaplan y sus Krooked Trees actúan esta noche en La Lechera, por primera vez en Cádiz. El músico, considerado en Sevilla como uno de los suyos con derecho propio, conocedor de la escena musical hispalense y artista con amplio bagaje cultural, ha editado su último disco a través de un sello gaditano, Bujío Producciones, que cuida con esmero las producciones y la presentación de sus trabajos, y que pronto se lanzará a la aventura digital en internet. Ahí es cuando la conversación navega entre los elepés y los compactos, el sonido diferencial, la profundidad y el cambio de era. Dan, como buen americano de Sevilla, charla con propiedad y un gracejo inusual. Y toca con el corazón canciones lindas y hondas., que recuerdan a un tiempo aún por llegar. a los clásicos del futuro.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
"Cuando llegué a Sevilla ya no estaba en ebullición el rock andaluz, pero se notaba en el ambiente la influencia del rock. Conocí al pianista de Triana, Jesús de la Rosa, y a Gualberto, que vivió precisamente en Woodstock". Ecos de Smash, los pioneros. Recuerdos de una noche. Leyendas y certezas. "Como dijo John Ford, entre la leyenda y la verdad, publica la leyenda". Dan cuenta historias de Woodstock y Sevilla, de Jimi Hendrix, Janis Joplin, The Band y el mismísimo Bob Dylan. Dicen que Gualberto, una tarde cualquiera, tocó en la puerta de la casa de Dylan para pedirle unos bongos. Kaplan certifica que Woodstock fue creado por idealistas británicos, fundadores de una sociedad de artistas que pervive en el tiempo.
Kaplan y sus Krooked Trees actúan esta noche en La Lechera, por primera vez en Cádiz. El músico, considerado en Sevilla como uno de los suyos con derecho propio, conocedor de la escena musical hispalense y artista con amplio bagaje cultural, ha editado su último disco a través de un sello gaditano, Bujío Producciones, que cuida con esmero las producciones y la presentación de sus trabajos, y que pronto se lanzará a la aventura digital en internet. Ahí es cuando la conversación navega entre los elepés y los compactos, el sonido diferencial, la profundidad y el cambio de era. Dan, como buen americano de Sevilla, charla con propiedad y un gracejo inusual. Y toca con el corazón canciones lindas y hondas., que recuerdan a un tiempo aún por llegar. a los clásicos del futuro.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
domingo, 11 de abril de 2010
Las batallitas del abuelo Víctor
Tres horas después, Víctor Manuel, que ha sido capaz de envolver al público del Falla en un manto de silencio, milagro verdadero en tiempos que a nadie escuchan, rompe la sobriedad de la escena y se dirige al borde del escenario. Rodea su propia silueta recortada por el paso del tiempo y de pronto se encarama en lo alto de un altavoz y salta hacia el patio de butacas, como si fuera Bruce Springsteen. "¡Es que no encontré las escaleras!", confiesa luego un poco ruborizado el artista, en los camerinos, donde se deja retratar y estampa su firma en dos libros de honor: el del centenario Teatro gaditano y el de la librería Manuel de Falla. La gente, que durante el recital apenas pestañeó para no perder puntada de la biografía personal y colectiva de cuarenta años de canciones, se arremolina junto al artista, le devuelve el cariño con besos y abrazos y alguien exclama: "¡Vuelve con Ana!"
Más delgado, todo de oscuro, canoso sincero, y acompañado por su hijo David a los teclados y Ovidio López a la guitarra, el cantautor asturiano se deja querer por un público mayormente veterano, aunque algunos padres ceden el testigo a sus hijos. Y emprende un viaje muy especial hacia su universo sonoro y sentimental, sencillo y preciso, de emociones contenidas y puñetazos al aire. Curiosa forma de desnudarse en público, triple salto sin red, dando la cara, hablando bajito y claro al mundo altisonante, altivo e insolvente. Víctor recorre cuatro décadas a base de retales vitales, monólogos, una pizca de ternura y el fraseo de su voz tan característico.
La infancia y adolescencia en Asturias merece canciones como "Mis recuerdos", que abre el concierto, "La romería", "Paxariños", "Carmina" o las estremecedoras "El abuelo" y "La planta 14", cuyos arreglos sugieren nuevos caminos pero no restan tensión dramática a las historias alrededor de la mina. "Mi abuelo se murió sin decirme si había escuchado la canción, pero creo que lo hizo, porque un día me dejó caer que yo iba diciendo que la abuela le escondía el tabaco". Víctor narra y canta, desvela algunos detalles íntimos de cada composición e incluso ofrece la receta de las patatas a la importancia. Habla de toda su familia, de Juanín de Mieres y de sí mismo. "Fui un pésimo estudiante, tuve que esconder las notas a mis hijos para animarles a estudiar".
Se suceden los temas como si fuesen años, y años como si muriera la amnesia. Víctor se pone farruco. "Ahora recomiendan el olvido, quieren pasar página, pero yo recuerdo los nombres y apellidos de todos los hijos de puta que nos ultrajaron". El juglar subraya con lápiz colorado los tiempos de la censura, se burla de la censura, y pese a que no abusa del discurso político cuando canta alrededor de los años setenta, a la postre, en referencia a la ley de memoria histórica, enfatiza que los mal enterrados ni mueren ni reposan. Antes se pregunta por quién lucha o abre las puertas de par en par al amor. A mitad de película conoce a Ana Belén, canta a Pilar, la gente le pone color al corazón, Víctor siempre fue muy envidiado, por su mujer y ahora por su hija. Alude a David y a Marina, canta a los suyos como si fueran de todos, y admite que las canciones, a veces, esperan afuera a que salgas a buscarlas o te encuentran de improviso. De ahí que el autor juegue un poco con su sombra y ofrezca algo de guasa, un "pasodoble asqueroso" con pito de caña, una diatriba antimilitarista que fue tachada por la censura y un canto a la amnistía que le granjeó su única noche en Comisaría. O la legendaria "Cómicos" adorados y calumniados que sigue vigente. Como tantas otras.
El año que "perdimos el miedo", muerto el dictador, Ana estaba embarazada y Víctor retornó a las listas de ventas con su corazón tendido al sol. "Sólo pienso en ti" suena rotunda. "Maricruz y Antonio, cordobeses de Cabra, tuvieron tres hijos que ahora cuidan de ellos". Sale la luna llena que compró un chileno por 42.000 pesos, y a quien Nixon tuvo que pedir permiso para consumar el primer viaje del Apolo. Brotan las aguas turbulentas del 23-F, "no me hablen de patria", rocanrol castrense, swing asturiano, los arreglos brillan con diferentes tonalidades y ritmos. Camisa blanca de esperanzas vanas entre dos o tres Españas, trenes que pasan toda la vida, ay amor, nada sabe tan dulce como los besos de la amada. Víctor, así las cosas, cambiando de siglo, apunta que la auténtica revolución de hoy pertenece a la mujer, que está como loca por "librarse de nosotros". "El día que obtenga la independencia económica seremos hombres abandonados en plena calle". Y clama contra la violencia de género, otrora llamados eufemísticamente crímenes pasionales. Antes de lanzarse al vacío, Víctor apura los bieses con "Asturias". Ha vivido para cantarlo. En blanco y negro y a todo color. Lecciòn de humildad para los vendedores de humo e inventores de crisis. Qué lindas las batallitas del abuelo Víctor.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
Más delgado, todo de oscuro, canoso sincero, y acompañado por su hijo David a los teclados y Ovidio López a la guitarra, el cantautor asturiano se deja querer por un público mayormente veterano, aunque algunos padres ceden el testigo a sus hijos. Y emprende un viaje muy especial hacia su universo sonoro y sentimental, sencillo y preciso, de emociones contenidas y puñetazos al aire. Curiosa forma de desnudarse en público, triple salto sin red, dando la cara, hablando bajito y claro al mundo altisonante, altivo e insolvente. Víctor recorre cuatro décadas a base de retales vitales, monólogos, una pizca de ternura y el fraseo de su voz tan característico.
La infancia y adolescencia en Asturias merece canciones como "Mis recuerdos", que abre el concierto, "La romería", "Paxariños", "Carmina" o las estremecedoras "El abuelo" y "La planta 14", cuyos arreglos sugieren nuevos caminos pero no restan tensión dramática a las historias alrededor de la mina. "Mi abuelo se murió sin decirme si había escuchado la canción, pero creo que lo hizo, porque un día me dejó caer que yo iba diciendo que la abuela le escondía el tabaco". Víctor narra y canta, desvela algunos detalles íntimos de cada composición e incluso ofrece la receta de las patatas a la importancia. Habla de toda su familia, de Juanín de Mieres y de sí mismo. "Fui un pésimo estudiante, tuve que esconder las notas a mis hijos para animarles a estudiar".
Se suceden los temas como si fuesen años, y años como si muriera la amnesia. Víctor se pone farruco. "Ahora recomiendan el olvido, quieren pasar página, pero yo recuerdo los nombres y apellidos de todos los hijos de puta que nos ultrajaron". El juglar subraya con lápiz colorado los tiempos de la censura, se burla de la censura, y pese a que no abusa del discurso político cuando canta alrededor de los años setenta, a la postre, en referencia a la ley de memoria histórica, enfatiza que los mal enterrados ni mueren ni reposan. Antes se pregunta por quién lucha o abre las puertas de par en par al amor. A mitad de película conoce a Ana Belén, canta a Pilar, la gente le pone color al corazón, Víctor siempre fue muy envidiado, por su mujer y ahora por su hija. Alude a David y a Marina, canta a los suyos como si fueran de todos, y admite que las canciones, a veces, esperan afuera a que salgas a buscarlas o te encuentran de improviso. De ahí que el autor juegue un poco con su sombra y ofrezca algo de guasa, un "pasodoble asqueroso" con pito de caña, una diatriba antimilitarista que fue tachada por la censura y un canto a la amnistía que le granjeó su única noche en Comisaría. O la legendaria "Cómicos" adorados y calumniados que sigue vigente. Como tantas otras.
El año que "perdimos el miedo", muerto el dictador, Ana estaba embarazada y Víctor retornó a las listas de ventas con su corazón tendido al sol. "Sólo pienso en ti" suena rotunda. "Maricruz y Antonio, cordobeses de Cabra, tuvieron tres hijos que ahora cuidan de ellos". Sale la luna llena que compró un chileno por 42.000 pesos, y a quien Nixon tuvo que pedir permiso para consumar el primer viaje del Apolo. Brotan las aguas turbulentas del 23-F, "no me hablen de patria", rocanrol castrense, swing asturiano, los arreglos brillan con diferentes tonalidades y ritmos. Camisa blanca de esperanzas vanas entre dos o tres Españas, trenes que pasan toda la vida, ay amor, nada sabe tan dulce como los besos de la amada. Víctor, así las cosas, cambiando de siglo, apunta que la auténtica revolución de hoy pertenece a la mujer, que está como loca por "librarse de nosotros". "El día que obtenga la independencia económica seremos hombres abandonados en plena calle". Y clama contra la violencia de género, otrora llamados eufemísticamente crímenes pasionales. Antes de lanzarse al vacío, Víctor apura los bieses con "Asturias". Ha vivido para cantarlo. En blanco y negro y a todo color. Lecciòn de humildad para los vendedores de humo e inventores de crisis. Qué lindas las batallitas del abuelo Víctor.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
Jesús Maeso, en la ciudad de las luces
El azar, y el trabajo cruzado, reúne en los albores de esta entrevista a Jesús Maeso de la Torre y al Libi; al maestro de la novela histórica y al vigilante jurado del "auténtico ingenio gaditano". El escritor y enseñante, que observa el planeta gadita desde la cresta de la ola literaria, conoce ya los entresijos del humor con denominación de origen, ya lleva cuarenta años ejerciendo de gaditano y sabe que "en Sevilla hay graciosos, en mi Jaén natal como esaboríos, y la gracia y el ángel residen en Cádiz, donde la gente tiene arte sin necesidad de hacerse el gracioso". Maeso sueña en voz alta: "Me gustaría escribir un libro al alimón con El Libi; yo lo hago en serio sobre Tartessos, Gadir y Las Cortes, y el Libi va por detrás con la contrarréplica" con retranca. "La vida es así".
En "la cúpula del mundo", como su última novela, Maeso siente que el último galardón granadino le viene de perlas para enfilar la próxima jubilación y vivir literalmente de la literatura. Muy pocos pueden alardear de tal condición. Maeso no lo hace, pero confiesa que jamás pensó en vivir de las letras, algo muy diferente a vivir del cuento o del relato breve.
Maeso habla como una locomotora y enlaza ideas. "Me preguntan por Cádiz allá donde voy: México, Roma, Galicia ... No somos conscientes de lo que nos quieren en el mundo. Me preguntan hasta por Teófila. Cádiz tiene un caché. Los gaditanos deben viajar más para quererse más. A veces sentimos que no somos nadie, de la alegría pasamos al pesimismo, al puro fatalismo". Cádiz fue la cúpula del mundo, Maeso sintetiza los momentos de esplendor de la historia, la red comercial del Gadir fenicio, la segunda ciudad de la península bética en manos de los romanos, cuando "Balbo el menor", a quien le dijeron cosas muy feas en aquellas pintadas descubiertas recientemente, "en su calidad de cónsul de Roma ejercía de lo que ahora sería el presidente de los Estados Unidos. Y era de Cádiz". De Gades, ío, de Gades. Luego, "Cádiz, a través del Descubrimiento y de las Cortes, dictaba al mundo lo que pasaba en este país, la Pepa unió a Europa con los hermanos americanos, y medio mundo se fijó en "La ciudad de las luces", título de la siguiente novela de Maeso, que retratará a una "Cádiz distinta y maravillosa, será mi contribución personal al Bicentenario de Las Cortes". Un sugerente título con tres o cuatro lecturas: la luz de Cádiz, la ilustración de la metrópoli, la cultura de ida y vuelta, y hasta el genio y las ganas de cachondeo. "El Libi, por ejemplo, es un tío con muchas luces", sentencia con complicidad el autor y asiente el plumilla.
Maeso lamenta que Cádiz "viva ahora de espaldas al mar", pero advierte que "cuando recupere su fuerza volverá a ser una metrópoli de primera categoría". Astilleros, piscifactorías, cruceros, todo la mar de cerca. "A mi llegada a Cádiz, con 19 años, me quedé maravillado con el movimiento de la ciudad, esos tres turnos de Astilleros, la vida que tenía San Juan de Dios, la riqueza que daban los obreros del dique. No sólo se vive del turismo".
Esa luz "se ha ido apagando poco a poco, como una vela que se consume, pero yo confío en Cádiz. Mi mujer y mis hijos son gaditanos, me gusta el Carnaval, soy capillita y muero por el Cádiz, soy merengón pero defiendo al Cádiz a capa y espada, a ver si tenemos suerte este año, como en la época de Carmelo y de los milagros". Maeso muestra su orgullo cadista: "Yo salté al césped la tarde del primer ascenso, contra el Tarrasa, y soy de quienes estiman que como Fernando Carvallo, ninguno, fue un futbolista inolvidable, de talla universal".
En verano, Maeso viajará a América para presentar su libro en Buenos Aires, Santiago de Chile y México. "Somos ellos. América es la otra parte de España, todos somos españoles de los dos hemisferios", como reza la Constitución de 1812".
A Maeso le gustaría asistir a un Bicentenario, a dos años vista, que ofreciera a Cádiz una imagen universal. "Chapó al Ayuntamiento por haber conseguido la Capitalidad Cultural y la Cumbre de Jefes de Estado, serán dos eventos extraordinarios. Como dice Manuel PImentel, una ciudad se siente importante cuando acoge un organismo de poder. Y hay que aprovechar el Doce para rescatar los valores que transmitió La Pepa, ahora olvidados por la desidia colectiva, los partidos políticos siempre a la greña y otros factores. Aprendamos de la historia para que las luchas entre liberales y serviles no vuelvan a ocurrir. Tenemos que ir todos a una. Dejemos de ser una ciudad provinciana. Recuperemos palabras como ciudadanos, democracia, libertad. Es una pena que haya gaditanos que no sepan lo que ocurrió en Santa Inés y que sigan en albis". Ya se sabe que la libertad se conquista cada día y se pierde en un minuto. Ojo avizor.
La excusa del Doce dibuja un Cádiz tolerante y abierto en la fértil y saltimbanqui mente brillante de Maeso de la Torre, quien no elude controversias y se moja en torno al caso de Pérez Reverte. "Cádiz gana mucho habiendo contratado a Arturo Pérez Reverte. No entro en los emolumentos, vivimos en una sociedad de mercado. Arturo lo vale, pese a quien le pese. Espero que cuente conmigo, me presto a colaborar en lo que sea. Ojo, a cambio de nada, no vayan a pensar malamente", sostiene entre bromas y veras. Y cita a sus amigos los Enriques, García Agulló y Montiel, asesores del Doce municipal, a quienes presentará en breve otro volumen de relatos del Doce con la participación de escritores de postín.
Prueba de gaditanismo superada. Sin falsos e hiperbólicos integrismos. A Jesús de Maeso le gusta pasear por la playa durante todo el año, caminar por el centro y pararse en todas las esquinas para entablar conversaciones dispares, tomar café en San Francisco, disfrutar de "una ciudad colonial que se conserva intacta", y romper el día en la Alameda, "uno de los rincones más bellos del mundo". Maeso lanza piropos a la "joya neoclásica" de Cádiz y apunta la necesidad de optar de nuevo a Patrimonio de la Humanidad, como su Úbeda natal. Maeso, cosas de la vida, estudió en la misma escuela e hizo la mili con Joaquín Sabina, sus bisabuelos eran primos hermanos. Y también guarda vínculos con Muñoz Molina, pero el hombre cayó en las garras del gaditanismo, de forma irremediable, y se queda de piedra con la creatividad del Carnaval popular, la Semana Santa y el fútbol, la santísima trinidad gadita. Pero pone el dedo en la llaga de "la fatalidad" gaditana, que "llora un pasado glorioso y teme que nunca levantará cabeza". Luces y sombras. Maeso, en cambio, cree que "Cádiz está hecha a la medida del hombre". No es París, no es una película de Charlot, es simplemente Cádiz.
Abril 10, Cádiz 2012, Diario de Cádiz
En "la cúpula del mundo", como su última novela, Maeso siente que el último galardón granadino le viene de perlas para enfilar la próxima jubilación y vivir literalmente de la literatura. Muy pocos pueden alardear de tal condición. Maeso no lo hace, pero confiesa que jamás pensó en vivir de las letras, algo muy diferente a vivir del cuento o del relato breve.
Maeso habla como una locomotora y enlaza ideas. "Me preguntan por Cádiz allá donde voy: México, Roma, Galicia ... No somos conscientes de lo que nos quieren en el mundo. Me preguntan hasta por Teófila. Cádiz tiene un caché. Los gaditanos deben viajar más para quererse más. A veces sentimos que no somos nadie, de la alegría pasamos al pesimismo, al puro fatalismo". Cádiz fue la cúpula del mundo, Maeso sintetiza los momentos de esplendor de la historia, la red comercial del Gadir fenicio, la segunda ciudad de la península bética en manos de los romanos, cuando "Balbo el menor", a quien le dijeron cosas muy feas en aquellas pintadas descubiertas recientemente, "en su calidad de cónsul de Roma ejercía de lo que ahora sería el presidente de los Estados Unidos. Y era de Cádiz". De Gades, ío, de Gades. Luego, "Cádiz, a través del Descubrimiento y de las Cortes, dictaba al mundo lo que pasaba en este país, la Pepa unió a Europa con los hermanos americanos, y medio mundo se fijó en "La ciudad de las luces", título de la siguiente novela de Maeso, que retratará a una "Cádiz distinta y maravillosa, será mi contribución personal al Bicentenario de Las Cortes". Un sugerente título con tres o cuatro lecturas: la luz de Cádiz, la ilustración de la metrópoli, la cultura de ida y vuelta, y hasta el genio y las ganas de cachondeo. "El Libi, por ejemplo, es un tío con muchas luces", sentencia con complicidad el autor y asiente el plumilla.
Maeso lamenta que Cádiz "viva ahora de espaldas al mar", pero advierte que "cuando recupere su fuerza volverá a ser una metrópoli de primera categoría". Astilleros, piscifactorías, cruceros, todo la mar de cerca. "A mi llegada a Cádiz, con 19 años, me quedé maravillado con el movimiento de la ciudad, esos tres turnos de Astilleros, la vida que tenía San Juan de Dios, la riqueza que daban los obreros del dique. No sólo se vive del turismo".
Esa luz "se ha ido apagando poco a poco, como una vela que se consume, pero yo confío en Cádiz. Mi mujer y mis hijos son gaditanos, me gusta el Carnaval, soy capillita y muero por el Cádiz, soy merengón pero defiendo al Cádiz a capa y espada, a ver si tenemos suerte este año, como en la época de Carmelo y de los milagros". Maeso muestra su orgullo cadista: "Yo salté al césped la tarde del primer ascenso, contra el Tarrasa, y soy de quienes estiman que como Fernando Carvallo, ninguno, fue un futbolista inolvidable, de talla universal".
En verano, Maeso viajará a América para presentar su libro en Buenos Aires, Santiago de Chile y México. "Somos ellos. América es la otra parte de España, todos somos españoles de los dos hemisferios", como reza la Constitución de 1812".
A Maeso le gustaría asistir a un Bicentenario, a dos años vista, que ofreciera a Cádiz una imagen universal. "Chapó al Ayuntamiento por haber conseguido la Capitalidad Cultural y la Cumbre de Jefes de Estado, serán dos eventos extraordinarios. Como dice Manuel PImentel, una ciudad se siente importante cuando acoge un organismo de poder. Y hay que aprovechar el Doce para rescatar los valores que transmitió La Pepa, ahora olvidados por la desidia colectiva, los partidos políticos siempre a la greña y otros factores. Aprendamos de la historia para que las luchas entre liberales y serviles no vuelvan a ocurrir. Tenemos que ir todos a una. Dejemos de ser una ciudad provinciana. Recuperemos palabras como ciudadanos, democracia, libertad. Es una pena que haya gaditanos que no sepan lo que ocurrió en Santa Inés y que sigan en albis". Ya se sabe que la libertad se conquista cada día y se pierde en un minuto. Ojo avizor.
La excusa del Doce dibuja un Cádiz tolerante y abierto en la fértil y saltimbanqui mente brillante de Maeso de la Torre, quien no elude controversias y se moja en torno al caso de Pérez Reverte. "Cádiz gana mucho habiendo contratado a Arturo Pérez Reverte. No entro en los emolumentos, vivimos en una sociedad de mercado. Arturo lo vale, pese a quien le pese. Espero que cuente conmigo, me presto a colaborar en lo que sea. Ojo, a cambio de nada, no vayan a pensar malamente", sostiene entre bromas y veras. Y cita a sus amigos los Enriques, García Agulló y Montiel, asesores del Doce municipal, a quienes presentará en breve otro volumen de relatos del Doce con la participación de escritores de postín.
Prueba de gaditanismo superada. Sin falsos e hiperbólicos integrismos. A Jesús de Maeso le gusta pasear por la playa durante todo el año, caminar por el centro y pararse en todas las esquinas para entablar conversaciones dispares, tomar café en San Francisco, disfrutar de "una ciudad colonial que se conserva intacta", y romper el día en la Alameda, "uno de los rincones más bellos del mundo". Maeso lanza piropos a la "joya neoclásica" de Cádiz y apunta la necesidad de optar de nuevo a Patrimonio de la Humanidad, como su Úbeda natal. Maeso, cosas de la vida, estudió en la misma escuela e hizo la mili con Joaquín Sabina, sus bisabuelos eran primos hermanos. Y también guarda vínculos con Muñoz Molina, pero el hombre cayó en las garras del gaditanismo, de forma irremediable, y se queda de piedra con la creatividad del Carnaval popular, la Semana Santa y el fútbol, la santísima trinidad gadita. Pero pone el dedo en la llaga de "la fatalidad" gaditana, que "llora un pasado glorioso y teme que nunca levantará cabeza". Luces y sombras. Maeso, en cambio, cree que "Cádiz está hecha a la medida del hombre". No es París, no es una película de Charlot, es simplemente Cádiz.
Abril 10, Cádiz 2012, Diario de Cádiz
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