El ex alcalde habla sobre retrasos y esperanzas de la Bahía, desde su experiencia en política hasta el futuro del Doce
"¿Don Carlos?" El camarero de la cafetería de nombre extranjero, frente por frente de los Sindicatos, saluda e inquiere. Carlos Díaz pide un vermut y habla de fotografía. "Yo creo que hice la última fotografía a Agustín Merello, y quizá también a Juman". Recuerdos de algunos reporteros legendarios. El ex alcalde dispara instantáneas verbales de Cádiz, a renglón seguido, y firma una colección de impresiones de ayer y de hoy, episodios en sepia, vientos de cambio a todo color. Y el sabor agridulce de quien detiene el tiempo que apenas pasó por Cádiz. "Me tocó dirigir un Ayuntamiento en la ruina en plena crisis del sector naval", preludia. Y pregunta al aire: "¿Por qué nos encontramos en crisis permanente en la Bahía de Cádiz?" A lo largo de la entrevista, enlaza el pasado trufado de retrasos históricos con el futuro imperfecto del Doce. Carlos Díaz invoca el espíritu emprendedor y su memoria rescata momentos impecederos.
El ex alcalde considera que "la potencialidad económica de la Bahía no ha aflorado por las deficientes comunicaciones, aunque ya han mejorado sustancialmente". Alza la vista y recuerda cuando hizo gestiones ante la Trasmediterránea para que los Astilleros de Puerto Real construyeran el JJ Sister. "El argumento de la competencia desleal de coreanos o japoneses era un cuento, pues tuvimos que competir con astilleros de Noruega, Francia o Finlandia, todos ellos con mayor renta per cápita. En el 83, los alcaldes afectados por la reconversión íbamos al matadero. Nos llamó Solchaga para explicar el plan, pedimos alternativas y crearon la Zur". Urgente reindustrialización, un pasito palante, dos pasitos patrás. Ese mismo año, ardió Sagunto por mor del cierre de sus altos hornos, cinco mil operarios a la calle en una cudad de 25.000 personas. "Sagunto se cierra y Cádiz disminuye su plantilla, pero no se cierra". Va por Jesús Gargallo. "Pasan los años y Sagunto se ha convertido en ejemplo del desarrollo del Levante, sin apenas desempleo, y Cádiz sigue sufriendo la pérdida de empresas y de trabajo. ¿Qué falla aquí?"
"Si no hay empuje, pese a la riqueza de esta tierra, la Bahía no eclosiona. Si hay iniciativa, ocurre como en Puerto Serrano o Alcalá del Valle, donde cambiaron la emigración por el cultivo de la fresa y promocionaron el espárrago verde en Francia, Alemania Inglaterra". Se acerca la hora del almuerzo. "Aquí falta espíritu emprendedor. Hemos vivido mucho tiempo al socaire de la empresa pública".
Díaz Medina retrata ahora el Cádiz de los puentes, los trenes y las obras eternas. "Con motivo del hermanamiento con Rochester conocí un puente espectacular, tengo las diapositivas, hacía un frío horroroso. Ahí comenzó la historia del segundo puente, preguntamos por financiación europea y comenzamos a hablar. El día de Navidad del 91 se publicó en el Boe la licitación del estudio de viabilidad". En torno a la lentitud de las obras públicas, sugiere el ex alcalde ejemplos como la autovía Jerez Los Barrios, "diez años, setenta kilómetros; el desdoblamiento de la N340 aún no terminado o las comunicaciones entre grandes núcleos. Aquí sólo se ha llegado a tiempo con el soterramiento, la única obra que ha ido a su ritmo, y ahora el puente, que va bien". Y retorna al puente: "Con la buena relación que dicen que tenían Carranza y Franco, desde que se tuvo la idea del puente hasta si inauguración pasaron casi veinte años". Y el proyecto quedó lastrado. "Determinaron que si se superaban 12.000 vehículos diarios, acometerían el desdoble. Hasta ahora. Hace poco lo hicieron y quedó bien".
"A mí me crucificaron en el 92 cuando anuncié gestiones para que el Ave llegase a Cádiz, Tiene narices que se tarde lo mismo en llegar a Sevilla que a Madrid. El Ave no llegará a Cádiz, si acaso un tren de velocidad alta, pero no en el ancho de vía necesario. Aquella vez, en el 92, Barrionuevo garantizó que tras los fastos de la Expo y las Olimpiadas continuarían con el proyecto del Ave, cuya línea histórica era Madrid-Cádiz. Y hasta ahora".
Ahora andamos con el Doce a cuestas. "Más retrasos. Se han vinculado proyectos al Bicentenario que nada tienen que ver, pero era una buena excusa", y cita obras como el nuevo hospital o el hotel de cinco estrellas en Valcárcel. "Yo hubiera preferido un centro de Ciencias de la Educación, el tema de la Universidad me quitó el sueño cuando era alcalde y me enfrenté con todos". Heridas de guerra.
"Hasta los taxistas me recuerdan la buena organización de la Gran Regata 92", recuerda Carlos Díaz acerca del memorable evento. "Se iba a encargar la Diputación pero nos pasaron la patata caliente tres meses antes, salió todo perfecto". Hubo espíritu emprendedor. Y vientos favorables, a Carlos Díaz le gusta el Levante, el mar y la historia. "En una ocasión única como el Bicentenario echo de menos un proyecto estrella. Ahí están el Castillo de San Sebastián, el Oratorio y otros, pero no han calado en la gente. Creo que fue Rafael Román quien propuso un proyecto de categoría, la verdadera Plaza del Mar, donde la ciudad se incorporaba al mar desde la Punta de San Felipe a la Plaza de Sevilla, con paso de coches subterráneo y un profundo cambio urbanístico. Era un proyecto de Fustegueras". Ya de paso, apunta que "lo de Puerto América es una vergüenza". Ahí quedó.
Carlos Díaz pregunta "¿qué va a quedar del Doce?" Subraya que las iniciativas "se han difuminado a causa de las discrepancias políticas, y por falta de un Jacinto Pellón. María Luisa García Juárez lo hace muy bien, pero sin plenos poderes, sin las competencias suficientes. Pellón recibió muchos palos en Sevilla 92, pero fue un hombre honesto". Curiosamente, un año antes de la Expo se entablaban elecciones municipales, lo mismo que en el Doce gaditano. "Entonces intentaban rentabilizarlo todo y ahora también. En Cádiz, en lugar de gastar dos millones diarios en anuncios podrían invertirse en temas sociales y culturales. Aquí la alcaldesa ha rentabilizado hasta la rehabilitación del casco histórico, que firmé con Chaves. Quizá el Psoe no haya defendido la gestión de mis años en la Alcaldía, como el Plan Urban, el Palacio de Congresos y hasta las gestiones con el Corte Inglés, quienes al principio querían instalarse en la Telegrafía sin Hilos. El daño al comercio ya estaba hecho con centros comerciales en la Bahía". Carlos Díaz sabe de buena tinta que "para animarles a venir a Cádiz pusieron una pata del puente justo en la puerta del Corte Inglés, que pujó muy fuerte a cambio de no tener competencia. Me parece muy bien su llegada a Cádiz, ha revitalizado los terrenos de Astilleros y toda la zona. Puntales, para mí, es el sitio de Cádiz más apetecible para vivir", enfatiza.
Y ya que estamos, toquecito a la controversia sobre el candidato socialista. Carlos Díaz apuntó a Pizarro, a Rafael Barra y otros, y ahora agrega a José Ramón Hesle, Pablo Lorenzo Garófano, Blanca Flores y no olvida a Emilio Aragón, "que tiene mucho mérito y una ilusión tremenda. Pero el Psoe debe presentar primero un proyecto que despierte el interés del ciudadano y luego elegir el perfil del candidato". A Marta Meléndez "la han quemado un poco, quizá sea cierto, no sé si hay maniobras extrañas para mantener un pulso con la Regional, quizá se hayan precipitado.
A la postre, Carlos Díaz muestra la última foto de Cádiz, que no deja de ser "positiva y esperanzada, pues creo en esta ciudad histórica y en que cambiaremos el chip".
Abril 10, Cádiz 2012, Diario de Cádiz
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