Esas plataformas, esos pantalones de campana, las lentejuelas y los estrafalarios atuendos que rompieron la pana a mediados de los años setenta al son de melodías pegadizas y armonías vocales impecables y adictivas, dejaron huella. Pero a la vista de lo ocurrido en los ochenta y posteriores, con la que ha caído en todos los sentidos, los horteras de Abba tenían clase. Anna, Frida, Bjorn y Benny, que ya poseían una respetable carrera musical, arrasaron las listas de ventas como sólo lo hicieron antes los Beatles. La crisis del petróleo y de la creatividad anglosajona abrió las puertas al despertar europeo. Rock alemán, rock con raíces, rock progresivo en Italia, España y Francia. Y Abba. Y Mocedades. Abba eran mucho más horteras, claro, pero también más divertidos. Una brecha generacional, del blanco y negro a los mil colores.
Los singles de Abba, entre el 72 y el 82 del pasado siglo, lograron diez números 1 y el resto no bajaron del tercer puesto. Los suecos de oro rompieron los esquemas de Eurovisión, 6 de abril del 74 en Brighton, y conquistaron el continente con "Waterloo", quizá su pieza más redonda, que en España permaneció siete semanas en la cúspide. Tomaban prestadas las hechuras del glam rock, se convirtieron en iconos gay del tirón, pero supieron fabricar canciones para todos los públicos. Para ello, emplearon el método de Phil Spector, el muro de sonido, consistente en grabar las voces por separado, realizar varias copias del máster, reproducirlos con milisegundos de diferencia y obtener, a la postre, la duplicación de voces y sonidos instrumentales. Apabullante. Así lo puso en práctica el legendario productor con Beatles, Tina Turner, los grupos femeninos vocales y hasta los Ramones. Dicho sea de paso, Spector se encuentra en la cárcel, acusado de la muerte de la actriz Lana Clarkson.
Abba no lo tuvieron tan fácil. Hasta dos temporadas después de Eurovisión no volvieron a saborear la miel, sería precisamente con "Mamma Mía", pelotazo del 76 en el Reino Unido. Luego vendrían "Fernando", "Dancin Queen", y tantos otros. Pop con ínfulas discotequeras, con letras que pasaron del desenfado a la ironía según el humor y el amor de la doble pareja escandinava. Al cabo de los años, Abba han despachado casi 400 millones de discos, recientemente ingresaron en el Salón de la Fama del Rock & Roll, y su célebre "Chiquitita", por ejemplo, sigue siendo el disco más vendido en Latinoamérica. Días después de editar la canción, por cierto, a Bjorn y Agnetta se les rompió el amor, y el grupo, poco a poco, hizo crack. No sin antes publicar, en el 82, el primer disco compacto de la historia, "The visitors". Juraron no volver y lo cumplieron. La industria ha intentado en multitud de ocasiones recuperar el filón comercial de Abba, incluso se especuló con su regreso para cubrir los 50 conciertos en Londres que dejó Michael Jackson en el limbo y emprender otra carrera de éxitos, pero prefirieron no transformarse en caricaturas de sí mismos. Calladitos venden dos o tres millones de copias cada año en todo el planeta. Qué alegría.
Abril 10, Cultura, Diario de Cádiz
jueves, 29 de abril de 2010
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